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Capítulo 27.


Taehyung estaba por responder pero su mente tuvo un pequeño corto circuito, todo su cuerpo se estremeció de placer ante ese tono fuerte y gruñón, rasposo y grave, su miembro se movió entre sus pantalones, su entrada se estremeció de querer ser llenado por este macho alfa que lo miraba de manera tan profunda y fogosa. lo quería tanto ahí y ahora, porque Jungkook quería joderlo con fuerza.

Y oh, Taehyung lo hubiera dejado, porque podía ver en el mar de brea de su lobito, que quería destrozarlo, quería morderlo, pero no estaban solos. Tendría que esperar... tal vez, si era posible. Después de todo, los lobos iban en contra de la marea.

── Sí, lo soy.

Tartamudeo con un pequeño suspiro que fue al mismo tiempo del suspiro colectivo de toda la sala, lo cual lo trajo de vuelta. Fuera de esos pensamientos pecaminosos. Taehyung volvió su mirada ante la conmoción porque sintió la tensión de la sala, y una vez miró la escena, lo entendió. Un espectáculo. Por nada la fiesta de Francis era una de las mejores del año.

El lobo de Francis estaba sentado en el trono, imponente, como un rey, estaba cómodamente acomodado, con sus grandes y fuertes piernas abiertas dejando ver a todos su gran virilidad. La cual estaba semi erecta, lo cual, iba a cambiar pronto, porque sí, poco a poco se estaba irguiendo, mostrando que estaba bien equipado con su glande llena de venas. Sus brazos estaban apoyados en los brazos del trono de oro, casi aferrándose para tomar valentía para lo que estaba por venir.

Todos podían verlo, aunque algunos buscaron las mejores vistas cosa que no fue necesario para Taehyung, el trono donde estaba el macho estaba en su frente, una función para él. A pesar de que Francis sabía que no había venido para esto, el vampiro no podía dejar pasar la oportunidad de tener al príncipe en su fiesta este año, y hacer algo con eso.

Así que, sabiendo que no iba a obtener nada de lo que necesitaba de Francis hasta después del show, cruzó sus piernas, y se acomodó en su propio trono, su mano deslizándose entre la de su lobo porque el maldito no había parado de gruñir desde que vio de lo que iba el show.

Por otro lado, sus fieles hombres, Adam y Sasha también estaban algo afectados por lo que veían, no todos los días presenciaban esto.

Para muchos podría no ser la gran cosa, pero para los vampiros era un deleite algo morboso. En especial, si eran lobos, y más sí tenían esta química con otro vampiro porque los lobos iban a disfrutar.

── Comencemos, cariño.

Todo el mundo contuvo su respiración, la música se detuvo, y nada se escuchaba cuando Francis se acercó al cuerpo del gran macho. Una mirada de deseo había en sus ojos claros, completamente dilatados mientras su mano se deslizaba para acariciar uno de los brazos de su lobo.

Ese simple toque hizo que el lobo se estremeciera y su glande se retorciera, haciendo que varios jadearan, como perros en celo.

El vampiro se arrodilló con gracia, tomando el brazo musculoso para llevarlo cerca de sus labios, lo olió lentamente y hasta pasó la lengua por el área antes de abrir su boca y encajar sus colmillos con suavidad. La punta de estos traspasaron la piel, todos escucharon el cliqueo de cuando aquellos colmillos penetraron la dureza, y todos vieron el momento de placer que recorrió el cuerpo del lobo. Su sangre vibró, su perfume cobró vida, un olor picante, fuerte, recorrió la sala, la sangre del lobo llamaba a ser bebida por el placer tan grande que estaba sintiendo el macho.

La excitación estaba en el aire, con cada respiración, el placer entraba a cada fosa nasal como una segunda piel. Pesado, oscuro, abrumador.

Cada ser sobrenatural podía olerlo, lo bien que el lobo lo estaba pasando. Había algo en la mordida vampírica que dejaba a los lobos sedientos y con erecciones monumentales. Lo bueno de los lobos es que se podían correr y a los minutos, podían volver a estar tan erectos como si no se hubieran corrido minutos antes.

Todos en la sala estaban hipnotizados, viendo como el lobo gruñía de placer ante la segunda mordida, esta vez en su bíceps, era una imagen caliente porque el hombre era guapo, salvaje, un lobo de alto pedigrí y todos sabían que la sangre de un alto pedigrí era éxtasis, y su olor, la ambrosía.

Ya muchos estaban afectados por la escena, incluso, se acomodaban para seguir viendo mientras entrelazaban sus cuerpos desnudos con otros.

Y para el gran príncipe de los vampiros, mantenerse al margen le era difícil. Si este evento se hubiese dado hace unos cinco años, cuando su vida romántica y sexual estaba nula, — porque podría haber tenido amantes o donadores de sangre, pero la verdad es, que durante los últimos cinco siglos, su vida sexual, romántica, etc, había disminuido notablemente— no habría problema, tal vez ni se hubiera inmutado, porque el deseo sexual en él casi parecía desaparecido, sin embargo, ahora tenía un guapísimo y caliente lobo a su merced, que volvía su sangre ardiente, y su deseo sexual estaba tan arriba que parecía un crío de 16 años.

Jungkook lo había vuelto a la vida, porque estos últimos 800 años solo eran un borrón en su mente, en su vida, apenas y recordaba algunos detalles, dado lo que más permanecía en sus pensamientos era los últimos tres, casi cuatro años con el lobo.

── ¿Hay que estar durante todo el maldito momento?

── Aw, lobito, ¿no puedes soportarlo?

El vampiro más viejo ronroneo de pura dicha, aunque él tampoco era el más fuerte en estos momentos, muy pocos podían estar lúcidos ante tal escena erótica. A Taehyung solo le llegaban flashes de su cuerpo entrelazado con el de Jungkook, labios unidos, movimientos sensuales y lentos, escalofríos de placer recorriendo cada parte de su cuerpo, toques inocentes y calientes, y como no, desde que descubrió y conoció lo que es estar con Jungkook, su mente traicionera estaba loco por este lobito el cual seguía gruñendo, su mirada observando lejos, no a los dos protagonistas, sino otro lado. 

Los lobos tenían sus sentidos igual de agudos que los vampiros, tal vez incluso mucho más, así que no le sorprendía que estuviera igual de afectado.

Sin embargo, había algo más y era que su relación, o lo que sea que fuera, dado que todavía no le habían puesto nombre, era muy nueva y temprana. Los vampiros de su aquelarre podrían pensar que habían estado jodiendo como conejos desde que se conocieron, pero la verdad estaba muy lejos de la ficción.

No sabía que le había frenado por tanto tiempo, pero ahora, que estaban encantados con el otro, parecían que estaban en celo constante, necesitados del otro, queriendo más y más, como dos amantes perdidos. Dos almas en busca desesperadamente de la otra, y que solo podían encontrarse cuando sus cuerpos se unían en uno.

── Puedo soportarlo, mi príncipe, la cosa es, ¿tú puedes? ── La voz peligrosamente baja de Jungkook debió de haberle dado una señal a Taehyung de lo que estaba por venir.

Pero, estaba ido de gusto por aquellos momentos que le venían a la mente, ignoro ese tonito de superioridad, y deseo.

── Ja, lobito, este no es mi primer rodeo, por supuesto que puedo soportarlo, es una imagen hermosa la de esos dos.

Y lo era, más cuando Francis se había encaramado al regazo del alfa mucho más grande que él, sosteniendo ese cabello con fuerza para mover la cabeza del macho hacia un lado y dejar su cuello al descubierto, no sería gran cosa, si el vampiro hubiese estado con ropa, pero a estás alturas, estaba igual de desnudo que su lobo,  y bajo la atenta mirada de todos los vampiros, lobos y algunos humanos, mordió el cuello de su lobo al mismo tiempo que bajaba su cuerpo sobre el glande palpitante del macho, solito, dejándolo entrar dentro de sí, con bastante facilidad.

El hombre sí que sabía entretener a los suyos.

── Uhm, no te lo discuto, Francis es un hombre hermoso.

── ¿Ah?

── Uh-huh, sin embargo, mi príncipe. . . ── comenzó Jungkook, su mirada oscura completamente dilatada por el placer se enfocaron en él, calor recorriendo sus iris. ── . . .lo eres mucho más, todos en esta sala podrán estar viendo a Francis y a ese lobo, pero sé mejor que ese no es el entrenamiento que quieren. ¿No es verdad?

Sus miradas se encontraron, una breve conversación pasando entre ellos, era innegable la química y el conocimiento sobre el otro que se tenían, tres años, tres años que parecían tres milenios. 

Tres años que respiraban para el otro, desde el momento en que Jungkook entró al castillo de Taehyung como si fuera un rey lobo. Inmaculado, valiente, fuerte. Su poder traspasaba su cuerpo, se sentía lo poderoso que era, y aún así, se volvía un cachorrito codicioso y celoso cuando Taehyung tenía su atención en otro lado.

Conocían mucho del contrario, podían tener solo tres años de conocerse, pero en esos tres años aprendieron del otro. Sus deseos, sus miedos, lo que les gusta, los que aman, los que adoran, lo que odian, lo que detestan, qué cosas tenían en común, sus celos, sus límites, y todo hizo boom en la estúpida fiesta de la madre del príncipe. 

Una fiesta improvisada, e imprudente, y aún así, fue el pulso que necesitaban para dar ese paso que no se habían atrevido a dar con anterioridad, no fue de la mejor manera, ni en sus propios términos pero como estaban las cosas. Ambos estaban algo agradecidos. 

Aunque no había duda que en cualquier momento alguno de ellos hubiese dado el primer paso.

── ¿Qué se supone que significa eso? ── Dijo Taehyung, sus palabras lentas, cuidadosas, cautelosas, al ver como Jungkook se acercaba a él, hasta arrodillarse justo entre sus piernas.

Soltó un jadeo, su corazón empezó a latir demasiado rápido que lo sentía golpeando sus sienes. Nervios parpadeantes atravesaron su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, la cual, gustosa se enderezó, esperando ser atendida.

── No puedo simplemente quedarme sin hacer nada cuando todos en esta maldita sala te desean. ── Gruñó, como cual lobo rabioso. ── Cada ser en esta condenada sala tiene ese olor almizcle de lujuria... toda dirigida hacia ti. Y no sabes cuánto lo odio, quieren poner sus sucias manos, sus sucias bocas, sobre ti, quiero matarlos por tener esos pensamientos, pero quiero demostrarle mucho más a quién le perteneces. Mostrarles de quién son tus besos, de quién son tus caricias. Quién te hace suspirar y gemir de placer, no puedo, ni dejaré pasar esta oportunidad, maldición. 

Taehyung se quedó en blanco, su boca entreabierta, con pequeños suspiros temblorosos saliendo de ella. Había algo caliente y encantador en ver a Jungkook, su lobo, su guardaespaldas, su amante, tan celoso, tan posesivo, como un lobo con su presa.

Y oh, qué la madre luna le perdone, pero amaba cada momento de eso. Realmente amaba cuando Jungkook se ponía todo grrr, grrr, mío, mío, con él. Se derretía como pastel cremoso, porque nadie, nadie jamás fue lo suficientemente valiente para mostrarle su amor hacia él, solo veía un príncipe poderoso con dinero, riquezas y cualquier cosa a su merced. Pero no Jungkook, nunca él, él lo vio con amor, porque era amor, no solo lujuria, no solo deseo, era más, y más, más profundo, más hermoso, más perfecto.

El destino podría haberles unido como dos almas rotas pero lucharon contra ello, como si fuera un error y perdieron, perdieron por la sencilla razón de que estaban destinados a encontrarse, y a enamorarse, y a caer profundamente al abismo con el otro.

── Lobo...

── Este lobo les va a enseñar.

Y sí que lo hizo.

Mientras todos veían hipnotizados a Francis y a su monstruoso lobo, no muy lejos de ahí, un príncipe caía en las garras de un lobo.

Jungkook se arrodilló en una pierna, bajó el cierre y desabotono el pantalón ajeno, lo suficiente para sacar de ella una gloriosa erección. Con sutileza, envolvió el glande con su mano, haciendo que el gran príncipe de los vampiros siseara como respuesta. Llamando la atención de algunos seres cercanos.

── Jungkook...

── Cállate, su majestad, quiero cerrar un par de bocas, y romper muchos corazones con lo que estoy a punto de hacer.

