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Capítulo 29: DIOS ESTA CONTIGO🤍

Capítulo dedicado a HellenMolinares

~🖤~

Erick.

Es increíble como la vida puede terminar en un instante. Y como una persona puede parecer feliz pero en realidad es solo una fachada para ocultar su tristeza.

Hace días leía un versículo en Proverbios 14:13 (NTV)

La risa puede ocultar un corazón afligido,
    pero cuando la risa termina, el dolor permanece.

Muchas veces podemos ver personas riendo o disfrutando la vida, pero realmente no sabemos que es lo que siente o porqué situación está atravesando.

Unos toques en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos.

— ¿Si?

— ¿Estas listo? Debemos irnos.

— Si, ya voy — respondí mientras me paraba de la cama y caminaba hacia la puerta para salir de la habitación.

Me dirigí a la sala donde Paola y su madre me estaban esperando.

Si, desde ese día me quedé a, prácticamente vivir con ellas debido a que no tenía ningún lugar a donde ir. Ellas estaban encantadas por poder ayudarme, pero yo insistí en que en cuanto consiguiera algún trabajo y algo de dinero les pagaría.

Salimos de la casa y subimos al auto en dirección al Panteón de la ciudad para acompañar a Angie y su familia en su pérdida.

La noticia sobre un acontecimiento reciente había conmocionado a toda la ciudad.

"Una joven de 19 años, estudiante de la licenciatura en Música del Instituto Nacional de Bellas Artes, decidió acabar con su vida tras cruzar la puerta del suicidio.
El hecho ocurrió al anochecer del día de antier, a las afueras de la ciudad. La joven se lanzó desde el borde del acantilado hacia el océano donde murió minutos después ahogada.
Se desconoce los motivos que la orillaron a tomar esa decisión, pero estudios hechos en la autopsia, informan que la joven estaba embarazada".

— Es triste saber que opto por la puerta falsa — dije.

Paola iba conduciendo, su madre en el asiento del copiloto y yo en los asientos traseros.

— Lo es — respondió — Es lamentable, no imagino el dolor que estarán sintiendo sus padres en este momento.

Suspiré.

Cuándo llegamos al Panteón, ya había varias personas reunidas. Nos bajamos del auto y caminamos hacia donde estaban todos frente al ataúd.

El pastor comenzó el pequeño servicio dando lugar a Dan quien entonaria unos cantos. Luego de eso, el volvió a tomar el lugar para compartir un breve mensaje.

— Dios fortalezca a la familia — dijo al terminar — Dios esta con cada uno de ustedes, él no los ha dejado aún a pesar de esto que están viviendo.

Minutos después ya se encontraban poniendo el ataúd bajo tierra. Los padres de Ariana lloraban. La esposa de Dan se acercó a Angie y la abrazó mientras ella lloraba.

Sabia que estaban sintiendo un dolor muy grande. Yo lo había vivido cuando perdí a mis padres. Realmente duele perder un ser querido. Pero si estamos con Dios tenemos esa esperanza de que hay vida aún más allá de la muerte.

<Ojalá esta chica haya aceptado a Jesús en vida>

Algunas personas comenzaban a retirarse no sin antes saludar y darle algunas palabras a la familia.

Caminé a donde ellos estaban. Paola y su madre hablaban con los papás de la chica. Me acerqué a Angie y toqué su hombro.

— Hola — le dije.

Ella volteó a verme mientras se limpiaba las lagrimas con un pañuelo.

— Hola, ¿Erick, cierto?

— Si — asentí — realmente lamento mucho tu pérdida, ha sido una noticia lamentable.

— Si. Lo que más me preocupa es el hecho de que ella...— volvió a llorar — Ella no aceptó a Jesús en vida y eso solo significa que no fue con él.

No sabía que decirle. Eso sí que era aún más lamentable. Su alma se había perdido.

No acostumbraba a abrazar a las personas, menos si apenas y las conocía, pero sentí la necesidad de darle un abrazo así que Me acerqué a ella y la abracé. Ella comenzó a llorar aún más.

— Sin importar lo que ha pasado, se que Dios está contigo.

Ella no dijo nada, solo lloraba y lloraba.

— Todo va a estar bien.

Al cabo de unos instantes dejamos de abrazarnos. Angie limpió sus lagrimas nuevamente con el pañuelo. Me sonrió mientras decia:

— Gracias por el abrazo, en serio lo necesitaba.

— No es nada — sonreí — Eh...me alegra haber podido hacerte sentir bien un poco.

Sonrió con una sonrisa tierna y llena de amabilidad aún a pesar del dolor que estaba sintiendo por la pérdida de su hermana.

— Gracias por venir — dijo — es lindo saber que mis amigos y hermanos en  Cristo están ahí para ayudarnos y animarnos.

— No es nada. Y se que apenas y nos conocemos pero si un día necesitas hablar con alguien puedes acercarte a mi, yo perdí a mis padres y se lo doloroso que llega a ser.

— de nuevo gracias.

