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Capítulo 100% nuevo (?





Jimin tamborileó sus dedos nerviosamente sobre la mesa, sumido en sus propios pensamientos aunque el de la idea de encontrarse en esa cafetería fue de él. Yoongi lo miraba con atención mientras bebía de su gaseosa, preguntándose si había sido buena idea salir de clases solo para cumplir las demandas del chico.

—¿Y... entonces? —instó en un murmuro, llamando por fin su atención. Los ojos grandes del pelinaranja le miraron con preocupación.

—Y entonces debo estar loco por estar considerando la idea.

—Oye, no me trajiste aquí para hacer las veces de psicólogo y diagnosticarte con esquizofrenia, ¿verdad?

—No, Min, solo... Bueno, Jungkook y yo queríamos pedirte tu ayuda...

Las cejas de Yoongi se alzaron con interés al escuchar el primer nombre.

—¿Conoces a Jungkook? Así como, ¿Jeon Jungkook? —inquirió con cierta sorpresa. ¿Ese mocoso dientón irritante se codeaba con este otro mocoso, más irritante y malévolo?

—Por desgracia...

El mayor asintió meditabundo. Si lo pensaba, al menos en ciertas cosas, ambos chicos se parecían; su comportamiento, por ejemplo. La diferencia residía en que Jimin había tenido que adoptar una actitud brusca para defenderse en el cerrado mundo de la aristocracia después de los problemas con Yeong; pero en esos momentos, donde el menor miraba con un mohín hacia sus dedos, jugando con estos como si fuera su única misión en la vida y preocupado hasta la médula por algo que aún no había soltado, podía decir que ese era el chico cachetón que había conocido hacía tanto tiempo. Sensible, vulnerable y algo retraído.

Jungkook, por otro lado... Era así por naturaleza, salvaje e impulsivo, como si supiera que podía llevarse al mundo por delante sin escuchar réplicas o reclamos. Jugando siempre al rey del mundo, alguien que creía firmemente que con mera fuerza de voluntad las cosas podrían cambiar su rumbo...

—Inútil, ¿estás escuchándome?

—Ah, pero ambos son igual de groseros...

Jimin rodó los ojos mientras bufaba. Ahora que había tomado un poco de valor, no pensaba desperdiciarlo viendo al peliverde divagar en su propio mundo. De antemano sabía que lo que Jungkook planeaba era una locura y no sabía si quería que Yoongi le rechazara o —peor— que les ayudara.

—Jungkook quiere demandar a Yeong —exhaló—. Y yo planeo ayudarle. Hicimos los trámites, pero somos menores de edad y créeme, ni su mamá ni la suya nos ayudarían si les pidiéramos eso. Necesito tu firma y tu documento de identidad. ¡Ayúdanos, por favor!

Juntó las manos mientras cerraba los ojos, aguardando por la respuesta. Sí, él se hacía una idea de lo que podría pasar si su plan fallaba, pero de todas maneras estaba arriesgándose. Quería creer que no sería en vano, que al final todos podrían pensar en Yeong como un molesto y amargo recuerdo.

Sin embargo, Yoongi no respondió. Cuando alzó la mirada se dio cuenta que los ojos del mayor estaban fijos en algún punto a sus espaldas; tenía la mandíbula tensa e incluso las papas fritas de su hamburguesa se volvieron puré cuando apretujó el recipiente de cartón entre sus dedos.

—Oh... —Quizá fue una casualidad, u obra del destino, el hecho de que Seokjin estuviera caminando hacia la caja. Su rostro estaba cubierto por un tapabocas y llevaba anteojos, pero no había duda de que era él.

—¿Para dónde crees que vas? —gruñó Yoongi al ver a Jimin levantarse. Apresó con dureza su antebrazo, reteniéndolo en su lugar.

—¿Cómo que...? —El menor le miró desconcertado por su actitud—. El jodido Kim Difunto Seokjin está en el mismo establecimiento que nosotros y tú... Ni te inmutas... ¿Es que acaso...?

—Jimin, espero que no planees ahora pedirle su ayuda —advirtió el peliverde en voz baja—. Él no lo hará incluso si te pones de rodillas.

—¿Por qué no? Si le explico por qué, seguramente querrá hacerlo. ¡Ayudaremos a su hermano!

Con un tirón de su brazo volvió a sentarlo, en contra de su voluntad. La expresión de Yoongi ahora era severa y su tono no dio lugar a réplicas.

—¿Eres idiota? —musitó—. ¿Crees que a Seokjin le importa Taehyung? Míralo nada más. Tan campante en un jodido Mc Donald's mientras el mundo se desmorona a su alrededor. ¿Crees que a alguien así le importa lo que esté pasando en su desastrosa familia? O peor, ¿crees que alguien con un poco de aprecio hacia su hermano le escribiría una carta de odio? Kim Seokjin no te ayudará; él no es tan bueno como parece, Jimin... De hecho es tan horrible como su padre. Sé por qué te lo digo. No vayas tras él.

Jimin miró con angustia hacia el alto castaño, el cual pedía su orden. Alguien que lucía como un puto ángel no podía ser tan malo como Yoongi lo describía... y sin embargo, allí estaba, dudando de esa imagen. El solo hecho de saberlo un total mentiroso, fingiendo nada más y nada menos que su muerte, era suficiente para que él titubeara. ¿Pero era así? ¿Seokjin realmente era tan malo como su hyung decía?

—Bien...





Jungkook miró con incomodidad a su alrededor, manteniéndose alejado de su madre pero sin perderla de vista porque estaba seguro de que si lo hacía terminaría en Narnia o pasaría un portal a otro mundo en aquel enorme edificio.

—Así que... de verdad trabajas para Yeong —musitó, observando a la enorme cantidad de personas que iban y venían de un lado para otro con papeles, cafés y celulares, luciendo exactamente como hormigas.

—Soy su asistente, ya te lo había dicho —bufó Sooyoung a la cabecera de la fila india. Trató de ignorar el doble sentido de sus palabras, mas la punzada en su corazón se lo impidió.

La mujer oprimió el botón del ascensor y entraron, pero cuando las puertas estaban por cerrarse un alto hombre pidió que lo esperaran. Iba acompañado de una chica, con ojos verdaderamente grandes y cálidos que no dudó en sonreírle a Jungkook cuando los cuatro se encontraron dentro del ascensor.

—Señor Manoban, siempre tan puntual —elogió Sooyoung con jovialidad—. La reunión no será hasta dentro de una hora.

—Teníamos el día libre, podría decirse —respondió este con un ademán de desdén, aunque emanaba un aura gentil y tranquila pese a todo. Jungkook se preguntó si acaso era amigo de Yeong y, en caso de serlo, cómo era posible que alguien como ese hombre pudiera aguantar a semejante escoria—. Lalisa quería ver a Taehyung, también.

—Oh —Como si de repente recordara algo importantísimo, Sooyoung colocó la mano en el hombro de su hijo—. Señor Manoban, él es mi hijo, Jungkook. Kookie, él es uno de los socios de Yeong y ella es su hija, Lalisa, prometida... —Hizo una pausa—, quiero decir, esposa de Taehyung.

—¡Un gusto, Jungkook-ssi!

El pelinegro se quedó observando la mano que la chica le extendía, decodificando las palabras de su mamá. ¿Esposa? ¿Él de verdad había contraído matrimonio? Excelente. Una risa floja salió de sus labios antes de tomarla y sacudirla. No pudo evitar presionar la mejilla con su lengua. Tonto Kim Taehyung... ¿Acaso ya has dejado de luchar?

—El gusto es mío —Fingió una sonrisa, que por su tamaño lo hizo ver como un maniático. Lalisa hizo como que no vio aquello y le devolvió el gesto.

—Así que tú eres el famoso Kookie —comentó de forma casual—. Taehyung me ha hablado un poco sobre ti. ¿Son buenos amigos?

Sus cejas de alzaron con interés al escucharla, además de sentir un extraño cosquilleo en su estómago. Si Taehyung hablaba de él con la que vendría siendo su esposa, nadie podía culparlo si el pelinegro empezaba a sentirse ilusionado; aunque estaba intentando no hacerlo, también estaba fracasando olímpicamente.

—Yo no diría... amigos —dijo. Las puertas del ascensor se abrieron en el piso indicado y los mayores abandonaron el ascensor sin notar la conversación que ellos mantenían.

—¿Es en serio? —Lalisa lo miró ladeando la cabeza—. Él habla de ti como si fueras...

—¡Oh, Jungkook!

No fue necesario para ella terminar la oración. Alguien querido, podría haber dicho, pero observar cómo la mirada de aquel pelinegro se iluminó una corta fracción de segundo al escuchar la voz de Taehyung le dijo todo lo que necesitaba saber. Allí había algo, difuso, poco tangible... Pero había.

—No sabía que ibas a venir —dijo el castaño con una enorme sonrisa, antes de notar la presencia de Lalisa—. No sabía que iban a venir, de hecho.

—No estoy aquí porque quiera —musitó Jungkook cruzando los brazos—. Me enteré esta mañana que planean meterme a un avión rumbo a América en contra de mi voluntad y consentimiento. Creo que vine a golpear a Yeong una vez más, porque no hay ninguna jodida manera de que yo me suba en un pájaro metálico y cruce el océano solo por sus caprichos. ¡Está bien si quiere comprar a mi mamá, pero...!

—¿Acaso tienes miedo? —Taehyung y Lalisa compartieron una mirada divertida cuando las mejillas del pelinegro se colorearon solo un poco por la vergüenza. Este negó mientras bufaba, apartando la mirada.

—¿De qué voy a tener miedo, imbécil? —farfulló con un mohín. Lalisa soltó una risa descarada y el castaño solo sonrió.

—Que se acabe el combustible, una falla técnica, nos estrellemos con otro avión, se caiga al mar, no hayan salvavidas, mueras ahogado...

La sarta de posibles accidentes fue interrumpida cuando Nonzee llamó el nombre de su hija; ella no tardó en ir, prometiendo que luego regresaría. Por Jungkook estaría bien si no lo hiciera.

Miró a Taehyung a la vez que descruzaba los brazos, algo frustrado por pillarlo observando la espalda de Lalisa mientras esta se alejaba. ¿Era normal querer que solo lo mirara a él? Recordó entonces lo que había dicho su mamá y no pudo evitar chasquear la lengua con molestia.

—Hey, por cierto, felicidades —La mirada del castaño se tiñó de confusión, instándole por una explicación—. Por tu boda, supongo.

—Oh... Yo... Uhm... —Taehyung soltó una risa nerviosa. No debería sentirse tan inquieto frente a esa ruda mirada, o siquiera estar buscando una justificación—. G-Gracias, ¿supongo?

—Y me agradeces. ¡Eres un descarado! —siseó el menor con exasperación—. No te atreves a besarme pero no vacilas para firmar un jodido papel de matrimonio. ¿Qué, está, mal, contigo? —Con su dedo índice picó su frente, por cada palabra.

—¡Sh! No digas esas cosas en voz alta —balbuceó él mientras miraba a todos lados para asegurarse de que las víboras bajo el cargo de su padre no estuvieran pendientes.

—Oh, no, es verdad. Después mancharé el gran apellido Kim... —Jungkook soltó una risa nasal sin gracia, alzándose de hombros como si su interior no estuviera siendo corroído por su propio veneno—. ¿Qué más da, verdad? Es decir... Tú lo dijiste, Yeong tiene un capricho con mi madre y ella no luce como alguien que tiene ganas de alejarse de él. Creo que asumiré mi papel como hermanastro y observaré desde la primera fila tu boda con esa chica de ojos saltones. Todos felices, ¿no?

El castaño boqueó varias veces mientras lo veía rodearlo para alejarse en dirección a Sooyoung; los músculos de su espalda de veían igual de tensos que sus puños. Algo por dentro le gritaba a Taehyung que lo detuviera y lo abofeteara, pero lo cierto era que estaba petrificado por sus palabras.

De alguna manera, escucharlo de su boca era más doloroso que notarlo por su cuenta; Taehyung era capaz de cerrar los ojos y aceptar la realidad, pero Jungkook era otro cuento. La abismal diferencia entre ambos le fue tan clara que dolió. No era como si no lo supiera ya que el pelinegro y él nunca fueron una buena combinación; sin embargo, ¿era así como iba a terminar eso?

—Eso... —Bufó. Aquello le hizo darse cuenta de que el único que estaba errando era él. Tantas dudas, tantas inseguridades... No estaba seguro de lo que quería, no estaba seguro de nada.

Prometí que me ayudaría a mí mismo, pero... ¿Qué estoy haciendo? No puedo dar un paso al frente sin sentir que estoy caminando en arena movediza; un metro al frente significa retroceder dos. Siento...

—¡Jungkook!

El pelinegro lo miró de reojo, deteniendo su caminata. Ahora podía ver los ojos llorosos de su hyung y la expresión propia de alguien que está a punto de decir algo.

Siento que con cada paso al frente me estoy hundiendo más... Por favor, por favor, por favor no te alejes... No dejes que me hunda más, Jungkook.

—N-Nada, lo siento —musitó Taehyung con una ligera sonrisa.

El menor se giró para observarlo, sin dejar esa expresión molesta en su rostro.

—¡Mírate! —exclamó—. Si no puedes expresar lo que sientes, si no eres capaz de decir lo que quieres, lo que no quieres... Solo te condenas a la infelicidad, hyung. ¿Quieres insultarme? ¡Hazlo! ¿Quieres golpearme? ¡Hazlo también, no me interesa! Solo quiero...

Solo quiero que abras los ojos. Estás tan acostumbrado a jugar a ser un príncipe que no has notado que las paredes de tu castillo se alzan solo para encerrarte. No quieres arriesgarte. Estás harto, te lamentas, pero no quieres cambiar. ¿Qué sentido tiene?

—Algún día todo lo que te has guardado va a salir —Jungkook sonrió con tristeza—. Cuando eso pase, ven a mí, hyung. Me aseguraré de recibir todo lo que tengas que soltar. Te lo dije una vez y puedo hacerlo otra vez. No fui la mejor persona contigo, pero no estás solo.

Respiró pesadamente cuando terminó con su larga retahíla, viendo las lágrimas de Taehyung resbalar con lentitud mientras su expresión impasible cubría el lío de emociones que por dentro era. Jungkook deseó regresar y secar sus lágrimas, decirle que llorar no iba a ser nunca la solución, pero poco a poco la burbuja en la que los encerró a ambos fue desapareciendo, y fue allí donde Sooyoung habló.

—¿Jungkook? —Y no solo ella, sino Nonzee, Lalisa y varios trabajadores. Todos habían observado la dramática escena—. ¿Quieres venir conmigo, por favor?

Taehyung la vio tomar su brazo con fuerza para luego llevarlo casi a rastras a otro lugar, siseando en voz baja con expresión disgustada por lo que categorizó como un mal comportamiento.

Él hizo lo mismo, pero en dirección contraria; se encerró en la primera oficina vacía que encontró y se deslizó por la puerta lentamente hasta caer al suelo, sin dejar de llorar en ningún momento.

Lo intento, Jungkook... Pero no es tan fácil como tú crees.




 Casi lloré con la última escena :'')

Él de verdad lo intenta, pero no es como si de la noche a la mañana fuera a levantarse a decir "hey, tomaré un cuchillo y se lo calvaré a Yeong en el ojo" como muy posiblemente ustedes hagan :v okno eh, sí, como sea, muchos años de maltrato psicológico han hecho que se sienta pequeño, pequeñito... No sé si lo hayan notado, pero hace poco cambió los arranques de furia por discusiones coherentes con su padre a un volumen poco moderado (?

Antes de que lo olvide debo darle mención especial a ciertas personas bicos considero que se los debo 😁

RochiShawtty 💓- Daniella1905💓 - Hobierection y HeartlessFiend (gracias por la nominación 🙃) 💓 - IrenensTGL (gracias por eso, pero no te preocupes, no hay necesidad) 💓

Como siempre, le doy la bienvenida a los nuevos lectores 🤗💓

A Kookie bebé no le importa si Tae está casado, es un descardo :'')

¡Sonrían! 😁💓

Y hablando de descaro...

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