Epílogo
—Antes de que te vayas, Jungkookie, ¿podríamos hacer algo?
[♥]
El cielo se alzaba sobre ellos como una pesada nube de incertidumbre. Aquel turbio color prometía una fuerte nevada, pero eso no había detenido a Taehyung esa mañana.
Jungkook miró al castaño. La opresión en su pecho era asfixiante. El pasto seco crujiendo bajo sus pies le hacía sentir escalofríos por toda la columna vertebral. El cementerio lucía hostil y nostálgico, pero estaba lleno de vivos colores por las flores que el remordimiento llevaba a los muertos. Así se sentía, con emociones encontradas. Mientras aspiraba el aire con suspiros temblorosos, convenciéndose a sí mismo de que podría hacer eso, de que no le estaba afectando, sus piernas parecían incapaces de dar un paso al frente y acabar con eso. Todo parecía irreal.
—Quiero irme —dijo, y su voz sonó cortada.
Taehyung le dio un ligero apretón a su mano para tranquilizarlo. Llevaba mucho tiempo sin visitar aquel lugar, pero la sensación era la misma. Esta vez, no venía por Seokjin hyung, ni su madre. Venía por Yugyeom.
—Quiero irme —repitió Jungkook un poco más alto—. Por favor.
Las incipientes lágrimas brillaron en los orbes del menor cuando giró para encararlo. Él sencillamente no podía; quería recordar a su mejor amigo sonriendo, burlándose de él, haciendo payasadas... No podría verlo allí, en ese frío lugar, bajo una insulsa loza de piedra y una absurda inscripción que no le hacía justicia al recuerdo de Yugyeom. No.
—Lo prometiste —susurró Taehyung con la voz cargada de sentimiento, casi reproche. Jungkook era bueno ignorando los problemas, lo sabía, pero también estaba seguro de que el pelinegro no podría pasar esa dolorosa página nunca si no visitaban esa tumba. Ninguno de los dos podría. Taehyung no era capaz de plantarse frente a Yugyeom y hablarle como si siempre hubieran convivido juntos. Nunca fue su hermano, y ya no podría actuar como tal. No podía hacerlo solo; necesitaba a Jungkook.
—No puedo, hyung. No puedo.
El ramo de flores que habían preparado antes de venir cayó al suelo estrepitosamente cuando Jungkook lo soltó. Parecía un pequeño cachorro asustado que saldría a correr en cualquier momento para esconderse en un rincón. Antes de que lo hiciera, Taehyung tiró de él en un fuerte abrazo, sintiendo su corazón estrujarse cuando el menor empezó a sollozar sin consuelo alguno. Se aferró a su camisa, temeroso, y desahogó entre lágrimas todo aquello que pensó que podría guardarse para sí mismo: el dolor, la impotencia, la frustración y la resignación.
Jungkook nunca se sintió tan vacío como en esos momentos. Aceptar la situación lo hizo sentir mareado; la ausencia de Yugyeom cavó un hoyo en su corazón de repente y sintió que sus piernas flaquearían en cualquier momento. Lo único que lo sostenía eran los brazos de Taehyung, tan fuertes y firmes que se preguntó si realmente era el mismo chico que había conocido el día del accidente. Desaliñado, bañado en lágrimas, con los ojos hinchados y esa mirada rota que le caló hasta las entrañas. Todo un caos. Y ahora el caos era él. Tan patético, tan irónico todo. La vida era una perra y le había quitado a su mejor amigo para darle a Kim Taehyung, un desastroso huracán de emociones e inseguridades que lo había arrastrado sin siquiera proponérselo.
—Lo siento —sollozó negando—. Lo siento, hyung.
—¿Por qué te disculpas, tonto? —murmuró Taehyung contra su cuello, pero muy a su pesar, también quería llorar. Él debería disculparse, porque era su culpa. Si él no hubiera sido tan impulsivo, si él no hubiera sido tan egoísta, si él hubiera sido un poco más fuerte... Nunca habría tomado ese auto. —Yo también lo lamento, Jungkook, lo lamento tanto —susurró cerrando los ojos. Lamentaba todo, incluso no saber de la existencia de Yugyeom; odiaba que su padre le escondiera que tenía un medio hermano y odiaba no haber podido decírselo cuando hablaron en el hospital luego del accidente—. Es mi culpa, lo siento, l-lo siento.
—Qué dices —siseó Jungkook apartándose un poco. Ahora ambos eran un lío de lágrimas, mirándose entre estas con dolor y honestidad—. N-No digas esa estupidez. Pienso... pienso que nada de esto es una coincidencia. Conocerte no fue un error, hyung. Nos encontramos así, de esa manera —Se alzó de hombros, sonriendo a medias para acunar el rostro del mayor y limpiar las rebeldes lágrimas que bajaban por sus mejillas—, así que no digas que es tu culpa.
El labio del castaño tembló. Odiaba no poder consolar a Jungkook y que él siempre tuviera las palabras correctas para decir. En el brillo de sus ojos se escribían un montón de historias que le habían enseñado a no dejarse derrumbar, pero si había algo que no podría soportar era ver a Taehyung culpándose.
—Vendrán mejores días —prometió—, y entonces todo esto serán malos recuerdos.
—Te irás a Busan —le recordó Taehyung con una voz más aguda. El menor tomó su mano y entrelazó sus dedos.
—Al menos no estoy muerto.
—Qué cruel ha sido eso.
Sin mediar palabra alguna, después de recoger el maltratado ramo de flores, terminaron de recorrer el camino hasta el lugar que el guardia de la entrada les había indicado. Estaba lleno de coronas de flores y arreglos marchitándose, con el incipiente pasto cerniéndose amenazadoramente sobre la lápida.
—Aquí estamos —suspiró Taehyung—. ¿Hay algo que quieras decirle primero, Jungkookie?
El pelinegro apretó los labios y consideró sus palabras un largo tiempo. Sus manos inconscientemente jugaban con los dedos de Taehyung, apretándolos y pellizcándolos un poco. Su expresión era de angustia.
—Te extraño —murmuró finalmente; tal vez nunca dijo algo con tanta honestidad—. Extraño jugar contigo videojuegos, jugar baloncesto y jugar fútbol... Extraño quejarme contigo, Yugyeom-ah; extraño escucharte reír y también extraño escucharte cantar. Quisiera escucharte una vez más... Lo siento —farfulló—. Yo no debí lanzar la pelota tan fuerte... Y sé que fuiste tú el que se comió mis papitas en la primaria. Por favor t-trata de no hacer mucho desorden allí donde estés.
Obviando el comentario de la papas, Taehyung hizo una mueca y se preguntó qué cambiaría si él nunca hubiera chocado con Yugyeom. ¿Las cosas se hubieran dado de la misma manera? ¿Podría haber llegado a conocer a Jungkook?
—¿Y tú? —le instó Jungkook con un codazo—. ¿Tienes algo que decir?
—Ya no estoy seguro —murmuró triste—. No quiero decirle que me hubiera gustado que viviera con nosotros. Tal vez... nunca hubiera congeniado con papá. Solo... —Exhaló, mirando al cielo. Si él estaba allí, entonces quería hacerle saber que Taehyung habría hecho todo lo posible para hacerlo sentir querido dentro de la familia—. Ahora eres una estrella, Yugyeom-ah. Brilla mucho para nosotros, por favor.
Jungkook observó el perfil del castaño cuando este se quedó en silencio, como si estuviera teniendo una larga charla con Yugyeom en su cabeza. No pudo evitar sonreír como un idiota enamorado. Él era la persona más admirable que conocería nunca: un torpe chico con el corazón de un príncipe. Se preguntó qué hubiera pasado si desde un principio Yugyeom viviese con los Kim. ¿Habría conocido a Taehyung?
—¿Mmh? —Taehyung le miró sorprendido cuando sintió un beso en la mejilla; su piel cosquilleó, adoptando un ligero sonrojo que atribuyó al frío del invierno—. ¿Qué ha sido eso?
—Nada. Solo estoy feliz de haberte conocido. Eres un extraño, desastroso y maravilloso capítulo en mi vida.
El castaño sintió que el aire se le escapaba de los pulmones cuando Jungkook tomó su barbilla y lo observó como si fuera una costosa obra de arte. Su corazón se sentía tan cálido cuando estaba con ese chico que solo cerró los ojos, juntando sus narices antes de dejar un suave beso en sus labios. Dios, él estaba absurdamente enamorado. Le gustaba esa sensación en su estómago, y esperaba que durara mucho tiempo. Avergonzado por sus pensamientos, Taehyung bajó la cabeza y escondió su rostro de la brillante mirada del menor. Sí, aquel era un capítulo que estaba por llegar a su final.
De regreso en el auto, Taehyung aprovechó para contarle al pelinegro todo lo que se había perdido en su ausencia. Seokjin amenazó al abogado de Nonzee para cancelar el matrimonio; no fue muy difícil, teniendo en cuenta que incluso Lalisa estaba de acuerdo. También contrató un psicólogo. A Taehyung no le parecía tan buena idea, pero accedió a hablar con él, como le había prometido a su hermano mayor días atrás.
—¿Estarás bien? —preguntó Jungkook con cierto recelo.
—Serán siete sesiones de psicología —Taehyung se alzó de hombros—. No puede ser tan grave. Seokjin hyung también las tendrá.
—Pero dijiste... Que se entregaría a las autoridades —susurró el pelinegro, mirando de un lado a otro como si de repente el sujeto en cuestión pudiera aparecer.
Taehyung cabeceó en asentimiento. Seokjin no era un estúpido; obviamente, haría las cosas a su manera. A cambio de los negocios sospechosos de la empresa de los Kim, la fiscalía estaría dispuesta a colaborar.
—Casa por cárcel —explicó—. Namjoon hyung será el dueño de la empresa por los siguientes seis años, hasta que la condena termine. Pero antes debemos ir a Suwon... —aclaró en voz baja—. A visitar el lugar donde Seokjin hyung enterró a mamá.
El menor asintió con un suspiro. Por ridículo que sonara, ahora le preocupaba cómo obtendría el dinero para viajar a Seúl y visitar a Taehyung una vez que estuviera en Busan. Tal vez trabajaría. Podía conseguir empleo de medio tiempo en la feria; de todas formas, era mejor ponerse un disfraz de Winnie The Pooh antes que viajar a China con su madre. La extrañaría, pero sus planes y proyectos eran algo que Jungkook no podía apoyar.
Todos parecían tener su propio camino forjado ahora. Hoseok ingresaría a la Academia de Artes, Namjoon dirigiría la empresa, Taehyung y Jimin cursarían su último año y Yoongi... bueno, Jungkook no podía saberlo.
El camino a la entrada de la mansión apareció en su campo de visión algunos minutos después. Frente a la puerta, había otro auto parqueado de forma estrepitosa con las puertas abiertas y dos personas hablaban en las escaleras, aunque por la distancia no podía decidir si estaban discutiendo o no. El rey de Roma era uno de ellos.
—¿Yoongi hyung? —Taehyung brincó en su asiento al ver al pálido chico junto a su hermano; ni siquiera esperó a que el conductor detuviera el auto para abrir la puerta, lo que casi le causa un infarto al hombre. Ay de él si le hiciera un rasguño al hermano menor de Kim Seokjin.
De inmediato, el pelinegro le siguió. En la mansión estaban sus últimas maletas y entonces compraría los tiquetes a Busan, con sus abuelos. Seguro lo pondrían a estudiar en una escuela corriente y tendría que soportar el infernal calor de ese lugar. Eso era peor que ver la cara de Min Yoongi, el tipo que le rechazó al primer intento.
—Hola, hyung, ¿qué haces aquí? —preguntó Taehyung acercándose a los dos mayores. En sus manos, Yoongi sostenía una carpeta, que parecía ser la protagonista de la discusión entre él y Seokjin.
—Ciertamente una locura —señaló Seokjin rodando los ojos, pero Yoongi le ignoró.
