Capitulo 17: Tres.
Llegar al planeta Idai fue algo más tranquilo de lo que supuso, Izuku fue cargado por su Kacchan y este lo llevó junto a todos los demás hacía afuera.
La primera impresión que tuvo sobre el planeta de Katsuki fue; Mágico.
Habían grandes islas flotantes, grandes edificios que se perdían entre las nubes del cielo. Podía ver como autos/naves voladoras pasaban de un lugar al otro por encima de ellos, también habían árboles por todas partes, o lo que alcanzaba a ver, lo más llamativo era que esos árboles tenían colores extraños, lo mismo pasaba con el cielo, a pesar de que el sol estaba en un punto alto, el color que se podía apreciar más era el naranja y toques rosados.
Aunque, su admiración al entorno se acabó cuando miró que muchas personas se estaban reuniendo a ellos, Izuku no pudo evitar sentirse nervioso, podía notar alegría y curiosidad en sus rostros.
No estaban sorprendidos o confundidos, más bien, parecían querer acercarse para conocer a los que ayudarían a salvar su especie, sin embargo, mantenían una distancia prudente para dejarles espacio.
—No estés asustado, recuerda que para nosotros ustedes son especiales —murmuró el rubio en voz baja tratando de calmar a su pareja—. Ellos te van a adorar.
—No tengo miedo —contestó Izuku de igual forma y miró al escamoso con un puchero—, simplemente, no estoy acostumbrado a recibir tanta atención.
Katsuki sonrió pero no dijo nada, notaba el leve temblor en el cuerpo del pecoso o el la forma en la que sus pequeñas manos se agarraban de su cuello con fuerza, además de su aroma. Aunque se hiciera el valiente o decía que estaba un poco nervioso, el rubio podía notar que tenía más que solo eso, "nervios".
El pecoso miró como se acercaban hacia la multitud, específicamente, hasta llegar al frente de dos lagartos mutantes nuevos y extrañamente familiares, sobre todo la mujer, con el cabello rubio y puntiagudo como el de Katsuki. Ella estaba de pie al lado de un hombre de cabellos marrón al igual que sus escamas que tenían toques naranjas, era un poco más bajo que la rubia. Se miraban un poco mayores, sus rasgos eran evidentes.
Izuku estaba un poco más nervioso, se hizo una suposición de quienes eran y por ello cuando el rubio se detuvo al frente de ellos supo que estaba al frente de sus suegros. Ellos posaron su mirada en Katsuki, después en el y devolvieron su vista en Katsuki, aunque, también miraron el bulto que el pecoso tenía en su panza, era muy notable.
—Oh, mocoso de mierda, lo lograste —la de escamas rubia habló e Izuku no tuvo ni la más remota idea de lo que había dicho, el sonido del idioma le pareció casi igual al ruso—, ¿Cual es el nombre de tu hembra? es bonita y su cabello me recuerda al bosque Masku.
—Madre, padre —habló el rubio sintiendo orgullo en su pecho, a su 'Sire' le había parecido bella su pareja—, es Izuku, del planeta T-C 12,456, es mi compañera y en su vientre se gestan sanamente nuestras crías.
Izuku no sabía qué era lo que Katsuki le había dicho a los otros dos, pero sus rostros fueron de sorpresa a la alegría, notó como el lagarto de cabellos marrones se abrazó a la rubia por el costado. De alguna forma eso lo hizo sentir tranquilo, miró hacia atrás notando como los demás de la nave hablaban con los que se acercaban a ellos.
Shouto parecía que disfrutaba de la atención mientras que Denki se abrazaba con fuerza del pelirrojo y tenía un rostro de pánico. No era malo, a pesar de que todos se acercaban para hablar entre ellos, ninguno hacía nada hacía los omegas que estaban siendo cargados por sus parejas, le hacía saber que les tenían cierto respeto.
Momentos después, Izuku sintió como Katsuki empezaba a caminar de nuevo, los llevaban al interior de uno de esos grandes edificios, al estar dentro el rubio habló algo con los demás y cada grupo se separó, Izuku junto a los demás Omegas de la tierra fueron llevados a un lugar diferente a los demás. El rubio entró por un ascensor y después de unos cinco pisos las puertas se abrieron.
—Kacchan —Izuku llamó al rubio y este le miró inmediatamente—. ¿A dónde vamos ahora? Pensé que estaríamos más tiempo con tus padres y...
—Cosita —Katsuki acarició una mejilla del pecoso con su mano—, primero lo primero, tu descanso y salud es prioritario, por ello, las presentaciones pueden ir después, han pasado algunos meses desde que recibiste luz del sol o alimentos frescos, por eso, hoy solo descansarás y puedes salir al jardín para respirar algo que no sea aire reciclado de manera artificial.
—Ouh, ya veo, entonces, ¿Hablaré con tus padres mañana? —el pecoso preguntó recibiendo un asentimiento.
—Después de la ecografía, estoy jodidamente ansioso por eso —Izuku abrió los ojos sorprendido, Katsuki le sonrió con un toque de nervios y cariño—, mañana veremos cuántas crías están por nacer.
—¿Podremos saber…? —una emoción creció en el pecho del pecoso, Izuku no había sentido ni una patadita en su panza desde que supo que estaba en cinta, y ahora podría ver a sus bebés con un eco—, pero ¿Por qué no hicimos uno antes?
—Quería que fuera una sorpresa, quería que el primer eco fuera aquí en el planeta y que mis padres estuvieran presentes —el rubio habló con cierta emoción, dándose vuelta en una esquina, una puerta se abrió ante ellos dejándolos entrar en una habitación grande.
Puertas de vidrio grandes dejaban ver el exterior, el sol y un jardín lleno de plantas extrañas que no había visto nunca, tan coloridas como los árboles que estaban afuera. Ahora que lo notaba, no se había dado cuenta de que ellos estaban en un sitio alto, pudo ver a no muy lejos como otra isla flotante estaba en un nivel más bajo que ellos.
—Increíble —Izuku estaba asombrado, se sentía como un niño en un parque de diversiones, lleno de deseo por explorar y ver las cosas nuevas que se podía mirar.
—Me gusta cuando tus ojos brillan de esa forma, te mostraré todo cuando puedas moverte con libertad —el pecoso escuchó la voz suave del rubio, quién caminó hacia la enorme cama que estaba al lado de las puertas y lo dejó allí con suavidad—. ¿Algo en especial que quieras comer ahora?
Katsuki le preguntó e Izuku miró levemente por las puertas de vidrio hacia el exterior, todo se miraba tan futurista y de alguna manera tan tranquilo, como cuando estás en un parque disfrutando de la sombra de los árboles y la frescura, pero al mismo tiempo ves los autos y los edificios a los lados.
Paz y modernidad mezclada hermosamente, el pecoso después miró al rubio que estaba esperando pacientemente a la decisión de su pareja. Izuku sonrió y acarició con suavidad su vientre hinchado.
—Katsudon —el pecoso pidió y el más alto solo asintió, antes de irse se agachó para besarlo, fue un beso lleno de saliva y hambre, más allá que solo por comida.
—Puedes salir afuera si quieres, ninguna planta es venenosa por si quieres tocarlas —Katsuki dijo antes de finalmente salir, sabía lo que era el Katsudon, Izuku se lo había descrito antes en la nave cuando le preguntó si tenía los ingredientes para hacer uno.
Y aunque no habían cosas exactamente como le decía que tenía la receta original, pero habían ingredientes parecidos, Katsuki buscaría el mejor Katsudon para su pareja, y después le daría el reporte de la misión a los ancianos, ellos podían esperar.
Izuku por su parte, se había bajado con cuidado de la cama y abrió una de las puertas para salir al pequeño jardín que había allí. El aire fresco lo golpeó en el rostro, olores cítricos y frescos de flores llegaron a su nariz, era delicioso y hermoso.
Una flor llamó si atención, era como una rosa, pero los últimos pétalos eran lagor y se extendían hacia abajo como los de una orquídea, su color era lo más llamativo de ella, la planta era morada, el centro de la flor amarillo y los bordes azul claro.
El pecoso nunca había visto una flor tan peculiar y bella, todo allí lo era, y al mirar hacia los otros edificios de los lados, las islas flotantes en el cielo y las máquinas voladoras que iban de un lado a otro por todas partes. De alguna forma Izuku se sintió seguro, una parte suya sabía que en ese lugar estaría bien, viviría bien y tendría grandes aventuras.
Pasado un rato Katsuki llegó con la comida, después de que el plato estuviera vacío Izuku quiso dormir y dejó la puerta abierta para que el aire y el aroma de las flores pudieran entrar. El rubio fue con los ancianos para hacer su trabajo, fue un día tranquilo, el pecoso disfrutó de una tarde soleada y aromática.
(...)
Conocer a los padres del rubio fue algo peculiar, curiosamente los adultos hablaban su idioma, Katsuki le había dicho que él se los había enseñado incluso antes de llegar al planeta para que pudieran comunicarse sin problemas, todos los demás habían hecho lo mismo.
Sin embargo, no se adaptaba a la forma en la que se dirigía a ellos. A la rubia le decía padre o Sire, al de cabellos castaños le decía madre.
"Si puedes quedar en cinta eres hembra, si puedes preñar eres macho, no importa lo demás".
Aunque se repitiera las palabras que Katsuki le había dicho antes en su mente una y otra vez no llegaba a estar cien por ciento seguro de ese tipo de cosas, o bueno, será porque Izuku se crió de una manera muy distinta a los lagartos que caminan en dos patas.
Mitsuki y Masaru eran amables, aunque la mayor se la pasaba regañando al rubio de vez en cuando y Katsuki no se quedaba atrás, podía notar el cariño que se tenían. El más tranquilo era Masaru, el 'omega' como lo consideraba el pecoso, era más callado y siempre sonreía con cariño.
Pero conocer a los padres de su pareja no lo puso tan ansioso como la ecografía que tuvo que hacerse después. Estuvo todo el rato agarrado de la mano de Katsuki con obvio nerviosismo mientras era acomodado en una máquina, una tela fue puesta sobre sus partes íntimas mientras que los botones de su bata eran abiertos con cuidado.
Una especie de sensor bajó lentamente por su panza paseando una luz suave de color rosa sobre ella. El brazo retráctil de la máquina se guardó de nuevo en su puesto mientras que el 'macho' que estaba haciendo la ecografía, pulsaba algunos botones en su computadora con hologramas.
—Bien, uno, dos.. tres —Izuku aún estaba acostado en el suave colchón de la máquina mientras escuchaba murmurar al 'doctor' escamoso—. Vaya, esto es algo que no he visto en mucho tiempo, felicidades Sairo, las tres crías se están gestando perfectamente.
El mayor de escamas verdosas sonrió ligeramente mientras se volteaba en su asiento para mirarlos, Katsuki abrió los ojos con sorpresa, el aroma de un alfa feliz y complacido llenó lentamente el sitio e Izuku no pudo evitar contagiarse de esa felicidad.
—Tres, vamos a ser los padres de tres crías —el rubio se repitió como si no pudiera creer lo que le estaba diciendo el otro, e Izuku comprendió esa sensación mejor que nadie.
Iba a tener bebés, tres, era algo de miedo pero al mismo tiempo emocionante. El rubio dio ligeramente las gracias y tomó al pecoso suavemente en sus brazos para salir de la habitación, ese día el médico asignado para estar al pendiente de los omegas de la tierra tendría un día ocupado.
Katsuki le dio las buenas nuevas a sus padres, quienes también estuvieron obviamente felices, e Izuku sabía bien de las cosas que estaban por llegar, sin embargo, estaba más que preparado para afrontarlas todas, más feliz y emocionado no podría sentirse.
Fin.
(...)
Va a haber extras? Sí. 😾🔪
Cuando? Ni idea. 🥺
Sire es una palabra en inglés que se da a los padres ya sea hombre o mujer, no me acuerdo bien de que trataba pero creo que era.por poder o respeto, no sé.
Imagen que Sairo es algo parecido.
Estoy triste, perdí un one shot que tenía 3.000 palabras y ya me da hueva volverlo a escribir así que ya qué, si me disculpan, iré a que un mecate me acaricie el cuello. 🕴️
Zaorycast. ✨✨
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