Capítulo 54.
No tengo miedo — Fall Out Boy ft. Missy Elliot.
La vida nunca es justa, hasta que tiene que serlo, creemos que es un castigo divino el que nos vaya tan mal, pero no, es que la vida está construida de esa manera.
Nada es casualidad, todo está destinado a pasar, incluso lo que creemos que no debe, lo que pensamos que no es justo, todo está destinado a pasar.
Lo cual me lleva a explicar nuevamente que nada en este lugar pasa desapercibido, todo se sabe, por eso es que no entré en esa tienda de ropa para bebé, por eso es que no le había dicho a nadie del bebé, porque aquí nada era un secreto por siempre, todo se sabía, tarde o temprano.
Por eso no fue raro para nosotros saber de una situación de rehenes en el viejo edificio de la biblioteca.
Esta ciudad tiene sus secretos también, sobre todo si hablamos del pasado, entonces serían sucios secretos. Porque pasamos por mucho como pueblo anteriormente, se libraron muchas batallas para poder estar en paz y ser libres como lo somos ahora, una de ellas, la más importante y también la última nos dejó sin medio pueblo.
Y aunque la mayoría de los lugares que se vieron afectados ya fueron cambiado o renovados para nunca más volver a aquellos días amargos de pérdidas, algunos otros edificios como lo son la biblioteca del noreste de la cuidad quedo gravemente afectada, casi al punto de que debería de ser derrumbada, pero no se ha hecho.
No me preguntes el motivo exacto, no lo sé, quizás sigue en pie para recordarnos lo mal que lo pasamos en esos tiempos y para nunca volver a lo mismo, nunca jamás.
O quizás es que deba ser el lugar de un terrible suceso nuevamente.
Eso parece cuando la gente comienza a gritar, cuando comienzan a correr cuando uno a uno se escuchan los estruendos, cuando hay gente cayendo al suelo, la vida me ha enseñado que de un segundo a otro cualquiera cosa puede cambiar.
Y lo hace, siempre lo hace.
Ahora no sé si seguir corriendo a mi casa o correr hacia la situación que esta frente a mis ojos, hay gente que necesita ayuda, mi ayuda, la de todos, pero antes de que pueda dar un paso, alguien me lleva de ahí, lejos de todo y todos.
—Tú no debes ir hacia allí. —Me dice la voz de Raúl muy cerca de mí.
Se los dije, todo puede cambiar en segundos.
—No tengo miedo. —Le respondo tratando de sonar lo más segura posible de mis palabras.
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Estoy de nuevo en ese lugar oscuro, se escucha mucho ruido, no tengo mis ojos abiertos, pero aun así se cuándo hay gente a mi alrededor, quizás estén ahí por mí, quizás no.
Lo que sé, es que hay mucha oscuridad alrededor de mí y de todas ellas, no abro lo ojos, me siento cansada, como si me hubiesen robado toda la energía que tenía antes.
No me deja moverme, quizás es la ansiedad, siento como si tuviera una roca pesada aplastándome la garganta, y no me deja respirar bien.
—Iris, Iris, despierta...
Me ordena una voz del otro lado de la oscuridad.
Quiere llevarme o quiere dejarme aquí, ¿quiere tomarme en sus brazos y no soltarme nunca más?
No lo sé.
¿Hay algo peor que sentirse de esta manera?
Quizás sí, quizás no.
Cuando abro los ojos estoy de nuevo encerrada entre esas paredes blancas y estériles que no significan nada más que he caído de nuevo en las sombras de la oscuridad.
—Iris...
—Kieran... —es lo primero que sale de mi boca, no lo pensé, no lo pretendía, no lo quería. ¿O sí?
—No, soy Raúl, lo siento por eso.
—¿Porque?
—Iris tienes que ser fuerte, tienes que tomarlo con calma... —dice él siguiendo con voz calmada en su argumento.
—¿Qué pasa?
—No está.
—¿Qué quieres decir con que no está?
—No encuentran a Kieran.
—No, eso no puede ser cierto.
—Lo siento tanto, pero lo es, Kieran ha desaparecido.
El vacío es el único que me atrapa después de esas palabras.
De nuevo estoy yendo hacia la oscuridad.
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Me pregunto si será un sueño o una pesadilla mucho tiempo antes de que me despierte de nuevo.
Me pregunto si es mi culpa de nuevo, o es culpa del universo, me pregunto si debo o no de preocuparme.
Me pregunto mil veces antes si es cierto lo que escuche.
Y cuando salgo del hospital unas horas más tarde en brazos de Raúl y no de Kieran sé que es cierto.
Él ha desaparecido.
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Nadie me sabe decir exactamente como esto pudo ocurrir, pero al parecer todo lo que ocurrió en la plaza era solo una distracción para llevárselo.
Pero eso no es lo peor, lo peor de la situación es que no saben cómo, cuándo, o quien pudo haberlo hecho.
Solo saben que un momento estaba ahí, planeando una estrategia para entrar al edificio, parecía una típica situación de rehenes, una persona se había encerrado ahí con un grupo de personas, amenazaba con dispararles a todos y luego a él si no se cumplían con sus demandas.
Quería millones por ellos, pero todo estaba bien dijo la policía local, todo estaba controlado, gracias a Kieran, él lo tenía todo bajo control, planeo y ejecuto la estrategia, entró un escuadrón de asalto para aplacar al atacante y fue cuando la bomba se detono, él solo estaba esperando a que todos los rehenes estuvieran afuera para presionar el botón, su única intención nunca fue atracar el lugar, solo quería causar dolor y confusión.
