Querida Diana...

Lo que sentí por ti fue tan intenso que aún queda algo de eso, ¿cómo no iba a quedar algo de ese amor? Si aún lo recuerdo, era tan feliz en aquel entonces y de pronto, de una forma tan abrupta lo que "habíamos" construido cayó, así como una avalancha, no tuve tiempo para cuestionarlo ni para dudarlo. Yo estaba  en la cima y cuando todo comenzó a irse hacia abajo tuve que saltar tan  pronto como pude. Inconscientemente sabía que si me dejaba llevar por aquel desastre, sería difícil salir viva y recuperarme. Hoy aún no sé si fue miedo u orgullo lo que me empujó a terminar nuestra relación pero me doy cuenta que si no hubiera escapado, mucho habría desperdiciado contigo.

Hace un año me escribiste, era algo que no esperaba de alguien como tú. Qué suerte que ya no era esa niña que deseaba que todo fuera mentira y que volviéramos a empezar. Qué suerte que había decidido que no iba a aceptar nada de ti, ni las disculpas...  pero... tampoco pude ignorar tu presencia así que, aquel día te respondí con las palabras que mi corazón había retenido por mucho tiempo. No me arrepiento de haberte dicho que lo que me hiciste no era justo pero... Hoy mientras miraba las estrellas de camino a casa, recordé aquella frase que decías, "si alguna vez nos separamos recuerda que estamos bajo el mismo cielo" yo sé que las estrellas que brillan sobre mí, son las mismas que brillan para ti esta noche...

Diana dime por favor, ¿qué ganaste?

En aquellos días te veías  tan felíz, te divertiste, ¿cierto?
Yo me pregunto qué tenía de divertido jugar con los sentimientos de una chica de 16 años...

No creo que haya una respuesta decente para eso, fuiste cruel.

Eres la peor persona a la que pude haber amado... la peor que pudo cruzarse en mi camino, la que más daño me ha hecho y aún después de cuatro años lo sigo creyendo...

Aunque...

¿Por qué parecía que de verdad me querías?...