Sólo es más fácil

llamarla "loca";

vestirla de miles de adjetivos,

que en vez de ser halagos,

tienen acento descalificativo.

Una demente,

de mente ruidosa;

que nunca se calla

y que la hace delirar en letras,

que solo ella entiende.

Una demente,

de mente tan ruidosa,

que hace del expresarse,

su efímero sedante.

¡Intensa!

¡ambigua!

con sus metáforas

y refinada palabrería.

¿Abandonaría la fe?

¡ya no es como antes!

¿en qué cree esta poetisa?

lo que escribe es herejía.

Una demente

de mente ruidosa,

que pinta verdades,

con tinta elegante.

Vestida de miles de adjetivos

muchos de acento descalificativo,

ella se desviste en textos reflexivos.