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#7"Desventaja"


Amanecer en el despacho de la directora Campbell por asuntos no tan agradables no es mi inicio de jornada soñado, más cuando traigo atorado el hecho de no poder demostrar que no mentí al acusar a Jayden.

Hoy al despertar lo primero que había hecho era tratar de encontrar algún  tipo de evidencia que pudiera confirmar mis palabras, pensé en recuperar alguna de las chustas que arrojó al patio trasero del centro pero como era de esperarse todo fue en vano, la escasa limadura de nieve que comenzó a caer hacía apenas unos días se había encargado de borrarlas por completo si es que alguna aún permanecía ahí.

Esto parece una mala broma, es como si el universo en todo momento me estuviera enviando señales para desistir de mi cometido.

¡joder!, ¿será que el maldito chico tiene pacto con el de abajo que todo parece jugar a su favor?

No, no lo creo o de lo contrarío no habría acabado aquí eso seguro.

¿Cómo fue que terminó aquí?, esa es la pregunta del millón, me encantaría saberlo porque en definitiva no parece tan ido como debería para estar confinado a este lugar.

—¡Ruby!, ¿si me estás prestando atención?

La voz fuerte de la señora Campbell me trae de vuelta al presente recordándome el asunto por el cual me encuentro en su despacho.

—lo siento continúe.—me centro en ella un poco incómoda ya que jamás me había encontrado en una situación ni por asomo parecida.

—como te decía, lo de ayer no puede volver a repetirse, no dudo de la veracidad de tus palabras no me malinterpretes pero para la próxima que quiera reportar una "falta grave" por lo menos trate de tener como demostrarlo primero, lo digo para que nos ahorres el bochorno querida, no dispongo de tanto tiempo como para perderlo.

—entiendo.—bajo la mirada.

—no, te puedo asegurar que no lo entiendes, ayer permitiste que uno de tus pacientes jugara contigo, que tomara el control de la situación y no solo eso, que se burlara de nosotros, te creí mucho más inteligente muchacha.

Repiquetea los dedos sobre la mesa una y otra ves mirándome  con atención.

—no debí dejar que eso pasara lo reconozco.

—no, no debiste pero pasó y ya te lo había advertido, los pacientes de la tercera planta no son para nada dóciles, mucho menos amigables, Jayden es conflictivo, él en especial buscará la manera de manejarte y someterte, eso le causa diversión en este su confinamiento no te confundas porque tal cosa no puede pasar, tú estás aquí para controlarlos y no al revés.

—no sé que decirle.

—no tiene que decir nada, solo escuche y sea inteligente porque estoy segura no va a ser la primera vez que le toque lidiar con un paciente desagradable, ese es nuestro trabajo, hágalo o márchese, usted decide.

—no quiero irme.—aseguro apretando mis manos sobre mis muslos.—me gusta este lugar.

—excelente, estamos de acuerdo entonces, no le de motivos a Jayden para encapricharse con usted, tienes una carrera prometedora por delante linda, no la desaproveche.

—no lo haré, puede estar segura y como le dije entiendo que fue un error de novatos venir a usted sin las pruebas pertinentes, no lo repetiré.

—mis puertas siempre van a estar abiertas, mas pronto descubrirás que para llevar un lugar como este hace falta cautela, recuerda que no trabajamos con cualquier gente.

—comprendo, y le ofrezco una disculpa nuevamente.

—no pasa nada, y por cierto con respecto a las insinuaciones que hizo Jayden debo decirte que aunque comprenda lo indomable del amor es mejor que mantenga esas cuestiones para su tiempo libre.

—si se refiere a mi y Leonard le puedo asegurar que eso es falso.

—no me interesa si lo es o no, solo aprenda a separar las cosas, créeme cuando le digo que las relaciones entre colegas no siempre resulta ser lo mejor.

—descuide, lo sé.

—bien, en ese caso ya puede volver a sus labores.

—si en cuanto a eso antes de irme  y dejarla continuar quisiera hacerle una petición.

—¿claro dime?

—verá hace buen tiempo fuera y en mi anterior sesión con Ben le prometí un pequeño paseo, creo que le será bueno y...

—por mi no hay problema.—me corta.—solo que tú serás la responsable.

—gracias.

—ah Ruby, traten de no extender la caminata hasta los límites, Benjamín es algo celoso con eso.

—no hay problema y gracias de nuevo por el permiso.—digo antes de ponerme en marcha para ir a darle la buena noticia a Ben.

La nieve fuera ha vuelto a desaparecer, seguro que el paseo le saca una alegría a Ben.

(...)

—¿y bien?—interroga Luci cuando se me atraviesa en uno de los pasillos de la planta junto a Pía.

—todo bien, de hecho mejor de lo que esperé.—sonrío a ambas.

—ves, no era para tanto.—Luci palmea mi hombro.

—pues si pero igual no quiero repetirlo.—respiré con alivio.—al final creo que hasta me fue bien, digo conseguí un permiso de paseo para Ben.

—maravilloso, se pondrá feliz, no sale hace mucho tiempo.

—si, me alegro de que al final todo haya ido bien nene.

—yo también.—confieso.—¿qué dicen, alguna se apunta al paseo?

—me encantaría pero tengo trabajo.—se excusa Luci.—ya sabes el trabajo no espera.

—¿qué hay de ti Pía?

—sinceramente yo paso, hace frío afuera y en mi oficina ya me espera mi chocolate humeante.

—que malas amigas.—me quejo y ambas se ríen.

—mejor esta noche nos pasamos por tu cuarto y chismeamos un poco, ¿qué  te parece?

—que sabes como negociar.—me burlo y se van con una sonrisa.

Reanudo mi caminata para cuando se pierden en otro pasillo con intención de llegar al cuarto de Ben.

Aguarda recostado en su cama moviendo un libro sobre su cara de forma descuidada para cuando toco su puerta abierta.

—cuidado no te caiga en la cara.—contengo la sonrisa llamando su atención de golpe.

—¡hermosa!, ¿qué haces por aquí?—deja el libro de lado incorporándose de un todo.

—¿adivina?

Entro por completo en la habitación, entonces se sacude la cabeza con una pequeña sonrisa en los labios.

—vamos, no me hagas adivinar.

—acabo de conseguir un permiso para pasear por los jardines del centro, ¿te apetece?

—¿en serio?—se emociona.—¡pues claro! , ¿cuándo vamos?

—ahora mismo si quieres.—me uno a su alegría.

—¡maldita sea Ben! ¿y ahora porqué tanto alboroto?

La puerta del baño interno que posee Ben se abre de repente dejando ingresar a esta parte al idiota de mi "paciente problema" el cual por cierto contrae el rostro en una mueca desagradable identica a la mía en cuanto me ve.

El desagrado es mutuo, eso es evidente.

—¿y tú ahora que demonios quieres?—reclama viniendo hacia mi pero no le contesto, ya decidí que es mejor ignorarlo, así me evito cualquier conflicto.

—Jayden ven amigo, deja el mal humor que nuestra hermosa nueva psiquiatra consiguió para nosotros el que nos dejaran salir a merodear por los alrededores.—le dice emocionado y yo no puedo evitar abrir los ojos de para en par al escucharlo.

—¿es cierto?—me mira y esos ojos poderosos que tiene me socaban con humor.—¿no me digas que esta es tú disculpa por acusarme injustamente?

maldito, bien sabe que no tuvo nada de injusto.

—No Ben, creo que me entendiste mal, el paseo es solo para ti.—aclaro seria sin prestarle atención a Jayden que ya vuelve a mirarme mal.

—no es justo Ruby, si mi amigo no va pues entonces yo tampoco.

—no te pongas así Ben, vamos él ya podrá salir después cuando se lo gane.—digo esto último mirándolo directamente.

—¡claro!—ironiza este curzándose de brazos.

—vamos Ruby sé buena si, déjalo venir.

—¿porqué carajos le ruegas Ben?—Jayden lo mira mal.

—por favor.—insiste y me retuerzo incómoda.

—Ben ya sabes que a tú amigo no le gusta estar fuera, tampoco le agrada la gente.—trato de convencerlo para salir.

—¿porqué hablas por mi?, nunca he dicho tal cosa y solo para que lo sepas no tengo nada en contra de la gente, a menos que sean unos chivatos.—escupe las palabras con desdén.

—lo ves él también quiere venir.

—no, no es así.—contradice a su amigo.

—lo ves, no quiere.—señalo tranquila cuando Ben lo ve mal.

—bien tal vez ahora si.—me mira con odio.

Respiro profundo porque esto solo puede ser otra prueba del señor para mi.

¿qué es lo que pretende?, ¿a caso juega conmigo o que?

—creo que al final ninguno de los dos irá.—sonríe victorioso reclinándose a la pared en una pose desenfadada.—que pena.

Mentiroso.

—sabe que, ya que tanto quieres ir ¿porqué no?, quizás el aire fresco te vaya bien para mejorar de aquí.—me señalo con un dedo la frente y Ben sonríe en mi dirección.

Diablos, se que no debería ser grosera con ningún paciente pero este en especial me saca de quicio, me pone enferma.

—¡perfecto, nos vamos ya!

Ben se le cuelga del hombro al insufrible amigo que ni siquiera se encorva un poco o cambia el semblante serio cuando recibe todo su peso, sin dudas Alfonso por lo menos acertó en algo con él y es  que parece estar en condiciones óptima físicamente, la buena postura y altura lo delatan.

Ambos chicos juntos son una total contradicción porque mientras uno es alto y fuerte el otro es poco más menudo y mediano, mientras uno experimenta una gama muy variada de expresiones el otro parece mostrar solo una que no varía mucho.

Son como dos polos opuestos, hasta el color de sus ojos luce distinto en ambos a pesar de ser el mismo y supongo que a veces las mejores amistades se resumen a eso, mientras más distintos son el uno del otro mejor es la combinación, ellos al parecer no son la excepción.

—vamos.—confirmo para juntos salir dela habitación.

Tal vez el que Jayden venga al paseo con nosotros no sea del todo mala idea, después de todo pasar tiempo con él podría marcar un punto a mi favor si eso significa que me dejará conocerlo y estudiar de cerca su comportamiento.

Debo admitir que la tabla del marcador no ha sido muy  justa  conmigo desde que llegué cuando de él se trata y ya es hora de cambiar eso, estoy harta de que el marcador me sepa perdedora y en total desventaja.

No me gusta saberme derrotada, mucho menos tan fácil.


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