Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pasado

La cafetería estaba tranquila, con un murmullo de conversaciones lejanas que se perdían entre las mesas. El aroma del café flotaba en el aire, pero Minji apenas lo notaba. Estaba absorta en el hombre frente a ella, al que conocía como Jungwoo, sin sospechar del torbellino de emociones que recorrían su mente.

Jungkook, o Jungwoo como ella lo conocía, estaba sentado frente a ella con una taza de café entre las manos, mirando al vacío, como si algo lo inquietara. Minji se percató de su silencio, de esa pesada calma que lo rodeaba, y la incomodidad que empezaba a crecer entre ambos.

Finalmente, después de un largo rato, Jungwoo rompió el silencio con una voz baja, pero clara.

—Minji... hay algo de mi pasado que necesitas saber. —Su tono serio la hizo mirar directamente a sus ojos, buscando entender qué lo llevaba a hablar así.

Minji frunció el ceño, algo desconcertada, pero también curiosa.

—¿De qué hablas? —Preguntó, sin ocultar el leve temor en su voz.

Jungkook exhaló profundamente antes de continuar, las palabras pesando como una carga en su pecho.

—Toda mi familia está muerta. —La frase salió con un peso que dejó a Minji sin palabras, y un nudo comenzó a formarse en su garganta. —Hace años... una mujer destruyó todo sin explicación. Solo en un día... nos arrancó todo.

Minji sintió que la conversación se volvía más pesada, y aunque quería preguntarle más, algo en su interior la detuvo. El tono en su voz la hacía comprender que no estaba hablando de algo cualquiera.

—Recuerdo esa noche... como si fuera ayer. —Jungkook cerró los ojos por un momento, su expresión se endureció. —Yo tenía siete años, y todo parecía tranquilo, hasta que de repente, escuché los disparos. El grito de mi madre. El terror en el aire... Quise ir con ella, pero mi padre me detuvo.

Minji no podía apartar los ojos de él, su corazón palpitaba rápidamente. No entendía por qué Jungwoo le estaba contando todo eso, pero su mirada, tan quebrada y vulnerable, la obligaba a quedarse en silencio.

—Me dio instrucciones... me dijo que debía escapar. Que debía encontrar a uno de sus hombres para estar a salvo. —Jungkook dejó que las palabras se colaran lentamente, como si el dolor de cada una le quemara. —Nos dirigimos al ascensor secreto, y fue ahí donde lo vi... lo vi caer. La bala atravesó su corazón, y yo no pude hacer nada. Lo único que me dijo antes de morir fue que debía ser fuerte.

Un silencio pesado se extendió, y entonces la atmósfera de la cafetería pareció desvanecerse. La luz tenue del lugar desapareció y, por un momento, Jungkook fue transportado a aquel lugar lejano, a esa noche que lo persiguió durante años. El sonido del café cayendo al suelo desapareció, y solo quedó el sonido del viento que entraba por una ventana rota, la agonía del recuerdo ahogando su voz.





FLASHBACK

FLASHBACK





La casa estaba en silencio, pero Jungkook lo percibió como un presagio, como si el aire estuviera cargado de algo oscuro. Estaba en su habitación, recostado en la cama, con los ojos entrecerrados mientras escuchaba el suave murmullo de su padre en la sala. Había estado escuchando su cuento nocturno en la televisión, un ritual que nunca había cambiado. Estaba tan cerca de quedarse dormido cuando de repente...

¡Bang!

El estruendo de un disparo lo sacó de su cama. Un grito lejano y desgarrador cortó el aire. La voz de su madre.

—¡Mi amor! ¡Corre! —Gritó su madre, con desesperación en su voz, a lo lejos.

Jungkook se levantó de un salto, su corazón latía con fuerza, y su cuerpo reaccionaba antes que su mente. Estaba a punto de correr hacia el sonido, cuando su padre irrumpió en la habitación, cerrando la puerta con fuerza.

—¡Jungkook! —Dijo su padre, con los ojos abiertos de par en par. Estaba agitado, su rostro pálido. —Escúchame, hijo, tienes que irte, ahora.

Jungkook lo miró, confundido y aterrorizado. No entendía. ¿Por qué?

—¡Papá! ¡Mamá! —gritó él, mirando hacia el pasillo.

—¡No! ¡No! —Su padre lo sujetó por los hombros, con fuerza. —Tienes que irte. Es peligroso. No sé lo que está pasando, pero debes estar a salvo.

Jungkook quería hacer preguntas, pero algo en los ojos de su padre le dijo que no había tiempo para explicaciones. La tensión en el aire era insoportable. En el fondo, el sonido de los disparos se repetía.

—Vas a ver a un hombre, su nombre es Park. Él te llevará a un lugar seguro, ¿lo entiendes? —su padre lo miró fijamente. El rostro de Jungkook estaba lleno de miedo, pero el suyo era todo determinación. —Te prometo que todo va a estar bien, hijo.

Unos pasos rápidos resonaron en el pasillo, y el padre de Jungkook lo empujó hacia el pequeño ascensor oculto en la pared.

—Papá... —Jungkook murmuró, sus ojos fijos en él, pero su voz se quebraba. No quería irse. Quería quedarse, ayudar.

—Vas a ser fuerte, Jungkook. Recuerda siempre que te amo. —Con esas palabras, su padre empujó a su hijo hacia el ascensor.

Jungkook lo miró, la duda llenando su mente, pero las palabras de su padre calaron hondo. Mientras las puertas del ascensor se cerraban lentamente, su padre le dio una última mirada llena de amor y desesperación.

Entonces... el sonido de un disparo.

Una fracción de segundo fue suficiente para que Jungkook lo viera. Su padre, caído, una mancha de sangre en su camisa, los ojos vidriosos, pero una sonrisa débil apareció en su rostro.

—¡Papá! —Jungkook gritó, pero las puertas del ascensor se cerraron con fuerza, arrastrándolo al olvido.

El sonido del ascensor descendiendo era lo único que podía oír mientras veía, a través de la pequeña rendija, cómo su padre caía, como si el tiempo se detuviera en ese momento. La figura de un hombre con la cara sombría se acercó, y el niño fue arrancado del sitio.

La última palabra que su padre había dicho resonó en su mente: "Sé fuerte..."





PRESENTE

PRESENTE





Jungkook apretó los puños sobre la mesa, los ojos cerrados, como si pudiera visualizar todo nuevamente. El recuerdo era doloroso, pero aún llevaba consigo el eco de las palabras de su padre. Aquella sensación de impotencia, la rabia, todo estaba allí, enterrado bajo una capa de años de sufrimiento.

Minji, mirando a su alrededor, parecía como si el tiempo también la hubiera atrapado. Sus ojos se abrieron ligeramente, comprendiendo por primera vez el abismo que había en el alma de Jungwoo. No dijo nada, no porque no pudiera, sino porque las palabras no eran suficientes.

Jungkook levantó la vista, y sus ojos se encontraron con los de ella. Un suspiro largo escapó de sus labios, y por primera vez, algo dentro de él se sintió aliviado, aunque fuera solo un poco.

—Eso es todo lo que recuerdo, Minji. —dijo con voz áspera.

Ella asintió, sin palabras. Su corazón latía con fuerza mientras comprendía que la historia de Jungwoo, su vida, estaba marcada por esa herida que nunca sanaba. Pero, por primera vez, entendió que la carga que él llevaba no solo era suya.

Jungkook dejó que el silencio llenara la cafetería nuevamente. No estaba seguro de por qué había contado todo eso, por qué se había abierto de esa manera. El peso de sus palabras parecía abrumador, pero algo en el aire, algo en la mirada de Minji, le hizo sentirse comprendido, aunque fuera por un instante.

