Capítulo 23: NOTICIAS👣
~💫~
Narrador omnisciente
Era una noche como cualquier otra, el rejol marcaba las 9:00. La chica tocó a la puerta de su hermana mayor. Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba ayuda luego de haberse enterado de algo que la había dejado devastada y sin saber que hacer.
— ¿Si mamá? — se escuchó la respuesta en el interior de la habitación.
— No soy mamá, soy yo — dijo casi en un susurro.
— Ah, Pasa.
La chica Abrió la puerta y cuando hubo entrado volvió a cerrarla.
— ¿qué pasa Ana? — preguntó la pelinegra recostada en su cama.
— ¿Podemos hablar? Yo...estoy en problemas.
Angie se levantó y se sentó.
— ¿Qué problemas? ¿Quieres que llame a mamá?
Ariana negó con la cabeza, estaba haciendo un esfuerzo muy grande por no romper a llorar.
— Si mamá se entera me va a matar.
— Dime que ocurre. Me estás asustando.
— Estoy embarazada — soltó de golpe.
Angie abrió los ojos sorprendida. Nunca imaginó que su hermana menor le diría eso. Pensó que quizás era algo más.
— ¿Estas...Estas segura? — le preguntó.
— Si — asintió con la cabeza mientras unas cuantas lagrimas brotaban de sus ojos — Me hice una prueba y salió positivo. No sé que voy a hacer, si mamá se entera va a matarme...
— No creo que haga eso.
— Pero no podré seguir en la universidad — decía entre sollozos — Eché todo a perder.
— ¿Y él padre del bebé? ¿Lo sabe? ¿Se lo has dicho?
Ariana negó con la cabeza. Lo que menos quería era recordar a aquel chico porque sabía que no le respondería y se sintió como una completa tonta al haberse entregado a él aún cuando sabía como era.
— No lo sabe, y no voy a decirle.
— ¿por qué no? — Angie se sentó a un lado de ella y con su mano acaricio su cabello — Tal vez él estará feliz.
— Lo dudo mucho — sorbió su nariz — Lo conozco bien como para saber que no estará feliz y que no le importara, dira que es mi problema.
— ¿Quién es? — inquirió Angie con curiosidad.
Ariana bajó la vista mientras lloraba aún más.
— Ana, ¿Quién es? Tal vez podríamos hablar con él.
— Jahir — respondió.
— Pero...¿Él no era tu mejor amigo?
— Si, solo fue cosa de una noche y después dijo que lo olvidaramos y lo acepté, pero no esperaba que esto hubiera pasado, tome la pastilla del día después pero al parecer no funcionó.
— Lo siento mucho — dijo Angie — no te preocupes, todo estará bien. Pero tienes que hablar con mamá, estoy segura que te ayudará.
Ariana negó mientras lloraba a mares. Justo en ese momento se arrepentía por las decisiones que había tomado y que estaban trayendo consecuencias a su vida. Se sentía perdida y sin salida. No quería que nadie más lo supiera. No sé lo diría a Jahir porque ya sabía lo que diría, ni mucho menos a Alexa, a pesar de que era su mejor amiga, sabia que ella no la ayudaría ni querría hablarle luego de eso.
Angie en su mente oraba para que Dios tocara el corazón de su hermana y no cometiera ninguna locura o pensara en deshacerse del bebé que esperaba.
.....
Música de adoración se reproducía en su celular. La chica, recostada en su cama cerrando los ojos, disfrutaba del momento.
Una llamada entró a su celular, la música dejó de escucharse y ella inmediatamente contestó.
— Hola, Dios te bendiga — se escuchó del otro lado de la línea.
— Hola, amén, igualmente — respondió.
— ¿Ya estabas dormida? — le preguntó.
— No, solo estaba acostada.
— Bueno, solo llamaba para ver si mañana quisieras salir conmigo, es solo para contarte algo.
Bruna lo pensó por varios segundos y al final aceptó.
— Claro, ¿a dónde?
El chico le dio los detalles, el lugar, la hora en que se verían y finalmente se despidieron.
A la mañana siguiente, Bruna se despertó como de costumbre. Se dirigió al baño a cepillarse los dientes, se lavó la cara y posteriormente volvió a su habitación a hacer su devocional.
Cuándo terminó, bajó a la sala. Sus padres le habían dicho que saldrían muy temprano al instituto, así que estaba sola en casa.
En una pequeña mochila metió su celular, cartera, maquillaje y demás cosas que creyó indispensables. Se la colgó al hombro y salió de su casa en dirección a la cafetería donde había quedado de desayunar con José.
El día estaba hermoso. El sol esparcía sus rayos por doquier, las nubes parecían caminar por el cielo formando figuras imaginarias. Un precioso día pintado por el creador: Dios.
Caminó varias cuadras hasta que consiguió llegar a la cafetería. Entró y buscó con la mirada a José. Logró divisarlo en una de las esquinas. Él chico con una sonrisa en su rostro ondeó la mano. Bruna caminó hacia donde estaba y al llegar lo saludó y procedió a sentarse.
— Me alegra que hayas podido venir — le dijo.
— Si, pero dime, ¿qué era lo que ibas a decirme?
José iba a responder pero la mesera ya había llegado para tomar sus pedidos. Él, pidió un desayuno especial que consistía en tostadas francesas, café y fruta, Ella eligió un sándwich de jamón con jugo de naranja.
En lo que esperaban sus desayunos, José procedió a responder la pregunta que Bruna le había hecho hace unos instantes atrás.
— ¿Recuerdas que hace un tiempo atras, tu padre me había dicho si aceptaba trabajar en el Instituto?
— Si, lo recuerdo — respondió.
— Lo he pensado y orado mucho y al fin he tomado un decisión — sonrío emocionado — Le he dicho que sí, en septiembre cuando inicien las clases voy a iniciar impartiendo una de las clases a los estudiantes.
— ¡Eso es maravilloso! — exclamó Bruna — ¡Me alegro mucho por ti, y se que Dios te ayudara en este nuevo paso que darás!
— Si, lo sé, estoy emocionado pero a la vez un tanto nervioso, pero se que es la voluntad de Dios y por lo tanto él va a respaldarme.
Bruna sonrió asintiendo con la cabeza. José continuó diciendo:
— Quería compartirlo contigo porque eres una gran amiga para mi.
— Y te lo agradezco, me alegra que vayas a hacer nuevas cosas en Dios.
La mesera llegó con sus pedidos. Le agradecieron y Ambos oraron antes de probar sus alimentos.
— Amén — dijeron al unísono al finalizar la oración. José bebió un poco de su café mientras Bruna le daba una mordida a su sándwich.
Continuaron hablando acerca de otras cosas, entre ellas: Lucas.
— Vi la publicación de Instagram — dijo José — Todos lo extrañamos. Él fue un buen chico y un gran amigo.
— Si — Bruna sonrió — fue el mejor chico que pude haber conocido. Por cierto, el día que murió...cuando yo llegué al hospital tú ibas saliendo...
— Si...
— ¿Qué fue lo que te dijo? O ¿para qué te mandó a hablar?
José comenzó a ponerse nervioso pues no sabía que le diría, aunque claro no podía decirle lo que habían hablado, al menos no por el momento.
— Solo animarme a seguir adelante...
— ¿Okey?
— Si, ¿y a ti, que fue lo que te dijo?
Bruna suspiró mientras su mente rememoraba aquel día.
— Fueron varias cosas, pero algo que me dijo fue que quería que fuera feliz y que encontrara a alguien más.
— ¿Crees que puedas serlo? — preguntó José.
— No lo sé. Será difícil olvidar a alguien que marcó tu vida de un manera especial — soltó un suspiro mientras sonreía — Pero bueno, cuéntame algo tú, ¿alguna chica que te interese?
José rió un poco — Si, hay alguien.
— ¿En serio?
— Si, es una chica muy linda.
— ¿Cumple con tus expectativas? — preguntó. José frunció el ceño sin entender — Me refiero a, ¿Es cómo te la has imaginado? O ¿Cómo te gustaría que fuera la chica que será para ti?
— Ah eso, realmente no tengo expectativas de como quiero que sea — sonrió — Lo más importante para mi es que ella ame a Dios y le sirva, para así juntos poder servirle.
— Eso suena lindo.
— Si, porqué no hay nada más lindo que un matrimonio sirva a Dios en unidad.
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