Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

33





Jimin mordió su labio con dudas mientras se sentaba en el sofá ajeno, respirando pesadamente. Ya no sabía qué creer acerca de Seokjin: el testimonio de Yoongi era convincente, pero su posición distaba mucho de ser una objetiva e imparcial. Él estaba cegado por la rabia, eso estaba claro.

—Ya no entiendo nada —murmuró fastidiado. Ahora lo único en lo que quería pensar era en el castaño, al que llevaba más de una semana o quizá dos sin ver. No sabía y no quería hacer las cuentas; su mente estaba fatigada con todo lo que estaba pasando.

—Lo único que entiendo aquí es que siempre vuelves como un perro a mí —Yoongi dijo con expresión desdeñosa—. Comienzo a pensar que quieres pasar tiempo conmigo y eso me asquea un poco. Está claro que ya no tenemos los mismos intereses.

—¿Crees que me gusta pasar tiempo contigo? —El pelinaranja cruzó los brazos—. Eres un jodido arrogante. ¡Ya sé por qué Jin y tú fueron tan cercanos!

—Y porque lo fuimos te dije que no iba a ayudarte. Por eso estás así —Señaló el mayor, refiriéndose a las lágrimas secas en sus mejillas. Jimin sintió un nudo volver a formarse en su garganta, preguntándose seriamente si la indiferencia de Yoongi era real.

No podía ser que no le importara ni un poco cómo se encontraba, o la situación; Jimin no podía sentirse más frustrado y ese era el motivo de su llanto. Seokjin le frustraba, Yoongi le frustraba, Yeong lo frustraba y Jungkook también lo frustraba. Sencillamente se había visto superado por la situación después del desplante que el castaño le había dado y por eso no dudó en correr a los brazos —eh, metafóricamente hablando— de su hyung.

Y Yoongi lo recibió, sí, entre confundido y molesto, pero estaba claro que de consuelo no había servido ni siquiera un poco.

—No entiendo por qué haces todo esto —murmuró el peliverde ladeando la cabeza.

Jimin suspiró profundamente. La respuesta era clara; justificarla era algo más difícil.

—Lo hago por Taehyung —respondió sin pensarlo—. Y porque Jungkook me obligó, quizá... Pero eso no quita que de verdad quiera ayudar a Tae... Él lo merece —sonrió dolido—. Es tan buena persona que duele, Yoongi. Es un sol; tan amable, tan tierno, Dios... Yo quisiera encerrarlo en una cajita de cristal. Ya no quiero que nada malo le pase.

—¿Y por qué no lo haces? —preguntó Yoongi con el ceño fruncido—. Créeme, encerrarlo servirá más que denunciar a Yeong... Insisto, es una idea ridícula.

—Tu existencia es ridícula y aquí me tienes, soportándola.

—¿Así pretendes que firme para ti?

El menor suspiró otra vez, sintiendo un inminente dolor de cabeza aproximarse. Sospechaba que había una razón profunda para no querer firmar; es decir, la familia Min tenía dinero y Yoongi en especial distaba de ser alguien que se preocupara de verdad por las cosas. Yeong no podría hacerles ni cosquillas. Era una excusa que no tenía sentido para él.

—¿Tengo que hacer algo para que me ayudes? —preguntó cansado. Yoongi le miró con una ceja arriba, instándolo a explicarse—. Algo, lo que sea. ¿Qué quieres que haga por ti? ¿Una felación? Oh, es broma, mi mamá tiene un severo trauma con eso...

El mayor se giró completamente para verlo, la sorpresa brillando en sus facciones.

—¿Qué tanto tienes que querer a Taehyung para proponerme una mamada por mi firma?

—¿Quererlo? —Jimin hizo una mueca—. N-No es eso... Yo solo... Es decir, de verdad necesito tu firma y estoy dispuesto a hacer lo que quieras porque... Porque... —Las ideas pasaban por su mente una tras otra como un remolino. Tenía la respuesta, lo sabía, pero estaba reprimiéndola en un rincón—. Porque lo estoy haciendo por Taehyung. ¿No es suficiente?

Yoongi negó y lo hizo bufar.

