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De Omegas y Alfa (Final)

—¿Cuánto más tiempo estaré en esa dichosa selección final? — preguntó dramáticamente desganada Tzuyu, tras sentarse en la mesa con ambas al prepararles la cena.

—¡Son siete días! —Jihyo suspiró pesadamente, nuevamente teniendo que oír la obsesión de Nayeon con el último anime que había visto y no superaba, y aparentemente, Tzuyu estaba dispuesta a seguir sus tonterías con tanta paciencia y cariño que no podía creerlo. Ni ella soportaba a veces lo otaku que era su omega—. Te quedan dos. Tendrás que superar al último demonio, según mis informes comió más de ochenta humanos.

—Entonces, ¿Es probable que si llega a los cien humanos se convierta en una de las doce lunas demoniacas? Me tocará difícil. — pese a que las palabras de Tzuyu no fueron más que para continuar la charla boba con Nayeon, el silencio reinó.

Jihyo observaba a Tzuyu sorprendida y Nayeon no se quedaba atrás, con sus grandes ojitos brillando de emoción y felicidad al observar a su alfa.

—¿Qué? —susurró asustada—. ¿Dije algo mal?

—¿Entiendes de lo que Nayeon habla? —sin dudarlo, asintió con una sonrisa tan adorable.

—Sí, todo de lo que ustedes hablan lo investigo —explicó—. Quiero poder entenderlas siempre y tener mucho de que hablar con mis omegas.

Nayeon jadeó y Jihyo se sonrojó, sin embargo, la coreana no se pudo contener a levantarse de su asiento y acomodarse en el regazo de Tzuyu abrazándola fuertemente.

—¡Dijiste que somos tus omegas! —chilló emocionada, apretando más el agarre entre besitos desordenados en la cabellera de Tzuyu—. ¡Ya terminaste la selección! Has aprobado, Jihyo nunca se interesa en lo que veo, ¡Es primera vez que alguien lo hace!

—Nayeon, suéltala. La vas a matar. —murmuró Park entre risas, casi sintiéndose culpable por no haberse dado cuenta lo importante que era para Nayeon algo como ello, pero no podía negar que la mención de ser las omegas de Tzuyu y la confusión de la alfa, realmente había impactado en su corazón.

Cuando Nayeon la soltó, Tzuyu movió su silla hacia atrás para separar sus piernas y que la omega se sentase cómodamente sobre uno de sus muslos. Jihyo las observaba con cariño, pero cuando la mirada de la alfa cayó sobre ella, no pudo detener su sonrojo y el desvío de su mirada nerviosamente.

—Ven aquí, Jihyo. —invitó Tzuyu, palmeando su muslo libre.

Im sonreía maliciosamente, sabiendo lo mucho que a Jihyo le gustaba ser consentida. Siendo la primera vez en la vida que alguien la trataba con tanto cuidado y cariño, sabiendo también que pese a huir de aquellas acciones, se rendía a ellas rápidamente.

Con Jihyo sobre el muslo de Tzuyu y Nayeon en el contrario, la mayor acarició las mejillas de las omegas con ternura, pasando su mirada a cada una sin perder detalles de sus finas facciones.

—Son mis omegas y las voy a cuidar toda la vida. —el cosquilleo en el vientre de Jihyo fue abrumador, pero Nayeon no se veía tan afectada como ella. Ambas sonreían hacia la alfa, pero no podía entender por qué las acciones de la castaña impactaban tanto en ella—. Y con el tiempo, las voy a amar con todo mi corazón.

En aquella ocasión Jihyo no pudo controlarlo, no cuando su labio inferior tembló y su mirada se empañó. No estaba derramando lágrimas de tristeza, sino de emoción, de alegría y de anhelo.

Nayeon la observó con ternura, podía sentir lo que Jihyo experimentaba a causa de la conexión de las mordidas. No podía comprender lo que a la mayor le ocurría, pero si podía ser su contención siempre que fuese necesario, pero, por supuesto, Tzuyu no entendía.

Tzuyu estaba preocupada, incluso asustada por si había dicho algo inapropiado, porque la omega lloraba contra su hombro aferrando las bonitas manos en sus ropas.

—Jihyo, cariño... —llamó la alfa, intensificando el llanto de la omega ante el apodo cariñoso—. Oh, Dios... ¿Por qué lloras? —preguntó con tanta suavidad que Jihyo sollozó cuando Tzuyu hubo alzado de su rostro con una de sus manos.

—Yo... —gimoteó, limpiando sus lágrimas con las largas mangas de su suéter—. No sabía que... Que quería tanto que me cuidaran como lo haces —Tzuyu frunció su entrecejo confusa—. En nuestra relación omega, una tomaba el rol del alfa en su ausencia por instinto y esa fui yo...

Oh... Eso era... —riendo bajito por la ternura que su pequeña buhita le causaba, secó una nueva lágrima que se deslizó por su mejilla—. Te cuidaré, te querré y amaré como una omega merece ser querida y como lo hiciste con la consentida de Nayeon. —bromeó, quejándose de dolor ante al piquete que Im le dio en sus costillas—. Lo hiciste bien, Hyo... Aunque te excediste con Nayeon.

Nuevamente recibió piquetes en sus costillas, causando las risas de las tres, que se observaban con cariño y amor, tan resplandeciente en sus miradas.

—Para eso llegó su alfa, ¿No, bebés? —ambas omegas se sonrojaron ante la forma en que fueron llamadas, una más avergonzada que la otra, pero con Tzuyu sintiéndose dichosa, se inclinó con cuidado besando de a pico los labios de Jihyo y Nayeon respectivamente que escondieron sus rostros en el pecho de la alfa, que reía tan fuerte por lo penosas que eran sus omegas.

—¡Tzuyu! —chilló Jihyo al cruzar la puerta del apartamento y sentir el exquisito aroma de la alfa viniendo desde la cocina.

No tardó en desprenderse del exceso de ropas y mochila para correr hacia la cocina, envolviendo sus brazos entorno al cuello de la alfa y besarla profundamente sobre sus labios.

El tiempo había transcurrido más rápido de lo esperado, cuando apenas comenzaba el otoño y el trío se disponía a conocerse, ya estaban en el mismísimo apogeo de la primavera, y Jihyo ya estaba acostumbrada a la presencia de Tzuyu en sus vidas.

La vergüenza ya no existía, si no que sus besos juguetones en el rostro de Tzuyu, los abrazos inesperados y como la omega se sentaba en el regazo de la alfa contando cómo estuvo su día. En aquel mismo transcurso, Jihyo abrió su corazón y cantó para Nayeon y Tzuyu la estrofa de una canción que componía junto a Jeongyeon.

Tzuyu no creyó que podía enamorarse más de Jihyo, pero viéndola cantar tan maravillosamente, con su preciosa y dulce voz cautivándola a ambas, se sentía tan afortunada.

Jihyo no parecía ser la única talentosa, una tarde había llegado la menor de las omegas perfectamente arreglada hacia la cafetería en su búsqueda. Solo bastó una mirada rogándole a Momo para que pudiese llevarla hacia la facultad de artes y una vez allí, Tzuyu sintió como no podía tener más suerte que estar con ese par de adorables omegas.

Justo a su lado se hallaba Jihyo grabando la presentación de Nayeon con una sonrisa tan amplia y orgullosa que parecía resplandecer y Nayeon, sonreía tan feliz cada vez que las encontraba en el público con la mirada. Tzuyu estaba orgullosa, maravillada por haber sido destinada a estas magníficas omegas y si alguna vez se sintió insegura de poder contener a dos jóvenes revoltosas, esas ideas estaban completamente olvidadas.

Ahora solo aplaudía y gritaba hacia Nayeon, quien bastante avergonzada, reverenciaba hacia el público cuando su presentación terminó. Tzuyu había caído por ellas totalmente.

Sentada sobre la cama matrimonial, apretaba sus manos en las pequeñas cinturas de las omegas sentadas en sus muslos, las observaba con una excitada mirada, viendo fascinada como las omegas se besaban ante ellas, tan lento y pasionalmente, introduciendo de sus lenguas en sus cavidades, haciendo un desorden de ellas cada que se recorrían; cada que exploraban un camino completamente conocido.

Jadeaba pesadamente como espectadora, sintiendo como las caderas de las menores se movían contra sus muslos para friccionar sus centros crecientes de humedad en los pantalones. Oh, maldición, sentía que moriría.

Era la primera vez que harían el amor desde que la relación había iniciado. Sería la primera vez que Tzuyu estaría consciente para disfrutar de la belleza, lo delicadas que podrían ser y el placer que experimentarían sin las nebulosas de sus celos.

Mmh... Qué buenas bebés... —halagó Tzuyu cuando ambas se hubieran separado y Jihyo buscase los labios de Tzuyu, recorriéndose con tanta ternura, sin prisa de explorarse la una a la otra al deslizar sus lenguas rozándose entre sí.

Nayeon observaba deseosa, moviendo sus manos sobre los abdómenes vestidos de ambas de arriba abajo, jadeando por lo caliente que sus parejas se veían. Mordía su labio inferior con sus temblorosas manos moviéndose en el pecho de la alfa para desprenderse de los botones y exponer la desnudez de su cuerpo, repitiendo la acción con la otra omega.

Cuando ambas se separaron con un ruidoso y húmedo chasquido, Tzuyu inmediatamente buscó a Nayeon, devorando su pequeña boca al no tardar en introducir su lengua, tomando el control.

El patrón se repetía en cada beso, ambas omegas gimiendo y moliendo sus caderas contra los duros muslos de la alfa. La intensidad aumentaba, dominando Tzuyu en cada beso y mordisqueando los labios de sus omegas, chupando de ellos y lenguas a la par, un desastre de saliva excitantemente obsceno, pudiendo probar fascinada el sabor de Jihyo en la boca de Nayeon y viceversa.

Con sus cuerpos despojados de las ropas, ambas omegas se hallaban de espaldas contra la cama. Haciendo un excitante y adorable lio con sus pieles pálidas, enrojecidas por los rastros que Tzuyu dejó con sus dedos; con sus cabellos desordenados y pegados en sus frentes. La alfa podía tener el gusto de recorrer a su antojo a ambas, memorizar cada porción de sus cuerpos y curvas, sintiendo que, pese a la dureza de su erección, no había prisa alguna.

Entre las omegas, acarició sus sensibles y endurecidos pezones, oyendo cada suave gemido, memorizando la diferencia y deleitándose con la forma en que se retorcían y chillaban una vez comenzó a frotar cada coño. El movimiento impuesto por sus manos aumento en velocidad y presión, obteniendo gemidos descontrolados y ambas omegas tratando de ahogar sus lloriqueos entre besos desordenados.

Nayeon siendo un manojo de gemidos, no podía dejar de sorprenderse con Tzuyu y sabía que Jihyo compartía sus pensamientos. Nunca habían tenido intimidad con un alfa antes de Tzuyu, pero cada vez que lo intentaron, estos siempre mostraron mayor interés en aliviar sus erecciones y no de cómo se sentían ellas. Pero tener a Tzuyu entre ellas, con su mirada oscurecida y la forma en que dedicaba tiempo a complacerlas, calentaba cada vez más sus cuerpos, endurecía y humedecía sus estimulados coños, aumentando la cantidad de lubricante que se deslizaba por sus muslos ansiosas por ser tomadas por su alfa.

Con Tzuyu sobre la cama, ambas omegas deslizaban sus lenguas a lo largo de la gruesa polla de Tzuyu, chupando el glande y las bolas con ímpetu, jugueteando incluso con succiones en el rojizo nudo en la base de la erección.

La alfa no podía comprender cómo podía sentirse tan extasiada, tan malditamente caliente cada vez que veía como compartían su pene, para pasar entre obscenos besos entre ambas sin quitar de en medio su erección. Maldición, Tzuyu podría sentirse desfallecer de placer con tal tortura que ambas menores dedicaban a ella.

