Sabemos cuando parar,
Cuando dejar de sentir.
Sabemos identificar el
Daño que hacemos con
Nuestras acciones.

Creo que nunca nos damos cuenta que en el fondo tenemos a un niño encaprichado y rebelde, que desea salir a flote, pero que tan bueno puede ser dejarlo salir.

Somos como una moneda, en una cara tenemos el ser como actuamos, en la otra está como deseamos actuar, porque nos acomplejamos, porque actuamos de la manera que no queremos.

El querer agradar a alguien con nuestra forma de ser solo va a lograr que nos volvamos amargados y cuando colapsemos vamos a lastimar a quien menos pensamos.

Algunos dicen que como personas podemos cometer errores, pero que tantos errores podemos cometer, que tanto nos podemos equivocar.