Capítulo 13: Pensar.
Izuku pasó casi un día entero en la habitación de Katsuki, después de haber estado con el rubio, y tener muchas rondas de sexo, había quedado medio muerto.
Cuando al fin pudo salir, se dio con una pequeña sorpresa, el Omega del alienígena, Shinsou, había despertado. Era de cabellos amarillos y de ojos grises, era más histérico, y gritón que Denki. Miró como le jalaba al pobre Shinsou de los cabellos mientras le gritaba por haberlo preñado de esa forma, el lagarto solo tenía una mirada cansada y no le prestaba atención, eso hacía que el rubio se volviera aún más insoportable.
—Vaya, ¿Así me veía yo cuando me ponía a gritar? —el rubio de ojos dorados preguntó con un poco de vergüenza.
—¿¡Ustedes qué están haciendo!? ¡Busquen algo para matar a estas cosas! —el Omega llamado Monoma volvió a gritar, pero ésta vez a ellos, Shouto solo miró a Denki y después al otro rubio.
—Solo un poco, tu no decías cosas tan descabelladas. —el bicolor se encogió de hombros, Monoma se quedó un momento en silencio y después volvió a gritar más histérico.
—¡Les están controlando el cerebro!, ¡Esto es obra de los lagartos para controlar a todos los humanos de la tierra! —dicho eso sacudió más al de cabellos morados, sin embargo, al agarrar los cuernos sobre su frente hizo que un gruñido saliera de su garganta—. Ay no.
El rubio de ojos grises miró hacia los ojos de Shinsou con algo de miedo. Las pupilas apenas eran unas pequeñas rendijas entre su brillo oscuro y púrpura, su trasero tendría un mal final. Antes de que Monoma pudiera decir algo, el lagarto de cabellos lila simplemente lo apresó con cuidado en sus brazos y empezó a caminar por los pasillos de la nave de vuelta a su habitación.
—¡N-no, espera! —el rubio trató de removerse, sin embargo, los fuertes brazos del escamoso no le dejaron tregua—. No se queden ahí parados, ¡Ayuda!
Izuku, Shouto y Denki solo le dieron sus pésames, ellos sabían a primera mano que agarrar los cuernos de los "machos", como se hacían llamar ellos, era una mala idea, aunque placentera, no podían negarlo, era como si le dieran Viagra para que fueran de alguna forma más salvaje y sus libidos aumentarán por mil.
La consecuencias venían después, rezaban por Monoma para que al menos se pudiera sentar. Por una parte Izuku se preguntaba si la raza de Katsuki hacia lo correcto, aunque los trataban bien y los cuidaban, eso no quitaba el hecho de lo que hicieron para tomarlos.
Por otra parte Izuku tuvo suerte, quiso renunciar a su sueño a causa de su vida de mierda, la opresión de la sociedad sobre sus hombros, el que sólo fuera mirado como basura y un vertedero de semen. Hizo que muchas cosas en su pecho murieran y otras ardieran como ácido, por un tiempo creyó todo eso, cuando su luz empezó apagarse.
Ya no tenía mucha esperanza. ¡Siempre quiso ir al espacio!, Ser un reconocido astronauta, ver la estrellas de cerca. Sin embargo, en su mundo nunca tuvo la oportunidad de mostrar su valía, nadie le dio la oportunidad, ni una sola.
Aunque ahora, de alguna manera estaba feliz, ya no estaba en un lugar donde era menospreciado, imaginó su vida siendo marcado por un alfa y dar a luz a su cachorros mientras solo era ama de casa, y no tener que pasar por el dolor de las infielidades con algo de suerte.
Ya no era tratado así, y parte de ese futuro ya no se veía posible, pero, pero aún así, ¿Que pasaría después de que dé a luz a esos cachorros?, Tendría que vivir en el planeta de Katsuki, eso era seguro, ¿Pero sólo eso?, ¿Vivir allí y ya?
Quizás no sería el mismo planeta, pero que solo cuidara de cachorros en un hogar no parecía ser del todo imposible. El pecoso posó una mano sobre su vientre con suavidad, sabía y entendía que Katsuki tenía una misión, su raza estaba en peligro y necesitaban hacer algo pronto.
No podía evitar sentirse mal al ser un poco egoísta. No es que no quiera bebés, una parte de su sueño era tener una linda familia, pero, también quería ser algo más, hacer algo más que solo ser dependiente de su alfa y cuidar de sus decendencias.
—¿Cosita? —el pecoso se sobresaltó al escuchar esa voz, se volteó para encontrarse con Katsuki, parecía mirarlo con detenimiento, tratando de averiguar que era lo que ocurría.
—¿Sí, que pasa? Kacchan. —Izuku sonrió tratando de calmar el ambiente, Katsuki solo lo miró con los ojos entrecerrados antes de acercarse y tomarlo en sus brazos.
—¿Eh?, ¿No se supone que íbamos a explorar? —la voz de Shouto sonó, parecía que de verdad estaba algo herido por haberlo dejado solo con Denki—. Bueno ya qué, iremos los tres después.
Quiso responder, aunque no pudo ya que Katsuki dobló una esquina perdiendo a los chicos al otro lado, Izuku reconoció el camino hacia la habitación del rubio. De alguna manera sintió que sería regañado o algo parecido, no pudo evitar encogerse en el agarre del rubio.
Cuando llegó fue puesto en la cama con suavidad, Katsuki se sentó en la orilla, al frente suyo, cruzó de brazos y le miró seriamente. Notó como la cola escamosa del mayor se movía lentamente atrás de él, parecía como si estuviera tratando de elegir algo para empezar con la conversación.
—Hay, ¿hay algo que te moleste?, ¿Acaso te sientes mal?, ¿Que pasa con esa cara? —Izuku sintió su corazón doler, su ritmo aumentó bastante. Era cálido pero al mismo tiempo doloroso.
—N-no… —quiso mentir, pero al ver ese ceño fruncido y oír un pequeño gruñido salir de su garganta hizo que se rindiera—. Bueno, es que yo, verás, c-cuando llegemos a tu planeta y nazcan nuestros bebés, ¿Que pasará después? Es solo que estaba pensando en eso y yo…
—No me estás diciendo la verdad, al menos no completa. —Katsuki podía leer fácilmente a su cosita. Sabía que tenía muchas preguntas todavía y trataría de responderlas todas, pero no entendía porque motivo puso una cara tan triste.
—Yo solo quiero saber eso por el momento, una vez que ellos nazcan, ¿Mi deber solo será cuidarlos allá? —la voz del pecoso se hizo pequeña, y fue cuando Katsuki lo entendió, anhelo, pudo detectar ese sentimiento al verlo y parecer algo cohibido con sus pensamientos.
—Después de que nuestras crías nazcan tendrás que cuidar de ellas, sí, pero eso no quiere decir que lo hagas por siempre. —Katsuko dijo sonriendo levemente—. Te llevaré conmigo en mis viajes de exploración y nuestras crías también irán, es normal para mí especie hacer que los pequeños viajen con sus padres, yo lo hice, así aprendí a primera mano lo que era pilotar e ir a otros planetas.
Izuku escuchó todo de manera atenta, fue como si el peso en sus hombros fuera liberado. Estaba aliviado, y emocionado, quería que sus cachorros nacieran cuando antes para poder explorar con el rubio. Una luz de esperanza brilló de nuevo en su pecho, podría salir a todos los extremos del universo.
—Además no pienso irme por meses y dejarte solo con mis crías en mi planeta, me extrañarías demasiado y no puedo hacerte pasar por eso. —Katsuki sonrió con diversión, e Izuku se rió por lo bajo entendiendo esa frase a la perfección.
—Sí, lo que digas Kacchan. —Izuku gateó hacia el rubio para subirse a su regazo, estiró sus manos, teniendo cuidado con su panza, y las puso alrededor del cuello del rubio, recostando su cabeza sobre el pecho escamoso.
Katsuki sentía que estaba avanzando, lo que sie pre quiso fue ser exitoso, un gran guerrero, un gran gobernante, volverse un salvador y un héroe entre los suyos. Pero al ir creciendo supo que sus metas tendrían que ir más allá, mucho más, de lo que le hubiera gustado.
No sólo tenía que ser un gran explorador o salvador, sino que también tenía que ser quien haga a su especie resurgir de nuevo, sacarlos de su extinción inminente.
O lo era, porque en ese momento se encontraba mimando a la futura madre de sus pequeños y su compañera de por vida, algo que casi creyó imposible.
Los días fueron pasando, más y más omegas y alienígenas fueron llegando.
A Izuku le entró curiosidad por saber de qué planeta eran los otros, habían mujeres con pieles de color diferentes, unas lo tenían rosada y otras un poco gris. Incluso Denki estaba asombrado por lo que miraba, pero era increíble.
Izuku quiso acercarse a una mujer de cabellos rosas, tenía dos cuernitos amarillos sobresalientes de su cabellera y sus ojos eran negros casi en su totalidad. Sus orbes doradas eran casi hipnotizantes.
Con ella había llegado otra, su cabello era corto y oscuro, sus orejas eran raras, como si algo colgara de ellas, su piel pálida casi gris hacia gran contraste con dos manchas rojas bajo sus ojos, en sus mejillas superiores.
De verdad que había querido acercarse para hablar y saber si podrían entenderse, sin embargo, Katsuki le había dicho que lo mejor era esperar, no podían abordarlas con preguntas o algo por el estilo, al ser nuevas tenían que calmarse y adaptarse un poco, además de que sus alfas no se apartaban de ellas esperando por si algo llegaba a ocurrir.
…..
Antes de que Izuku se diera cuenta la nave se había llenado, no solo de los lagartos mutantes sino que también había otras especies de personas.
Bien, Izuku había visto todo, no exactamente todo pero al menos si había conocido a otras especies que las personas en la tierra creían imposible.
No pudo conocerlos a todos ni hablar mucho, pues ellos tenían sus propios idiomas extraños y también cada lagarto se llevó a su pareja.
El pecoso solo pudo quedarse con Katsuki o con los de su "especie", no era que eso fuera malo aunque quería conocer a los demás, pero el rubio le había dicho que eso sería después.
Lo que le sorprendió bastante fue saber que llevaban unas cuantas semanas en el espacio después de que todos "ya hubiera llegado", como no había luz del sol o demás no sabía cuándo pasaban los días.
Pronto se encontraron yendo a lo que sería el planeta de los lagartos mutantes, ¡iría a donde nació Katsuki! Eso daba algo de miedo pero también lo emocionaba bastante. El pecoso también notó que su panza había crecido un poco, de alguna forma se había puesto más dura y se hinchaba más.
También pudo jurar que algo se había movido dentro, pasó una vez que estaba con el lagarto rubio en su cama, fue algo leve, como un movimiento pequeño. Se quedó esperando por más pero no lo hicieron.
Ahora no podía evitar tocar su panza y esperar que se volviera a mover, aunque fuera otro pequeño movimiento, no sabía porqué estaba tan ansioso por eso, pero quería sentir aunque fuera una pequeña patadita.
—¿Qué haces? —le preguntó el rubio mirándolo con curiosidad, Izuku tenía una mano sobre su panza y un rostro de concentración máxima.
—¿Uh, por qué no se mueven? —el pecoso preguntó con algo de decepción en su voz, tenía una panza grande como de unos siete meses.
Sabía que era hora para que los pequeños se empezarán a mover, pero desde la última vez no lo habían vuelto hacer y no sabía por qué, no sabía si era porque eran de distintas especies o porque las crías de lagartos tenían un tiempo más largo para moverse.
—¿Estás preocupado por eso? —Katsuki se acercó y se agachó a su altura llevando una de sus grandes manos a la panza hinchada—. Según los viejos, las crías se mueven poco antes de nacer cuando la piel de los huevos se disuelven por completo en el útero de la madre.
Izuku escuchó la explicación del mayor y su boca formó una pequeña "o" por la sorpresa, ahora entendía la razón por la cual no hubo movimientos hasta ese momento.
—Ya veo, les falta un poco más para que lo hagan. En la tierra los cachorros se mueven desde antes, ya me estaba preocupando por eso. —el omega sonrió con cariño y posó su mano sobre la del mayor.
Aún le parecía un sueño imposible, todo era imposible, estaba en el espacio junto a otras especies de otros planetas y estaba en cinta de uno de ellos. Podía decirse que todo era algo parecido a su sueño de infante, pero no se imaginaba que iba a tener hijos con algo que no era de su planeta.
Ahora solo tenía que esperar, tenía su sueño y más, quería que la promesa del rubio fuera cumplida. Izuku sería feliz acompañando al rubio a donde vaya.
(...)
Estaba revisando mis notas y vi varios borradores, los uní y traté de que todo fuera coherente, no quise dejar este fic sin capitulo. 😔👊
Espero que les haya gustado.🥺
Zaorycast. ✨✨
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