Me despedí de ella y me fui de ahí hasta donde Paola había estacionado el auto. Espere a que ellas volvieran y entonces regresamos a su hogar.

Mientras iba en el auto, mi celular vibró, lo encendí, tenía un mensaje nuevo de un número desconocido. Abri la aplicación de WhatsApp y entré al chat para leerlo.

Cuídate. Estamos vigilando tus pasos.

Mi corazón comenzó a acelerarse y a tener miedo por lo que podría pasar. Se había completado la semana que el jefe me dio para pensar en volver con él. No iba a volver eso era seguro.

Pero ¿qué haría? Él me tiene vigilado. Posiblemente le haría daño a Paola y a su madre si se enteraba que estaba viviendo con ellas. O iría detrás de Mía.

Toda esa situación me agobiaba al no saber lo que podría pasar. Él jefe no descansaría hasta acabar conmigo.

En todo el camino de regreso me la pase pensando en que haría.

— ¿Erick, estás bien? — la voz de Paola me hizo salir de mis pensamientos.

— Eh, si...si...

— Ya hemos llegado.

Ni me di cuenta en que momento se detuvo, ni cuando su madre bajó del auto.

— Claro — le sonreí nervioso mientras abría la puerta y me bajaba.

Al entrar a la casa iba a ir directo a la habitación, pero ella me detuvo.

— Hay algo que quiero decirte — dijo.

Me regresé y me senté en uno de los sillones de la sala.

— mientras venia manejando, pude sentir como el espíritu santo hablaba a mi vida y me daba una palabra para ti.

Paola tomó su biblia de la mesita y la hojeó, yo esperaba atento a lo que diría.

Isaías 41:10No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
    no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te daré fuerzas y te ayudaré;
    te sostendré con mi mano derecha victoriosa.

Al escuchar sus palabras, o más bien, la palabra de Dios, no pude contenerme y comencé a llorar.

Al cabo de unos minutos logré calmarme, Paola me pasó un pañuelo con el cual limpié las lagrimas que habían salido de mis ojos.

— Se que Dios está contigo sin importar las situaciones que vengan.

— Ahora lo se — le dije.

Yo estaba preocupado y atemorizado por lo que pudiera pasar, pero Dios estaba ahí haciéndome saber que no estaba solo, nunca lo he estado.

— ¿puedo decirte algo? — le pregunté. Creo que si iba a vivir un tiempo en su casa, ella tendría que saber lo que estaba ocurriendo.

— Lo que quieras — dijo mirándome con dulzura.

— Yo estoy metido en una situación algo complicado...

Comencé a contarle acerca del trabajo ilegal que yo tenía y de que ahora el jefe me estaba amenazando para que volviera con él.

— Creo que Dios ha sido claro en su palabra, no debes temer por qué él esta contigo — comenzó a decir — solo confía y elige descansar en él. Y recuerda que la solución a los problemas o dificultades, nunca será volver atrás, nunca será regresar al lugar de donde Dios nos sacó.

— Pero me siento sin tener alguna salida...— confesé.

— Hay una historia en la Biblia que nos habla acerca del pueblo de Israel, ellos habían sido esclavos por 430 años en Egipto, y llegó un tiempo en él que Dios decidió liberarlos. Él envió a un hombre llamado Moisés para que los liberaba y una vez que salieron de Egipto, fueron a traves del desierto. Llegaron a un mar y Dios les dio indicaciones de que se detuvieran ahí...pero algo pasó.

— ¿qué ocurrió? — pregunté intrigado por saber más.

— Los egipcios cuando supieron que ellos estaban ahí, se dijeron entre ellos que irían tras el pueblo para regresarlos a la esclavitud. El pueblo de Israel se encontraba en una situación difícil, por un lado tenían el mar y por el otro los egipcios venían tras de ellos. Prácticamente se encontraban como aveces decimos, entre la espada y la pared. Comenzaron a tener miedo y a pensar que era mejor volver atras Pero esa no era la solución y algo sorprendente fue la fe que Moisés tuvo, él no sabía de que forma saldrían de ahí pero estaba confiando en que saldrían, en que Dios les daría la salida.

— ¿y qué ocurrió? ¿Dios los ayudó?

Paola sonrió mientras asentía con la cabeza.

— Si, Dios proveyó de una salida para ellos. Parecía imposible pero él lo hizo posible. Dios hizo que el mar se abriera y que los israelitas pasaran por en medio del mar en seco.

— Eso es sorprendente.

— Lo ves. Aunque muchas de las veces parezca imposible encontrar una salida a la situación en la que nos encontramos, y el miedo nos invada, Dios siempre puede ayudarnos a salir de ahí. Pero él quiere que confiemos y estemos tranquilos, por qué él pelea por nosotros...

A medida que ella hablaba podía sentir un calor recorrer desde mi cabeza hasta las plantas de mis pies.

— Tú batalla es su batalla. Él va al frente de ti abriendo caminos para que tú puedas pasar y seguir caminando hacia la tierra prometida, hacia lo que él tiene para ti. No temas, que Dios esta contigo.




































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