Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5.


Sigo las señales de regreso a ti — Twin Forks.


En mi sueño, todo es genial otra vez. Ellos están aquí, estamos celebrando una fiesta de cumple años. La mía. Cumplo cuatro años y hay muchos niños por ahí, pastel, globos y una piñata.

Mi hermana está jugando con el payaso y yo estoy en brazos de mi papá huyendo del payaso, porque me da miedo. No siempre les he tenido miedo, pero desde que se fue mi papá, me aterrorizan sobre todo después de lo que pasa después en este día.

El panorama cambia y mi papá, conmigo aún en brazos discute con el payaso por estar sonriéndole demasiado a mi mamá.

Luego todo se sale de control, los niños, incluida yo, comenzamos a llorar. La fiesta se vuelve un caos y entre niños asustados y el payaso siendo sacado a patadas la fiesta se termina.

Los padres se llevan a sus hijos furiosos, con todos, con mi madre por permitir ese maltrato, mi padre por armar un escándalo y conmigo por haber llorado todo el tiempo a grito tendido. Estaba asustada, tenía cuatro años.


<<>>


Me despierto cubierta de sudor. Está oscuro, pero por suerte, era solo una pesadilla. Una de muchas.

Me doy la vuelta y cojo el cesto de basura a tiempo. Devuelvo el estómago sin dudar. Adiós desayuno.

Me levantó y acomodo las sillas, tomó varios tragos a la botella que lleve a la sala. Aún faltan unos minutos de acuerdo al reloj de mi teléfono para que se acabe la hora de comer. Me siento en las sillas, resignada, la pesadilla me ha dejado fuera de combate.

Hace un tiempo que ya no las tenía, pero desde que he pasado mis últimas noches estudiando para el examen del mes que viene, no he podido evitarlas.

Y es que apenas este año, había por fin tomado la decisión de estudiar la carrera que siempre había querido, era mi sueño.

Pero la única manera de conseguirla, era estudiarla en línea, pero no por eso me iba a dar por vencida, no, no y no.

Era la Licenciatura en Letras y Literatura y eso me he pasado haciendo casi todas las semanas por la noche, a veces incluso casi todo el fin se semana.

Las clases funcionan de la siguiente manera: Tú pagas y puedes disfrutar de tener tus clases en línea con auténticos profesores por medio de un ordenador, cada clase, es un módulo diferente, aunque algunos módulos se toman más de tres clases en explicar y en aplicar la prueba final, la cual si apruebas puedes pasar al siguiente modulo y así si terminas a tu tiempo.

Tú eliges como quieres estudiar, de dos a tres veces por semana, todas las noches, todos los días, todas las tardes y al final de un año o dos (depende del sistema que lleve cada persona) obtienes tu título y cédula profesional que te certifica.

Hasta el momento, tengo clases todos los días y en cada momento que tengo disponible, por eso este trabajo es perfecto. Porque al salir temprano y no trabajar en fines de semana puedo hacer con ese tiempo algo tan productivo como estudiar otra carrera.

¿Genial no?

Le envió un mensaje de WhatsApp a Maggie preguntándole si volverá pronto porque me muero de hambre.

>¿Ya vienes? —Le digo.

<Ya llegué, ¿pasó a dejarte tu comida a la sala?

>No, mejor a mi escritorio, nos vemos en dos minutos ahí.

<Cambio y fuera, capitán jajajajaja.

>Descanse soldado jajajajaja.

<¿Porque yo siempre soy el soldado? —Dice Maggie.

>¡Porque yo soy genial! —Dije justo antes de chocar con alguien al dar la vuelta antes de llegar a mi escritorio que se situaba en una esquina del lugar.


<<>>


Me apuré a terminar de comer y salí disparado a la cafetería más cercana. Observe el menú por más de treinta minutos antes de decidirme por dos frapuchinos, uno con chispas de chocolate y con crema batida extra de chocolate y con leche deslactosada por si acaso y el mío, normal con crema batida y de chocolate igual.

Cuando los pedí la chica del mostrador me sonrió un poco de una manera más feliz de lo normal y estaba bien, estaba acostumbrado a este tipo de sonrisas "coquetas" durante toda mi vida.

La verdad es que he sido siempre, un conquistador de lo peor, siempre me han interesado las chicas fáciles, pero las difíciles son mis favoritas. Porque se dan a desear, son las que más pelea dan. Y por lo tanto son las que más se disfrutan, pero antes de que pienses lo peor de mí y creas que solo le llevo un café a Iris, mi asistente, porque me quiero involucrar con ella, déjame corregirte porque estás en un error.

No sé qué hará la pobre chica toda la noche, pero sí que se está quedando dormida y yo también, aunque he tratado de disimularlo de la mejor manera, aun así, no está bien, quedarte dormido en tu segundo día de trabajo, ¿qué imagen dará de mí?

Así que después de pagar los cafés y dar los nombres para que los pongan en los vasos me voy a otro mostrador a esperarlos. Y ahí la vista es sin duda mejor porque hay una despampanante rubia esperando ahí.

Sí, una de esas, que piden sus lates desnatados y con cero calorías, de las que vienen a Starbucks solo a pedir té sin una pizca de azúcar o azúcar baja en grasas si es que acaso piensan en ponerle a su bebida.

Me acerco a ella y le hago plática, total no sale nada malo por matar el tiempo con la rubia, me dice su nombre y yo apenas lo registro. Lo único que puedo pensar es que al segundo de que escuchó que la orden esta lista. Solo una frase resuena en mi cabeza.

Sigo las señales De regreso a ti, De regreso a ti...

De regreso a ti.

Me quitó el pensamiento de la cabeza, eso no debería de pasarle a un hombre maduro como yo, simplemente no debería.

Salgo del lugar tomando mi orden, y con las palabras aun revoloteando en mi mente. No me despido de la rubia.

Sin embargo, la chica me grita algo desde la distancia, pero no le prestó atención, subo a mi auto y regreso a la oficina.

De regreso a Iris.


<<>>


Esta vez, por suerte reaccione a tiempo y no tire nada.

En cuanto escuché los pasos al girar la esquina supe que tendría que levantar la vista, sino mi torpeza me costaría una nueva mancha en mi ropa.

—Lo siento —le dije al hombre, en cuanto registré a mi nuevo jefe, de pie frente a mi escritorio.

—Está bien, dejémoslo en que estamos a mano —dijo él hombre sonriendo.

Me tomó un par de segundos asimilar cada palabra de lo que él decía.

Un segundo más, otro más y...

Ya.

Lo entendí.

Se refería a lo del otro día, cuando nos conocimos.

—Ten —dijo mientras acercaba un café frappe hacia mí.

—¿Qué es esto?

—Un frappe de Starbucks, ¿nunca los has probado? —Dijo sonriendo. No sé qué tenía el tipo con esto, ¿porque me traería algo a mí? ¿Estaría esperando algo a cambio?

—Sí, pero esa no es mi pregunta.

—Entonces, ¿cuál si la es?

—¿Esto es para mí?

—¿Para quién más?

—No lo sé, podría ser para alguna de tus fans o algo así —solté una carcajada en cuanto las palabras salieron de mi boca. Pensé en las chicas que debían de andar detrás del hombre, rubias, morenas, altas y extremadamente delgadas, ninguna de ellas, tomaría nada remotamente parecido a lo que el chico me está ofreciendo, nunca, ¿Pero entonces qué? ¿Qué demonios?— Está bien, lo tomó.

Tomé el pequeño vaso de su mano y dándole un primer vistazo de lejos, se veía bien pero luego caí en cuenta de que no llevaba un popote.

—¿Y el popote? —Le dije.

El hombre me sonrió y se encogió de hombros.

—Te enojarías sí te dijera que se me olvido tomarlos del mostrador.

—No importa, de todos modos, no me gusta eso de tirar y tirar en popotes, para eso mejor tiro basura por todas las calles, para mí equivale a lo mismo —traté de quitarle importancia, además tenía que darle un punto por intentarlo, llego muy lejos solo con traerme una bebida.

Saqué de unos de los cajones de mi escritorio uno de mis popotes de aluminio favoritos, le quedo perfecto al vasito.

Y cuando levanté la mirada, él estaba mirándome. Le sonreí.

—Gracias.

—Te lo he dado solo porque no quiero verte más dormida en el trabajo.

—En ese caso, para mañana quiero uno igual.

—¿Sales muy seguido con tu novio? —Preguntó.

—Todos los días. —en este momento, estaba tratando de no morirme de la risa.

No lo estaba logrando.

Pero vaya que lo estaba intentando.

Una canción comenzó a sonar en cuanto le di play al reproductor del computador. FNT de Semisonic. Y la canción me hizo tararear un poco, corte en cuanto me di cuenta de que mi jefe aun seguí parado en un lado mío.

—¿Necesitas algo más?

—Entonces mañana uno igual.

—Sí, uno igual y también sin popote.

El hombre asintió.

—Bien, pero tengo que pedirte algo antes... —Dijo volteando hacia a el pasillo por donde ahora, venía caminando Maggie. Debió de notar el pequeño platillo desechable que la chica llevaba en sus manos y que iba dirigido a mí.

—No te tardes demasiado en comer, hay algunas cosas con las que me gustaría que me ayudarás.

—Por supuesto, jefe —le dije recibiendo a Maggie quien se limitó a encogerse de hombros y a murmurar algo que parecía un hola.

—Dicho eso, disfruta tu comida —dijo el hombre y se dio la vuelta para irse a su oficina.

—¿No es un bombón? —Dijo Maggie. Yo me eche a reír mientras la música de mi ordenador cambiaba a Manda una señal de Maná.


<<>>


Más tarde esa noche, ya era de madrugada y yo aún no podía terminar un ensayo, que tenía que presentar para las ocho de la mañana, del día siguiente.

Y no era que no supiera el tema, es que no me salía nada.

El tema del ensayo era sobre qué es lo que me apasionaba más en la vida.

No sabía que responder.

La verdad es que mi vida era bastante simple. Así que pensé que sería una buena idea simplemente decir la verdad.

Comencé escribiendo eso, puse que disfrutaba de las pequeñas cosas de la vida, como sentarse afuera de la casa en una mañana del domingo a tomar café mientras veía como las personas iban levantándose desveladas y cansadas (y algunas algo crudas del día anterior), le puse como disfrutaba regar con mi familia las plantas y convivir en nuestra pequeña mesa de jardín, como yo comentaba un resumen de la semana y ellas respondían contando chismes de la gente del "barrio", gente que me conocía desde que nací y a quien yo reconocía a donde fuera.

Este lugar no era grande ni muy ruidoso, era de esos pocos lugares en México y en el mundo donde se podía vivir plácidamente, no podíamos negar que había delincuencia como en todas partes, pero sí que hacíamos lo que podíamos para vivir lo más cómodo y respetable posible. Si no te metías con alguien de aquí, no la pagabas. Sé que suena horrible, pero así es.

Esa es la regla para vivir en un lugar como este.

Aun así, amaba este lugar desde siempre, me gustaba como las personas me cuidaban, querían, como éramos una gran familia feliz, fueran o no de tu familia, estuvieras en el centro, la plaza, el supermercado, comiendo un raspado, todos eran amables, hasta para mandarte a la fregada, diría mi bisabuela que en paz descanse. Por eso me gustaba aquí, pero también por eso quería irme algún día, aunque no permanentemente, me gustaría viajar, conocer más el mundo y luego volver.

Y mi familia por supuesto, las amaba, no importa que hicieran, era algo natural.

Mire la hoja del ensayo que tenía que enviar, sin darme cuenta había escrito poco más de dos cuartillas y vaya que me había apasionado. Entre a mi correo, lo envié, hice a un lado la computadora y me quedé dormida.

Me desperté al día siguiente esperando y rezando para que mi jefe me diera ese ansiado café helado con crema batida extra que me había prometido el día anterior.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro