Bueno, bueno.

El Dibu no lo podía creer. Es un pelotudo, su pelotudez peleaba con la del Papu, y un gran rival, déjame decirte. El pelotudo sobre la faz de la tierra.

¿Ya había mencionado que es un pelotudo?.

Es tímido.

Es tímido, es un pelotudo tímido, que además de eso también parecía no saber que, él mismo era:  DAMIÁN EMILIANO MARTÍNEZ ROMERO.

El pelotudo tímido que, él mismo y sus amigos más cercanos, conocían.

Emiliano, el que intimidaba solo con su altura, el que te podía putear en diferentes idiomas y sin pelos en la lengua, el que te festejaba en la cara su victoria, el extrovertido que se prendía a todas, el que te atajaba todas, el loco.

Pero también era él, el que se ponía tímido, tímido cuando alguien que le gustaba pasaba a dos metros de él, el que le hacía competencia al tomate cuando alguien que le gustaba le pedía un borrador. El que no sabía hablar cuando ALGUIEN QUE LE GUSTABA le decía un solo hola.

SI, SISISI. Había hablado con Enzo aquella vez, PERO, pero no tenía sus sentimientos aceptados totalmente como ahora.

A penas los había aceptado cuando se alejo de Enzo y fue hacia sus compañeros aquella vez. Sin mencionar que el alcohol estaba en sus venas y lo había ayudado bastante.

Bueno, pero no era el fin del mundo todavía. Había una chance.

Todavía le quedaba hoy y mañana para prepararse, mañana era viernes y se juntarían en la casa de Leo a eso de las nueve de la noche.

Su chance era su único mejor amigo, el único que sabía todo sobre él, y el único en quien confiaba.

Lo llamo.

“Ale, necesito que vengas ya, a mí casa, ahora”

Y cortó.

[…]

Treinta minutos, la puerta sonó con insistencia. El Papu gritaba desde afuera demasiado alto, dando constantes golpeas a la puerta sin una pizca de tacto.

Emiliano se sobresaltó en su cama. Dios, unos de estos días el Papu sería la razón de su muerte.

Corrió a toda prisa hacia la entrada y abrió la puerta con brusquedad. Un golpe aterrizando en su pecho al instante. No dolió, en absoluto.

“¿QUÉ PASÓ? ¿QUÉ PASÓ?” El intruso entró disparado, visiblemente preocupado. Preocupado pero ni siquiera se disculpo por el golpe en su pecho.

“¿Qué pasó?. Qué te pasa a vos, querrás decir. ¿Por qué entrás así y golpeas así?”

“¡Que decís! Si vos me llamaste de la nada y me decís que venga sin decirme por qué, incluso sonaste como en peligro, ¿qué esperabas?”

“Ah”

“¿Ah?”

“Ah…aaaAAahhhh sisisi esooo. Vení, vení.”

El Dibu cerró la puerta y se giró para agarrar el brazo del Papu y arrastrarlo hacia su habitación. El bajito se dejó arrastrar confundido por el comportamiento de su amigo. Él sabía que algo pasaba con este grandulón.

Una vez en la habitación se sentaron sobre la cama del Dibu. Alejandro lo miró expectante, esperando que hablara y aclarara su repentino llamado.

“Me gusta alguien” expresó Emiliano, mirando a todos lados menos al otro frente a él.

“Que-“

“Me gusta Enzo” lo interrumpió, antes de que pudiera expresar su sorpresa, o incluso sorprenderse.

El Papu no estaba sorprendido, no, estaba recontra sorprendido. Lo miró, fijo, esperando signos de alguna de sus, tantas, bromas pesadas. Pero al observar como las orejas de su amigo se teñían en rojo y la forma que evitaba mirarlo, le decían que hablaba en serio.

Muy en serio.

“¿¿¿¿QUEEEEEEE????”

El Papu se lanzó hacia adelante, lo agarró de los brazos y empezó a zarandearlo de un lado a otro mientras expresaba su sorpresa a gritos.

“¡EL ENZO!, ¿¡EL ENZO!?, ¡¡EL SEXO FERNANDEZ!!”

“¡QUE SI!, ¡SI LA CONCHA DE LA LORA!, DEJA DE REVOLEARME ASÍ, PELOTUDO”

“PERO EL ENZIT-“

Y voló.

Fuera de la comodidad de la cama, al frío y duro piso. Emiliano lo miraba molesto desde arriba, el agresor que lo había pateado fuera de su cama, tenía el ceño fruncido.

“¿¡Qué te pasa!?, ¿mira si me lastimo?. ¡Te voy a acusar con Scaloni!”

“Sos molesto, venís y te haces el loco. Te dije que me gusta Enzo, se un poco más serio, te lo pido.” Dijo, mientras observaba como su amigo se levantaba y se incorporaba, de nuevo, sobre su cama.

“Bueno, bueno. Perdóname, es que me sorprendió. ¿Entonces?. Contame, soy todo oídos. Me pongo serio.”

Con un suspiro, el Dibu se relajó y continuó diciendo todo lo que necesitaba decirle, desde cómo se enamoró y desde cuando empezó a gustarle Enzo, hasta los problemas y pensamientos que estuvo teniendo desde navidad, cuando terminó aceptando sus sentimientos por el pibe.

Le explicó lo que tenía pensado hacer mañana y el obstáculo que se lo impedía, el cómo, cuándo al mínimo vistazo a la  persona que le gustaba, se ponía tímido.

Y el Papu, lo escuchó. Atento a todo lo que salía de su desenfrenada boca, de vez en cuando tirando comentarios y soltando algunas risas de burla.

Pero atento.

Entonces habló.

“Por dios, pensé que ibas a morir soltero. Digo, jamás me comentaste sobre haber estado enamorado de alguien y ya estaba pensando seriamente en si eras alguna especie de anti-amor o antihumano”

“Arromantico o asexual se dice”

“Bueno, igual, es casi lo mismo”

El Dibu rodó los ojos, acostumbrado a la ignorancia, sobre estos temas, de su amigo.

“Pero escúchame. Me decís que no sabes cómo hablar con él mañana, pero…¿qué tenías planeado decirle?”

Emiliano lo pensó, sabía que era lo que quería decirle, así que lo dijo sin pelos en la lengua.

“Quería invitarlo a salir y confesarle mis sentimientos. ¿Por qué?”

El Papu se palmeó la frente. A veces pensaba que su amigo se veía tan estúpidamente vulnerable, como un cristal que se rompería si lo mirabas tanto. Llego a pensar que era tierno, pero rápidamente se burló de él mismo al recordar como era en la cancha y como lo mando a volar hace apenas unos segundos.

A lo que iba, a veces, Emiliano daba pena.

Con un suspiro y una mirada comprensiva lo miro a los ojos y dijo. “¿Vos sos tonto o te haces?”

Emiliano frunció el ceño al instante, y estaba a punto de mandarlo a volar de nuevo, pero lo detuvo.

“Emiliano Martínez, déjame recordarte que…no a todos les gusta la pija, digo, parece que lo olvidaste o de verdad sos un  pelotudo para pensar que Enzito te sonreiría y te besaría ahí mismo”

“Oh”

Y silencio.

El Dibu todavía estaba procesando la información, no vayan a hablarle antes de eso porque no saben lo que les espera, y el Papu sabía de primera mano que iba a pasar, así que dejo tranquilamente que su amigo recibiera y guardara la información en el pequeño cerebro, de papa, que tenía.

Una vez que logró entender por completo el significado de eso, miró al Papu y habló.

“No había pensado en eso” dijo, su mirada perdía en algún punto inexistente.

“Se nota”

El Dibu, saliendo del trance lo miro exasperado, sus ojos lleno de terror e inseguridades.

>>Ahí viene<< pensó el Papu.

“¿Y ahora que hago?, ¿cómo hago?, ¿y si es puramente heterosexual?, ¿y si, incluso, tiene una novia a escondidas y nadie lo sabe?. ¿Qué iba a pasar si le decía mis sentimientos mañana?. IBA A ARRUINARLO TODO. PAPU, ¿Y AHORA YO COMO HAGO PARA OLVIDARME DE ÉL? ¿QUÉ VA A PASAR CONMIG-“ no terminó su oración, en cambio, siento un ardor en su mejilla.

El Papu le había dado una tremenda cachetada, y aunque normalmente estría enojado por eso, lo miro con ojos llorosos y le agradeció por eso.

“Escúchame. Primero que nada, se que Enzito sería el primero en decirnos si tiene novia. Segundo…” Francia. No te rías, no te rías, esto es serio. Se dijo a si mismo. “Segundo, no asumamos la orientación sexual del chico, no podemos saberlo solo mirando. Y tercero, si llega a ser así, con vos no va a pasar nada, porque sos un adulto y porque vas a aceptar su decisión y vas a dejarlo ser feliz a lado de la persona que ama, incluso si no sos vos, porque lo amas. E incluso si es difícil, siempre podes contar conmigo, yo siempre voy a estar ahí, lo sabes bien”

Emiliano lo miraba, ojos llorosos por las palabras de su amigo. Agradecía tenerlo en su vida, agradecía las palabras, su constante ayuda y su aguante con él.

“Gracias” dijo.

“¡Pero todavía no sabemos nada de eso!. Quien sabe, al Enzo podrían gustarle las pijas, como a vos. ¡No te desanimes solo por lo que dije, solo eran posibles escenarios!. Ahora, ¿como sabemos si Enzito es gay o no?, ¡vamos a averiguarlo!.”

“¿Pero como?”

“¡Voy a interrogarlo a muerte!”

El Dibu resoplo divertido. “Y yo pensé que por fin estabas siendo serio con algo”

“Hablo en serio” no le creería, si su amigo no tuviera un semblante tan serio como el de ahora.

“¿Qué?. ¡deja de joder!, ¡no vas a interrogar a nadie!. ¿Qué te crees vos?, ¿policía?”

“Pero es la única forma”

“Que no vas a interrogar a nadie”

Unos segundos en silencio, mirándose fijamente, los dos tratando de ganar el juego de miradas.

Y el Dibu cedió.

“Bueno, vos ganas. Pero…” soltó un suspiro antes de continuar “no lo vas a interrogar así de la nada, trata de hacerlo natural por favor, Alejandro.”

El Papu sonrió, complacido.

“No te preocupes, vos déjamelo todo a mí”

Al Dibu solo le quedaba observar y esperar a que su amigo no estropeará nada, porque cuando se propone algo, hace de todo para lograrlo.

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N o t a:

Hola hola, este es más largo :)

Gracias por leer y dejar su voto, me gusta leer los comentarios así que no tengan miedo en comentar, no le hacen daño a nadie, boe.

Vine a decir que...hubo un problema en el primer capítulo, así que la historia va  dar un giro inesperado y espero que esto no afecte la lectura.

Y recuerden, todo es ficción, no se lo tomen en serio, por favor.

Bueno, eso es todo.

Bye.