── No, no, espera... ¡Aaaah!

Un agudo gemido cargado de placer, brotó de aquellos labios, no había duda de que había salido desde el sentir más profundo del vampiro. 

Todo fue una respuesta ante la boca caliente del lobo, que ahora se envolvía furiosamente en su glande. Y por si fuera poco, Jungkook había tomado una de las piernas del príncipe para posarla sobre su hombro, el maldito amaba mostrar su fuerza en cualquier oportunidad que tuviera. 

No debería de sentirse tan bien ser tan exhibicionista, seguro se veía tan predispuesto ante los iris de todos. Algo con lo que Jungkook contaba; creía recordar que en unas de sus conversaciones nocturnas, luego de darse placer, le había comentado que siempre quiso hacer algo como esto frente a muchas personas, era un placer culposo que tenía. Y se lo estaba cumpliendo.

Una mamada, nada menos, sabía que sería lo único que Jungkook iba a permitir porque como el lobo posesivo que es, le disgustaba demasiado que muchos vieran como Taehyung se deshacía cuando le follaba. Era una cosita con vena celosa, y lo adoraba.

Por eso, estaba sorprendido cuando el menor se arrodilló y empezó a chuparle, con su boca talentosa causando estragos. Los sonidos que salían de su boca eran vergonzosos, incluso, usó su cabello para taparse los ojos porque sabía que estaba completamente ruborizado ante tal acto.

Solo podía aferrarse al cabello negro de su guardia, mientras éste le comía con fuerza, el placer de ambos saliendo de sus cuerpos en oleadas, algo que llamó la atención de muchos vampiros y lobos. Los cuales se debatían en ver al dueño de la fiesta o a su príncipe, algunos no dudaron en mirar a su príncipe de manera grotesca y caliente, otros fueron más sutiles, algunos más arriesgados se acomodaron de manera que pudieran presenciar ambos actos.

Y unos pocos, solo tenían un odio fuerte en su mirada. Envidia, celos, amargura de la mala.

Que Taehyung ignoró, por supuesto, porque tenía a su lobito entre sus piernas, consumiendo su sexo como si lo necesitara para respirar. Era demasiado, y después de unos minutos, se corrió con fuerza dentro aquella boca. 

Era un desastre de sudor y pequeñas lágrimas de placer, de rostro sonrojado y labios rojos, justo como le gustaba a Jungkook. En estos pocos días, sabía que verse de esta manera, destruido, volvía loco a su lobo.

── Ahora sí estoy satisfecho.

Gruñó Jungkook de placer puro, el cual se había separado luego de tragarse toda la corrida de su vampiro. 

── Cómo pudiste...

── ¿Cómo pude? Más bien tuviste suerte, habría preferido comerte el culo pero preferí por algo más fácil.

La cara de Taehyung era de sorpresa, y estupefacción. No sabía a dónde su recto y serio guardaespaldas se había ido, pero este no era su acostumbrado lobo, aunque le gustaba mucho, no podía negarlo, le gustaba cada una de sus facetas. Sin embargo, había una vena rebelde en su mirada, algo se escondía bajo sus ojos oscuros, algo malvado. Una perversión satisfecha, como si hubiese logrado algo.

Y luego lo supo, poco tiempo después de que Francis terminara y de que él mismo se limpiara, no muy lejos de dónde estaba, el Conde Kenneth los veía de manera furiosa. Estaba completamente rojo pero no de placer, sino de ira plena. Una bomba a punto de estallar.

¡Hello, hello! Nuevo capítulo que espero que les haya gustado, perdón la tardanza, la última semana fue un dolor de cabeza tremendo, ¡pero ya estoy libre! Así que espero actualizar más rápido, y con capítulos largos como este. 

Muchas gracias por sus votos, comentarios y vistas, de verdad. Es un placer escribir para ustedes. Perdonen algún error ortográfico que a veces se me pasan.

Recuerden seguirme en mi cuenta secundaria: @kooktaemiss que pronto estaré subiendo un omegaverse por allá (los primeros caps lo consiguen en mi cuenta de Inkspired, que se encuentra en mi perfil por si algo les pasa a esta y la segunda de wattpad) ¡Muchas gracias, nos vemos pronto!


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