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¿Alguna vez has Tratado de Atrapar a un Ruiseñor? V

―Menudo hijo de puta, al final todo salió como la seda ―Raegan era mucho más risueño y brillante de lo que Aimi se imaginaba...

―¡Pues claro, viejo manco! ¿Cuántas veces tengo que recordarte quién soy? ―Y Jackqen se llevaba demasiado bien con el renegado que mató a su madre, a juzgar por su notable sonrisa...

―¿Jack, qué está sucediendo? ―preguntó ingenuamente la chica.

Jackqen se dio la vuelta burlescamente, con aquella sonrisa descarada que antes había cautivado a Aimi y ahora le inspiraba la misma desconfianza de la primera vez que lo vio en la playa. El peli anaranjado hizo un mohín peculiar, alzando la ceja izquierda, mientras su boca se arqueaba aún más con alegría. Dio dos pasos hacia adelante, para que se le escuchara bien desde donde se encontraba la Cherryvale, y abrió los brazos como si quisiera que se le viera desde todos los rincones del mundo.

―Lo siento, lady Aimi Cherryvale, pero yo soy Jackqen Nightingale: el verdadero Ruiseñor ―E hizo una reverencia, para terminar de ironizar la situación.

―¿Qué? ―La rubia no sabía ni qué decir. Estaba pálida, pasmada, boquiabierta.

―Todo esto fue mi plan, querida ―explicó Jackqen Nightingale sin dejar de enseñar los dientes.

―No, yo... Yo no entiendo nada...

―Ah ―El peli anaranjado suspiró―, la casualidad: eterna mensajera de la suerte. Es ese fenómeno que se da cuando dos sucesos o acciones totalmente independientes se cruzan e impactan el uno con el otro de forma azarosa, siendo cada uno originado por su propia CAUSA lógica. De esta forma: el macetero cae del balcón por una causa lógica, la gravedad; pero es azaroso que en su trayectoria coincida con un desafortunado (y nunca mejor dicho) peatón.
»Ah, pero la causalidad es totalmente distinta, aunque aparentemente parecida. En ella la maceta no cae solo por la gravedad, sino porque alguien la empujó del balcón; pero su trayectoria ya no coincide con un desdichado peatón por los azares de la casualidad, sino por la planeación del que empujó el macetero: eso es la CAUSALIDAD.

―¡¿Me estás diciendo que aquellos tres tipos que me quisieron violar y que me toquetearon todo lo que pudieron tienen algo que ver contigo?! ―La chica estalló colérica.

―Oh, no... Eso fue fruto de la causalidad y la casualidad. Contraté al Tigre Rojo para que te secuestrara, entonces yo llegaría para rescatarte y así ganarme desde el comienzo un poco de confianza inicial contigo y tu hermano, que se hubiera vuelto loco tratando de salvarte. Pero el muy idiota del Tyrone ese se dejó llevar por el alcohol y la lujuria y terminó siendo apresado. Decidí entonces "aparecer por casualidad" en la playa, cuando vi que corriste hasta allí luego de aquella discusión con tu hermano. Fue en ese momento cuando CASUALMENTE llegaron aquellos tres tipos repugnantes. Al menos esa parte si me la debes agradecer, querida.

―¡Oh, sí, claro! ―Gritó con sarcasmo, luego cayó en cuenta―. Un momento, si ese es Raegan Ashther entonces eso quiere decir... ¡Los cinco buques de guerra están atacando Sprigshore ahora mismo!

―No te preocupes por eso, querida. Todo fue mentira. Me inventé toda esa historia de los buques de guerra para introducir un poco de caos al ya establecido por mis atracos a lo largo de la isla y que, el día del ataque, cuando supuestamente habrían capturado al Ruiseñor y la caja fuerte estaba segura, todos los guardias que custodiaban esta sala se encontraran CAUSALMENTE lejos de aquí, esperando inútilmente una batalla que nunca llegará.

―Hablas como si todo lo de Allaster hubiera sido obra tuya, pero no puede ser. ¡Intentó quemarnos con flechas de aceite y fuego!

―Vamos, Aimi, se que eres más inteligente que eso... Llegué a Storhai desde hace meses. Estudié cada ciudad y edificio, planeando con sumo cuidado mis robos. Y cuando llegó Allaster, el chivo expiatorio perfecto, lo seguí de asentamiento en asentamiento haciendo parecer que los atracos ocurrían allí a dónde fuera él. Y la CAUSA lógica por la que intentó quemarnos fue porque le envié un mensaje, con la falsa firma y caligrafía de su madre e incluso con el sello de los Falcroft, ordenándole que nos eliminara junto con todos los documentos que CAUSALMENTE lo culpaban. Fue fácil hacer que me obedeciera, el pobre siente que tiene muchas deudas con su la guarra de Serena...

―Y usaste un nombre falso para que no te inculparan aquellos informes de peaje...

―¡Error! Mi cabello es difícil de ocultar, no podía arriesgarme a que un guardia me reconociera en caso de que los interrogaran por alguna razón. Simplemente pasé desapercibido y listo. Soy mucho más bueno en el sigilo de lo que os he demostrado CAUSALMENTE hasta ahora...

―¡Imposible! ¡Robaste por toda la isla desde hace meses y has vivido aquí desde incluso más tiempo! ¡Alguien tenía que haberte visto, tienes que haber escrito tu nombre o uno falso en algún lugar!

―¡Soy el maldito Ruiseñor, querida! ―Su sonrisa era la más embaucadora del mundo―. Puedo existir en cualquier lugar y hacer parecer que no existo, puedo viajar sin pagar porque nadie sabría que estoy en el carruaje.

―¿Entonces todo lo que ha sucedido hasta ahora es mentira? ¡¿TODO?!

―Oh, no. Si conozco a Zanaey, si fui entrenado por ella, si me regaló esta daga, si me habló de ti y no, no la veo desde hace bastante tiempo. ¿Y mi madre? Goza de una salud bastante aceptable allá en casa.

―¡Eres un hijo de puta!

Le lanzó una flecha con su arco pero Jackqen, con mejores reflejos de los que conocía Aimi, atrapó la saeta sin siquiera parpadear. La segunda la partió en dos con aún más facilidad. Al tercer intento de Aimi, la chica trató de hacer el truco de disparar cuatro flechas consecutivas, pero sus manos no tenían suficiente habilidad y los proyectiles cayeron al suelo desperdigados. Esto le dio tiempo suficiente a Jackqen Nightingale para quitarle el arco y darle un casi educado empujón que hizo que la rubia se sentara en el suelo, con lágrimas de rabia e impotencia.

―¡Eres un desgraciado, Jackqen Nightingale! ¡Nos has engañado como el sucio renegado que eres!

―¡Ja, ja, ja! ¿Creíste que esta sería la típica historia de aventuras y fantasía donde los protagonistas se enfrentan valientemente al terrible y poderoso villano y lo logran derrotar juntos con el poder de la amistad, la fuerza de lo voluntad y el brío de sus corazones? Esto no es uno de esos libros donde todo sucede con un objetivo y el bien siempre prevalece por encima del mal como si los dioses y el universo se hubieran alineado especialmente para que los héroes ganen.
»Esta tierra, felizmente, no es así de aburrida. ¡Pues si! Aquí, en el mundo real, todo se puede conseguir con oro y engaños, y de eso último voy sobrado y pronto de lo primero también... ¡Ja, ja, ja! No me mires con esos ojos de furia, esas son las reglas del juego al que tanto has deseado unirte durante todos estos años. Siempre has querido vivir aventuras y eso es lo que tendrás. Y recuerda mis palabras: Pandora es un lugar peligroso, divertido, espeluznante, hermoso, injusto y único. Allí nunca te cansarás de viajar por sus lares: siempre pasará lo contrario a lo que piensas, las palabras que escuches siempre tendrán un motivo oculto que puede o no tener un objetivo, todo es caótico e impredecible e incluso en esas situaciones a las que llamarías "típicas".

―Esto parece una pelea de enamorados ―habló Raegan, aguantando una carcajada.

―¡No jodas! ―Jackqen se vio un poco alarmado.

―Si Pandora es así... ¡Pues que se vaya a la mierda! ―Aimi se abalanzó contra Jack, el Ruiseñor, pero este la cargó sin esfuerzo y la lanzó hacia Raegan usando su propia fuerza.

―Pues no, porque tu vienes con nosotros.

―¡¿Qué?!

―Te necesitamos para, posiblemente, la parte más importante del plan ―Raegan le sostenía el brazo con fuerza, aunque con cierta delicadeza amable...

―Pero antes, será mejor que abramos esta dichosa caja fuerte...

―¡Suerte! ―le dijo Aimi al peli anaranjado―. Esa cámara acorazada solo se puede abrir con una llave que está escondida en algún lugar del castillo, y solo mi hermano sabe dónde está.

―Amor, ¿tengo que recordarte quién soy? ... ¡Soy el sagaz Ruiseñor!

De uno de los bolsillos del cinturón sacó dos ganzúan que introdujo a la vez en la cerradura de hierro de la caja fuerte. Movía las puntas de los instrumentos con suavidad en busca de los puntos correctos en los que el mecanismo de la aldabilla hacía: ¡clack! Aún así, a pesar de las habilidades de ladrón que cultivó durante años, le estaba siendo, no difícil, sino trabajoso.

―¡¿Se puede saber qué cojones hay en esa cámara que tanto deseáis?! ¡¿Qué es lo que la puñetera de mi madre trató de robar durante los años que fingió querernos?!

―Tu madre no vino a Pétalo Rosa para robar nada. Al contrario, vino a dejar algo bien guardado...

―¿Cómo dices?

¡Click, clack! El cerrojo ya estaba abierto. Jackqen Nightingale, el Ruiseñor, le dio vuelta al gran picaporte que terminaba de abrir los pasadores que quedaban. Aló por la agarradera y, por el mismo peso y mecanismo de la torno, esta empezó a abrirse dando lentas vueltas hacia un lado.

―¿Cómo lo hiciste? ―La chica estaba atónita. ¡Abrir esa cámara acorazada solo con ganzúas y al primer intento es algo imposible!

―¿No es obvia la respuesta? ... ¡Soy el Ruiseñor, nena! ―Esa fue la reverencia actoral más exagerada que jamás se hubiera visto. Cuando sintió que la gran puerta mecánica se abrió, Jackqen Nightingale se dio la vuelta contento con toda la disposición del mundo de entrar, pero se detuvo inmediatamente.

―Ciertamente, cuando creas algo, deberías prepararte para todo lo contrario. ¿No es esa tu filosofía, Ruiseñor? ―Allaster estaba dentro de la cámara y apuntaba con la negra punta de su espada de yggdranita a Jack, que alzó las manos como el criminal atrapado con las manos en la masa que era.

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