—Hasta que al fin llegan —se quejó con una mirada mortífera en su dirección—. Estoy congelándome de frío y este idiota pretende dejarme de árbol de Navidad aquí afuera. Ten —le dijo a Jungkook, estrellando la carpeta en su pecho—. Firma eso y trae tus maletas. Mi trasero no tiene la grasa suficiente para mantenerse caliente.
Los menores miraron con confusión hacia la carpeta, antes de que las ansiosas manos de Jungkook la abrieran para ver de qué se trataba. Su expresión no cambió incluso cuando leyó los papeles.
—¿Qué es esto? —preguntó sin poder creérselo. La despiadada sonrisa de Yoongi alteraba sus fibras nerviosas.
—¿Sabes leer? —respondió este—. Yoonie oppa será tu tutor legal mientras Sooyoung está fuera del país. Trae tus maletas, tienes mucho que limpiar en mi apartamento.
—No puede ser. ¿Acabas de decir Yoonie oppa? —Seokjin miró de forma escéptica a su semejante, pero este ya estaba bajando las escalinatas de camino a su auto. Ni siquiera entendía cómo ese chico había convencido a Sooyoung, si ella siempre se mostró reacia a dejar a su hijo.
Taehyung frunció el ceño y miró a su hermano. Sus neuronas estaban funcionando con lentitud debido al frío; sin embargo, Jungkook ya estaba detrás de Yoongi, alegando.
—¡Cómo te atreves a decidir sobre mi vida, Min Yoongi! —reclamó como un niño pequeño, aunque la sonrisa tiraba de sus labios. ¡Podía quedarse en Seúl! ¡Increíble!
—Llámame hyung si no quieres dormir en el sofá hoy, mocoso.
A la vez que Yoongi, Seokjin y Jungkook se enfrascaban en una discusión acerca de la situación, Taehyung ladeó la cabeza. Seokjin estaba exaltado, argumentado por qué Min Yoongi no podía ser el tutor legal de nadie y Jungkook discutía acerca del sofá en el que claramente no dormiría, mientras Yoongi solo los ignoraba como si su palabra fuera la verdad absoluta, tal y como la de un rey. Se le hizo tan cómico que terminó soltando una risilla. Sí, concluyó el castaño en su mente. El mundo estaba lleno de príncipes y plebeyos.
Cuando mi abuela murió, mi papá no quiso ir al entierro; dijo que quería recordar a su mamá viva y feliz, que no quería llorar, y no lo hizo. Cuando por obra divina fue a visitar la tumba un año después, la forma en la que lloró fue desgarradora. Escribir esto me hizo llorar porque lo recordaba a él, así que tuve que quitar ciertas partes. Espero que ustedes no hayan llorado también 😞
Ahora sí... se siente feo decirle adiós a esta joyita. Yo realmente pasaba por un momento horrible cuando empecé a escribirla y miren, ya ha pasado más de un año. La alegría que me ha causado esta historia, sus comentarios y sus votos no tienen descripción ❤️ Les agradezco mucho todo el apoyo que le dieron, perdón por lo malo y por lo feo 😭
No habrá segunda temporada. Por favor no me insistan porque me dolerá decirles que no, pero igual tendré que hacerlo 😔 creo que con esta historia también termino mi propio ciclo. Ya no más tristezas, ya no más inseguridades. Aprendí que debo demoler mis muros por mi cuenta (para mi desgracia no tengo a un Jungkook, so), y que si no te despegas del pasado, nunca podrás vivir el presente. Espero que a ustedes también les haya enseñado algo 🤗
Si tienen alguna de la historia, algo que no quedó claro o lo que sea, pueden preguntarme por aquí o por mensaje~
Me despido de la historia pero no de ustedes 🤗 Más bien, les agardezco a las que están desde el principio y a las que llegaron hasta el final ❤️ Nos vemos en "Tengamos un hijo" y el nuevo proyecto, así que espérenlo ❤️ Sonrían mucho, por ustedes, por mí, por el Taekook y por BTS ❤️
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