No te metas con mi Legado de Sangre — BTS.

Para muchos el haber escuchado esas palabras le hubiese hecho dar un paso atrás, pero para mí, eso solo me da más ganas de saber qué demonios está pasando verdaderamente aquí.

Porque más que yo no tuviera conocimiento del "esa clase de trabajo" a la que se dedicaba mi amiga, algo no me cuadra.

—Así que... ¿por dónde quieres comenzar? —Nunca antes he visto la cara de Mine. Pero sé cómo es ella.

Físicamente hablando, y es solo por breves relatos de Ariana. Que se le han escapado, no es como si ella fuese por ahí revelando por toda la ciudad a sus pocos amigos, está clase de información.

Porque Ariana no confía en nadie en el mundo.

A veces, ni quiera en sí misma.

Y quizás nunca tendré la oportunidad de verla como se debe, porque ahora estamos haciendo una video llamada, porque después de todo estamos en a una ciudad de distancia. Y es media tarde.

Hacer venir a la chica implicaría una incómoda conversación en la que dos titanes de la vida de Ariana se tendrían que conocer, encontrar y ayudar, les guste o no les guste. Y si era demasiado tarde, su regreso sería imposible.

Todos sabemos que las carreteras entre ciudades pequeñas siempre están en pésimas condiciones, y aunque han mejorado bastante con el paso de los años en Ingeniería en México, siguen siendo un fiasco, sobre todo para transitarse de noche.

—Honestamente no lo sé, no me había dado cuenta de lo poco que conozco a mi propia amiga. —Confesé.

—Creo que la conoces mejor de lo que yo lo hago —ella da un trago de lo que creo que es una taza de café, pero por la pantalla y a la distancia, distinguir esa clase de detalles siempre es difícil— ¿tienes algún plan por lo menos para ayudarla?

—¿Y si ella no quiere ser ayudada?

—Ariana nunca quiere ser ayudada Iris, por eso somos sus amigas, porque somos iguales. Si podemos hacerlo solas, lo haremos sin dudarlo. Pero por mucho que queramos conquistar al mundo, tenemos que tener ayuda, a menos que tengas poderes sobre naturales, ni ella ni nosotros regresaremos con vida si no tenemos ayuda.

—Buen punto.

—Mira... mientras veía que hacer, busqué algunas cosas entre los correos que hemos intercambiado entre las dos. Pensé que ella dejaría una pista de sus locuras aquí, pero no vi mucho.

Ella me reenvió dichas cadenas a mi correo, pero fuera de ver un montón de correos normales, no había nada más.

—¿Quién es Gipsy Avenger? —La mayoría de los correos estaban firmados así, pero la dirección de correo era diferente.

¿Por qué usarías tu propia dirección de correo para intercambiar información sobre este tipo de trabajos? Como podía Ariana ser tan descuidada, a no ser que no lo fuera.

—Es el nombre de su usuario en la Dark Web, ya sabes por la película de Guillermo Del Toro.

—Lo sé, la vimos en estreno, las dos —confesé orgullosa. Pase por mucho para ver esas dos películas con ella, y para conseguir esos boletos.

Por suerte, la cara de emoción de mi amiga cuando vio que robots gigantes se daban en la madre, palabras de ella, no mías, lo compenso todo.

Y también la amé en cuanto la vi.

—También fui con ella a ver esa película, ¿sabes? —Honestamente me quedé perpleja por aquella confesión de Minerva, porque si Ariana era como yo creía que era, tener más de una mejor amiga en el mundo era casi imposible para ella. Ahí me di cuenta de la verdadera importancia de la chica para las dos.

No sé si puedas comprender este concepto como nosotras, pero tratare de explicarme lo mejor que pueda.

Ariana es para nosotros esa amiga que está dispuesta a morir e ir a al cárcel solo por ayudarte, pero... nunca sabrás si eres o no su mejor amiga aún con eso.

Porque nunca sabes si lo está haciendo con alguien más o peor aún, si lo hace solo porque lo considera correcto.

—Honestamente me siento un poco usada ahora mismo.

—No te preocupes, yo siento lo mismo.

<<>>

Kieran y yo nos fuimos a casa, derrotados. Solo esa palabra le hace justicia a lo que estábamos sintiendo.

Lo cierto es que sé muy poco de mi amiga, pero haber involucrado a otras personas en esta búsqueda tan desesperada de alguna verdad o en una caza de brujas sin tener ayuda de nada ni de nadie, sin nada...

En resumen. Nada.

Me pareció francamente absurdo.

Así que seguí preparando mi boda y otro baby shower que todos me estaban organizando, Ariana y mi hermana iban incluidas en aquel plan, pero dado que por el momento se negaban a aparecer para completar con sus tareas. Tuve que reasignarlas a otras personas que si se pudieran comprometer con la tarea.

Definitivamente nunca he sido amiga de la necesidad del ser humano de ser terriblemente desconfiado y de posponer las cosas y planes como si estas fueran a resolverse por sí mismas. Como por arte de magia.

Así que tome el teléfono inalámbrico de la casa para arreglar aquel asunto.

Unas dos horas y cuatro llamadas más, termine con una jaqueca de aquellas y con los pies más hinchados que nunca.

Por eso, Kieran se ofreció a darme un masaje en los pies.

—Mi mujer ha estado trabajando arduamente estos últimos días, por lo que se merece la mejor de las atenciones de mí parte. —Él tomó mi pie derecho primero entre sus manos y lo dejó sobre su pierna izquierda mientras sacaba algo de loción calmante para pies cansados para aplicármela.

Oh paz, negada paz, ¿por qué demonios te habías tardado tanto en llegar a mí vida?

—Gracias —sonreí solo para él. Eché la cabeza hacía atrás, recargando toda mi espalda con el sofá en que él me había llevado.

Definitivamente la planeación de la boda nos está costando más de lo que la boda durará.

Hubo un momento poco después de comprometernos con el otro, que decidimos, solo por un segundo fugarnos. El plan era sencillo, ir al Registro Civil, hablar con alguien para agilizarlo todo y salir como marido y mujer ese mismo día.

Y no crean, que cosas como esas no sé pueden lograr en un ciudad chapada a la antigua como lo es está.

En realidad, pasa más seguido de lo que crees. Y parece que se ha hecho una práctica bastante conocida entre las parejas de la ciudad y de las de junto, incluso.

Así, para cuando saliéramos de la Oficina de Registro Civil, y los demás se enterarán el sucedo ya sería solo un momento más para celebra en nuestra vida. Y claro, que un algo así sería lógico y típico tanto de Kieran como de mí.

Sin embargo, cometí el error de pensar en mi familia y amigos. Y los de mi futuro esposo. Los cuales, por supuesto también querrían estar presentes, pesé a los pucheros que hizo Kieran en cuanto los mencioné en la conversación.

Me queda claro, que los dos tenemos asunto pendientes por resolver con nuestras familias, pero ya habrá tiempo para hacerlo más adelante.

Pero la vida, el universo, y el ser humano por supuesto tiene una manera de demostrarte que nunca es buena idea confiarte y bajar la guardia. Aún ahora que tengo casi nueve meses de embarazo. Y creía que no podría pasar nada tan loco como esto.

Y si pudiera usar una canción ahora mismo es Help, de The Beatles.

Los proyectiles comenzaron a ser arrojados cerca del recibidor, en la puerta principal dándonos muy poco tiempo a Kieran y a mí de agacharnos corriendo detrás del sofá para estar seguros, pero lo logramos. De todas maneras mi futuro esposo uso su cuerpo como escudo para protegernos. Cual película de Bruce Willis una a una las balas entraron y batieron una docena de cosas que se encontraban en la habitación.

Dios mío, haz que esto pare pronto. Era lo único que pensaba.

Mientras Kieran se afianzaba a mi cuerpo todo lo que podía, para intentar protegernos comencé a sentir como mis piernas cedían a la presión.

Presión...

¿Saben que la presión, el estrés y la ansiedad pueden acelerar el parto de una mujer?

—Presión, respira, presión... —Eso fue lo único que alcancé a decir una vez que las balas dejaron de impactar nuestro hogar.

Pobre de mi casa, a estas alturas ya ha pasado por un incendio y su respectivo rediseño y ahora ha sido baleada.

¿Cuándo nos dejarás en paz Dios?

Pero eso no es todo, cuando tratamos de reincorporarnos, entre quejas de mis pies y las contracciones que me estaban amenazando con comenzar el parto de manera anticipada, una nota cayó dentro de la casa rompiendo la ventana del frente que daba a la sala.

Una sola nota venía en el centro.

La tomé en mis manos mientras Kieran corría a casa de los vecinos y ellos llamaron a la policía y a una ambulancia.

Me llevaron al hospital entre jadeos y sollozos de mi parte y súplicas de parte de Kieran por mí y nuestro bebé.

Y justo cuando estaba por irme escuché como el teléfono de mi casa sonaba a lo lejos.

El juego final ha comenzado.

No te metas con mi Legado de Sangre...

"No debes jugar con fuego, no te lo habían hecho saber antes, debes mucho y es momento de pagarlo, pequeña Iris".