Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

05 - {II}



—¿Listos? —preguntó el chico que hacía las veces de árbitro, demorándose un poco para hablar debido a la tensión y a la adrenalina que se podía oler en el ambiente—. ¡Ya!

Taehyung no dejó que Yoongi tomara el balón. Aprovechando que era por mucho más alto que este, atrapó la pelota en el aire y la retuvo contra su pecho unos segundos mientras buscaba a quién pasársela.

Mierda, ni siquiera se había tomado la molestia en memorizar las caras o los hombres. Solo tenía claro a Jungkook, que obviamente no era una opción, y al chico de la sonrisa enorme, Hoseok, cuyo nombre desconocía.

Hoseok lo lanzó a Jungkook por inercia y Yoongi no tardó nada en mandarlo al suelo.

—Inútil —murmuró Taehyung con rabia, antes de correr a zancadas para alcanzar a aquel veloz enano para impedir que encestara. Saltó para bloquear su tiro y quizá por la sorpresa Yoongi erró—. ¡Arriba, arriba, arriba!

Con el balón en mano nuevamente, Taehyung sospesó sus opciones. Podía mandarla al otro lado de la cancha y esperar a que alguien lograra hacer una cesta o podía hacerlo por su cuenta.

—¡Aquí! —pidió un chico y él obedeció a la petición. Corrieron codo a codo, empujando a los mamuts que tenían de frente y Jungkook abrió la boca por segunda vez en la noche cuando Taehyung hizo una cesta perfecta, aunque literalmente fue tacleado a mitad del salto y eso le sacó un gruñido de dolor a todos.

Sin embargo, Taehyung se levantó como si nada, solo echando su cabello hacia atrás con arrogancia.

—¡Imbéciles! —gritó Yoongi a todos y a nadie. Ahora sabía que el primo de Namjoon no bromeaba. Recibió el balón para el saque y se lo pasó a Baekhyun, quien zigzagueó entre los cuerpos hasta la mitad de la cancha con muchísima facilidad.

La felicidad no le duró mucho porque las hábiles manos de Taehyung robaron la pelota sin siquiera tocarlo. Hizo un par de pases y encestó otra vez, ignorando a Jungkook, que gritaba "¡estoy libre, estoy libre!".

—Tranquilo, Kook —murmuró Hoseok tratando de no reír por la situación. El menor lucía realmente frustrado por no haber sido parte de esa maravillosa jugada—. Podemos remontar. Es lo que importa.

Jungkook ya no sabía qué era lo que le interesaba; ganar el partido o recobrar su dignidad. No podía creer que el niño mimado le estuviera quitando el protagonismo. ¡Le estaba haciendo quedar mal!

—Oh, Taehyung, no esta vez —murmuró con malicia y le robó el balón al susodicho, que limpiamente lo había ganado en el saque. Este le miró confundido, pero le dejó hacer las suyas, negándose a aplaudir cuando, por fin de doscientas veces intentándolo, el pelinegro consiguió hacer una segunda cesta esa noche.

—Eh, Jungkook —se mofó Yoongi—. Se te salta la vena competitiva en la frente. Recuerda que son del mismo equipo.

—Cállate.

Jungkook miró a Taehyung y notó que aquel débil chico había desaparecido para ser reemplazado por una versión algo terrorífica de él. Tenía el ceño profundamente fruncido, estaba sudado, cuando lamía sus labios parecía un cocodrilo esperando a su presa y era inmune a los empujones que recibía.

Eso no le gustó.

A él le atraía el príncipe, no el plebeyo.

—¡Solo seis cestas más, muchachos!



—¿Estás bien? —Taehyung frunció el ceño con preocupación mientras miraba cómo Hoseok trataba de impedir que la sangre siguiera fluyendo por la hinchada nariz de Jungkook. Este le miró de reojo con el ceño fruncido.

—¿Me feo fiem fara ti? —espetó con dificultad. Realmente, Taehyung no sabía qué había pasado. Cuando hizo la última cesta, la que definiría el partido, alguien del equipo contrario le empujó con dureza solo por el simple hecho de que podía.

Al parecer, a sus compañeros no le gustó eso, y mucho menos a su primo, que no tardó en saltar por las escaleras y clavarle un buen puño en la cara al tipo. Yoongi trató de pedirle que se detuviera antes de que las cosas empeoraran, pero Namjoon también le golpeó a él, por error, y de la rabia Yoongi terminó golpeando al primero que vio.

Entonces Taehyung se quedó en una esquina, todavía en el suelo, viendo con confusión cómo todos empezaron a lanzarse puñetazos entre ellos. Era obvio que desde hacía tiempo estaban por hacerlo, pero aquello fue el detonante.

A causa de eso, Yoongi estaba refunfuñando en voz baja mientras presionaba una lata de cerveza fría contra su ojo, Jungkook tenía la nariz rota —como mínimo—y su primo se había ido en busca de más agua para enjuagar la sangre.

—Podrías lucir peor —admitió Taehyung mordiéndose el labio. Jungkook estaba realmente molesto porque él no tenía ni una sola herida en su perfecta cara.

—Bueno, no imforta —expresó, apretando los ojos cuando Hoseok movió su nariz de una manera extraña—. Al menos, ya no te debo nafa, Yoonfi.

Este murmuró algo incomprensible y Taehyung sacó del bolsillo de su pantalón la cantidad que habían acordado antes, procurando que Jungkook no le viera.

—Fue divertido —dijo Taehyung con una pequeña sonrisa. Hoseok, Jungkook y Yoongi, golpeados hasta decir ya no más, le miraron como si quisieran matarlo—. Es decir, el juego.

—¿Dónde aprendiste a jugar así? —preguntó Hoseok con una ceja arriba. Su labio estaba realmente hinchado y una marca morada empezaba a mostrarse en su barbilla.

—Oh, practiqué baloncesto hace unos años, pero... Esto fue una nueva experiencia para mí. ¡Balonrugby!

Yoongi y Hoseok rieron por aquel término, pero a Jungkook no le pareció muy gracioso. Taehyung se removió con incomodidad en su puesto, sintiendo un extraño hormigueo en el vientre.

—Yoongi hyung —le llamó—, tengo ganas de ir al baño.

—¿Por qué tienes que decírmelo? —espetó este. Namjoon le había dejado al cuidado del menor, pero no esperaba que fuera en serio—. Ve y orina por ahí.

—¿Por aquí? —repitió Taehyung—. ¿Hay un baño cerca?

—¿Qué? —Hoseok bufó—. Orina donde nadie te vea, detrás de las gradas o no sé...

—¡¿Qué?! —Taehyung le miró alarmado. Él era un Kim. Si lo pedía, construirían un inodoro de oro y se limpiaría el trasero con seda. Nunca había tenido que orinar al aire libre; sin lugar a dudas, eso sí era una nueva experiencia—. P-Pero cualquiera podría verme y-y...

—En una esquina, Taehyung —continuó Yoongi como si estuviera explicándole a un niño pequeño—. Detrás de las gradas orinan todos...

—¡¿O sea que mis fluidos se mezclarán con el de otros?! —Asqueado era poco para describir cómo se sentía. ¿Todos? ¿Incluso las chicas? ¡Aquello era terrible!

—Ugh, vamos —ordenó Jungkook levantándose—. Te llevaré. También me han dado ganas de orinar.

—¿Tú y yo? —De verdad, Taehyung iba a desmayarse.

—Yaaah, que sí. —El pelinegro empezó a caminar—. Solo te apartas un poco y evitas mirarme, ¿bien?

—B-Bueno —aceptó detrás de él. O sea, no podía ser tan malo—, pero... Evita mirarme tú también.

—No es como si tuviera ganas.

Caminaron con lentitud hasta rodear las gradas, asegurándose de quedar fuera del alcance de la luz. Taehyung no sabía muy bien cómo hacer el trabajo con su extintor, pero suponía que no había problema mientras no ensuciara su ropa.

—¿Aquí? —preguntó con el ceño fruncido cuando vio que Jungkook bajaba su bragueta.

—Eh, sí. Échate más para allá y en serio, no mires —le recordó él.

Taehyung asintió como si de un niño pequeño se tratara y se giró para caminar un poco más lejos. Un poco resultó siendo que casi le dio la vuelta a las gradas, pero ningún lugar parecía lo suficientemente alejado cuando escuchó el chorro empezar a caer sobre el pasto.

Lo peor fue que no era lo único que llenaba el silencio de la noche. Estando todo tan callado, escuchó ruidos extraños. Al parecer, alguien había ido a desocupar se vejiga muy lejos también y el cierre estaba atascado o algo así. Quizá por eso la respiración de dicha persona estaba algo agitada.

Eso creía él, hasta que la escena frente a él se hizo un poco más clara y entonces no pudo evitar aspirar con horror.

—¡Oh, Dios Santo! —exclamó Taehyung horrorizado al notar que una pareja estaba llevando a cabo una felación. La chica se apresuró a desocupar su boca con miedo cuando notó que tenían visita y él se tapó los ojos muy rápido—. ¡Dios, no! ¡Mételo de nuevo, no quiero ver eso!

Dio media vuelta y corrió devuelta a la zona de confort, solo para encontrarse con que Jungkook aún no había terminado de orinar. Volvió a chillar, esta vez sintiendo que iba a desmayarse en serio.

—Mierda, Taehyung. —Jungkook trató de cubrirse, pero su vejiga en serio estaba llena. Solo pudo darle la espalda al castaño mientras sentía sus mejillas adoptar un color rojo con furia, aunque no sabía por qué, si se suponía que eran hombres y aquello debía ser de lo más normal entre ellos.

Escuchó a Taehyung empezar a hiperventilar; o más bien, a sollozar, no lo sabía. Cualquiera de las dos era una reacción ridícula, pero tampoco quería enterarse mientras su amiguito no estuviera en su lugar.

—¡Dios! ¡Ya no quiero ver más penes hoy!

—¡No vayas diciendo eso por ahí si no quieres que todos se burlen de ti! —le regañó Jungkook en un siseo de desesperación. Cerró la bragueta antes de girarse y vio cómo Taehyung se frotaba la cara una y otra vez—. Oye, no exageres...

—¡No te acerques, imbécil, no te has lavado las manos!

—¡No iba a tocarte!

Taehyung no orinó.

La imagen mental en su mente era algo más importante por desechar que aquello, así que solo pasó con rapidez por el lado de Jungkook mientras trataba de bajar su propia temperatura. Agradeció que Namjoon ya hubiera llegado con el agua y bebió de una de las botellas, mojando su rostro para bajar el bochorno.

Por su parte, aún bajo las gradas, Jungkook solo pudo reír con verdadera gracias mientras negaba, pensando en que aquel príncipe poseía una triste inocencia.



---


Fin del maratón. Un poco de paz no hace mal :3 Sufran mañana otra vez.

ShauShau &heart&

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro