Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15





El domingo en la mañana Yeong le ordenó a uno de sus tantos criados que abriera la puerta del sótano.

Entre los empleados hicieron varias veces piedra, papel o tijeras, pues nadie quería ser el afortunado que abriera la puerta y tuviera el honor de ver a Kim Taehyung después de una noche encerrado en el sótano.

Al final, le tocó a un chico nuevo, bajito y pálido que trabajaba en la cocina, y no porque hubiese perdido el juego, sino porque era el novato y quizá el más joven.

Cuando la puerta del sótano se abrió, Taehyung se llevó el antebrazo a los ojos para evitar que la poca luz le cegara. La persona que cruzó se le hizo desconocida para él y no pudo evitar sentir algo de miedo.

—¿Hola...? —Parecía ser un chico, y uno nuevo, pues buscaba el interruptor de la luz y tanteaba con nerviosismo la pared mientras se movía.

Con voz ronca y muerta, Taehyung respondió:

—No hay luz.

El chico soltó un suspiro tembloroso mientras asentía.

—E-Entonces vámonos de aquí. Me han ordenado llevarle...

—Hice nuevos dibujos.

—¿Qué?

—Aquí.

Él no podía ver con claridad el lugar donde Taehyung señalaba, pero se guio por su silueta para caminar hasta él y a la pared dónde estaba recostado.

—Perdone, joven Kim, no puedo verlos —expresó con pesar. La luz que llegaba de la puerta no era suficiente y lo único que podía distinguir eran retazos de líneas oscuras.

—Dibujé a mi familia. —Tanteando al chico, Taehyung buscó su mano y la llevó hasta la pared. El criado respingó cuando la textura rugosa y algo más hicieron contacto con la yema de sus dedos—. Este de aquí es mi padre y esta, mi madre.

Taehyung movía su mano como si se tratara de braille. Era obvio que él tampoco podía ver nada, tampoco cuando "dibujó" en la noche, pero su imaginación le decía que ahí había algo y se encontraba muy orgulloso con respecto a su obra de arte.

—Este es mi hermano, Seokjin... Y este soy yo —terminó. El criado asintió con incomodidad.

—Son muy bonitos, me parecen... —murmuró.

—Estamos felices, somos felices...

—Eso está bien, joven Kim.

—Estamos felices, somos muy felices —repitió.

—S-Sí, entiendo...

—Estamos felices. ¿Puedes verlo? —preguntó Taehyung, algo desesperado.

No, claro que no, pero de todas formas afirmó con la cabeza. Y estaba mejor así, a ciegas, porque si pudiera ver los rayones amorfos y enmarañados que Taehyung hizo con la sangre de los Kim, con la suya, habría salido huyendo de allí sin pensarlo dos veces.

En la pared, Taehyung había dibujado a una familia feliz y unida. No como la quisiera, sino como en algún momento la tuvo. Pero las sonrisas torcidas que plasmó en los rostros desfigurados de sus familiares, reflejaban​ el mismo dolor que ha acompañado a la familia Kim por generaciones, como si el apellido fuera una maldición.

—Vamos —ordenó Taehyung en voz baja. Y el criado nunca estuvo más de acuerdo con algo, pero tan pronto como pisaron las iluminadas escaleras, pensó que habría sido mejor quedarse allí en la oscuridad, pues Kim Taehyung estaba lejos de parecer un príncipe.

Su nariz, producto de algún golpe que se provocó la noche anterior, estaba hinchada y los rastros de sangre aún podían verse en el bozo, mejillas y cuello de Taehyung. Su cabello estaba enmarañado, rizado por el mismo líquido rojizo y algo más, indescifrable a la vista.

Solo tenía la camisa puesta, dejando sus magulladas piernas al descubierto; tenían rasguños, moretones, marcas de uñas y también mordiscos. Su abdomen estaba igual, pues la tela rasgada no hacía mucho por esconderlo.

Taehyung se había castigado a sí mismo, como siempre.

—Joven Kim —jadeó el chico, terriblemente sorprendido.

—¿Puedo asearme antes del desayuno? —preguntó este con vergüenza, cabizbajo y un poco sonrojado.

—No puedes. —Una voz mucho más grave se alzó sobre la del criado y ambos levantaron la mirada para encontrar a Kim Yeong al pie de las escaleras, esperando por él—. Te espero en la mesa en dos minutos.

—P-Pero, papá...

—¿Quieres volver allí adentro?

—Lo siento.

Taehyung siguió a su padre, olvidándose por completo del criado. Los demás trabajadores le miraban por los pasillos y apartaban la mirada, pues si no lo veían, no era cierto.

Sook, quien le esperaba en el umbral del comedor, fue la única que dijo algo al respecto.

—¿Qué cree que está haciendo, señor Yeong? —preguntó con una mueca de asco, escaneando el cuerpo de Taehyung—. El jovencito está impresentable para sentarse a desayunar.

—Es parte de su castigo.

La mujer tensó la mandíbula, porque ante todo estaba obsesionada con la limpieza, la pulcritud y la estética, y la imagen de Taehyung distaba un poco de sus ideales.

—Eso es una humillación —espetó entre dientes—. Permita que vaya a asearse primero.

Taehyung, que se mantenía callado, limpió —o trató— la sangre de su cara, en vano.

—Es mi hijo y nadie va a decirme cómo criarlo. Con permiso. —Yeong la hizo a un lado con un brusco empujón y siguió con su camino, asegurándose de que Taehyung estuviera siguiéndole.

Los camareros se apresuraron a servir la mesa y a preparar las servilletas para ellos, obviando, por supuesto, el estado de Taehyung.

—Dime, Taehyung, ¿has aprendido la lección? —preguntó Yeong con una sonrisa cínica plasmada en sus duras facciones.

Taehyung asintió, nunca tan seguro de sus palabras como esa vez.

—Sí, papá.

—¿Qué es lo que debes hacer de ahora en adelante?

Obedecerle, cumplir sus órdenes, hacerle caso y no juntarse con plebeyos. Taehyung recitó las palabras para él, en voz baja y temblorosa.

—Más te vale que cumplas, Taehyung. Estoy seguro de que no te gustaría ver a tus amiguitos, o a esos niños de la guardería, pidiendo limosna en las calles. Dime, ¿te gustaría?

—N-No, papá.

—Entonces pórtate bien y nadie va a salir lastimado. ¿No son las cosas más fáciles así? —Yeong sonrió una última vez, pero Taehyung no fue capaz de devolver la sonrisa.

Lunes, martes y miércoles Taehyung no asistió a la escuela.

El jueves en la mañana, Jimin caminaba furibundo por los pasillos de su Academia, con el diablo adentro y los cuernos afuera. Daba pisotones, empujaba y se movía entre la gente, buscando a una persona en especial. Kim Taehyung.

Estaba molesto.

No, eso era muy poco para cómo se sentía en realidad.

Dios, iba a matarlo. En cuanto lo tuviera frente tomaría su frágil cuello con ambas manos y lo partiría a la mitad, asegurándose de dejarlo roto en tantos pedazos que fuera imposible para Kim Yeong pagar a un millón de neurocirujanos, esteticistas, fisioterapeutas o lo que fuese para reconstruirle los huesos a su hijo.

¡Es más! Jimin se iba a encargar de enterrar su cuerpo en un lugar donde nadie le encontrara jamás. Desaparecería a Kim Taehyung si lo que le habían dicho era cierto.

No podía creer lo que acababa de decirle su maestra. Sencillamente era algo absurdo y sin sentido. ¡Ellos empezaban a llevarse bien! ¿Qué demonios había pasado con el castaño oxigenado?

—¡Oye, imbécil! —llamó en un grito a mitad de pasillo. Claro, todo el mundo tenía ese nombre excepto Taehyung, pues fue el único que no giró. Qué arrogante.

El mayor echaba humo por las orejas ahora; todos se abrían hacia los lados para poder darle espacio, aterrados por su expresión. ¡Park Jimin, el solecito de la Academia, estaba molesto! Oh, eso era extraño.

Jimin, en plena transformación a Hulk, llegó hasta el castaño de dos zancadas y no dudó en reventarlo contra la pared de un solo empujón mientras le tomaba por las solapas de su uniforme.

—¡¿Qué mierda te pasa?! —demandó saber. Taehyung le miraba impasible mientras trataba de decodificar por qué estaba siendo abordado a mitad del pasillo y por qué estaban haciendo el oso frente a esa gente chismosa que les veía. Su espalda dolía después del impacto, pero no dijo nada.

—¿Qué me pasa de qué? —preguntó con calma.

Jimin lo tomó del cuello de su camisa y lo zarandeó con fuerza. ¿Ahora iba a hacerse el estúpido?

—¡La maestra acaba de decirme que dejaste la guardería! —espetó en su cara. No le gustaba la tranquilidad en la expresión de Taehyung. ¿Dónde estaba el niño alegre, vivo, ávido y curioso al que tanto odiaba? Ese no era él, ese muñeco que tenía al frente no era Kim Taehyung.

—Oh, eso. —Taehyung se rio antes de hacer que le soltara y sonrió un poco—. Park, por favor no te acerques tanto a mí. Tu familia y la mía no deberían mezclarse.

Le empujó con dureza, haciendo que el pelinaranja tropezara más por la sorpresa que por la fuerza que usó. ¿Kim Taehyung, el dulce Kim Taehyung, acababa de decirle eso?

—Pero si te interesa saber qué pasó... Bueno, pues he terminado mis horas de servicio social.

Todos aquellos que estaban en el pasillo observaban con curiosidad la escena. Park Jimin encolerizado hasta las orejas y Taehyung actuando como el hijo de puta más ingrato del mundo.

—¿Qué dices? —Jimin bufó—. ¡Aún nos quedan dos semanas!

—Eh, disculpa, pero... Tengo dinero. Si dije que terminé, es porque ya terminé. —Taehyung rio por el poema que se pintaba en la cara de su compañero—. ¿Aún no lo captas? He comprado a la profesora y estoy libre de ese horroroso servicio social.

Jimin lo miró a los ojos algo incrédulo. En sus irises del castaño ya no veía nada del chico que hasta hace unos pocos días lloraba ovillado en un callejón porque acababan de robarle su reloj. No había más el brillo alegre iluminando sus ojos y eso lo dejó en claro cuando le dio una mirada venenosa antes de irse de lugar.

Ah, pero Jimin no iba a dejar las cosas así.

—Mierda, espera —espetó tomándole el brazo unos cuantos pasos más allá.

—Park, deja de tocarme. Me das asco.

—¡¿Pero qué demonios te pasa?! —Jimin volvió a gritar y lo arrastró a un salón vacío antes de lanzarlo al suelo con un brusco empujón. El mayor se aseguró de cerrar la puerta con cerrojo, pues lo que vendría a continuación no era apto para menores de edad, ¡y no precisamente por lo que están pensando!

—Idiota, has arruinado mi uniforme —murmuró Taehyung desde el suelo. Segundos después sintió el peso de Jimin, quien se había lanzado a horcajadas sobre él para inmovilizarlo.

—¡Dime quién mierda te ha lavado el cerebro! —ordenó zarandeándole. Definitivamente, no era común verle así de molesto.

—Oh, debo hablar con mi padre y pedirle que retiren tu beca, Park Jimin. Este comportamiento es inadecuado para un estudiante de la Academia. —Taehyung sonrió y Jimin no dudó en borrarle el gesto de un puñetazo.

—¡Retírame esta, mocoso engreído!

Se enfrascaron en una cómica pelea —dos niños ricos, entre comillas, lanzándose golpes ciegos y débiles—, que les hizo rodar por el suelo. Jimin estaba molesto y en su manoteo no le importó nada cuando arrancó los botones de la impoluta camisa blanca de Taehyung al tirar de esta.

—¿Qué demo...?

El castaño aprovechó su segundo de sorpresa para darle el golpe de gracia y dejarlo unos momentos en el suelo. Se incorporó con rapidez, tratando de cubrir su cuerpo, pero Jimin fue más rápido y tomó sus manos con fuerza.

—Taehyung, ¿quién te ha hecho eso? —preguntó con desesperación, refiriéndose a los rasguños y moretones que marcaban el abdomen canela de su compañero.

—No es de tu incumbencia.

Se alejó de su agarre bruscamente, caminando hacia la puerta.

—¡Taehyung! —El chico trató a toda costa de volver a cerrar su camisa, pero era inútil sabiendo que muchos botones estaban dañados—. ¿Es tu padre? ¿Él te hizo daño?

—¿Qué dices? —bufó Taehyung, con una mueca de pesar—. Kim Yeong sería incapaz de hacerle daño a su heredero.

—¿Entonces? ¿Qué son esos moretones?

—Estas marcas son el castigo que me merezco por olvidar que soy Kim —respondió de forma arrogante—. He cometido un error al socializar con los plebeyos.

—¿Con los...? —Jimin levantó las manos al cielo, exasperado por las palabras que utilizó. Príncipes, plebeyos... ¿No eran todos iguales al final? —Mira quién es el que luce como un plebeyo, por favor —bufó, estirando la mano hacia él con repentino temor—. ¿Necesitas ayuda? Puedo ayudarte, Taehyung, solo dime qué pasa.

Ante todo pronóstico, el castaño dejó salir una larga y amarga risa. Incluso se dobló sobre sí mismo unos segundos, provocando que el mayor apretara los puños con impotencia.

—¡¿Qué es tan gracioso?!

—¡Tú! ¡Tú eres un chiste! —exclamó Taehyung—. Hasta hace unas semanas decías odiarme... ¿Y ahora quieres ayudarme? Qué hipócrita de tu parte. Definitivamente me das asco.

Jimin se preguntó quién era ese chico que ahora le miraba con rabia. ¿Qué había cambiado? ¿Por qué parecía que alguien hubiera puesto una copia barata de Kim Taehyung en su lugar?

—¿En qué idioma quieres que te lo explique? —preguntó sonriente al ver la cara de confusión del mayor—. Puedo hablar coreano, mandarín, español, inglés y japonés. ¡Oh, y pronto ruso!

—Taehyung, tú no eres así —musitó Jimin con pesar. Ya no sentía molestia; solo lástima. No podía dejar de ver los golpes en su cuerpo y preguntarse qué había pasado. Ese chico de porte orgulloso y barbilla arriba ahora lucía como un triste teatro para él. No había nada de real en eso. No había nada bueno en este Kim Taehyung.

—Lamento si te he desilusionado, Park. —Taehyung ladeó la cabeza. No entendía por qué aquel chico lucía tan mal, si el que estaba muriéndose por dentro era él.

Taehyung no quería que le lastimaran otra vez. No quería que le limpiaran, no quería la odiosa regla de Sook, no quería el sótano. Quería ser el hijo perfecto de la familia Kim y por una vez vivir en paz con su padre.

—¿Eso es todo? —preguntó abriendo la puerta. Su camisa aún no cubría su cuerpo de las marcas que él mismo se había hecho, pero poco le importaba—. Bien, entonces me iré. Por favor, no vuelvas a hablarme.

Porque no quiero arrastrar a nadie más en este hondo abismo en el que me estoy hundiendo.





-----



UNA PREGUNTA. ¿Solo leen KookV, o también toleran el Vkook? QUIERO LEERLAS PORQUE LES TENGO UNA SORPRESA. (?

En mi opinión amo el Vkook, pero no se trata de quién se la mete a quién, sino de apreciar el fic y la historia, idependientemente del shipp, de hecho.






Ahora, lo que tengo que decir:


MUCHÍSIMAS, MUCHÍSIMAS GRACIAS, DE VERDAD 😍💖 La historia llegó a 1K votos el miércoles a las 10:33 PM (no los conté :v). ¡También son más de cinco mil leídas y eso me alegra un montón! Estoy lloranding 😭 graciasgraciasgraiasgraciasgracias.

Ya que cierta personita me regañó por actualizar en parciales, actualizo hoy viernes aunque se supone que lo haría ayer por lo de los votos. ¿Así está bien, madame? :v uwu

Y, como última cosa pero no menos importante, los capítulos 16 y 17 son puentes (ya se darán cuenta), así que no sé si prefieran:

a. Subir el 16 más tarde y el 17 mañana. El 18, EL TAN ANSIADO 18, el lunes.

b. 16 y 17 mañana sábado en maratón. 18 el domingo.

c. 16 mañana, 17 domingo, 18 lunes.

¿Me expliqué? :'v Como sea, ¡gracias de nuevo! 😭

Shaushau &heart& 💖


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro