diez
Tiempo atrás...
「 Primer celo de Lisa 」
Lisa tenía todo anotado, todo calculado y sabía exactamente cuándo es que debía comenzar a tomar los supresores. Sus hermanos mayores le habían ayudado a empacar todo por ende sabía que los supresores no era algo que le podía faltar.
Ella misma sabía que su aroma era más fuerte que la de los demás omegas, esa era una de las razones por la cual sus hermanos no querían que se vaya de su casa, pero estaba segura de que podía controlarlo. O mejor dicho, que podía controlar bien a las alfas y sobre todo a sí misma.
Antes de que su celo llegará, las alfas se comportaban un poco extraño. Lisa sabía que era por su aroma, eso siempre le había causado ciertos problemas con las alfas que vivían cerca de su antigua casa. Pero estaban sus hermanos, y ellos siempre la cuidaron.
— Unnie —Murmuró Lisa entrando a la cocina y mirando a Jisoo.
— ¿Qué... pasa Lili? —Se volteó y miro a la menor quien se acercó a ella y coloco su cabeza en su hombro.
— Hum... —Suspiró— Yo necesito comprar un par de cosas unnie, y quería saber si me quería acompañar —Jisoo la miró y asintió.
— Claro, no hay problema Lili —Lisa le sonrió
— Gracias unnie —Salió de la cocina y fue a su habitación para colocarse un par de cosas por "protección". No por estas alfas, sino, por los demás y la costumbre a hacerlo.
En cuanto salió de su habitación las ocho alfas estaban listas para acompañarla, haciendo que se ponga contenta por el cuidado que estaba recibiendo de parte de las alfas.
— ¿Lisa por qué llevas eso? —Preguntó Sorn mirando el pañuelo que llevaba alrededor del cuello.
— Oh, bueno... es segu- —Quedó en silencio al ver el rostro de las alfas.
— No lo necesitas Lis —Rosé tomó el pañuelo y se lo quitó. Lisa asintió.
Lisa se sentía bastante segura, sobre todo porque las alfas la estaban cuidando y hacían que su animal interior se sintiera feliz.
[-]
— Somi-yah —Murmuró Lisa, entrando a la habitación de la menor. Eran las dos de la mañana y no podía dormir.
— ¿Qué sucede Lis? —Somi encendió la luz de su lámpara y se sentó en su cama.
— No puedo dormir... —Jugó con sus dedos— ¿Puedo dormir contigo? —Somi soltó un poco de aire y asintió. No podría decirle que no a Lisa, y mucho menos cuando se lo pedía con esa ternura.
Lisa sonrió en cuanto vio que Somi le hacía un lugar en su cama, para luego acostarse y aferrarse a la alfa, intentando dormir. Y esa fue la primera vez que Lisa le pidió a la alfa dormir con ella, y a la única a la que iba cuando no podía dormir.
[-]
— Hum... No —Joohyun rió, ambas estaban en el sofá y Lisa tenía su cabeza sobre sus piernas. Ambas hablaban y se preguntaban cosas— ¿Dejarías que te corte el cabello? —Preguntó la omega, haciendo que Joohyun entre cerrará sus ojos.
— Depende —Lisa rió.
— ¿De qué? —Joohyun colocó una de sus manos sobre el cabello de la menorm
— De si sabes o no cortar el cabello —Lisa rió y negó.
— Pero quiero aprender —Joohyun sonrió.
— Entonces tal vez sí —La mayor comenzó a acariciar el cabello de la menor, haciendo que la omega cerrase los ojos.
[-]
Lisa estaba sentado en la cama de Jennie, mientras la mayor hacia un par de cosas. Lisa de vez en cuando sonreía al ver que la alfa regañaba sola.
— Unnie —Jennie la miró— ¿Necesitas ayuda?
— Está bien Lili, gracias —Lisa frunció el ceño.
— ¿Eso fue un sí o un no? —Jennie rió.
— No, gracias Lili —Lisa sonrió y asintió. Para luego comenzar a jugar con sus dedos.
— Entonces... ¿Por qué estoy aquí unnie? —Lisa hizo un leve puchero y frunció el ceño.
— Porque las demás salieron, y tu aroma aún es demasiado fuerte como para que te quedes sola con todos los alfas estúpidos de este edificio —Lisa rió.
— ¿Inclusive Jihyo-yah y Jackson-ah? —Jennie rió y negó.
— Sabes que ellos no, son los únicos alfas de los que no podemos decir nada —Lisa asintió para luego gatear hasta el otro extremo de la cama y estar más cerca del escritorio de la mayor.
— ¿Qué haces unnie? —la mayor le enseñó un par de cosas, a pesar de Lisa no entender asintió y sonrió cuando la mayor comenzó a explicarle.
[-]
Lisa rió al ver como Mina intentaba contar sus pecas, y en cuanto se perdía comenzaba otra vez.
— Yo sólo veo un lindo rostro —Finalizó cansada de perder la cuenta. Lisa se sonrojo y la abrazó.
— Gracias —Murmuró acariciando con su mejilla el brazo de la alfa, haciéndola sonreír.
— Yo no miento —Lisa rió y ocultó su rostro de la vista de la alfa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro