Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 6

El reloj pasó las horas más rápido que nunca, y antes de que me diese cuenta eran cerca de las diez de la noche.

Me había asegurado de acabar de cenar pronto para escabullirme el primero de la mesa y poder subir a preparar mis cosas, que no eran muchas: unas pocas prendas de muda, algunos libros sobre mecánica que había usado en la escuela, un cuaderno y mi portatodo.

A este último le tenía mucho cariño. Me lo hizo mi padre cuando cumplí 9 años ante mi entusiasmo hacia a la mecánica. Un portatodo es un pequeño cofre de madera con diferentes compartimentos  extensibles en los que guardar lo que sea que necesites llevar contigo. En realidad los hay de diferentes tamaños, formas y funcionalidades: los hay que sirven de estuches para niños y otros especialmente diseñados para la armamentística. El mío, en especial, era de forma alargada y me había sido de mucha utilidad para guardar desde lápices hasta tornillos, alicates o cualquier otro utensilio de trabajo. Todavía tenía dentro bastantes de estas cosas, y no me vendrían mal ahora que iba a presentarme a los exámenes de acceso...

Cuando acabé de hacer la maleta eché un último vistazo a la habitación. Los zapatos que habían volado esa misma mañana seguían tirados donde fueron a parar. Las camas, deshechas. Los armarios, revueltos. Y yo, sin embargo, sentí algo dentro de mí encogerse.
Rellené la cama con algunos bultos, así si subían antes de tiempo no notarían bruscamente mi ausencia.

Una vez terminado el monigote me dirijo a la ventana: es hora de probar mis conjeturas sobre la resistencia de las enredaderas descontroladas.

En efecto. Aguantaron.

Me dirigí a la entrada, salté la cerca, y empecé a andar. No quise girarme por si me arrepentía en el último momento, y sin embargo, lo hice. Paré, me giré, y vi mi casa. La luz de la cocina estaba encendida y podía distinguir a Melsa fregando los platos y tratando de poner orden. En el salón podía escuchar como Cástor y Pollux pululaban de un lado a otro poniendo de los nervios a todos.

No sabía cuando iba a volver, y eso me asustaba, pero sabía que volvería. Ese fue motivo suficiente para que me girase y echase a andar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro