Te posas frente a mí,
¡te observo!,

¡te veo!
y urgo en mí,

tan adentro,
deseando no encontrar
lo que miro en el espejo.

¡Eres mi espejo!,
¿así me veo?;

¡así me veré!
¡ así no quiero!,

trabajo en ello.

Se empaña, lo seco;
se raya, lo renuevo;
se quiebra, llega otro espejo.

¡Te veo!

veo los defectos
y me veo;

conmigo ¡no los quiero!.

No soy mejor que quien veo,
ese quien,

es solo mi reflejo;
la otra versión de mí,
sí decido sacar a Dios del juego.

¡No temas!,

no me interesa destruirte;
quiero seguirme viendo en ti,
eres de mi ser el eco;
para recordar como me puedo ver
y preguntarme cómo verme quiero.

Si a mi razón y a Dios saco del juego,
quedo cien por ciento yo,
complaciendo mis más caprichosos deseos.

¿Cómo podría odiarte?
¡No puedo!

¡eres mi espejo!

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Apuntes de la autora

¿Te ves en este espejo?

Espero estes disfrutando el ruido en mi mente hecho poemas.

¡Abrazos mil!