—Realmente no es muy difícil, hyung. Somos amigos —expresó obvio—. Sé que no hemos pasado lo suficiente, pero... Creo que tú también le tomarías cariño a Taehyung si convivieras con él. Él es tan... Sonriente, bueno, inocente. Su sola existencia me duele.

—Pensé que te gustaban los tipos malos, Jimin.

—Sí, pero él... Es encantador incluso con esa sonrisa estúpida; tiene algo fascinante, así como... ¡Mierda! —Se dio una palmada en la frente, dándose cuenta de lo que acababa de decir—. Mierda, mierda, mierda, no.

—Mierda, sí —Yoongi soltó una risa divertida mientras lo veía sonrojarse hasta asemejarse a un tomate. Le daba gracia ver al menor debatirse mentalmente por lo que parecía ser muy obvio—. ¿Sabes qué? Voy a firmar solo porque admitiste que te gusta Kim Taehyung.

—¡Y-Yo no dije eso, inútil!





Yeong alzó una ceja con escepticismo.

—¿Por qué querrías acompañarme al aeropuerto? —le preguntó a Taehyung, mientras algunos de sus hombres metían las maletas al auto que lo llevaría—. ¿Sabes? No soy un niño pequeño. No voy a perderme; me encontraré con Sooyoung en el aeropuerto y partiré. Lo de siempre, Taehyung.

El castaño mordió su labio, metiendo las manos en sus bolsillos. Esa era la razón por la que deseaba ir; sabía que con seguridad que Jungkook estaría allí.

—Porque vas a demorarte mucho en Tailandia —susurró con la vista en el suelo, incapaz de mirar a los ojos inquisidores de su padre. ¿No estaban las piedras del pavimento muy interesantes?

—¿Y? —Yeong bufó—. No me digas que vas a extrañarme; sabes que siempre he pasado mi vida viajando. No sería la primera vez que te deje solo.

Taehyung alzó la mirada mientras sonreía. No, porque tú nunca me has acompañado. Siempre he estado solo.

—Tampoco la primera vez que vaya contigo. Por favor —suplicó juntando sus manos—. Prometo que ni siquiera vas a notar que estoy contigo.

—¿Para qué demonios quiero la compañía de alguien que...? Bah —El mayor rodó los ojos con un resoplido antes de hacer una seña en dirección al auto. Taehyung dio dos brinquitos alegres mientras sonreía, sintiéndose realizado y victorioso en contra de su padre por primera vez en su vida.

Se adentró al auto ansioso, conteniendo las ganas de gritarles a sus empleados que se apuraran. Aunque no podía admitirlo en voz alta, los dos días que había pasado sin ver a Jungkook suponían una verdadera piedra en el zapato; le sonrojaba incluso pensarlo, pero deseaba volver a besarlo, volver a sentir sus suaves labios contra los suyos.

Recordar aquel beso lo hacía revolcarse entre las sábanas como una pequeña lombriz epiléptica que dejaba salir chillidos ahogados contra la almohada. Su corazón se aceleraba hasta alcanzar velocidades peligrosas solo con rememorar la imagen mental; no estaba pensando en las consecuencias, ni en si estaba bien o mal: Jungkook en su totalidad había eclipsado cada uno de sus sentidos y parecía ser ahora el epicentro de su mundo.

Deseaba sentirse así siempre; sin miedos, ni preocupaciones... Como la calma antes de la tormenta.



­



Seokjin jadeó angustiado contra sus manos, buscando acallar los sollozos que querían escaparse y tratando casi en vano de calmar los espasmos del llanto. Del otro lado de la puerta, tocando de manera frenética, Ken exigía entre exclamaciones que quitara al seguro, algo que claramente no haría.

—Por favor vete —rogó con voz cortada. No quería que le viera así, luciendo como un niño al que le han quitado a su madre y totalmente destrozado. Gimió de dolor cuando agarró su mano, la cual había estampado segundos antes contra el espejo y ahora sangraba en distintos puntos. Era doloroso, pero no podía combatir contra el dolor en su pecho y la desesperación que en el momento lo embargaba—. Ken, vete.

—Maldición, Jin, no hagas esto —suplicó Ken, su voz sonando ahogada por el obvio obstáculo. La perilla no dejaba de sonar mientras la movía de un lado a otro.

Seokjin miró su reflejo distorsionado y nuevamente sintió náuseas, pero esta vez no vomitó. Odiaba lo que veía en el espejo —aunque fragmentado—, y quería lastimarlo más. Sea quien fuera ese, era una mala persona y no merecía nada bueno en el mundo.

—No vuelvas a esto —dijo Ken—. Ya lo habíamos hablado; lo habíamos superado juntos, Jinie. No regreses a eso...

Sonaba dolido, quizá tanto como se sentía Seokjin. No era como si de verdad lo quisiera, como si no deseara dejarlo, pero el miedo era a veces más grande que sus ganas de salir adelante y superarse a sí mismo; se sentía estancado, como si una cadena al cuello lo estuviera reteniendo.

—Ken —pronunció—. Yo hablé c-con Park... Y él... Taehyung no está... Y le dije que no me importaba, Ken... L-Le dije que...

—Abre —pidió Ken nuevamente—. Lo hablaremos, Jinie. Por favor sal... Deja de lastimarte a ti mismo.

Sabía que su amigo lo decía de una forma literal... ¿Pero cómo dejar de hacerlo si era su propia navaja? Todo en él lo lastimaba, a sí mismo y a los demás.

Ken se espantó cuando escuchó el rechinar de los cajones del baño. Después, el sonido de la ducha llegó a sus oídos. Volvió a golpear la puerta furiosamente, sabiendo lo que estaba haciendo el castaño.

—¡No te atrevas a tomar un solo analgésico, Seokjin! ¡No pruebes una puta pastilla de esas! —Su voz sonó tan asustada como molesta, pero no escuchó respuesta por parte de Seokjin—. Jinie, no lo hagas, por favor... No otra vez. ¿Para qué me llamaste? ¿Por qué preferiste decirme que estabas mal antes hacer tu porquería? Sabes que no quieres volver a eso...

La puerta se abrió lentamente luego de infinitos minutos en silencio, dejando ver a un pálido y demacrado Seokjin; sus manos temblaban mientras sostenía el pequeño tarro de pastillas, el cual emitía un sonido curioso. Ken se lo arrebató antes de abrazarlo con fuerza, sintiendo las lágrimas de alivio aparecer en sus ojos.

—Yo... no quiero volver a eso —murmuró Seokjin mientras negaba y sentía los pequeños espasmos del mayor, apoyando la frente en su hombro, sin importarle estar manchando su camisa con la sangre de la mano lastimada.

Ken respiró profundo. En sus brazos sostenía al inmaduro chico que alguna vez conoció en la calles de Seúl, jugando a ser un niño malo que en compañía de verdaderas escorias decía ser feliz. No fue difícil para él reconocer el rostro del primogénito de los Kim al verlo y aunque trató de razonar con él en diversas ocasiones, era algo así como como hablarle a una pared (y a una bastante grosera). Recordaba todas y cada una de sus amenazas respecto a un acuerdo tácito de confidencialidad; jugaron al gato y al ratón por mucho tiempo, tanto que Ken realmente empezaba a cansarse.

—Gracias —murmuró Seokjin contra su cuello—. Gracias de verdad... Porque siempre has estado ahí para mí, Ken...

Y una noche cualquiera, después de meses sin verlo, Seokjin había llegado a la puerta de su casa, ebrio y desconsolado mientras lloraba. Ese día lucía tan triste y demacrado que movió su corazón el verle en ese estado; podía ver a alguien solitario, vacío, sin eje ni ganas de seguir adelante; había dejado de ser el Seokjin irreverente y grosero que tantas veces lo envió en bus directo a la mierda y ahora lucía más como un niño que necesitaba su madre.

Entre balbuceos e hipidos confesó tantas cosas que Ken se sintió abrumado por la cantidad de información y el peso de esta; en su mayoría tenía que ver con Chaewon: lloraba desconsolado su muerte y le contó una versión inédita de la historia.

Contrario a como todos pensaban, el auto en el que iban no solo se había descarrilado por un precipicio, sino que había sido empujado por un segundo. No un camión, no un carro de carga pesada; había sido un particular como cualquier otro. Y Seokjin lo había visto todo en cámara lenta: el momento del impacto, la caída, los gritos y el llanto de su madre.

Recordaba, entre el dolor y la sangre, que trató de llamar a Chaewon. No podía respirar porque sus costillas estaban destrozadas y el golpe había sido tal que incluso esas dos sílabas suponían una verdadera hazaña. "Mamá". Seokjin podía verla; el rostro apacible de su madre, tan parecida al de Taehyung que dolía, estaba cubierto por suciedad y las heridas abiertas manchando de rojo carmesí su nívea piel. También estaba grabado en fuego el momento en el que alguien se acercó a mirar.

Y le hubiera encantado decir que no sabía quién fue, pero lo peor era que reconoció a esa persona de inmediato. Su cara pálida, sus pequeños ojos rasgados, de baja estatura y el cabello tan negro como la noche. Seokjin lo vio pararse junto a él, cuyo cuerpo salió expulsado del vehículo, mientras sostenía su teléfono y en la otra mano un tanque de gasolina.

Yeong... Vas a odiarte el resto de tu vida —La mención de su padre al principio lo llenó de confusión; no entendía lo que quería decir, aquel zumbido en sus oídos distorsionaba los sonidos—. En el carro no solo estaba Chaewon, mierda, también... También Seokjin.

Escuchó la respuesta de su padre, alarmado, colérico, desesperado y a punto de un colapso; Seokjin se movió un poco, sintiendo su corazón latir demasiado rápido por el inexplicable miedo que le invadió. No entendía qué tenía que ver su padre con aquello y boquear mientras trataba de articular palabra fue lo único que pudo hacer.

¡Deja de gritarme, hice lo que me pediste, cómo iba a saberlo! ¡Ya es tarde! ¡Dime qué hacer ahora!

Y las palabras que Yeong pronunció le rompieron el corazón en mil fragmentos.

¿Qué más puedes hacer, imbécil? ¿Quieres ir a la cárcel? Quémalos, a los dos.





Me demoré un montón en actualizar, ya lo sé, pero aksjckjsd este capítulo fue de los complicados >:c Quería hacerlo más largo pero me estaba costando un poco de mi cordura mental. En los siguientes voy a profundizar mucho en Jinie y en el KookV a la vez 💓

Bueno, tengo dos cosas que decirles. Una, les tengo una sorpresa pero no les diré cuál porque entonces no es sorpresa. 😂😂😂

Dos, la pareja secundaria chan chan chan chaaaan. Siempre les dije que revisaran las etiquetas y ya fue, ahí está Taekook y Vmin. Considero que las escritoras muchas veces están bajo presión al escoger la pareja secundaria, porque varias personas suelen condicionar si leen la historia o no de acuerdo a esta y... 😒 Niñas, sé que lo saben, pero eso no se hace. Por eso decidí que mi pareja secundaria se queda Vmin. Sí, hubo Yoonmin, hubo Sujin y Kenjin, y quizá haya, de forma no tan explícita, otros ships entre la hyung line. En un futuro o no sé, porque esta historia es Taekook (KookV) y así la quiero dejar; es de mi príncipe y mi plebeyo, de nadie más. 💓 Sí, Jimin debe superar a Taehyung pero no voy a darle una pareja por dársela nada más. Es el personaje favorito de muchas, se merece una historia para eso ;-; (no se ilusionen). 🤗

Y bien, dado que subí la otra historia hace poco y estoy indecisa, me gustaría preguntarles qué pareja secundaria les gustaría ver 🤔 Realmente no tengo ningún problema con eso (si es por mí solo hago un ship, gays no se ven en cada esquina en la rial laif), así que pensaré en dos que más me llamen la atención y les preguntaré allá (eso sí, les advierto que soy una cajita de sorpresas). Gg 🤗

Ya, esto está largo como el nepe de Jung- uh qué? 🤗

¡Sonrían! 😁💓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro