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#16"Quimera"

Ruby

Nunca antes vi tan real la idea de estar flotando entre nubes como hasta este momento.

Mi cuerpo se siente tan ligero, tan sensible y sutil, tan receptivo ante el tacto que me es difícil digerir lo que siento.

Las sábanas están tibias, finas bajo mi espalda y esa peligrosidad letal que encuentro me acoge, corroe el aire que llega hasta mis pulmones y no lo entiendo, no soy consciente de donde proviene con certeza esa sensación.

Unos labios llenos rozan los míos, pero el roce es tan débil cual mota delicada al hacer contacto con la piel.

El beso sin apuro que le sigue tan rico y lento que de continuar podría causar en mi perdición.

Estiro las manos encantada hasta que mis dedos se enroscan en unos mechones largos, aprieto los ojos con fuerza ya que esos besos que me elevan hasta lo más alto siguen descendiendo por mi cuello a una velocidad parsimoniosa, pronto me vuelvo una desesperada por más del placentero sentimiento que experimento.

En realidad si se de donde proviene lo que siento.

Viene de él.

—Leonard...

Un gimoteo urgido se me escapa cortando con lo que sea que haya querido decir, esa boca suya no me da tregua, roza y muerde mis picos duros por encima de la tela sin ningún tipo de consideración.

¡Shit! Odio la ropa.

Él nota que disfruto de lo que hace y sigue castigándome con ganas mientras sus manos se cuelan bajo la tela, su toque seco me vuelve una antorcha viviente hasta que de mi boca no se escapan más que gemidos, uno tras otro, desgarradores, audibles y excitantes.

Esa ágil lengua suya me prende y mi duda es ¿cómo rayos las sábanas aún no están en llamas?

El sonido de una risa ronca me confunde pero aún así me niego a abrir los ojos aferrándome al placer.

Me niego a dejarlo ir, no quiero soltarlo.

—Tan ingenua, sabes que él jamás podría hacerte sentir así.

Eso es todo, no necesito oír nada más para que mis ojos se abren de golpe y puedan ver a la persona que realmente tengo sobre mi.

Trago en seco y con dificultad, el terror abarcando mis facciones al descubrir ese hermoso rostro de ángel negro a pocos centímetros de mi cara, verlo despeinado y con los labios hinchados metido entre mis piernas es motivo suficiente para morir de un buen infarto.

Sus hechizados ojos azules me sonríen con un brillo perverso y ahí está esa magia suya, esa tan oscura y retorcida que de algún modo te hace sentir bien.

Mi reacción se vuelve instantánea apartándome para escapar rápido de su oscuro y sucio control.

¿¡Qué diablos!?

Mi respiración va a mil y tras dar un vuelco brusco acabo despertando.

Una pesadilla Ruby...

Calmo mi agitación y parpadeo en busca de serenidad...

Solo fue un delirio, una mala jugarreta de mi subconsciente.

La calma al fin llega y con ella la realidad que no me ayuda para nada.Clavo la vista en un punto fijo, ¿es la cama de Jayden?

¡Carajo!

Me pongo en pie rápidamente y froto mis ojos aún nublados por el sueño para comprobar que si, el lugar está vacío pero su cama aún sigue revuelta.

El sonido de la ducha me hace fijar la vista ahora en su puerta de baño y los nervios de mi cuerpo se desatan solos, entonces recuerdo lo que pasó anoche, ahora lo proceso todo con más calma, su crisis, su herida, sus palabras, su beso...trago en seco al recordar eso último y una parte de mi siente vergüenza por ese sueño que acabo de tener.

—Anda, veo que despertaste.—Su voz grave se hace más clara en la habitación y por instinto me volteo a verlo.

Error garrafal de mi parte, el maldito solo trae puestos unos boxers negros y la toya colgada del hombro derecho.

Mentiría si les dijese que no me atrae lo que veo y es que es imposible ver a este hombre y no admirar algo de él.

—Eso parece. —No digo nada más, en vez de eso vuelvo a voltear hacia el mueble intentando no pensar en lo bien que le quedan esos tatuajes con la excusa de buscar mis zapatos.No puedo seguir viéndolo o no me mantendré cuerda.

—espero hayas tenido un bonito sueño.—ríe y lo siento abrir su armario a mis espaldas.

—Más bien una pesadilla —mascullo tratando de dar con mi otro zapato que no sé a donde rayos fue a parar.

—¿En serio?, No me pareció eso hace un rato cuando me desperté.—suelta y me veo dando un giro dramático sobre mi misma.

—¿No me oíste hablando en sueños verdad? —Mi cara de pánico le hace gracia y no puedo odiarlo más.

—¿Es que habas en sueños? —frunce el ceño interesado.

—Voy a deducir que eso es un no. —me relajo pero no dejo que lo note.

—No te oí hablando en sueños. —confirma y reflejo el alivio en una sonrisa.—Pero parecías pasártelo bien. No sé yo, creí escuchar una especie de gemido.

Apenas habla y listo, creo que me bajó la presión.

—Claro que no era eso, lo que escuchaste seguro fue un resoplido producto al cansancio que me generas.

—Si tú lo dices.

Su tono sarcástico no me pasa desapercibido y sé que lo hace para molestarme.

—Solo espero que tú pesadilla erótica haya estado buena Ruby, sonaba a que lo estaba.

La tensión se esparce por mi piel como veneno, si tan solo supiera.Dios no, que no sepa.

Ahora no disimula la risa, al muy idiota le parece divertido, por mi parte solo puedo fruncirle el ceño indignada.

—No fue nada erótico. —miento despacio para más credibilidad.

—¿Porqué te avergüenza?, ya quisiera yo tener uno así. —admite dándome la espalda nuevamente para rebuscar algo en su armario.

—lo dices como si fuera algo extraño para ti.

—lo es.

—De todas las mentiras Jayden, esa es sin duda la más mala.Te vi antes con una chica recuerdas, no tienes que fingir.

—voy a pretender que sabes la diferencia entre una cosa y la otra porque soy muchas cosas Ruby pero no un mentiroso.

—¿cómo?

—que más da.

—miraaa, al final va a ser verdad eso de que no eres lo que aparentas.

—si, soy peor.

—curioso.

No digo nada más y él aprovecha el margen para vestirse, cuando lo hace cada jodido músculo de su espalda se tensa y la vista se transforma en una bofetada de realidad ante mis intentos por querer borrar las imágenes de él en mi sueño.

—Espero que ya te sientas mucho mejor que anoche. —cambio el tema radical mirando hacia otro lado, estoy un poco tensa cuando al fin se vuelve ya vestido.

Este hombre no tiene vergüenza, le encanta exhibirse.

Está en su cuarto tonta, ¿qué esperas?

Que no lo haga delante mío desde luego, ¿es eso mucho pedir?

¿Con lo bueno que está?, si.

—gracias por no irte por cierto.

—De nada. —me estiro con una sonrisa y mis huesos crujen un poco, dormir en un sofá no es lo ideal por muy cómodo que pueda lucir este.

—Puedes entrar a mi baño si quieres, te hace falta.

—¿esa es tú forma amable de decir que me veo del asco?

—Sí. —No duda al responder encubriendo el tenue tinte de una risa y no me creo que este chico que veo ahora sea el mismo de anoche.

—vaya, pero si tienes modales y todo.

Me muevo hasta la puerta pero una idea loca me detiene.

—Espera, ¿porqué tan amable conmigo de repente? ¿Dónde está el truco? —escruto su cara con los ojos entreabiertos.

—No hay truco, es solo un baño y deberías entrar ahora antes de que me arrepienta y te retire la invitación.

Mucho mejor

Su bufido me deja más tranquila, si, ya vuelve a ser Jayden.Lo lindo no suele durar.

—¿vuelves a ser desagradable?

—que no sé diga que no intento ser lo contrario más tú no me das chance.

—claro como si tú pudieras ser amable.—giro los ojos apoyándome en el marco de la puerta.

—puedo serlo.—confiesa y luego se arrepiente de hablar.

—¿Perdona? —lo miro mal para que no mienta.

—que no lo sea contigo no significa que no pueda.

—para mi es igual.

Zanjo el tema cerrando la puerta del baño tras de mi.

Pronto practico un aseo rápido, para mi suerte Jayden tiene un cepillo de sobra en uno de sus cajones.

Menudo baño tiene, ¿porqué diablos el mío no es así?

Sigo quejándome con envidia mientras me seco la cara.
Bien, ya no luzco como la bruja del 71 Algo es algo.

—lindo atuendo.

Me repara desde su sofá por encima de un libro y sé a que se está refiriendo.

Mi lindo conjunto de anoche ahora es un completo asco, está todo estrujado y apesta un poco a cigarro.

—supongo que al igual que yo mis trajes no son a prueba de fiestas. —comento tratando de alisar la falda.

—Eso te pasa por vestirte de ese modo, ¿qué pasó con tus Jeans y tus blusas elegantes?

—Raquel no creyó que fueran apropiados para una cita. —Confieso y enseguida caigo en cuenta de mi error.

—¿así que una cita eh?, supongo que tú psiquiatrucho es el afortunado.

No tiene caso negarlo, igual con lo chismoso que es luego luego se entera.

—Así es, Leonard nos llevó a todos a un bar.

—tan poco acertado como siempre. —finge indiferencia pero las vibras del cuarto han cambiado.Ya no siento las "goodvibes" de hace un rato.

—¿porqué siempre suena como si lo conocieras?

—es porque lo hago.

—ver a la distancia no te hace conocer a nadie. —aclaro.

—te sorprenderías.

—...

—que infortunio, supongo que te jodí la cita.

—yo no diría joderla, más bien quedó inconclusa, pero está bien, tú me necesitabas y ese es mi trabajo.

Algo en sus ojos reluce letal y lo pasaría por alto de no ver lo fuerte que sus dedos se aferran a la tapa dura del libro que sostiene.

—¿trabajo? —repite.

—si, de no haber venido pudiste hacerte daño. —lo miro conciliadora.

Una sonrisa ladina tira de sus labios y me la tomaría bien de no ser porque conozco esa risa.Es la misma que usa cada que está a punto de ser cruel.

—ayudarme...—se permite reír un poco dejando el libro a un lado para incorporarse. —¿En serio te crees que al abandonar al perfecto de Leonard corrías hacia mi para ayudarme?

Sus piernas se mueven hacia mi y por algún motivo todo mi cuerpo vuelve a estar en alerta, ¿en que momento volvimos a esto?

—¿Qué intentas decir Jayden?

—Pobre, mi inocente he ingenua Ruby, lamento informarte que dejaste tu cita por nada.

—claro que no fue por nada, venir era mi deber.

—¿ah pero que si te digo un pequeño secreto?, todo lo de anoche me lo inventé.

La risa que me muestra es horriblemente perfecta y no me lo creo, no pudo fingir una crisis así, yo lo vi destrozado.No puede ser tan retorcido.

¡Carajo tonta despierta!, claro que puede.Es un enfermo mental.

¡Mierda! Es cierto, se lo inventó todo para molestarme.Por eso la risa retorcida y su tranquilidad cuando vine a advertirle de mi salida.

—¿me estás diciendo que fingiste tú ataque de anoche solo para joderme?

—exacto, que lenta, pensé que eras más inteligente.

—No mientas, tú no eres tan cruel. —lo miro a las ojos en busca de la mentira pero no encuentro nada.

—excepto porque si lo soy.

—¿porqué?

Eso es lo único que alcanzo a preguntar pues es pesado el golpe de la decepción.

—Ya sabes que me aburro, y quería probar tus límites.Ver si en verdad eras tan correcta como dices, enhorabuena, resultaste ser tan aburrida he insulsa como pensé.

Mi mano se mueve sola, no la controlo y acaba volteando su rostro por el fuerte golpe que le propino.

Cuando se voltea apretando la mandíbula un miedo devastador me consume.No debí golpearlo, me deje llevar y no sé como vaya a reaccionar.

—eres un desquiciado.

—y tú una idiota. —suelta y mi mano hace otro amago por levantarse pero esta vez me detiene del brazo retrocediendo hasta que la pared limita mis movimientos.

—no colmes mi paciencia y mejor acepta que te quedé grande.

Toma mi barbilla con furia y por primera vez veo arder fuego en sus ojos congelados.

—Eres un ser insufrible, Jayden.

—Eso es lo que quiero que entiendas, para mi no hay retorno.No puedes darle pedazos de cielo a un demonio porqué te verás perjudicada.

(...)

Subo a mi habitación como alma que lleva el diablo, otra vez y como tonta me estampo contra la piedra.Ni siquiera sé porqué me sorprende, el que Jayden se reforme no es más que otra quimera de la cual yo misma me trato de convencer.

Por un instante todo tipo de sentimientos negativos me abruman pero los dejo ir como la profesional que soy.

Esto no tiene porque afectarme en nada, si, me jugó una broma pero enfadarme es darle poder.Al final yo solo hice mi trabajo, no voy a perder los estribos por esto.

Jugó sus cartas, ahora hay que ver que tal le sientan las mías.

Tomo una ducha y suelto la rabia, dejo que se disipe toda, en vez de eso me centro en lo bueno que me ha pasado últimamente y eso es Leonard y mis compañeros.

Vuelvo a mis labores en cuanto dejo el asunto atrás, trabajar siempre me distrae de los problemas.

—pero que tenemos por aquí, si es nada menos nuestra cenicienta a la fuga.

Luego de unas horas Luci y Pía se unen a mi en mi pequeño descanso.

—para ser una cenicienta tendría que haber desaparecido a las doce y que yo recuerde ya eran casi las dos. —le sigo el rollo.

—ah pero es que tú mi querida amiga eres una cenicienta moderna, ¿o no Pía?

—Vamos ya no molestes Luci, te conté porqué sé fue, Leonard nos dijo. —esto último lo dice para mi.

—¿en serio?

—si.

—Venga ya, cuenta quién rayos se atrevió a jodernos el finde para cambiarle la medicación.

La bromea de Luci hace que la mire mal.

—adivinen. —propongo cansada del asunto.

—¡Jayden! —dicen ambas a la vez y me sorprende lo acertadas que son.

—¿cómo es...

—es obvio. —se adelanta en decir Pía y Luci asiente cuando la miro.

—es el único que te puede salir con esas. —aclara la última.

—es que en serio, ¿quién coño tiene una crisis a las dos de la mañana?

—¡Jayden! —repiten como si fueran un coro.

—supongo que tienen razón.

—obvio, solo espero que haya valido la pena.

—al principio, bueno es mi trabajo., ahora eso es un claro no, resulta que se lo inventó.

—hijo de su put*..

—que pena, por su culpa te perdiste el Yate.

—¿Yate? —las miro intrigada. —¿qué?

—luego de que te fuiste, un amigo invitó a Leonard a un party de los buenos y resulta que era en un yate enorme y lujoso.

—¿en serio?... Jo que envidia.

—la pasamos genial, ¿a que si Pía?

—Si, genial, me voy tengo trabajo.

—¿Qué? ¿Pero a dónde te crees que vas?, todavía no me dices a donde te metiste el resto de la noche.

—En tú sueños Luci. —corta el asunto, parece huir de la sala mientras se marcha.

—¿qué le pasa?

—nada, es que sospecho que anoche mientras me embriagaba algo pasó con Castillo.Hoy los dos amanecieron bien raros, ninguno se dirige la palabra.

—crees que hayan...

—No lo sé pero espero la era del hielo no dure mucho. —ríe conmigo perversa. —por cierto no creas que me olvidé de tú cita con Leonard.

—A si eso, creo que le debo una disculpa por dejarlo plantado.

—No seas tonta, Se ve que lo traes loquito.Anoche no miró a nadie y mira que mujeres sobraban, más bien el pobre se tuvo que hacer cargo de Amalla que se emborrachó como nunca y hubo que cuidarla.

—¿en serio?

—si, no sé que le diste pero funcionó muy bien.

—lo besé. —confieso y del susto Luci se atraganta con su propia saliva.

—¿en serio lo hiciste?

—si.

—¡bien hecho amiga!

Celebra y eso me hace sentir un poco mejor.

—de todas maneras no me quiero adelantar a nada.

—¿pero que dices de adelantarte?, fóllatelo y vive la vida.

—Luci a eso yo lo llamo "adelantarse"

—¿ya y que más da?

—no sé que opine Pía al respeto.

—¿Pía? ¿Y ella que tiene que ver en esto?

—¿no crees que le siente mal?

—Ni de cerca, así que déjate de escusas y no hagas como ella que complica lo que quiere por miedo.

—Pues viéndolo por ese lado creo que tienes razón.

—¿Yo? —intenta fingir sorpresa. —siempre nene.

_______________
Nota:)

Uf pensé que este cap sería mucho más corto lo siento lo siento pero es que cuando los personajes quieren cotilleo quieren cotilleo🤣🤣

¿Qué tal nuestro Jayden?

¿Porqué creen que pasó de las buenas vibras al rechazo nuevamente?

Ay no Jayden ya ni quién te entienda.

Aquí mi insta si quieren ver más cositas del libro:\

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