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Verdades 01

El amanecer pintaba el cielo de tonos suaves, pero en el interior de Hyori, la tormenta era implacable. Sentada en su lujosa oficina, revisaba las fotos en su tableta en donde Jungkook y Minji, están capturados en un momento que parecía haber derribado todas las barreras entre ellos. Sus labios se torcieron en una sonrisa fría mientras sus dedos tamborileaban sobre el escritorio.

—Así que esta es tu debilidad, Jungwoo... o debería decir, Jungkook. —Su voz sonó cortante, como una hoja afilada. 

Había mandado a seguir a Jungkook, por saber que tramaba y se encontró con una sorpresa.

Hyori levantó la mirada al escuchar la puerta abrirse. Minji entró con pasos vacilantes, confundida por la llamada repentina de su madre.

—¿Mamá? Dijiste que era urgente.

—Lo es, querida. Cierra la puerta, necesitamos hablar.

El tono autoritario en su voz hizo que Minji obedeciera, aunque una sensación de inquietud se apoderó de ella.

—¿Qué sucede? —preguntó Minji, cruzando los brazos.

Hyori se levantó lentamente de su silla, caminando hacia un proyector en la sala. Con un movimiento calculado, encendió la pantalla detrás de ella, mostrando las fotos del beso entre Jungkook y Minji en la cafetería.

Minji se quedó helada.

—Mama, yo —Intenta excusarse, su voz está temblando, entre sorprendida y avergonzada.

Hyori se giró hacia ella, su expresión ahora implacable.

—Me molestaría si él solo fuera un simple guardaespaldas. 

—¿Eso que significa? ¿De qué hablas?

—Significa que el hombre al que besaste no es quien crees que es. Jungwoo no existe. Y es hora de que sepas que tu madre no es ninguna santa y ahora casi por culpa tuya, logran vencerme.

—¿Qué... qué estás diciendo?

Minji sintió como si el aire se esfumara de sus pulmones. Dio un paso atrás, mirando a su madre con los ojos abiertos de par en par.

—Ese hombre es Jeon Jungkook, el último sobreviviente de la familia Jeon... una familia que yo misma eliminé hace años, por venganza.

Hyori avanzó hacia ella, su mirada es fija y gélida.

—¿No me crees? Te estoy diciendo la verdad, Minji. Ese hombre ha estado trabajando para mí, esperando el momento de vengarse. ¿Y sabes por qué está tan cerca de ti? Porque cree que eres mi debilidad.

—Eso no puede ser cierto... —Susurró Minji, negando con la cabeza, pero las palabras de Hyori perforaban sus dudas como cuchillos.

—Oh, lo es. Y ahora que él te ha involucrado en esto, no tengo otra opción más que protegerte. —Hyori hizo un gesto, y dos hombres vestidos de negro entraron en la oficina, sujetando a Minji por los brazos.

—¿Qué estás haciendo? ¡Déjame ir! —gritó Minji, forcejeando.

—No me dejas alternativa. Te voy a mantener segura... a mi manera. Y voy a usar a Jungkook para acabar con esto de una vez por todas. —Hyori tomó el teléfono de Minji y marcó un número.











Jungkook estaba revisando un plano cuando el teléfono sonó. Su cuerpo se tensó al ver el nombre de Minji en la pantalla. Contestó de inmediato.

—Minji, ¿estás bien?

Pero la voz al otro lado no era la de Minji.

—Hola, Jungkook. —La voz de Hyori era un veneno dulce.

Jungkook apretó la mandíbula, sintiendo cómo su corazón se aceleraba.

—Hyori...

—Así es. Me alegra que recuerdes mi nombre. Tengo algo que te pertenece.

—¿Qué has hecho? —gruñó Jungkook, su voz es baja pero amenazante.

—Nada todavía. Pero si quieres que Minji salga de esto con vida, vendrás a verme. Sin trucos, sin armas, solo tú. ¿Entendido?

Jungkook cerró los ojos, un millón de pensamientos cruzando su mente.

—No matarías a tu propia hija ¿No, Hyori? —Intenta ganar un poco de autoridad.

—Hyori se quedó callada y un grito fuerte de Minji se puede escuchar. —Ciertamente no, pero sin duda podría hacerla pagar por ti. 

—Si le haces daño, te juro que...

—Oh, cállate con tus amenazas. —Hyori interrumpió con su tono burlón. —Sabes que no estás en posición de exigir nada. Tienes dos horas. Ven solo a mi oficina, o Minji pagará las consecuencias.

La llamada se cortó, dejando a Jungkook con el teléfono temblando en su mano.

Taehyung, que había escuchado todo, se acercó rápidamente.

—¿Qué fue eso?

—Es Hyori. Tiene a Minji. —Jungkook se levantó, su rostro está endurecido por la ira. —Tengo que ir por ella.

Taehyung lo detuvo, sujetándolo por el brazo.

—¿Y qué piensas hacer? ¿Entregarte? ¡Es una trampa, Jungkook!

—No me importa. —Jungkook se soltó con un movimiento brusco. —No voy a dejar que le pase nada.

Taehyung lo miró fijamente, y luego asintió con un suspiro.

—Bien. Haz lo que tengas que hacer, pero no estarás solo en esto.

Jungkook negó con la cabeza.

—No. Esto es entre Hyori y yo.

Taehyung lo observó por un momento antes de sacar su teléfono.

—Bien, pero no esperes que me quede sentado mientras te metes en la boca del lobo.

Sin que Jungkook lo notara, Taehyung comenzó a coordinar al equipo.











La tensión en el aire era casi tangible cuando Hyori colgó el teléfono tras llamar a Jungkook. Su mirada se mantenía fija en Minji, quien estaba sentada en la silla frente a ella, con las manos atadas a la espalda y una expresión de furia mezclada con confusión.

—No entiendo... ¿Por qué estás haciendo esto? —Exclamó Minji, luchando contra las ataduras. —Él no es una amenaza para ti. ¡No tiene sentido!

Hyori soltó una risa fría, cargada de desprecio.

—Lo hice por venganza, querida. Y por nosotras, toda esa familia merecía estar muerta de después de lo que me hizo...nos hizo. Pero ahora estás defendiendo a un hombre que ni siquiera es quien dice ser. —Se acercó a ella, inclinándose hasta quedar a su altura. —Ese hombre...no es Jungwoo, es Jeon Jungkook. —Volvió a repetirle.

Minji abrió los ojos con incredulidad. Su corazón latía desbocado.

—No... eso no puede ser... —Susurró, sacudiendo la cabeza. —Él... no puede ser...

Hyori se enderezó, cruzándose de brazos, su semblante es implacable.

—¿Por qué crees que se acercó a ti? ¿Por amor? —Dijo con un tono venenoso. —Él estaba buscándome, buscando la manera de destruirme. ¿Y sabes cómo lo iba a hacer? A través de ti.

Minji sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. Su mente estaba dividida entre las palabras de su madre y los recuerdos de Jungwoo —no, de Jungkook—, con quien había compartido tanto.

Antes de que pudiera procesar más, la puerta se abrió bruscamente, y Jungkook apareció. Sus ojos buscaron a Minji inmediatamente. La visión de ella atada y vulnerable lo llenó de rabia.

—Déjala ir, Hyori, —Dijo con voz grave, su mirada esta clavada en la mujer. —Esto es entre tú y yo. No tienes por qué involucrarla.

Hyori sonrió con frialdad, sosteniendo la pistola con más fuerza.

—Ah, Jeon Jungkook. Justo a tiempo, como siempre. —Caminó hacia él lentamente, deteniéndose a pocos pasos. —¿Crees que me importará lo que tenga que decir un traidor como tú? Usaste a mi hija para llegar aquí, y ahora quieres jugar al héroe. Qué patético.

Jungkook mantuvo la calma, aunque la furia en sus ojos era inconfundible.

—Minji no tiene la culpa de nada, —Dijo con firmeza. —Ella no sabía quién era yo, ni lo que había pasado. Si tienes un problema, resuélvelo conmigo. Pero déjala ir.

Hyori lo miró con una mezcla de desprecio y satisfacción.

—¿Y qué clase de castigo sería ese para ella? —Replicó. —No, Jungkook. Ella necesita entender que no debió meterse en mis asuntos. Si tú quieres salvarla, entonces te entregarás a mí. Sin resistencia.

Minji miró a Jungkook con los ojos llenos de lágrimas.

—¡Mamá, no puedes hacer esto! —Imploró, luchando contra las ataduras. —Él no es malo, por favor. No lo mates.

Hyori ignoró las súplicas de su hija y levantó la pistola, apuntando directamente al pecho de Jungkook.

—Arrodíllate, —Ordenó, con una sonrisa cruel. —Vamos, muéstrame que no eres tan valiente como tu padre.

Jungkook respiró hondo, pero obedeció. Sus rodillas golpearon el suelo mientras mantenía su mirada fija en Hyori.

—Te pareces tanto a él, —Continuó ella, casi susurrando. —A tu padre. Siempre tan arrogante, tan seguro de que podía vencerme. Y, sin embargo, fue demasiado fácil quitarle la vida. Verte ahora solo me da más motivos para apretar el gatillo.

Jungkook giró levemente la cabeza hacia Minji, quien lloraba desesperada, tratando de liberarse. Sus labios se movieron en silencio.

"Perdóname."

Minji leyó las palabras y negó con la cabeza, sus gritos sofocados por la desesperación se escuchan en la oficina.

Cuando Hyori comenzó a presionar el gatillo, el sonido de disparos y vidrios rompiéndose llenó la habitación. El equipo de Jungkook había llegado, abriendo fuego contra los hombres de Hyori que respondieron rápidamente. En medio del caos, Jungkook se levantó de un salto y corrió hacia Minji, desatándola apresuradamente.

—¡Vamos! —Le dijo, tomando su mano para sacarla de ahí.

Pero Minji se resistió, mirando a Jungkook con los ojos llenos de enojo y confusión.

—No puedo... no sé qué hacer... —Dijo, su voz temblorosa.

—Solo confía en mí, —Insistió él, jalándola hacia un lugar más seguro. Mientras tanto, Hyori trataba de protegerse detrás de un escritorio, pero su pistola se le resbaló de las manos y cayó al suelo.

Ambos lo notaron al mismo tiempo. Hyori se lanzó hacia la pistola, pero Jungkook reaccionó más rápido. Corrió hacia ella y la atrapó antes de que pudiera alcanzarla.

Hyori se levantó de un salto, enfrentándose a él con una mirada llena de rabia. Sin dudarlo, se abalanzó sobre Jungkook, y ambos comenzaron a luchar cuerpo a cuerpo por la pistola. Los golpes resonaban en la habitación mientras cada uno trataba de obtener el control del arma.

Minji observaba la escena con el corazón en la garganta, sus manos están temblando mientras trataba de decidir si intervenir o huir.

La pistola giraba de una mano a otra mientras Jungkook y Hyori forcejeaban. Ella usó toda su fuerza y astucia, tratando de dominarlo, pero Jungkook, impulsado por años de entrenamiento y el deseo de proteger a Minji, no cedió.

—¡Eres igual de débil que tu padre! —Gritó Hyori, empujando a Jungkook contra una pared. —Nunca debiste venir por mí. ¡Nunca debiste enfrentarte a mí!

Jungkook logró zafarse del agarre y giró rápidamente, colocando a Hyori contra el suelo. Con un movimiento ágil, arrebató la pistola y la apuntó hacia ella, su pecho está subiendo y bajando rápidamente por el esfuerzo.

—Se acabó, Hyori, —Dijo con voz fría, pero sus manos temblaban ligeramente. —No quiero hacer esto frente a Minji. Entrégate.

Hyori soltó una risa amarga, sin mostrar el más mínimo temor.

—¿Y qué harás ahora, Jeon Jungkook? —Preguntó, con una sonrisa desafiante. —¿Me matarás frente a mi hija? ¿Te convertirás en el mismo monstruo que dices odiar?

Jungkook apretó la mandíbula. Sus dedos dudaron sobre el gatillo. Pero entonces Minji dio un paso adelante, con su voz llena de desesperación.

—¡Jungkook, no! —Gritó. —No te conviertas en lo que ella quiere que seas. No eres como ella.

Él la miró, sus ojos oscuros se suavizan al escucharla. Soltó un suspiro pesado y bajó el arma lentamente. Hyori aprovechó el momento de duda y se lanzó hacia él una vez más, pero esta vez Jungkook estaba preparado. Giró, inmovilizándola con un solo movimiento.

—¡Minji, sal de aquí ahora! —Gritó él, sosteniendo a Hyori con firmeza.

—¡No te dejaré! —Respondió ella, aferrándose a su lugar.

Antes de que pudieran reaccionar, uno de los hombres de Hyori apareció, apuntando a Jungkook con un arma desde el otro lado de la sala. Jungkook giró la cabeza rápidamente y empujó a Hyori hacia un lado justo cuando el disparo resonó. La bala apenas rozó su hombro, pero el dolor lo hizo soltar un gruñido. A pesar de la herida, tomó a Minji y la cubrió con su cuerpo, protegiéndola de los disparos que seguían.

El equipo de Jungkook irrumpió en la habitación, neutralizando al tirador y asegurando el área. En medio del caos, Hyori logró escabullirse, dejando a Minji y Jungkook atrás.

Jungkook respiraba con dificultad, su brazo herido está sangrando mientras mantenía a Minji cerca. Ella lo miró, sus ojos están llenos de lágrimas y culpa.

—Lo siento, —Susurró ella. —Esto es culpa mía. Si no me hubieras conocido, nada de esto habría pasado. Si no hubiese quedado inmóvil en esa calle sin hacer nada, no me habrías salvado y la historia sería otra.

Jungkook negó con la cabeza, acariciando su rostro suavemente.

—Esto no es culpa tuya, Minji. Si no te hubiera conocido, posiblemente nunca hubiera entendido que la venganza no iba devolverme a mis padres y mucho menos darles justicia. Pase casi toda mi vida planeando matar a tu madre, pero solo me llevo a alejarme de las personas que más me importaron. Por eso agradezco, aquel impulso que me llevo a salvarte. Gracias, Minji. Por salvarme.

Ella asintió lentamente, pero su expresión seguía llena de confusión y dolor. Ambos sabían que esto no había terminado, que Hyori volvería, más peligrosa que nunca.

¡Hola! ¿Qué le pareció el episodio? ¿Les gusto? ¡Espero que sí!

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Nos vemos en otra próxima actualización, querido lector. 

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