Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 32: MÁS DIFICULTADES

~🖤~

ERICK.

Al leer el mensaje que me habían enviado, lo único que podía hacer era orar.

Al llegar a la casa de Paola y entrar, ella se dirigió hacia la cocina, yo en cambio me quedé parado justo en la entrada. Mientras rememoraba algunos momentos de mi niñez.

Mi padre iba llegando a casa, yo al verlo corrí a abrazarlo.

— ¡Papá! ¡Papá! ¡Llegaste!

— Si, hijo — sonrió — ¿cómo te has portado?

— Bien papá, te estaba esperando.

— ¿Así? ¿Por qué?

— Para que juguemos un rato.

Él sonrió mientras asentía. Sin importar cuán cansado estaba, siempre tenía tiempo para mi y eso era algo que amaba de él y de mi mamá también.

— Cuándo crezca quiero ser Pastor cómo tú — le dije un día.

— Serás lo que Dios quiera — me dijo — Se que él tiene un propósito para tu vida. Para nuestra familia, para nosotros.

— ¡Erick! — la voz de Paola me sacó de mis pensamientos y me trajo de vuelta a la realidad.

— ¿Si?

— ¿Estas bien? Te quedaste parado ahí sin moverte.

— Solo pensaba — solté un suspiro — Extraño a mi papá y a mi mamá.

— Lo entiendo, yo también extraño a mi padre.

— Aveces intento recordar más, pero no puedo, siento que hay algo más pero no se que es.

— Tranquilo. Si hay algo más que debas saber o recordar será a su debido tiempo. Entre el cielo y la tierra no hay nada oculto.

Sonreí.

— Aveces tengo la impresión de que te conozco desde hace mucho tiempo atrás. Desde que te vi por primera vez, no puedo explicar lo que senti...contigo siento esa confianza que con nadie más he tenido.

Y así era. Ni con Mía sentia eso, no había esa confianza total. Y mi pregunta era ¿por qué?

— Me pasa lo mismo — respondió — siento que te conozco de hace muchos años y realmente me alegra poder ayudarte y estar ahí para ti.

Luego de hablar un momento, ella se fue a la cocina para empezar a preparar la cena.

Me senté en uno de los sillones y al poco rato la mamá de Paola se sentó a un lado de mi.

— Es bueno tenerte aquí — comenzó a decir — Sabes, a mi esposo y a mi siempre nos ha gustado ayudar y dar hospitalidad a quien lo necesite...por eso compramos esta casa con muchas habitaciones.

— Es muy lindo lo que han hecho.

— Es lo que Dios nos ha mandado, ayudarnos unos a otros y mostrarnos amor.

— ¿Duraron mucho tiempo casados? — le pregunté.

— Si — sonrió — Nos casamos cuando ambos teníamos 22 años y y unos años después llegó Paola, ella fue una bendición para nosotros, una oración contestada.

Sonreí y eso me hizo pensar en mi pequeña Eileen. Sin duda alguna se que es una bendición. Una bendición que lamentablemente no pude cuidar.

— ¿Lo extraña?

Ella asintió mientras sonreía triste.

— Cada día. Pero se que esta en un lugar mejor, él terminó la carrera y se que Dios fue fiel en darle la recompensa.

— Aveces me preguntó por que las personas tienen que morir — dije — más aquellas personas buenas, que se esfuerzan por buscar a Dios...Mis padres eran pastores y murieron.

Ella me miró con una mirada dulce.

— Querido, todo en esta vida tiene su tiempo. Hay tiempo de vivir y tiempo de morir. No somos eternos, solamente estamos por un tiempo en este mundo y la vida no es nuestra, es de Dios y él decide cuando termina nuestro viaje aquí.
Aveces nos duele la perdida, lo se porque lo viví con mi esposo, pero si lo vemos del lado bueno, él acepto a Jesús y al hacerlo obtuvo la vida eterna juntamente con él y él ya no tiene que sufrir y atravesar todo lo que nosotros aún tenemos que pasar, ahora él esta descansando de todo, al igual que tus padres.

Sonreí sabiendo que tenia razón.

Minutos después Paola nos indicó que la cena estaba lista. Pasamos al comedor, le ayudé a poner los platos. Antes de comer oramos.

Al terminar me retiré a la habitación donde me estaba quedando.

Poco después alguien tocó a la puerta.

— Soy Paola, ¿puedo entrar? — escuché su voz del otro lado de la puerta.

— claro — respondí.

Abrió la puerta y entró. Entre sus manos sostenía su guitarra.

— Me preguntaba si te gustaría que oraramos y cantaramos para Dios.

— Si, solo que yo no canto.

— ¿pero en la iglesia no cantas?

— Si — reí — pero ahí nadie me escucha porque mi voz se mezcla con la de los demás, pero cuando estoy solo no lo sé, nunca lo he hecho.

— Podrías intentarlo — sonrió.

— Bien.

Ella sonrió mientras caminaba hacia mí y tomaba un silla y se sentaba quedando de frente.

Comenzamos orando luego Paola comenzó a tocar melodías con su guitarra.

— El resplandor de un rey, vestido en majestad
La tierra alegre está, la tierra alegre está.
Cubierto esta de luz, venció la oscuridad,
Y tiembla a su voz, y tiembla a su voz.

Dejó de cantar y abrió los mirándome y dándome a entender que cantara.

Me sabia la letra pero tenía pena de hacerlo.

— Esta bien, puedes hacerlo.

Asentí. Cerré mis ojos y comencé a cantar.

— Cuán grande es Dios, cantale cuán grande es Dios
Y todos lo verán, cuán grande es Dios.

Continuamos adorando y luego de eso oramos. Fue un momento hermoso que pasamos los dos en la presencia de Dios.

Me sentí con plena libertad de cantarle con todo mi corazón y pude sentir como su presencia descendió sobre mi vida trayendo paz y tranquilidad a mi corazón.

— Tienes una linda voz — dijo Paola — deberías entrar al grupo de alabanza.

— No, no lo sé. No me siento listo para estar ahí.

— Al menos consideralo. Creo que tienes una hermosa voz que Dios te ha dado y que mejor que usarlo para él. Todos los dones y los talentos que tenemos, son dados por Dios.

— Lo pensaré y orare.

Sonrió.

— Mañana no estaré en casa — me dijo — iré al instituto por unos asuntos que tenemos pendientes, volveré hasta la tarde...y me preguntaba si es que tú podrías cocinar...es solo si quieres sino puedo pedirles comida a domicilio.

— No te preocupes, yo cocinare...

— Gracias.

— Es lo menos que puedo hacer para compensar todo lo que han hecho por mi.

— y te lo hemos dicho, no esperamos que nos des nada a cambio, estamos para apoyarte.

Asentí. Los días anteriores había estado buscando trabajo en algunos lugares de la ciudad solo quedaban con que me llamarían pero nunca lo hacían. Y estaba más que seguro que todo era obra del jefe para que no encontrara trabajo y volviera con él.

Paola Se despidió y se fue a su habitación. Me acosté en mi cama y luego de batallar un poco me quedé profundamente dormido.

Y mientras dormía comencé a soñar.

Me encontraba en una habitación, todo estaba en completa oscuridad. De pronto una vela fue encendida sobre una mesa.

Me acerqué a pasos lentos hasta llegar a la mesa, sobre esta habia una carpeta. La abrí, contenía varias fotografías de mis padres y yo.

— Erick — escuché una voz detras de mi. Me sobresalté al escucharlo. Volteé y quedé totalmente sorprendido.

Era ella.

Ella estaba ahí. Con un vestido tan lindo en color blanco.

— Cuanto has crecido — dijo.

Se acercó a mi y me abrazó. Comencé a llorar, no podía creer que estaba ahí.

Mi madre estaba ahi, tal y como la última vez que la vi.

Cabellos rubios, y esos ojos verdes encantadores que había heredado yo también. Era simplemente hermosa.

Luego de unos instantes nos separamos. Ella me miró con una sonrisa.

— Pronto sabrás la verdad.

Fruncí el ceño sin entender.

— ¿qué verdad? ¿De qué hablas?

— Entre el cielo y la tierra no hay nada oculto.

— Eso me dijo una de mis amigas — dije refiriéndome a Paola — pero ¿cuál es esa verdad?

— Nunca has estado solo.

— ¿de qué hablas?

— Ya lo sabrás — dicho eso mi madre desapareció y yo desperté.

Chequé mi teléfono. Eran las dos de la mañana.

¿cuál es esa verdad?

¿Qué es lo que no se?

Pensando en eso volvi a quedarme dormido.

Al día siguiente me desperté. Paola ya se había ido, había dejado una nota en la mesa del comedor.

Todo el día me la pase con su madre platicando, cocinando, leyendo la biblia... Para mi fue como si estuviera reviviendo el tiempo y estuviera haciendo todo eso con mi madre.

Cuando la tarde llegó nos sentamos en el sofá para ver una película mientras esperábamos que Paola volviera.

Esperamos y esperamos. Pasaron las horas, se hizo de noche, pero ella nunca volvió.











Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro