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#27"La palabra de un loco"[1]

El cielo hoy estaba opaco, repleto de nubes grises que anunciaban lluvia en contraste con la tierra húmeda, entumecida por la nieve.

Pequeños trocitos blancos descendían despacio, aterrizando en los cristales sudorosos del comedor para luego convertirse en gotas sin fuerza que acabarían por perderse de nuevo al llegar al marco de las ventanas.

Por suerte la suave tormenta de aire allá afuera a mi me había tomado en el centro, a resguardo y en compañía de Leonard y sus amigos para el desayuno.

No había podido negarme a su petición de acompañarlos y ahora aquí estaba, rodeada, una parte de mi sintiéndose culpable cada vez que ojeaba a Leonard y entendía que no es el chico al que mis labios anhelan besar, que no es por él que mi corazón late con fuerza y se acelera en los momentos menos oportunos y la culpa me estaba matando.

-Fue bueno verlos chicos.-dije poniéndome en pie, de pronto muy urgida por salir del lugar.

Últimamente solo con la cabeza enterrada entre los progresos de mis pacientes y encerrada en mi oficina lograba conseguir tranquilidad, no pensar.

-¿ya te vas Ruby?, ¿tan pronto? pero si ni siquiera has probado tú desayuno.

-hoy amanecí sin nada de apetito Leonard, además tengo trabajo que revisar.

A los lejos una seria Patricia hizo acto de presencia en el lugar, no había venido para el desayuno y casi pude adivinar la razón, para ella yo era la villana, esa que había llegado a su vida para robarle el lugar y cuando le eché un vistazo rápido a sus compañeros a mi lado supe que esa no quería ser yo.

Me sentí incómoda entre sus amigos, tal vez Leonard también lo notó cuando la vio aparecer y por ello no puso pegas al dejarme marchar.

No había cruzado todavía ni medio comedor cuando tuve la suerte de que una paciente de esta área se me atravesara de forma brusca.

-comes con culebras, si, si, si...te van a envenenar hasta que mueras...-desvarió la mujer que tenía delante y la detallé mejor.

Llevaba el pelo negro revuelto y aún vestía la bata de hospital del centro que mayormente los pacientes usaban para dormir.

Parecía un poco ida así que mantuve un poco la distancia por seguridad, si se encontraba pasando por alguna crisis podía volverse peligrosa.

-No pasa nada Mirta, vamos, vuelve a tú lugar.-dijo la voz de Leonard detrás de mi y cuando me di vuelta no supe en que momento hubo llegado tan rápido.

-¡Noo, no, nooo!-chilló la mujer de pronto sobresaltada, mientras se sostenía la frente con desespero y una mueca de dolor agudo que me dejó congelada en mi lugar le abarcó el rostro.

De repente la mujer cambió bruscamente de semblante y nos apuntó a los dos con el dedo.

-Los mataron, todos están muertos, yo los vi, los oí...si yo oí todo porque rogaron, si si, y también los cristales, todos rotos y luego...

-Mirta.-la interrumpió Leonard de su delirio.-ya vuelves a desvariar, tranquila, aquí estás a salvo.-Dio otro paso hasta la mujer mirando de reojo a Alis pero "Mirta" retrocedió con miedo sin permitirle que se acercara, entonces fue cuando llegó Patricia por detrás para ayudar con el alboroto que se había creado.

Si la mujer seguía así, acabaría por alterar al resto de pacientes en la sala, cosa que no debía pasar.

Mirta no advirtió el pinchazo de la jeringa que sostenía Patricia hasta que comenzó a desvanecerse y Leonard la atrapó en el aire antes de que tocase el suelo.

-¡van a matarme!-lloró desesperada en sus brazos antes de quedarse dormida y que Alis la recogiera en una silla de ruedas para trasladarla de vuelta a su habitación.

-Lo siento Ruby, no sé como Alis permitió que saliera en su condición.

-ella está enferma Leonard, salir no le viene mal.

-si, si puede dañar a otros, ¿tú estás bien?

Me deslizó una mano por el brazo y de nuevo volví a la realidad incómoda.

-si, yo ya me iba.-recuperé la compostura soltando nuestras manos unidas y me apresuré a salir del lugar.

(...)

Luci ya estaba esperando en mi oficina para cuando llegué, la saludé pero no me dejó hablar mucho cuando me entregó en las manos un sobre blanco.

-Los resultados.-dijo cuando alcé la vista confusa hasta ella.-lamento no haberlos traído ayer pero es que estuve ocupada.

-descuida.

Dudé en abrir el sobre pero la curiosidad me pudo y terminé rasgando el papel con cuidado de no estropear su contenido.

Leí los resultados en silencio y para cuando terminé mi nivel de preocupación iba en aumento.

-¿Cómo es posible que tenga acceso a estas drogas?-le pasé los resultados y ella me miró con los ojos muy abiertos.

-te puedo asegurar que Tayler no ha sacado nada de esto, lo sé porque siempre que vamos al depósito lo hacemos juntos.-se apresuró a aclarar.

Solo Tayler y yo tenemos acceso al almacén y claramente yo nunca se las había recetado a ningún paciente, mucho menos a Jayden.

-No lo estoy culpando Luci pero a menos de que Alfonso haya sido un completo descuidado al respecto alguien se las tiene que haber dado.

-No lo creo, yo nunca he supervisado la medicación de Jayden personalmente antes pero sé por los informes que te di que Alfonso solo le recetaba antidepresivos suaves, no mas.

-¿qué explicación le das entonces?

-no lo sé Ruby, estoy tan desconcertada como tú.

-llamemos a Tayler, tiene que haber una explicación.

Asintió antes de que yo tomase el teléfono y lo llamara a la oficina, no tardó nada en llegar cuando le pasé los resultados y me devolvió la mirada confuso.

-No he sacado estos medicamentos nunca.-comenzó a decir a la defensiva cuando lo detuve.

-lo sé.

-si, ya se lo he dicho yo.-aclaró Luci.

-Espero que ambos comprendan el nivel de negligencia que hay en esto, esos medicamentos juntos o combinados de mala manera podrían causar una fuerte dependencia, peor aún, podrían matar a alguien y si esto se sabe es el fin para nuestras carreras.

-No tengo idea de como pudo pasar Ruby, yo no le dejo la llave a nadie así que asumo toda la responsabilidad.

-¿sabes si alguien más tiene copias de la llave?

-no que yo sepa.-aseguró y yo le creí, no vi mentiras en sus ojos.-bien, entonces haremos esto...vas ahora mismo a pedir un cambio para la cerradura, ocúpate de que venga alguien pronto y lo haga, luego se imprimirán solo dos nuevas llaves las cuales por seguridad me pienso quedar momentáneamente.

-voy a hacerlo ahora mismo.-me miró apenado.

-No hay problema contigo Tayler, pero es mejor así si queremos evitar otro error como este.-relajé la expresión cansada y entonces se fue.

-¿qué piensas hacer ahora?-Luci me miró y yo a ella de vuelta preocupada.

-Enfrentar el problema, iré a hablar con Jayden cara a cara pero Luci, si ha estado haciendo lo que yo creo vamos a necesitar tomar precauciones o podría hacerse daño así mismo y eso no es nada bueno.

No, no lo era, en especial para mi.

(...)

JAYDEN

Me volteé de manera brusca cuando sentí que mi puerta se abrió y volvió a cerrarse de un tirón, iba a enfadarme mucho hasta que vi de quien se trataba.

¿Ruby?

Perfecto, por fin se había resignado y había venido a verme para confesarme todo lo que siente por mi, vaya que no había esperado nunca que abandonara su terquedad tan pronto pero...Dios, no estaba mal.

Aparté todo rastro de esos pensamientos junto con la sonrisa idiota que me había permitido mostrarle cuando fui enteramente consciente de que su expresión gritaba enojo y no deseo por todas partes.

Hasta entonces vi confuso el papel que me había pegado al pecho en un golpe suave.

-dime que es mentira, dime que de verdad no lo estas haciendo.-aparté los ojos de ella y los moví al papel entre sus dedos ahora muy serio, lo tomé y ella se alejó.

Abrí el sobre inquieto pero solo de leer el nombre enredado de las pastillas que me metía bastó para que lo dejara a un lado.

-No tengo ni idea de que es esto.-mentí en tono seguro, seco.

-No me mientas, yo misma encontré las pastillas en tu baño la noche de tu fingida crisis.

Maldición, si, me maldije a mi mismo apretando los puños cuando me enfrenté a sus ojos para recurrir a mi máscara de indiferencia habitual.

-Te dije que yo era una causa perdida.-la miré y vi como se oscureció todo su semblante y justo esto era lo que me había querido evitar todo este tiempo.

No me gustaba nada esa decepción en su cara, siempre me había apartado hasta que ya no quise hacerlo, un claro error, porque cuando ella se acercaba bondadosa cargando consigo todo ese ramo suyo de buenas intenciones me distraía, me hacía querer más y sabía que eso nunca iba a durar.

Mi amor era malo para ella, yo lo sabía y por eso era un egoísta, siempre lo había sido porqué si, estaba cansado de dañar a los demás pero eso no evitaba que deseara estar cerca.

No me encerraba por gusto, lo hacía para no cargar en la conciencia la culpa por la desgracia que le causaba a los demás.

-Si, lo hiciste pero nunca dijiste porqué.-soltó furiosa viniendo hacia mi y de pronto la vi tan hermosa, tan enfadada conmigo y preocupada a la vez que por un momento los escombros de mi corazón temblaron.

-No puedo cambiar quien soy, tampoco puedo borrar mi pasado Ruby, mucho menos mis acciones, no hay nada que salvar en mi y en este punto de esto a lo que yo llamo vida solo queda resignación, los fármacos me ayudan, son lo único que calma el dolor, entiendes.

-Lo que tomas sin mi autorización no te está ayudando Jayden, ese es el problema, si acaso te está matando, demasiado despacio como para que lo notes.

-calmando, matando, ¿qué más da? para mi es igual.

-no volverás a tomarlos.

-...

-¿de verdad te estás dejando morir?-soltó como si por primera vez me viera, incómoda, al fin desengañada.

-eso creo pero está bien, por eso te dejé claro que no te acercarás, te dije que te ibas a arrepentir.

-¿jamás pensaste en delatarme cierto?

-no voy a contestar a eso.-dije brusco cuando ella lo comprendió.

Puede que en el pasado no lo hubiese dudado un segundo, pero eso nunca me había servido de nada, seguía sin hacerlo.

-bien, entonces ¿dime porqué lo haces?, explícamelo porque no lo entiendo.

-no quieres oírlo.-advertí.

-ah pero si quiero, y no pienso irme de aquí hasta que no me cuentes tus razones para hacer esto.-aseguró y no sé porqué lo hice pero le conté...le conté a ella eso que nunca antes me había atrevido a poner en palabras, le conté mi versión para que entendiera, para que se diese por vencido de una vez porque los juegos se habían esfumado y quizás eso fuese lo mejor para los dos.

Cuando terminase de escupir el dolor y volviese a sentirme vacío ella se iría sabiendo ahora la mierda que soy, y yo podría volver a mi plan original sin distracciones, ya no le haría daño a nadie más.

Le daría a Ruby lo que siempre había querido y eso debía bastar.

Ese no sé que entre nosotros me había hecho olvidar, pero ahora recordaba, recordaba y ya era tiempo de retomar.

_____________Nota*

Uff ya casi entramos en la recta final de esta historia pero antes les tengo sorpresitas*)

No llores, no llores, ay no porqué bb.

¿Qué o quién te hizo tanto daño para darle sus buenos put*?

😂😂😂

No estoy lista para lo que sigue, ay Dios que dolor...esto era una historia feliz, de romance hot🔥¿porqué tanto dolor?

¿Ruby acaba de abrir la caja de Pandora?

Ok, cero spooilers.

Chau ;)

Daya V'Alonso.

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