LEONARD

«No importa que tan malo seas, todos somos los malos en la historia de alguien, disfruta tu rol, al menos se un villano memorable»

Nicolás Maquiavelo.

...

Fracaso, la elección de Ruby al elegir a Jayden sobre mi reavivó algo feo, punzante.

Tanto tiempo desde mis días de sentir esa maldita ponzoña de la inferioridad y ahora por culpa de sus acciones de nuevo ahí estaba el veneno, latente.

Es como si el tiempo no girara, como si las desgracias del pasado jamás se fueran realmente, condenado a soportar al que una vez mis padres me obligaron a adoptar como amigo hasta que uno de los dos desaparezca.

Siempre supe que él sería mi karma pero también es verdad que creí sabría como manejarlo. Error.

No se puede manejar a alguien perdido, se controla y hasta ahora pensaba que eso ya lo tenía cubierto.

Soy el hombre que mis padres criaron a diferencia de los de Jayden para ser un profesional excelente y toda la maldita vida me esforcé para serlo incluso cuando él solía ser todo lo contrario, es gracioso como nunca nada de eso importó realmente, sigue sin hacerlo, las personas que quiero jamás me eligen.

No importa cuanto me esfuerce por destacar, su horrenda facilidad para todo siempre de alguna manera logra con sencillez lo que yo no puedo, Ella lo eligió por eso y en el pasado me vi obligado a ser más como él para agradarle, pero al final no importó cuantos besos o noches robadas compartimos, no importó que yo la amara, Shelesa siempre lo elegía a él como Ruby lo hace ahora sin importarle que sea su paciente o cual sea su condición.

Mirar a Fía se me hizo insoportable y después de prometerle mi ayuda volví a mi habitación como alma que lleva el diablo.

No repetiría otra vez la historia, esta vez confrontaría a Ruby directamente.

La dejaría confesar sus faltas sin juzgarla, le daría la posibilidad coherente de retractarse de sus acciones al sugerirle las posibles amenazas de Jayden y si de verdad valora tanto su carrera como creo, espero tome la salida que le ofrezco, luego juntos podremos darle solución al problema Jayden cuanto antes.

(...)

Lo negaba, negaba mis palabras y me evitaba para no tener que dar la cara a sus acciones.

La seguí con apremio por los pasillos de mi planta para alcanzarla sin suerte ya que mis enfermeras hoy parecían dispuestas a dificultarme el trabajo, cuando llegué al ascensor pensé que se había escabullido pero al volver sobre mis pasos, a las puertas de la morgue y en el suelo de la misma esa pulsera verde suya me dio una terrible idea de su posible paradero.

No había rastro de Gunter o de ella en la sala por lo que todo me pareció normal salvo por un mal instinto que por si acaso decidí mejor comprobar.

Odio ser siempre tan acertado, el descuidado de Gunter se había distraído y a causa de ese grave error los ojos curiosos de Ruby ya habían revolcado todo el lugar para cuando estuve frente a ella, visto demasiado.

Un giro inesperado conspiraba en mi contra pero esto era diferente, no hablábamos ya de cualquier cosa, la información delicada aquí abajo no se podía divulgar.

La culpa me golpeó primero, de verdad quería que con ella todo fuera diferente pero el miedo en sus ojos verdes, la alarma por todo su rostro hermoso me advirtió que aferrarme a ello sería una equivocación.

Una vez más el peso de mis viejas decisiones me impedían hacer lo correcto cuando la sujeté por los brazos para que Gunter la sedara.

Algunas personas simplemente no están destinadas a encontrar el amor y supe yo era una de ellas, ya me había resignado.

No hubo marcha atrás y aunque prohibí a Gunter hacerle algún daño de momento eso en algún punto sería inevitable, ella ya no saldría de aquí pero al menos esa había sido su elección.

Nada, nada nos unía ahora y para cuando despertara de nuevo yo le causaría decepción. No iba a verlo, al menos no hasta estar preparado.

La vida hizo de mi alguien duro por tanto me toca honrarla cumpliendo muy bien mi papel.

Esa fachada gentil y atrayente que una vez le aprendí a Jayden se esfumó cuando até a una Ruby inconsciente a la camilla dentro de una habitación a muchos pies bajo tierra.

—Siento esto Ruby.—la miré una última vez desde arriba, ella ya no podía devolverme la mirada alegre como había hecho tan solo un par de semanas antes.—a diferencia de Jayden en mi no hay grises cuando se trata de mi peor versión.

Ahora Martha y yo tendríamos que ocuparnos de que nadie la echara de menos, pero eso no me preocupaba, después de todo soy un experto fingiendo, ya tengo experiencia.