Porque no hemos tenido suficiente de ello últimamente.
Lo digo por mí y lo digo por el pueblo.
Por eso la gente comenzó a gritar, había gente herida, pero no muerta por todas partes.
Por eso el alboroto que vi.
De acuerdo a Raúl, en cuanto él me jalo me desvanecí en sus brazos, sin querer.
Es como si hubiese previsto que se estaban llevando a Kieran en ese momento, yo solo recuerdo que sentí como si me estuvieran quitando una gran parte de mí misma, no podía respirar, la oscuridad me recorría por todas partes, no me dejaba ser ni estar, por eso me desvanecí.
La familia fue notificada de inmediato, yo sabía que él solo tenía a sus abuelos paternos y a su hermano mayor.
Con los cuales, y apenas hablaba desde que sus padres murieron, yo había intentado por todos los medios que el hombre retomara el contacto, recalcando la importancia de tener a tu familia cerca y estar bien, pero ni eso lo hacía cambiar de opinión sobre el tema.
Y ahora estaban en camino aquí, un lugar que nunca en su vida habrían visitado de no ser porque Kieran estaba desaparecido.
Me habían notificado a mí también, no supe porque hasta que un hombre de seguros me lo dijo.
Kieran me había dejado un seguro de vida a mí, yo era su único contacto de emergencia en caso de algún accidente y además era la única beneficiaria, si algo le pasaba él me había dejado protegida.
A pesar de todo y de todos los malos momentos yo seguía siendo importante para él.
Era una estúpida por no valorar eso.
—¿Estás bien? —me dijo Raúl pasando sus manos por mis hombros, no sé cuándo había comenzado a temblar, pero lo estaba haciendo ahora, él lo noto y trato de reconfortarme de la única manera que sabía.
Paso ambos brazos por mis hombros.
—No, no estaré bien hasta que Kieran sea encontrado con vida.
—Verás que seguramente esta por ahí, después de la explosión mucha gente estuvo confundida por algún rato, es seguro que aparece de la nada, como siempre, como lo que es, un héroe para esta ciudad.
Yo quería creer eso.
Sabía que él era eso.
¿Pero y sí no era así?
Algo dentro de mí seguía diciendo que algo aquí estaba mal, que Kieran peligraba y era toda mi culpa.
El timbre de mi casa sonó, Raúl se precipito a ir hacia ahí, yo me levanté como si tuviera un cohete pegado a mi trasero, esperando y deseando que fuera Kieran, que esto solo fuera un sueño.
Solo eso.
Raúl miró por la mirilla de la puerta y se giró hacia mí para hablarme.
—Tranquila, lo siento, es la comida que pedí.
Eso me hizo caer mi esperanza casi hasta el suelo, figurativamente hablando, realmente solo encogí los hombros y ya.
Regresé al sofá, donde me cubrí con un par de mantas.
—¿Me estás diciendo que no a la comida china? —dijo Raúl desde la cocina tratando de sonar gracioso. Tenía esta sonrisa legítima de oreja a oreja, sin embargo, yo no estaba para juegos, ni risas.
—No tengo hambre, pero tengo que comer.
—Me conformaré con eso entonces.
—Es todo lo que puedo darte por ahora, mi amigo.
Raúl sonrió conforme con lo que le había dicho hasta el momento, pero en cuanto abrió la caja de la comida a ambos se nos fue el hambre de manera instantáneamente.
—¿Pero qué demonios? —grité alejándome del lugar por el olor a putrefacción de lo que sea que estuviera dentro de la caja.
Ya tenía suficiente con las náuseas por el embarazo que me daban a todas horas del día por la nada, como para que ahora les diera un motivo más para aparecer.
—¿Qué es eso? —le dije a Raúl que ahora tomaba la caja y la vaciaba en el contenedor de basura sin más.
—No tengo idea, pero sé que huele a rayos.
—¿Cómo se pudieron equivocar tanto en nuestra comida hombre?
De la bolsa de la misma comida, al levantarla para tirarla en cayo una nota finamente doblada.
"Ven a buscarme, pequeño corderito"
Esto es la guerra perra.
Dije a la nada.
—Sé que no me vas a hacer caso, pero no creo que sea bueno precipitarse en tu condición.
—Es más que obvio ahora Raúl que la persona que tiene a Kieran quiere que vaya para seguir jugando este estúpido juego que ella o él ha iniciado por no sé qué razón retorcida, así que guárdate tu opinión porque no la necesito.
—Bueno entonces escucha esto, Kieran no querría que te pusieras en peligro por él, no caigas en provocaciones de un Bully, no arriesgues tu vida y la de tu hijo por lo que tú misma sabes que es una búsqueda estúpida e inútil que solo te va a quitar más cosas de las que ya te ha quitado.
—Sí no termino yo con esto de una vez y por todas, me seguirá por toda mi vida, además no sé qué juegos retorcidos puedan estar jugando justo ahora con Kieran y mientras más tiempo pase, más tiempo es el que estoy perdiendo en ir hacia allí para ayudarlo.
—Ni siquiera sabes a dónde ir.
—No, tienes razón, pero tengo el presentimiento de que, sí él o ella quieren jugar ahora, no pasará mucho tiempo para que me muestre el camino que debo seguir.
—Sí haces esto, debes saber que nunca habrá vuelta atrás, por favor Iris no tienes que demostrarle nada a nadie.
—Sí, sí tengo, porque de ninguna manera dejaré que Kieran pase por lo que yo pase solo porque tengo miedo.
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