Cuando el placer parecía estar en el límite del trío hecho un desastre de gemidos, Tzuyu cambió de posiciones. Jihyo se hallaba contra la cama, rogando entre gimoteos ser follada de una vez y tan solo bastó una mirada de Tzuyu a Nayeon, que esta acomodó de rodillas a cada lado de la cabeza de la mayor de las omegas, masturbando su clítoris sobre su cara antes de que Jihyo chupase ansiosa a Nayeon.

Deslizando sus dedos en el mojado agujero de la omega, Tzuyu sonrió cuando las caderas de Park temblaron bajo su toque, oyendo débilmente como ahogaba su gemido en torno a Nayeon.

—Por favor, por favor. —lloriqueó entrecortadamente, alzando sus caderas cada que la yema de los dedos de Tzuyu rodeaba su agujero.

Hábiles dedos recorrían el desorden mojado entre sus piernas antes de empujar el primer dedo en su coño, Tzuyu continuó adentrando el dedo, fácilmente introduciendo el segundo ante lo empapada que Jihyo se hallaba. La alfa sonrió ante la forma que oía el aliento de la omega ahogada contra la vagina de Nayeon, temblando por cada vez que los dedos se introducían más en ella.

Jihyo se sentía desesperada, tan necesitada que movía sus caderas sobre los dedos de la alfa, quien reía fascinada por la necesidad que no se apenaba en mostrar. Prontamente los dedos no tardaron en comenzar a moverse, deslizándose más y más profundamente en su apretado agujero, mientras tanto, el rostro de Park se hallaba rojo tragando a Nayeon. En vagos intentos de tomarla por completo cada vez que Im follaba su boca, pese al lío que la menor era entre lloriqueos, temblores y saliva mezclada con el lubricante de Nayeon en su barbilla.

No esperó que Tzuyu sacase apenas sus dos dedos para agregar un tercero, estirando el coño tan bien para la omega.

—Se ven tan bonitas —ambas omegas temblaron ante la voz profunda de la mayor, gimiendo al unísono y en respuesta, Nayeon lentamente tanteó con sus propios dedos su agujero—. ¿Quieren que su alfa las folle? ¿Mh? —en conjunto, las menores sintieron sus entradas palpitar, filtrando incluso más lubricante con la sucia forma que Tzuyu les hablaba.

Apenas cuando Jihyo logra acostumbrarse al grosor de los tres dedos, Tzuyu sacó casi al borde de ellos, para empujarlos fuerte y profundamente en la omega que debió sacar a Nayeon de su boca para evitar ahogarse ante los fuertes gemidos que no podía contener. Nayeon jadeó ante la vista de la dominada omega, palmeando apenas dos dedos en su agujero antes de ingresar su índice lentamente, chillando por lo bien que se sentía, pero llamando la atención de las dos presentes.

—Joder... —murmuró Tzuyu, aumentando el ritmo de sus penetraciones sin perder una mirada de la rubia y Jihyo, sintiendo como su boca se hacia agua por lo espectacular y cachonda que Nayeon lucía.

Con el cuerpo de la menor sacudiéndose por la forma en que Tzuyu la follaba con sus dedos, no pudo contenerse a volver a Nayeon, tomando ambos glúteos con sus manos para empujarla hacia ella.

Oh D-Dios... Dios, Jihyo. —gimió sorprendida, cubriendo su sonrojado rostro con ambas manos al sentir la lengua de Jihyo rodeando su contraído coño, ahora, sin su dedo.

—¿Te gusta la lengua de Jihyo en tu coño, bebé? —preguntó Tzuyu, estremeciendo a las omegas con su voz mientras Park lamía lo mojada que estaba.

Nayeon era una manojo de temblores y de gemidos, intentando agarrarse de la cabecera de la cama, con sus caderas temblorosas sobre la cara de Jihyo, quien deslizando una última vez su legua para empujar su lengua en la entrada de Im. Ingresando más allá de lo que su límite le permitía, follando su agujero con Nayeon cabalgando desesperado su rostro.

Tzuyu no perdió una sola mirada de ambas, con su polla palpitando por follarse a ambas calientes y sucias omegas que daban tal espectáculo ante ella. Sacando sus dedos de Jihyo, se acomodó entre las piernas de la menor, guiando su polla en el agujero para introducirse poco a poco en ella.

—¡Tz-Tzuyu! —chilló Jihyo alzando sus caderas ante el grosor de la alfa, quien lentamente se adentraba en la menor, para que pudiese ensancharse y tomarla correctamente.

Una vez dentro por completo en Park, comenzó a moverse lentamente con el agarre de ambas manos de la alfa afianzándose entorno a su pequeña cintura. Jihyo intentaba ser silenciosa, aún demasiado ocupada en complacer a su omega, no obstante, cada gemido vibraba en el agujero necesitado de Nayeon.

Las embestidas de Tzuyu se hacen más duras conforme Jihyo se adapta a ella y Nayeon muele sus caderas contra la boca de Jihyo, quien chupaba ansiosa por la increíble forma en que su cuerpo con el de Tzuyu chocaban, en cómo el sonido de su boca chupando la volvía loca de placer.

D-Dios... no puedo... —lloriqueó Nayeon, alzando sus caderas lejos de la boca de Jihyo, demasiado sobre estimulada y desesperada.

—¿Qué no puedes, cariño? —logró preguntar la alfa, con sus dientes apretados sin dejar de follarse el apretado coño de Jihyo, quien se hallaba demasiado abrumada por lo bien que Tzuyu se sentía.

—A-Alfa... —murmuró la rubia, volteando a encontrar su mirada—. Quiero que Jihyo me folle... —Tzuyu apretó duramente la cintura de Jihyo, quien chilló en una mezcla de placer y dolor. La alfa mantuvo su mirada en la mayor de las omegas, penetrando tan duramente a la pelinegra por lo estimulante que aquel pedido había sido.

—Déjame ver, bebé. —Nayeon se sintió pequeña ante la oscura mirada, moviéndose hacia abajo hasta que su entrepierna fricciono contra el abusado coño ajeno.

¡Mh! —gimieron las omegas, siendo Nayeon quien guió la llorona y enrojecida punta del clítoris hacia el suyo propio, penetrándose bajo la atenta mirada de sus parejas.

Jihyo grita por el placer demasiado para manejar, tan malditamente estimulada siendo follada y follando a Nayeon a la par. La sensación del coño de Nayeon envolviendo el suyo era demasiado alucinante para ella.

Nayeon apoya ambas manos sobre los pechos de Jihyo, masajeándolos a la par que presionaba su vagina contra la de Jihyo, y sintiendo como la polla de Tzuyu golpeaba una y otra vez sus nalgas por cada penetración a la mayor.

O-Oh... —Nayeon se retiro casi por completo, volviendo a penetrarse por completo, follándose duro y rápido, sintiéndose tan mojada por como sentía a Tzuyu tras su espalda y montaba a Jihyo.

Nayeon siente como una amplia mano aprieta la curva de su cintura, deslizándose hacia sus tetas que rebotaban frenéticamente. Im grita junto con Jihyo, apretando sus caderas por lo excitante que Tzuyu la masturbaba.

Las tres se sentían en llamas, la polla grande de Tzuyu deslizándose deliciosamente por las apretadas paredes de Jihyo, mientras Jihyo no se sentía capaz de aguantar un segundo más por lo abusado que su cuerpo estaba siendo, pero maldición, se sentía tan jodidamente bien.

—Me voy a ve-enir. —gimoteó Jihyo, no pudiendo ser capaz de contener sus gemidos y sollozos por la sobre estimulación con Tzuyu aumentando sus embestidas.

El placer se construía en Jihyo abismalmente, sin poder controlar ni esperar a correrse con su alfa cuando alcanza el punto máximo, su propio límite cuando sus caderas tiemblan, alzando de ellas al penetrar profundamente a Nayeon dejando ir toda su corrida en la menor de las omegas.

Las piernas de Jihyo se retuercen, intentando apretar las sábanas a duras penas queriendo huir de la estimulación y sensibilidad que estaba experimentando, sin embargo, ni Nayeon ni Tzuyu parecen dispuestas a detenerse.

Tzuyu golpea más fuerte y profundamente el agujero de Jihyo, sintiendo como pronto su propio orgasmo estaba cerca. Park no podía comprender como a pesar de su primer orgasmo y lo sensible que se sentía, su coño no dejaba de chorrear dentro de Nayeon ni como no se apartaba de Tzuyu, incapaz de pensar en nada más que sus parejas gimiendo sobre ella.

Tzuyu empuja su nudo hinchado en el agujero de Jihyo, entre empujes lentos y duros conforme la polla aumentaba en tamaño y llenaba por completo a la menor de semen. Jihyo gime agudamente ante la sensación abrumadora, mientras Nayeon detiene sus embestidas y emite un necesitado ruido omega, desbordando de placer a Tzuyu queriendo follarla también.

Un nuevo agarre de Tzuyu se aprieta en la cadera de Nayeon, tomando un nuevo movimiento de la contraria contra el coño de la omega, tan lentamente que Nayeon casi podía sentir las lágrimas picando por lo desesperada que su omega estaba.

—Tzuyu. —jadea Nayeon ante la forma en que la alfa no detenía el vaivén de su mano contra ella.

Las tres están llenas de placer, Jihyo sintiéndose agotada con su mirada nublada viendo como sus parejas se envolvían del placer y las feromonas ante la sensación del nudo alfa, el cual, lentamente se encogía

Cuando Tzuyu retira su polla de Jihyo ya con un tamaño considerable para no dañarla, ambas omegas están sorprendidas. No podían creer como aun luego del nudo Tzuyu podía estar tan dura, pero con el tamaño normal. Ambas convencidas que la causa de ello, podría ser perfectamente, la naturaleza tan peculiar de ser destinadas.

Tzuyu jadea, respirando irregularmente cuando quita su agarre de Nayeon, inclinado hacia ella besando desordenadamente sobre su hombro hacia su mandíbula.

—Nayeon... —llama la alfa, captando la atención del par de omegas en conjunto.

—¿S-Sí?

Mh... —tarareó, mordiendo el lóbulo de la omega—. ¿Puedes tomarme a mí y a Jihyo?

Los ojos de Jihyo se ensancharon por la sorpresa, no esperándose aquellas palabras, pero también, demasiado segura que Nayeon aceptaría, porque de ambas, ella siempre había sido tan ambiciosa respecto a tomar gruesos dildos antes de conocer a Tzuyu.

—¡Sí, sí! —gimoteo la menor, moviéndose aun con Jihyo dentro, causando jadeos en la menor.

—Buena chica. —ambas omegas observaron fascinadas la sonrisa de Tzuyu, pero cuando una dura nalgada resonó en la habitación y Nayeon gimió, la coreana supo que debía comenzar a moverse.

Movió sus caderas, brincando sobre Jihyo que gemía tan sensible, follándose a Nayeon directamente contra su clítoris con cada empujón. Tzuyu presionó su palma contra la espalda baja de Nayeon, obligándola a exponer su entrepierna para ella, con ambas omegas rozando sus pechos sin que las embestidas se detuvieran un segundo.

Nayeon no es capaz de rogar ni articular palabras, solo gemir en cada momento que un dedo de Tzuyu se adentraba en ella, gritando cuando un tercero fue ingresado conforme los minutos transcurrían y Jihyo no podía dejar de gemir ante la presión de los dedos rozando su coño.

Sin embargo, cuando las omegas detienen los movimientos de sus caderas ante la orden de Tzuyu, Nayeon grita escondiendo su rostro en el cuello de Jihyo por como su vagina se abría para Tzuyu, ya teniendo a Jihyo dentro.

Las lágrimas fluyen de las omegas, retorciéndose debajo de Nayeon, respirando entrecortadamente por el empuje lento que Tzuyu guiaba y Jihyo no pudiendo creer como Nayeon podía tomarlas ambas.

—Eres una omega tan a-ambiciosa... —susurró Tzuyu, jadeando por lo apretado que su polla se sentía dentro de Nayeon y con Jihyo junto a ella.

—T-Tan bueno. —respira Nayeon sorprendiendo a Jihyo, no obstante, Tzuyu solo sonreía, tomando la cadera de la rubia para comenzar a follarla lentamente.

—Buena chica... Tomando tan bien la polla de su alfa y el coño de su omega. —Nayeon no responde, demasiado atrapada en el placer que envuelve su cuerpo por completo.

Se retuerce bajo Tzuyu, quien no se detiene de follarla pese a ser el único moviéndose en cada penetración, ambas omegas demasiado abrumadas y alucinando por el placer que sentían.

La nueva posición tenía la polla de Tzuyu follando junto a Jihyo en ese lugar exacto, en cada empujón Nayeon sentía que no podría más, que fallaría por completo y se desmayaría por lo bien que se sentía. Hizo todo lo posible para mover sus caderas, encontrando la polla de Tzuyu, ambas omegas estaban tan mojadas.

Tzuyu sabía que Nayeon no podría articular palabra, podía ver como había perdido fuerza sobre Jihyo y solo la menor observaba a la alfa, gimiendo ruidosamente a la par.

—¿Se van a venir, mmh? —habló Tzuyu con arrogancia, obteniendo chillidos de las omegas por lo burladas que se sentían, pero maldición, era tan excitante—. Apenas metí mi polla... ¿Son tan fáciles?

Las menores respiran pesadamente, susurrando débiles ‹‹sí›› para la alfa, que solo ríe burlonamente, aumentando el movimiento de su pelvis cuando se percata de los gemidos desesperados, pronto al orgasmo de sus omegas. Nayeon se sentía caliente, tan débil por cada embiste de la alfa cuando sintió como el nudo se hinchaba dentro de ella, abriéndola imposiblemente más de lo que ya estaba.

No tuvo tiempo de advertir cuando se vino entre su cuerpo y el de Jihyo, apretando sus labios, sacando gritos de Jihyo por la presión de su coño complemente sensible. Ambas omegas se vinieron en conjunto, cayendo agotadas.

Tzuyu se vino poco después, llenando tanto a Nayeon que esta se apretó entorno a la polla y el otro coño. Envueltas en placer, esperando que el nudo de Tzuyu desaparezca, inmóviles sobre la cama y apenas temblando Nayeon por las replicas de placer que experimentaba.

Tzuyu acaricia el pequeño cuerpo de Nayeon en espera de que su nudo baje, inclinándose apenas un poco sobre ambas para peinar los oscuros cabellos de Jihyo, que la observaba con sus ojos entreabiertos.

Cuando finalmente bajó, Tzuyu se encargó de cuidar de ambas, saliendo de Nayeon y tomando el débil cuerpo de la coreana para recostarla junto a Jihyo en la cama matrimonial que las tres llevaban compartiendo hace un tiempo.

Jihyo cree haberse dormido en algún momento, porque lo único que es capaz de recordar tras el orgasmo anterior es estar junto a Nayeon en la cama, limpias y cubiertas con las mantas. Sin embargo, no tuvo tiempo de preocuparse por el paradero de Tzuyu cuando sintió la cama hundirse justo en medio de ambos cuerpos.

Tzuyu le sonríe con ternura al percatarse que era la única consciente, envolviendo ambos brazos entorno a las omegas para atraerlas hacia su estilizado cuerpo. Jihyo inmediatamente acomodó su cabeza contra el pecho de la alfa.

Tzuyu se mantiene despierta unos minutos después de que Jihyo se durmiera, y con su mirada recorriendo a ambas omegas, repartió suaves besos entre los bonitos rostros de sus parejas. Acariciando sus cabellos con ternura antes de caer dormida con solo el pensamiento de lo mucho que amaba a esas revoltosas y peleadoras que habían llegado a su vida tan inesperadamente, pero que amaba con locura.

Tzuyu era completamente feliz.

FIN.

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