Capítulo 23
Capítulo 23
Narra Harry:
-Vamos, Lou, duerme...- dije dulcemente.
-No tengo sueño, Hazz- se quejó antes de bostezar un poco.
-No, seguro que no tienes sueño- sonreí irónico-. Pero tienes que dormir para mejorarte más rápido.
-Pero no quiero dormir- volvió a decir.
Me senté en su cama, cuidando de no aplastarlo, y apoyé su cabeza en mi regazo. Comencé a acariciar su cabello suavemente mientras tarareaba una melodía al azar.
-Te aprovechas de mi debilidad- sus ojos se cerraban lentamente, bostezó y mi corazón se saltó un latido. Él, Louis, era mi gatito y siempre lo sería, aunque él no estuviera conmigo siempre sería mi pequeño gatito precioso.
-Hazz...- llamó con voz adormilada.
-¿Sí, pequeño?- pregunté.
-¿Puedes estar aquí para cuando despierte?- pidió.
-Seguro, Lou- le sonreí suavemente.
-Y, Hazz...
-¿Sí?
-¿Me cuentas un cuento?
-Claro, mi niño- pensé en una buena historia mientras continuaba acariciando su sedoso cabello. Quizá estuve cinco minutos pensando hasta que recordé la historia que nuestra madre nos contaba a Kylie y a mí cuando éramos niños-. Había una vez, un pequeño elefante que...- miré a Louis. Sus párpados estaban totalmente cerrados, respirando tranquilamente; suaves ronquidos salían de su boca debido a su gripe- Dulces sueños, gatito- sonreí. Besé su frente, la cual tenía un poco más de temperatura que lo común debido a su fiebre, y acomodé sus sábanas antes de ir a la sala para hablar con Zayn.
El moreno se encontraba sentado en el sofá, leyendo un libro con sus lentes puestos. Me senté en otro sillón y carraspeé. Él levantó la vista.
-¿Qué hay, Harry?- preguntó.
-Bien... quería pedirte un favor- dije, no estaba del todo seguro si era una buena idea decirle a Zayn.
Él se quitó los lentes y marcó la página del libro antes de preguntar:
-¿Sí?
Respiré profundamente, armándome de valor.
-¿Has visto a Louis?
-Sí- dijo con tono de 'Duh, es obvio'-. Vivo con él.
-Lo sé, lo sé- suspiré-. Pero... es que...- bajé la cabeza- es complicado.
-¿Qué sucede, Harry?- preguntó.
-Es que no sé como... invitarlo a una cita- lo miré.
Su rostro estaba neutro.
-Mira, Harry- dijo serio-. Sí es complicado; verás, su corazón está delicado en este momento, un pequeño soplo de aire podría quebrarlo en segundos.
-Lo sé, no quiero lastimarlo, realmente me encanta todo de él- dije con sinceridad.
-Puede que no quieras lastimarlo, pero si haces cualquier pequeña cosa que pudiera llegar a hacerle daño él no podría soportarlo, está intentando recoger sus piezas en este momento, y tú lo estás ayudando muchísimo a repararse siendo su amigo.
Lo miré mejor.
-¿Yo me lo imagino o a ti te gusta Louis?
Él rodó los ojos.
-Creo que ya sabes lo que sucedió con sus padres, sobre todo con su madre, mi único deseo con él es protegerlo- respondió-. Así que voy a ayudarte, pero si llegas a lastimarlo de vuelta...- su mirada se oscureció- juro que lamentarás haberlo hecho.
Asentí.
-Lo sé, ya me ha pasado.
Él asintió.
-Bien, entonces, ¿cuál es el plan?
(...)
Una hora, treinta minutos y un viaje al centro comercial después, ya tenía lista la manera de pedirle una cita a Louis. Ahora sólo debía esperar a que se mejorara de su gripe y rezar por que aceptara.
Volví a entrar al dormitorio de Louis y noté que aún estaba dormido. Me senté en la silla de su escritorio y le miré dormir. Puede que suene extraño o algo que haría un acosador, pero su paz al dormir era totalmente perfecta para mí, al igual que todo él.
Su tranquilidad comenzó a desvanecerse cuando se movió suavemente y frunció el ceño en sueños.
-M-mamá...- balbuceó- te q-quiero... ¿Ma-mami?- sollozó dormido- ¡Mamá!- las lágrimas comenzaron a mojar sus pestañas y a resbalar por su rostro.
Me acerqué a él y lo moví levemente, intentando despertarlo.
-¡Mami!- gritó, llorando aún más fuerte.
-Lou, Louis- dije-. Pequeño, despierta, ¡por favor!- lo sacudí un poco.
-Mami...- balbuceó finalmente, abriendo los ojos- Hazz- sollozó-, la extraño demasiado- su labio inferior temblaba, pero al menos había dejado de llorar. Frotó uno de sus ojos con su puño-. Lo siento, Harry, parece que estoy extra sentimental en estos momentos, no suelo llorar tanto- dijo algo avergonzado.
-Está bien llorar, sólo que no me gusta verte hacerlo porque eso significa que sufres- quité una de sus lágrimas con mi pulgar-. Y eso no me agrada para nada.
-Gracias por preocuparte por mí, Hazz- me dio una pequeña sonrisa totalmente adorable.
-No hay de qué, gatito- le sonreí de vuelta-. Cambiando de tema, ¿ya te sientes mejor?
-Un poco, pero gracias a la fiebre estoy todo sudado y pegajoso, además tengo calor- dijo, quitando unas de las sábanas que lo cubrían-. Creo que debería darme una ducha, pero ahora no tengo ánimos para levantarme de la cama.
Recordé lo que mamá hacía cuando Kylie y yo teníamos fiebre.
-Espera un segundo, Lou- dije-. Ya vuelvo.
-Okay.
Fui hacia la cocina y tomé un paño. Lo doblé para que quedara más o menos del tamaño de la frente de Louis y abrí el grifo del agua fría. Mojé el rectángulo de tela y luego lo escurrí un poco para que no quedara muy cargado de agua; lo balanceé unos segundos en el aire para que quedara frío y volví a la habitación de Lou.
-¿Qué es eso?- preguntó.
-Un paño con agua fría- respondí. Refresqué su rostro y limpié alguna lágrima que se había quedado allí-. Levántate el flequillo, pequeño- dije. Él lo hizo y posé el paño en su frente. Inmediatamente cerró los ojos- ¿Mejor?
-Sí- susurró-. Se siente como el paraíso, está helada- dijo, aún con los ojos cerrados.
-Lo sé, es muy bueno para la fiebre.
-Hazz- llamó.
-¿Sí?
-¿P-podrías darme un beso... por favor?- pidió. Y ¿quién era yo para negarle eso?
Fusioné mis labios suavemente con los suyos, moviéndolos un poco, sólo acariciando sus labios con los míos. Segundos después, me separé de él. Louis estaba sonrojado, pero sonriente.
-Ahora sí, se siente como el paraíso- afirmó. Luego abrió los ojos-. Hm, Hazz, ¿qué hago cuando el paño se entibia?
-Sólo quítatelo y balancéalo un poco en el aire para que vuelva a enfriarse.
-Okay- sonrió. Tomó el paño e hizo lo que dije antes de volver a colocárselo.
-Oye, Lou- dije-. ¿Sabes que puedes hablarme de lo que sea y yo te escucharé, verdad?- pregunté.
-Mhm, técnicamente eso es lo que un psicólogo suele hacer, aunque, técnicamente, tú aún no eres un psicólogo- dijo, mirándome divertido.
Sonreí también.
-Sé eso, pero, de verdad, puedes hablar conmigo de lo que sea.
-Gracias, Hazz; pero aún no tengo nada de lo que hablarte- dijo-. No quiero hablar de mi familia en este momento.
-Entonces no voy a presionarte- contesté-. ¿Cómo es que no te aburres allí acostado todo el tiempo? Yo recuerdo que cuando enfermaba me aburría como el infierno.
-Es que te tengo a ti, Hazza- respondió.
-Aww, qué tierno, ahora soy tu bufón- reí.
-Puede que así sea- rió-. Ahora, entretenedme, bufón real- dijo con tono solemne. Ambos reímos.
Ambos seguimos así durante toda la tarde. Por la noche, Louis me dijo que no era necesario que me quedara a cuidar de él, pero pude notar en sus ojos el deseo que tenía por que no me fuera, así que me quedé a dormir en el sofá.
En el medio de la noche, en la cual no podía dormir, Lou se levantó para beber agua y, como aún estaba medio grogui por el sueño se golpeó el dedo pequeño del pie con la pata de una silla. Tomé su pié y besé aquel pequeño y regordete dedito que estaba algo rojizo por el golpe, aunque no era nada grave. Lo llevé nuevamente a su cama y volví al sofá. Dormí como un bebé el resto de la noche.
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¡Hola, Nueva York! (? Jajaja
Siento la tardanza de como seis horas (mínimo) y que el final del cap sea un poco 'Wat da fak?' Pero es un sábado a las seis de la mañana; me levanté a las cuatro y media por alguna razón desconocida y me puse a escribirles :P
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Megakisses
Anto :*
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