~🩰~

MÍA

24 de Junio.

4:00 pm

Faltaba una hora para mi cita con Erick y estaba sumamente nerviosa. Hace poco había salido del trabajo y vine lo más rápido que pude para que no se me hiciera tarde.

Me metí a la ducha y luego de bañarme salí, me vestí, cepille mi cabello...y cuando estuve lista eran las 4:30.

Tenia media hora para llegar al lugar acordado. Erick me había mandado la ubicación por mensaje.

Tomé mi pequeño bolso y salí de casa. Comencé a caminar mientras disfrutaba ver todo a mi alrededor, hacia un poco de sol pero no mucho. Era una tarde agradable.

Cuando llegué a la cafetería que estaba en el centro; esa misma en donde había hablado con esa chica de nombre Dana; entré y busqué con la mirada a Erick.

Vaya sorpresa que me lleve al ver que no estaba solo. Lentamente caminé hacia la mesa donde estaba.

— Hola — dije.

— Mía, que gusto verte — se puso de pie y me saludó con un beso en la mejilla.

— Hola Mía — saludó la chica que estaba con él, solo le sonreí.

¿Qué hacía ella aquí?

No estoy celosa porque este con otra chica, solo se me hace un poco raro.

— Bueno Erick — siguió diciendo — Ha sido un gusto platicar contigo...Nos vemos luego...

— Si — el rubio le sonrió — Que te vaya bien y Cuidate.

— Adiós Mía...— se puso de pie y tomó su bolso para irse.

— Adiós Paola — dije.

Cuando ya se fue, tomé asiento en la silla en la que ella estaba, quedando de frente a Erick. Jugué con mis dedos algo nerviosa.

— ¿Qué hacía Paola aquí? — pregunté, tratando de no sonar intensa o algo así.

— Oh, solo me la encontré aquí y se sentó a platicar un poco en lo que tu llegabas...

Asenti.

— Gracias por haber aceptado venir — dijo con una sonrisa en su rostro, esa sonrisa de la cual me habia enamorado tiempo atrás — ¿quieres algo de tomar?

— Eh...No, gracias — dije.

— Bien, pero como quiera ordenare algo para ti...

— No hace falta...— dije, pero al parecer a él no le importó.

Erick llamó a la mesera quien acudió a tomar los pedidos, ordenó 2 malteadas de chocolate.

<Chocolate, mi favorito>

Al parecer aún recordaba mis gustos.

La mesera llegó poco después, ambos agradecimos.

— Yo solo quería pedirte una disculpa — comenzó a decir — se que no basta para compensar todo el daño que te cause pero realmente desearía que pudieras perdonarme...

No dije nada. Él siguió hablando:

— Se que te hice mucho daño, se que rompí tu corazón en mil pedazos...Tú no merecías eso...Ahora comprendo todo, muy tarde me di cuenta de que realmente me amabas y ahora solo quiero que me perdones por todo....

Silencio.

Meditaba en cada una de sus palabras y por primera vez parecía sincero con lo que decía, supongo que era porque ahora era una nueva criatura en Cristo.

Y yo como Hija de Dios debía soltar el perdón, ya lo había perdonado de hace mucho pero ahora Erick estaba frente a mi y debía decírselo.

Solté un suspiro antes de hablar.

— Lo que hiciste me causó mucho daño, me hizo sentir la peor persona del mundo...

— Lo siento — bajó la mirada.

— Pase noches en vela preguntándome ¿por qué lo hiciste?

Él no dijo nada así que segui diciendo:

— Fue difícil para mi, pero Gracias a Dios pude superarlo, Dios fue quien me ayudó a sanar todas esas heridas...— sonreí recordando las maravillas que Dios había hecho en mi, como había obrado y sanado mi corazón — Ya te he perdonado Erick...

— ¿En serio? — alzó la vista y me miró fijamente — ¿Después de todo lo que te hice?

— Si — respondí — Si Dios me perdonó a mi, ¿quién soy yo para no perdonar?

Él sonrió cálidamente. Debería dejar de sonreir tanto, no sea que vuelva a enamorarme si no es que aún lo estoy.

— Gracias Mía, anhelaba tanto que dijeras eso...

Asentí, posteriormente tomé un poco de la malteada. Estaba deliciosa, me encantaba el chocolate.

— Me gustaría que me dieras la oportunidad de entrar en tu vida nuevamente, de tener un nuevo comienzo — volvió a hablar luego de unos Segundos de silencio.

Yo lo miré confundida sin saber a que se refería. Él al ver mi cara de confusión soltó una risita y siguió hablando.

— Sabes, en todo este tiempo que ha pasado, me di cuenta de algo, eres una chica maravillosa y realmente si te amo...

Mi corazón comenzó a latir con fuerzas. ¡Erick si sentía algo por mi!

— muy tarde me di cuenta, pero ahora...quisiera que podamos volver a empezar, como amigos claro, y si más adelante se da, me encantaría que pudiéramos entablar una relación más profunda.

Sonreí, eso era lo que quería tiempo atrás, pero ahora no estaba muy segura. Es decir, si nuevamente empezara una relación con él tendría que tener como fin el matrimonio y Erick había dicho que por ningún motivo se casaría, ¿o será que eso ha cambiado?

— Si Podemos ser amigos — dije al fin — lo otro ya Dios dirá más adelante y hay que orar mucho para ver si es su voluntad.

— Okey — sonrió — Por cierto, tengo algo para ti.

— ¿qué cosa?

— Espera un momento — se puso de pie y caminó hacia la barra, lo vi hablar con una chica y esta le entregó algo que no alcancé a ver.

Caminó hacia mi con una sonrisa en su rostro. Cuándo llegó a donde estaba, pude ver que se trataba de un ramo de rosas en color rojo y rosado. Muy bonito.

— Esto es para ti — extendió el ramo para que lo tomara.

— Gra...Gracias — sorprendida tomé las rosas entre mis manos — No debiste molestarte en traerme algo.

— Quería hacerlo — ladeó la cabeza y me entregó una pequeña nota — Esto, viene con el ramo.

Lo tomé y leí lo que decía:

<Mereces todo en esta vida, empecemos por los detalles>

Sonreí.

Estuvimos platicando un poco más acerca de varias cosas, se me ocurrió preguntarle acerca de su trabajo.

— ¿Sigues metido en eso en que antes estabas? Me refiero a tu trabajo...

Me preocupaba que siguiera en eso. Me preocupaba su bienestar y que al estar ahí pudiera nuevamente volver a caer en lo de antes.

La sonrisa de su rostro se borró y eso me dio a entender que aún seguía en eso.

— Eh...si...aunque no de lleno pero aún estoy ahí.

— ¿Piensas dejar todo eso?

— Si — respondió muy seguro — Pero estoy esperando el momento adecuado para ir y hablar con mi superior.

— Espero que sea cuanto antes...

— Si, yo también...pero ten por seguro que lo haré, voy a salir de todo eso...voy a dejar eso atrás...

Sonreí. Luego me despedí pues ya debía volver a casa antes de que se hiciera de noche.

.....

La noche había llegado ya. Por la ventana de mi cuarto podía observas las luces encenderse. Hace poco habia llegado y estaba sola pues mi madre hoy saldría un poco tarde de su trabajo.

Mi celular sonó indicando que tenia mensajes. Lo tomé de la mesa, lo encendí y miré a través de la barra de notificaciones quien era.

Erick
— Que tengas linda noche❤

Diego
— ¿Cómo te fue?

Abrí la aplicación de WhatsApp y le respondí primero a Erick, luego entre al chat de Diego y le escribí.

— Hola Diego🤗
Me ha ido bien...

Adjunté la foto que le había tomado a las rosas junto a la tarjeta y se la envié.

A los pocos segundos respondió.

— Que lindo ramo
Y tiene razón...
Mereces todo en esta vida🙂

— 🥰
¿Qué haces?

— Hablando con una princesa
que acaba de tener una cita con
su príncipe.

Reí.

— No lo es, solo somos amigos.

— Pero algún día lo será.

— Por el momento no
Quedamos en ser amigos
solamente...y esperar...

— Eso es bueno😶...
Sabes...ya tengo que ir a dormir
Hasta mañana!
Linda noche y descansa💖...

— Gracias, Igualmente
Dios te bendiga!

Apagué el celular y me recosté en mi cama un momento, miré el techo y comencé a pensar en lo que había pasado durante el día.

Agradecí a Dios por mi vida, por mi familia y por todos aquellos que me rodeaban. Pedí por mi padre como cada noche lo hacía y por su familia.
Aquella vez que le envié un mensaje, solo lo vio pero no respondió y yo no insistí más.

Sin embargo, seguía confiando en que Dios obraria en su vida.