—Por eso... —dijo lentamente, mirando hacia su taza vacía. —Por eso me cuesta tanto confiar en las cosas reales, en las personas. He pasado tanto tiempo huyendo de todo lo que me dolía, pero... —Jungkook alzó la mirada hacia Minji, su expresión seria, llena de vulnerabilidad. —Cuando perdí a mi familia, perdí todo lo que me hacía creer en algo más allá de la venganza y la lucha por sobrevivir. Y después... después de todo lo que viví, no quería volver a arriesgarme a que alguien más me destruyera. No quería sentir nada, nada real.

Minji lo miraba en silencio, su rostro tranquilo pero atento, como si quisiera entender cada palabra. La situación había cambiado; ya no era solo una cita entre ellos, sino una conversación profunda, llena de sentimientos reprimidos y secretos no contados.

Jungkook dejó escapar un suspiro, su voz suave y cargada de tristeza.

—Y luego... conocí a alguien. Pensé que el amor no era lo suficientemente importante. Pensé que las promesas vacías eran solo eso, promesas. Pero luego llegó ella... —su mirada se suavizó un poco, como si recordara un destello de algo cálido. —Y por un momento, supe que tal vez estaba equivocado. Tal vez el amor sí tenía un propósito. Pero ella me engañó, me mostró una cara que no era real. Y eso... eso me hizo cerrarme aún más.

Minji, sin pensarlo, puso una mano sobre la de él, en un gesto que buscaba transmitirle todo lo que las palabras no podían. El contacto fue breve, pero suficiente para que Jungkook sintiera el peso de su presencia, de su apoyo.

—No tienes que hacerlo solo, Jungwoo —dijo suavemente, usando el nombre que él conocía. —Yo no te voy a mentir. Sé que todo eso ha sido muy difícil para ti, pero...

Jungkook la miró a los ojos, un atisbo de duda y esperanza brillando en su interior. Algo dentro de él se estaba desmoronando, como si el peso que había cargado durante tanto tiempo estuviera por ceder.

Minji continuó, su voz temblando ligeramente, pero decidida

—Yo no soy como ellos, Jungwoo. No te voy a fallar.

Fue en ese momento cuando la distancia entre ellos desapareció. Sin decir más, Jungkook se inclinó hacia ella, su rostro ahora lleno de una mezcla de deseo y necesidad. Minji no retrocedió, sus ojos fijos en los de él, sintiendo el latido acelerado en su pecho. Algo en el aire cambió, y el mundo pareció desvanecerse a su alrededor. Solo quedaban ellos, ese vínculo invisible que se había formado entre sus almas a través de las palabras y los silencios.

Y entonces, sin pensarlo, sin más palabras, Jungkook la besó.

El beso fue suave al principio, como si ambos se estuvieran conociendo en ese espacio, en esa proximidad que no había existido antes. Pero luego, a medida que el roce de sus labios se intensificó, el mundo exterior volvió a quedar atrás. Todo lo que importaba era ese momento, esa conexión que parecía decirles que el amor, a pesar de todo, podía ser real.

Cuando finalmente se separaron, respirando con dificultad, Jungkook miró a Minji, una sonrisa tímida apareciendo en sus labios.

—Nunca pensé que algo como esto podría suceder... pero aquí estamos. —su tono era suave, lleno de incredulidad.

Minji lo miró con una mezcla de ternura y determinación.

—Tal vez es porque estás listo para confiar, Jungwoo. Tal vez es porque yo también lo estoy.

Y en ese instante, mientras el café seguía fluyendo y las conversaciones lejanas regresaban, algo en sus corazones estaba cambiado para siempre.

¡Hola! ¿Qué le pareció el episodio? ¿Les gusto? ¡Espero que sí!
Un episodio triste y bonito. Esta es la historia de Jungkook y ver lo traumatizante que fue ver a su padre morir frente a sus ojos. Por eso no puede dejar tan fácilmente la venganza, pero Minji lo está haciendo aún más difícil.

No se olviden de comentar y votar <3

Nos vemos en otra próxima actualización, querido lector. 🎺

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro