¿Me pregunto cuando amarme será suficiente? — Demi Lovato.
Después de la mejor propuesta del siglo la pareja de tortolos se fue corriendo con toda la banda a festejar al lugar más cercano. Para ellos, ese era un bar.
Y como sería de lo más raro ver a una mujer embarazada de casi ocho meses en un bar, fue que decidí dejarles que fueran felices solos.
Y yo me quedé en casa, sin hacer mucho ruido. Porque aunque no me gustará admitirlo, ya no era tan fácil salir de la cama en las mañanas, mi centro de gravedad había cambiado drásticamente.
Pase de tener un leve dificultad a levantarme de todo cada que lo intentaba, a no poder hacerlo por mí misma.
Por lo cual tomé la decisión de irme a casa de mi abuela a pasar mi último mes en ella. Así si algo ocurría (espero que no) ella pudiera ayudarme.
Claro que también podría haberme ido con mi hermana mayor, ella también sabía todo de los embarazos, podría entenderme, pero no quería ser una molestia para nadie.
Yo solo quería paz.
Paz en mi corazón, en mi vida y el amor.
Si es que eso se puede.
—¿Supiste lo que ocurrió el otro día en la estación? —Mi padre había venido a traerme unas cosas para el bebé que su esposa amablemente me había enviado como regalo, antes de la fiesta del bebé que mi familia ya me estaba organizando.
Pero como siempre, surgen todo tipo de imprevistos sin que una pueda hacer nada para evitarlas.
La de esta vez fue que su esposa se enfermó de influenza y prefirió quedarse en casa para la fiesta que sería este fin de semana.
—No, ¿qué paso?
—Kieran tuvo una fiesta sorpresa por lo de su nuevo puesto.
—Así que ha decidido aceptarlo. —Y estaba bien por él. No había hablado más que lo necesario con él, solo cosas del bebé, cosas que faltaban, solo eso.
Y ni una sola vez me había preguntado nada, ni mi opinión.
Era como si de pronto todo lo que habíamos sentido uno por el otro se hubiera puesto en pausa.
O peor aún muerto.
¿Y saben qué?
Estoy bien con ello, no quiero ser un obstáculo para él o su trabajo, si se quiere ir a la Patagonia o Europa por trabajo o diversión lo puede hacer de la manera más cómoda que se encuentre, no tiene ninguna obligación o responsabilidad conmigo.
Y su hija siempre le estará esperando cuando quiera venir a verla.
No hemos quedado en nada, no somos nada nunca más.
Y está bien.
Estoy cansada de pedirle al cielo, a Dios y al universo que encuentre una esperanza para los dos, quizás no es nuestro destino estar juntos.
Y está bien.
Estoy bien con ello.
En serio, no me queda nada de energía ahora mismo como para nada más. Esto es todo para ti, para mí y para nosotros.
Siempre será el amor de mi vida y el padre de mi hija pero es que ya no es nuestro tiempo.
—¿Estas bien con ello? —Me preguntó mi padre dándole un sorbo a su vaso de limonada.
Vi como el líquido de su vaso estaba más frío que el de mi vaso.
Vi como la humedad estaba tan expuesta que se podía jugar un poco con ella si se quería, ya sabes cómo pasar los dedos por ellas para hacer figurillas o solo para empujar las gotas hacía abajo. Como cuando era niña. Me gustaría tanto volver a esos tiempos ahora mismo.
Donde nada me preocupaba demasiado. Todo era tan sencillo.
—Sí, ¿por qué no habría de estarlo?
Y eso fue lo último que escuché de él hasta el fin de semana cuando se ofreció para llevar algunas cosas al salón donde sería la fiesta del bebé.
Cabe destacar que yo no se lo pedí, mi abuela se encontró con él en el súper mercado cuando fue a comprar algunas cosas que faltaron para la fiesta con Emma y él se ofreció a ayudarle hoy.
En México, como en muchas partes del mundo se acostumbra hacer una fiesta previa al nacimiento del bebé, donde se hacen todo tipo de juegos alusivos a bebés, como La Lotería.
Claro, poniendo bebés hasta en las bebidas, en hielos, en servilletas, en las decoraciones. En todo.
Eso es aquí una fiesta del bebé.
Que aunque es mi primera no deja de darme ansiedad porque no estoy acostumbrada a toda esa gente, atención y personas trayendo cosas para mí.
Es como que he pasado toda una vida siendo yo, yo y yo sola y he estado bien. He tenido todo lo que quiero, poco a poco y trabajando para tenerlo, siendo fuerte e independiente y me ha salido bien.
Y ahora toda esta gente está aquí por mí y por la bebé y yo no puedo evitar sentirme culpable por ello.
Mientras la gente llega al lugar, acomodo mi vestimenta de manera nerviosa, la aliso todo lo que pueda y luego cuando pienso que se ve decente, la dejo estar.
Cuando levanto la mirada él está ahí sonriéndome. Y eso de alguna manera me hace sentir peor de lo que ya me siento.
—Tranquila, todo estará bien.
Lo miré y me enderece, me compuse como pude.
Si él estaba bien sin mí, yo también estaría bien sin él.
—Estoy bien, no te preocupes. —Puse mi mejor sonrisa y caminé lo más rápido que pude de ahí. Lejos de ahí.
Y antes de que pudiera alcanzarme para decirme algo, lo que sea, recurrí a saludar a mis invitados.
Ahí termino nuestro contacto.
<<>>
—¿Estás bien? —Emma se pone de mi lado derecho y me toma del brazo para llevarme a sentarme.
La fiesta aún no termina. Al contrario está en lo mejor de ella.
—Sí, sabes que estaba un poco inquieta pero ya no. No más.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión? Quizás que se haya ido cierta persona.
Miré a Emma y dejé salir aire de mis pulmones, tomé impulso y seguí hablando, era hora de sacarlo que había estado guardando.
—A ti menos que a nadie puedo engañarte, no estoy tan bien como creía pero ayuda mucho verlo cada vez menos en todos los lugares a donde voy.
—Dime una cosa, ¿crees qué algún día puedan arreglar las cosas?
—En este momento creo que la respuesta a eso es no.
Dolía decirlo, no lo voy a negar pero creo que hoy era lo menos que me debía a mí misma, ser sincera.
—¿Y estás bien con ello?
—Te contesto eso cuando lo sepa, ¿sí?
Mi hermana me da esta gran sonrisa de aliento que tanto la caracteriza y luego las dos nos vamos a continuar con la fiesta.
No regresé a casa de la abuela ese día, al contrario me fui a casa a lo que se suponía que sería "ir a recoger algunas cosas" nada más.
Pero una vez ahí, no quise irme.
Este era mi refugio, mi lugar seguro.
Aquí podía golpear el saco cuando estaba molesta, podía reír con una película en la comodidad de mi casa y mis muebles, podía llorar sin ser juzgada como loca, podía andar en pijama todo el día si quería.
Esta era mi casa, no tenía por qué irme de aquí por temor a no verle nunca más aquí.
A mí lado.
Junto a mí.
Caminando de la mano conmigo hacía un futuro juntos.
Hacía un nosotros.
¿Cuándo se dice que suficiente es suficiente? ¿Cómo se decide eso?
¿Me pregunto cuando amarme será suficiente?
¿Cuándo dejas que el dolor de perder algo que tuviste tan cerca se vaya?
¿Se va alguna vez?
¿Se irá el mío?
Espero que la respuesta hacia eso algún día pueda ser sí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro