Capítulo 5: Miedo.
Izuku se despertó cuando escuchó como la puerta de la habitación se abría, algunos chillidos de alguien asustadizo y molesto llenaban el lugar.
—¿¡D-de verdad no me harás daño!?, Mi cuerpo duele y mi vientre está hinchado, ¡¿Que me hiciste mutante!?- el pecoso talló sus ojos, mirando con más detalle a un Omega de cabellos rubios, pegarle a un lagarto de escamas rojas.
Aunque éste ni se inmutaba con sus golpes y tenía una sonrisa tonta en la cara, el Omega le seguía reclamando y dándole golpes en sus escamas. Quizás debía advertirle que toda resistencia sería inútil y sus escamas eran muy gruesas.
Pero quizás debería dejarlo, después de todo era algo traumático despertar en cinta y emparejado a alguien que ni siquiera era de la misma raza.
—Tranquila, el dolor se irá pronto, además, no estás sola, mira, tienes nuevos amigos.- el de cabellos negros habló, haciendo que el Omega mirara a la cama, Shoto apenas se estaba despertando, ajeno a la situación y bostezó con calma.
—¿Ya es hora de comer?- preguntó el bicolor, mientras se rascaba el cuello, Izuku solo lo miró con una sonrisa incrédula, le gustaría tener esa calma en situaciones desesperantes.
—¿¡A ustédes también los secuestraron!?, No se preocupen, podremos salir de aquí, ¡No pierdan la esperanza!- ahí fue cuando el bicolor parpadeó un par de veces, dándose cuenta de lo que sucedía y abrió la boca en una "o", pequeña.
—Ya, llegó el nuevo, somos tres de diez, al menos eso dijo Inasa que era la cantidad de los que habían ido a la tierra por omegas.- murmuró el Omega de cabellos bicolor, mientras simplemente se sentaba en la cama sobando suavemente su panza.
—Eres increíble.- Izuku no podía creer lo que estaba ocurriendo aún cuando las sentía le parecía irreal.
—¿¡Y ustedes están bien con eso!?- exclamó el Omega rubio, quien los miraba caos horrorizado, Izuku y Shoto solo se encogieron de hombros.
—Sí, bueno, es mejor que limpiar un lugar el resto de tu vida mientras que todo el mundo te ignora la existencia.- Izuku respondió con sinceridad, nunca se había sentido tan amado, aparte de su quería madre, y la atención que recibía del lagarto rubio le hacía sentir bien.
—Sí, también es mejor que ser casado por un alfa al que no conoces para darle beneficios a tu padre abusador que mató a tu madre. La verdad, la tierra es una mierda.- el pecoso miró como el Omega bicolor solo se encogió de hombros, el otro Omega dejó de luchar contra el lagarto de color rojo, aparentemente pensando las cosas.
El escamoso lo dejó con cuidado sobre la cama, el rubio los miró y aspiró sus aromas tranquilos para relajarse un poco. Su cuerpo dolía como el demonio y todo era culpa del mutante rojo.
—¡Veras que todo va a estar bien, mi pequeña hembra!, Cuando lleguemos a mi planeta te cuidaré lo mejor posible para que nuestras crías nazcan bien.- el de cabellos negros dijo con una filosa sonrisa, después se fue hacia la pared de antes, de donde Katsuki había sacado el jugo que tomó antes.
—¿Q-qué carajos fue lo que dijo…?- Izuku miró al rubio, quien estaba pálido como una hoja blanca de papel, parecía que su alfa se saldría de su cuerpo en cualquier momento.
—Ah si, seguro que no te has enterado de nada, los lagartos son extraterrestres que fueron a la tierra en busca de omegas con las cuales tener sus cachorros ya que ellos se están extinguiendo por falta de población, aparentemente somos compatibles, así que por eso la tierra fue una de sus opciones para buscar pareja. Ahora estamos llenos de huevos de alienígenas y vamos a su planeta.- Izuku se dió un golpe en la frente, con semejante explicación solo faltaba que al otro Omega le diera un ataque al corazón.
—¿E-el p-para que cosa de quién…?- el Omega rubio se tambaleó, Izuku se acercó y trató de echarle todo el aire posible con una mano, mientras que con la otra le sobaba la espalda.
—¡T-todo va a estar bien, ellos son buenos y nos cuidan mucho, no te preocupes!,- era una situación de locos, y además apestaba mucho tratando de calmar a alguien, pero hacia lo mejor que podía.— p-por cierto, ¿Cómo te llamas?
—Kaminari Denki- fue la respuesta que tuvo, era mejor distraerlo de lo que ocurría, así no tendría un ataque de pánico allí mismo, el de escamas rojas se acercó a ellos con un vaso, era lo mismo que les habían dado antes.
—¡Esto es bueno para recuperar fuerzas y para el dolor!- la sonrisa filosa del lagarto no se iba, Izuku podía ver su emoción, la escamosa cola rojiza y larga se meneaba como la de un perrito tras suyo.
—Yo se la doy.- el pecoso tomó el vaso con el líquido y el mayor solo asintió, se agachó para dejar un pequeño beso sobre el cabello del rubio y después susurró algo que no pudo escuchar.
Cuando el lagarto salió de la habitación Izuku volvió a mirar al rubio, parecía fuera de esa dimensión, era gracioso y algo de miedo eso.
—Denchan, toma esto es bueno, Todoroki y yo ya lo tomamos antes.- el pecoso susurró llevando el caso a los labios del rubio, quien por reflejo lo tomó y empezó a beber.
El Omega rubio no se detuvo hasta que acabó por completo con el jugo. La verdad era bueno, así que no podría decir que no hizo lo mismo, miró donde poner el vaso después y al final terminó por dejarlo en una especie de mesa al lado de la cama.
Katsuki tenía razón, el jugo era bueno para los dolores que tenía antes en su cuerpo. Además sentía que tenía más energías, lo que era bueno también, podría incluso bajarse y salir de la habitación para ir alguna parte.
Miró al bicolor que de nuevo estaba acostado medio dormido, y Denki estaba con los ojos soñolientos, aún así un poco asustado.
—Venga, duerme un poco, quizás cuando despiertes pienses mejor las cosas y estés más calmado.- Izuku acarició el cabello del rubio, hizo que poco a poco se acostara y le tapó con una manta.
Dejó salir su aroma tranquilo para que se sintiera seguro, pareció funcionar, pues Denki suspiró y dejó que su sueño lo venciera, en poco tiempo se quedó profundamente dormido.
Quizás el rubio solo estaba conmocionado, necesitaba un poco de descanso y dejar que su mente se aclare, así podría digerir mejor las cosas.
Izuku suspiró profundamente, miró a los otros dos dormidos y tranquilos, pensó en salir, sin embargo había dos problemas. No conocía bien la nave y podría perderse, el otro problema era el Omega, no quería irse y dejarlo solo, estaba seguro que Todoroki solo le haría dar un ataque al corazón si le decía algo como lo de ahora con total naturalidad.
Había aprendido un par de cosas de los Omegas que estaban a sus lados, Denki era alguien muy expresivo y asustadizo, Todoroki era todo lo opuesto.
No era malo, pero estaba en medio de dos personas completamente diferentes, sería una experiencia extraña la que tendría si pasaba mucho tiempo con ellos, no había tenido muchos amigos en su vida, por lo que acostumbrarse sería algo complicado.
Izuku volvió a suspirar, se acomodó en medio de los dos omegas y cerró los ojos, no se dormía por completo, pero al menos estaba guardando energías y estaba tranquilo.
Duró así unos minutos hasta que sintió como algo se deslizaba por sus piernas, algo escamoso que lo tomó de ellas y lo jaló lentamente hacia la parte baja de la cama.
El pecoso miró al rubio quien le sonreía de manera ladina, era la cola del mayor lo que lo había agarrado. Izuku se preguntó qué manera de despertarlo era esa, pero de todas formas no era como si le pudiera gritar o reprochar algo.
—¿Todo está bien, cosita?, Vine para ver si necesitabas algo.- murmuró el rubio, agachando su cuerpo a su altura, el Omega se sentó en la cama, mirándolo con un puchero.
—Quisiera salir, estoy algo aburrido.- quería salir si, pero tampoco quería hacerlo solo, además, estaba seguro que el rubio podría hacerle un tour por la nave, quería poder ver una gran ventana hacia afuera, ver las estrellas.
—¿Ouh?, Quizás yo sepa que es lo que quiere en realidad mi pequeña hembra.- Katsuki tomó al pecoso en sus brazos, pasando sus manos por su espalda y muslos, no pudo contenerse en apretar esa deliciosa carne suavecita.— ¿Sabes?, No ha pasado mucho, pero extraño meterme dentro de tu piel, lástima que no puedo llenarte con más huevos por ahora, pero aún así, puedo darte placer y a mí mismo también.
Izuku suspiró pesadamente, sintió como su rostro se volvía rojo y su respiración se aceleró. Recordaba bien lo que sintió cuando el rubio tomó su cuerpo, el placer que lo recorrió, aún con eso, la vergüenza no se iba.
¡Era un alienígena lagarto pervertido!
—K-Kacchan idiota, se supone que debo cuidar de los otros, ¿Cómo lo haré si mi cuerpo duele y no tendré nada de energías?- le preguntó el Omega cruzándose de brazos, no era que no quería hacerlo de nuevo exactamente, y los otros omegas no tenían mucho que ver en eso, pero era una buena excusa.
—¿Dolor?, No te preocupes por eso.- Katsuki comenzó a caminar hacia afuera de ella habitación, e Izuku sintió que si trasero estaba más que perdido, pronto sería empotrado en quien sabe dónde.— te daré algo después que te ayudará, además, las otras hembras estarán al cuidado de sus machos, no tienes que preocuparte mucho por ellas, sin embargo, me gusta ver como tomas el roll de cuidador y líder, eres perfecta para mi.
—¡Que soy hombre!- exclamó el pecoso, le costaba demasiado asimilar las palabras "hembra, ella, perfecta, cosita", ¡Por todos los dioses existentes!, Era demasiado vergonzoso.
—Ya te dije que eso me da igual, eres mi hembra, eres mi pequeña cosita.- le respondió el de dientes afilados, sonriendo de forma burlona.— ahora, habrá que enseñarte un par de cosas sobre el respeto hacia mí como tu macho, es algo sencillo que se puede arreglar pronto.
A Izuku no le gustaba mucho ese brillo malévolo que tenía el rubio en sus ojos, segundos después unas de las letras se abrió de manera automática dejándolos entrar a una habitación, mirándola bien, se dió cuenta de que era la misma habitación en la que había despertado primero.
Fue llevado a la cama y acostado en ella, Katsuki lo tomó por una de sus piernas, elevando su extremidad, la bata que tenía puesta se subió dejando una perfecta vista de su trasero.
—Es algo que voy a disfrutar como no te imaginas, cosita.- el rubio habló mirando con hambre su entrada rosa, Izuku sintió que estaba empezando a mojarse, su pequeña polla ya estaba también medio dura.— vamos cosita, muestra lo dispuesta que estas para mí.
Katsuki soltó su pierna y se le quedó mirando expectante, el pecoso no sabía que hacer, "¿Ver qué tan dispuesto estaba?", No sabía si era algo parecido a presentarse, pero de todas formas tenía que averiguar.
Además, no era como si toda esa situación no le calentara, el pecoso tomó su bata, sacándola de su cuerpo, abrió sus piernas ante el escamoso. Lo miró lleno de vergüenza pero excitado, llevó una mano suya a su entrada y la abrió con sus dedos.
—A-alfa por favor, lléname con tu polla.- habló con la voz temblorosa, recibiendo un gruñido del mayor.
Eso le había enviado más de un escalofrío por su cuerpo. Había sido un gruñido parecido a los que dió ese día que se había conocido, bueno, más bien, el día en que casi muere de un susto y la cogida de su vida.
—Espero que estés preparado cosita, siento que ahora no podré contenerme mucho.- Izuku tembló al ver esos ojos brillar de una manera perversa, sintió que de verdad si trasero había firmado su sentencia de muerte.
(...)
Dejarlos con ganas de más es mi pasión. 😈
Esperemos que el Deku no salga en silla de ruedas de la habitación del Kacchan. 🕴️
Zaorycast.✨✨
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