Necesito saberlo, saberlo ahora...

¿Puedes amarme de nuevo? — John Newman.

La canción tenía razón, aun a pesar del mal clima tenía que salvarlo.

Eso era lo único en mi mente, y mientras que esto no ocurriera jamás tendría paz.

Ariana a mi lado señalaba el camino y a medida que nos íbamos acercando, mi corazón amenazaba con estallar con cada latido que daba.

—Da vuelta a la izquierda aquí y luego sigue derecho... —decía la chica desde el otro lado del auto, íbamos sentadas en la parte de atrás, todo porque Gabriel y Raúl dijeron que si nosotras manejábamos seguramente moriríamos en la primera vuelta.

No sé qué le habrá dicho Kieran a Gabriel de mi manera de conducir, pero está era impecable.

Jamás en mi vida me había pasado un alto, ni una señal de precaución, ni una multa por conducir en estado inconveniente ni por ir demasiado por encima del límite de velocidad.

Yo era todo el reglamento de tránsito andante, recitado de manera correcta, por supuesto.

Jamás en mi vida conducirá como una loca.

—No sé qué te habrá dicho Kieran de mí, pero jamás he conducido mal en mi vida.

—Lo sé. —Respondió sin mirar hacia atrás. Aquel gesto me irritó más de lo normal.

—Y si lo sabes porque dudas de mí.

—Porque nadie que esté en tu situación podría mantener la cordura, ni siquiera conduciendo.

Hice una mueca de disgusto ante sus palabras.

Eso mismo había dicho antes, cuando aún estábamos en casa de Ariana. Justo antes de salir.

Y aunque no me gustará, quizás tendría razón al decirlo.

Porque ahora mismo, por más fuerte que haya sido antes, la realidad es que con esta situación estaba al borde de un ataque de nervios.

No dejaba de moverme para todos lados, de acomodarme en el asiento, de pensar en todo aquello que podría salir mal.

¿Porque?

Dicen que entre peor pienses que te puede ir, si atraes todo lo malo, si lo sueñas, esto quedará descartado del futuro. Esperaba que eso fuera cierto, y también esperaba que Murphy no quisiera jugar esto en mi contra.

No en esto.

En lo que sea, menos en esto, por favor. Dije rogándole mentalmente al cielo y a todo aquel que quisiera escucharme en los cielos.

—Da la vuelta aquí, y estaciónate en la esquina —Raúl hizo lo que la chica le pidió, tal y como ella lo dijo.

Quizás el hombre estaba conduciendo con sus manos, pero Ariana estaba conduciendo el escenario con su mente.

Y justo cuando la música estaba por ser apagada por Gabriel, Jhon Newman salía por los altavoces de la radio pidiendo, rogándome una vez más porque la pregunta de siempre, volando sobre nuestras cabezas como un recordatorio de lo que no debe ser me ruega...

Necesito saberlo, saberlo ahora, ¿puedes amarme de nuevo?

<<>>

La vida es muy cruel e injusta con quienes dudan de ella.

Pero también es hilarante como encuentra la manera de poner todo en su lugar, nos guste o no, todo tiene un orden natural y si lo alteras puedes no salir invicto de esta vida.

Porque ella no perdona, solo te acusa y persigue hasta que pagues las que debes.

Y aunque al principio parece que no has hecho algo tan malo, te repito, todo está escrito, todo está previsto a corto, mediano y largo plazo.

Y aunque siempre he creído que hay pequeñas acciones que pueden alterarlo, que tal si todas estas acciones solo generan que todos estos eventos se den como deberían.

Y lo que creemos que esta cambiando, realmente solo esta ocurriendo como debería de pasar.

Me gusta pensar que la vida debe ser como una mujer, solo eso explica su comportamiento tan errático, tan cambiante y tan sublime que nos hace pasar para darnos todo lo que nos merecemos.

Bueno o malo.

Quiero pensar que me merezco cosas buenas y que por ello las atraigo, ¿pero y si no es así?

Y si desde el principio mi único destino ha sido acabar aquí, a manos de un loco asesino y demente.

Porque han pasado ya un par de días, o quizás solo muchas horas y aún sigo sin saber nada.

He recibido golpiza tras golpiza, no se de quien, porque todo el tiempo me tienen sedado y amordazado, mis ojos y oídos han sido cuidadosamente cubiertos para que no pueda deducir ni averiguar nada de lo que está pasando.

Creí que al venir aquí ayudaría a Iris, pero solo conseguí ponerle una fecha de muerte a mi frente.

Espero que alguien venga por mí, espero que Gabriel logré hablar con Iris, espero que Raúl la cuide si falto, si no me encuentran, espero que si muero Ariana sea capaz de saber quién lo hizo al final.

<<>>

No tenemos nada, estamos entrando en este lugar a ciegas completamente.

No sabemos nada, ninguna pista ha sido revelada.

No estamos ni cerca de saber quién pudiera estar haciendo esto.

Y esto me está matando.

Raúl y Gabriel son los primeros en entrar, aseguran una entrada y luego nos ayudan a Ariana y a mí para seguirles los pasos.

Todos nosotros vamos contando nuestros pasos y fijándonos en todos, paredes, interruptores, un pie a la vez, dudando de todo a nuestro paso. No tengo que decir que los cuatro estamos asustados, pero concordamos en algo, no podemos esperar más un milagro o que la policía viniera a ayudarnos.

De todas maneras, avisamos antes de venir aquí, que teníamos esta pista y que sería bueno que envíen patrullas a la zona a revisar por si acaso.

Sin embargo espero que no lleguen pronto, que al menos nos den la oportunidad de saber algo antes de que ellos lo arruinen.

Conforme nuestros pies iban avanzando por esos pasillos tan helados y lúgubres, se iba escuchando una melodía...

Estábamos lejos, por lo que no escuchaba mucho de ella, casi no se distinguía, pero por lo menos esta nos indicaba el lugar hacia donde debíamos ir.

—¿Escuchan eso? —dijo Raúl deteniéndonos a todos, Ariana y yo estábamos espalda con espalda, Gabriel no nos dejó avanzar más. Asentimos los tres hacia él, que ahora estaba de frente hacia nosotros—. Iré a investigar, quédense aquí.

—Espera, ¿irás solo ahí? —dijo Ariana robándome las palabras de la boca.

Pero yo no estaba escuchando ya, ignoré todo lo demás, porque para mí estaba desapareciendo a medida que iba entendiendo la música que venía de alguna parte.

Era como si alguien estuviera subiendo el volumen, o quizás no lo estaban haciendo, quizás me lo estaba imaginando.

Avancé todo lo que Raúl y Gabriel me dejaron.

Cuando escuché la melodía, cuando realmente la escuché entendí que nadie más que yo debía ir ahí.

Y es que como no iba reconocerla, me llamaba así por ella.

Esto era una declaración, la vieras por donde la vieras.

Por suerte nadie más que yo sabía eso de mí, por lo que pude planear mis siguientes movimientos sin que nadie más se diera cuenta de mis intenciones.

—No me lo tomen a mal, pero no creo que debamos ir todos haya solos, deberíamos de regresar por donde hemos venido y esperar a la policía. —Todos, incluso yo en mi mente que ya sabía el plan que yo misma tenía entre manos, se asombraron con mis palabras.

Iris de Goo Goo Dolls, salía por los altavoces que ahora veía instalados en las esquinas de cada pasillo que habíamos pasado.

Estaban puestas ahí por una razón, y planeaba hacer todo para averiguarlo.

Afiance mis piernas al suelo y hablé lo más segura de mí misma que podía ante los rostros preocupados de mis amigos.

—¿Estás segura? —dijo Ariana a mi lado.

—Sí, esto es lo que quiere esa persona, que todos nosotros vengamos aquí desarmados, nos está atrayendo con estas pistas y juegos sin sentido.

—Pero si tú misma fuiste la que nos trajo aquí, es más casi nos obligaste.

—Eso no es cierto, yo no obligue a nadie y si no quieren salir de aquí, lo entiendo, pero no voy a arriesgar mi vida solo porque un estúpido asesino quiere cobrarme una vieja deuda, esta no es una película de terror, así que me niego a participar en ella.

El resto de mi equipo se miró unos a otros.

—Tienes razón, volvamos, pero... —Raúl iba a la cabeza mientras caminábamos, por lo que ahora que yo iba en la parte de atrás, él corrió a ponerse delante mío, Gabriel hizo lo mismo, dejándome a mí de nuevo, sola en la parte de atrás.

Lo que me daba todo lo que necesitaba para ejecutar mi plan. Tal y como había esperado hacerlo.

Avanzamos lo más rápido que pudimos, y justo cuando estábamos formándonos para salir por la puerta por la que entramos, tome la decisión final.

Primero paso Raúl, luego Gabriel y por ultimo Ariana.

En cuanto ella pasó por la pequeña puerta, tomé algo y atranque la puerta para que ellos ni nadie pudieran entrar hasta que no tuviera lo que debía.

La vida tenía que acomodar esto también, y de eso me iba a encargar yo.