Las palabras son poderosas.
Con ellas podemos edificar o destruir a una persona. Hay un refrán que dice: "Las palabras se las lleva el viento".
A lo mejor sea cierto.
Pero si con ellas podemos edificar o destruir. Entonces no es cierto en lo absoluto.

En la manera y el tono en que las palabras fueron/son dichas se quedará contigo para siempre.
Antes de abrir tu boca: piensa y escoge cuidadosamente tus palabras. Porque con ellas puedes brindar gran gozo y con ellas ocasionar un gran dolor.

No te dejes atrapar en el momento y digas y hagas algo de lo que luego te arrepientas.