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48. En el ring

—¡No voy a pelear contra ella!

Los adolescentes a su al rededor se mostraron incrédulos y decepcionados, bufando de molestia. Changbin, por su parte, lo veía fijamente desde lo alto, su rostro de pocos amigos le estaba poniendo de mal humor, quería romperle la cara a golpes, y no hubiera tenido problema alguno en pelear sin frente a él en vez de Ryujin estuviera el enano del trono.

—Bueno, te daremos una razón para hacerlo. 

Después de que Seungmin dijera eso, escuchó gritos agudos provenir desde atrás del trono, dos figuras negras se aparecieron arrastrando a una delgada chica peliroja que todos ya conocían bien.

—¡Sueltenme! —La chica trataba de soltarse de todas formas posibles, sus movimientos erráticos parecían estar dándole problemas a los tipos que la sostenían, ellos ni siquiera eran más altos que ella. —¡Kim Seungmin, voy a matarte si no me sueltan!

Los adolescentes fuera del ring parecían divertidos mientras la chica insultaba a diestra y siniestra a cualquiera que se meta en su camino, sin embargo, el grupo respiraba tranquilo al verla enérgica de nuevo y con el tobillo vendado, al parecer habían cumplido su promesa de cuidar de ella.

En ese momento, desde debajo de las escaleras emergieron dos zombies, cuyas cadenas en el cuerpo sonaron al momento en que caminaron, tratando de soltarse de ellas y atacar al público del otro lado de la red metálica. Y encima, mientras la chica maldecía a todos, fue atada y amordazada, y luego, su cuerpo amarrado fue alzado hasta quedar cerca del borde del segundo piso del centro comercial, justo debajo de ella estaban los zombies, casi esperando que la carnada que era la chica sea soltada.

—¡Maldita sea! ¡Suéltenla! —Hyunjin se sobresaltó cuando Ryujin gritó con rabia, la chica trató de salir del ring, pero en segundos, el tipo con apariencia de verdugo la sostuvo de la ropa con un brazo, logrando tenerla de nuevo en el ring, incapaz de que su menudo cuerpo femenino le haga competencia al tipo que los retenía dentro. Ni siquiera la poderosa Shin Ryujin parecía ser rival para aquel tipo.

Ella se regresó a su lugar, completamente enrabiada, maldiciendo al verdugo en susurros, el tipo había vuelto a su posición relajada en medio del ring, como un muñeco que solo se movería para hacer únicamente su función. 

—Ustedes van a luchar, si quieren mantenerla viva. 

Hyunjin odiaba cómo los adolescentes gritaban con energía cada vez que las cosas se ponían más violentas, odiaba ser el juguete de unos mocosos pertenecientes a un clan con un estúpido líder y dos fieles bufones.

Ryujin respiraba agitada y enojada, y aun así, la mirada de la chica le exigía una respuesta, las chicas detrás de ella estaban igual de preocupadas, y detrás de él, el único que le dirigía la mirada a lo que pasaba era Felix, mientras los otros dos chicos parecían mirar de un lado a otro, con desesperación.

La chica respiró hondo, y cuando abrió los ojos, su posición de nuevo se mostró en defensa, ella había decidido luchar, y podía entenderla, pero Hyunjin se caracterizaba por ser lo suficientemente terco para siempre elegir otra opción creada por él.

—Bien, entonces comencemos, nuestro líder Changbin dará el aviso de inicio.

El verdugo dió unos pasos atrás, dejando a Ryujin justo frente a él, y entonces, la bandera que había estado sosteniendo se alzó, ondeando en lo alto.

—En 3... 2... 

Los gritos, el miedo, todo parecía irreal, Ryujin estaba predispuesta a luchar, pero podía notarla arrepentida, aun así, imitó la posición, recordando lo que ella le había enseñado, encontrarían una vía y saldrían de allí, él mantenía esa esperanza.

Changbin hizo sonar el silbato, y en el momento en que todo el público esperaba que la bandera se ondearía hasta abajo, no lo hizo. Ambos miraron confundidos al verdugo, la bandera seguía en lo alto. El silbato volvió a sonar otra vez, y en esta, Changbin se paró del trono, dirigiendo una mirada a Seungmin por respuestas.

La bandera que había estado en lo alto entonces fue arrojada hacia atrás, y el verdugo dió dos pasos seguros hacia adelante. Por alguna razón que ninguno llegaba a comprender, el público entero estaba en silencio, esperando algún indicio o respuesta entre Changbin y el verdugo, quienes parecían generar tensión mientras se miraban.

Como reflejo, tanto él como Ryujin dieron dos pasos atrás al ver al imponente tipo caminar entre los dos, al igual que ambos se miraban esperando respuestas que no parecían llegar de ningún lado, ¿se supone que debían estar luchando?

—Aquí ante todos, quisiera hacer una petición a nuestro líder supremo. —Cuando el tipo habló, Hyunjin reconoció la voz, la había oído, pero ¿de dónde?

—Petición denegada. —Changbin ni siquiera le había dado la oportunidad, simplemente contestó por inercia, se lo podía ver visiblemente enojado. A su lado, Seungmin pareció dirigirle unas palabras en voz baja, tanto que nadie podía saber qué era lo que le había dicho.

—¿Cuál es tu petición? —Esta vez fue Seungmin, hablando desde el micrófono, incluso si no lo tuviera, su voz podría ser perfectamente oíble, nadie decía nada, todos los jóvenes y niños permanecían con la mirada fija en los más adultos.

—Quisiera un duelo para determinar al nuevo líder del clan. —Dicho esto, Changbin se paró, la imagen que daba a lo alto era terrorífica, incluso con esa estatura, cualquiera podía admitir que él era intimidante.

—Denegado. —Bullicio y burlas, Changbin se había ganado el abucheo de los chicos del clan, y ahora dedicaba miradas molestas hacia todos ellos. 

—No puedes negarte si él es mayor que tú, lo dicen las reglas que tú mismo escribiste. —Algunos rieron, pero la mayoría permanecieron serios. Changbin parecía fastidiado ante las palabras de Seungmin.

—Él no es mayor que yo, solo hemos encontrado a una persona mayor a mí, quién se negó a liderar el clan. 

Todos habían podido escuchar la plática, y muchos no entendían a qué era lo que el líder del clan se refería. Sin embargo, Han Jisung miró al chico que estaba al lado de él, cuestionándole con la mirada.

—¿Te negaste? —Minho no le dedicó la mirada, pero asintió. No era buen momento para preguntarle los detalles, así que lo dejó de lado.

—Preséntate. —Con el micrófono en mano, Seungmin indicó al verdugo.

Ante la expectativa de todos, el tipo se llevó la mano hacia la cabeza, retirando la máscara negra que cubría todo su rostro. Cuando la tuvo en sus manos, los chicos chillaron todos por la expectativa del nuevo rostro que encontraban frente a ellos, evidentemente tallado por la edad.

Felix ahogó un gemido de horror, siendo apoyado con las miradas de ambos chicos a su lado, incluso Hyunjin volteó para inquirirle con la mirada, topándose con el rubio incapaz de mantener la mirada en el tipo.

—Mi nombre es Bang Chan, y tengo actualmente 24 años, cumplo 25 en Octubre de este año.

Los chicos detrás de él ahogaron insultos, incluso Minho pareció revolverse con ira en la silla. Hyunjin por su parte no entendía nada, al igual que las chicas confundidas frente a él, quienes miraban a todos los chicos delante, buscando respuestas con la mirada. 

Changbin bajó las escaleras apresuradamente, detrás de él caminaba Seungmin, con micrófono en mano. 

—¡¿Quién diablos eres y por qué a penas te presentas, eh?! —Changbin rugía a cada paso, caminando con sus pesadas botas hasta el ring, y saltando dentro una vez que estuvo en frente. El verdugo, o mejor dicho, Bang Chan, les hizo una señal a ambos para que bajaran del ring.

La pelea seguiría, pero con contrincantes diferentes. 

—Estás mintiendo. —Musitó Changbin, encarando al tipo. Este, al verlo tan enojado, alzó las manos a cada lado de su cabeza.

—Lo que dije es totalmente cierto, cumpliré 25 este Octubre. 

El más bajo volteó, encarando a Seungmin, tratando de encontrar respuestas en el chico. Para Changbin, Seungmin era más que un confidente, era su mano derecha, su segundo al mando, Seungmin incluso era como la Reina de su tablero de ajedrez, la pieza más importante y poderosa, y quien se encargaba de proteger al Rey. 

—Lo que dice es cierto, Changbin. Bang Chan tiene 25 años, y bajo tus reglas, él tiene derecho a reclamar el liderazgo del Clan.

Los murmullos brotaban entre el público. ¿Por qué? ¿Qué era lo que hacía al chico tan especial entre el resto? Para todos, o la mayoría, era común saber que ese virus, aquella mortal enfermedad que atacaba sin previo aviso, contaminaba de forma viral a los adultos. 

¿Qué edad era necesaria para estar al borde de la muerte? No se sabía con certeza, al principio de la pandemia, las noticias circulaban acerca de los casos confirmados, y estos, por alguna razón, parecían afectar únicamente a mayores de 24 años.

Ese era el límite tentativo, 24 años. Sin embargo, el chico frente a todos estaba tan cerca de cumplir los 25, que todos sin duda esperaban que algo pasara.

Nadie sabía qué ocurría una vez que algún sobreviviente cumpliera los 25 años, ¿moriría por contaminarse al igual que los adultos al inicio de la pandemia? Aquellos que, sin razón o motivo, se convirtieron por obra de magia en repugnantes seres podridos y carnívoros. 

Por esa misma razón, en su momento, Changbin había decidido poner esa estúpida regla. En su tiempo, se había sentido tan molesto con la aparición de Minho en su clan, pero este mismo, más que poner en peligro su reino, se marchó tan rápido como llegó, negándose a formar parte de su clan, y mucho peor, a ser su líder.

Tal vez, el chico sentado frente a ellos se arrepentía de haberse negado, ¿qué hubiera pasado si él hubiera accedido a ser su nuevo líder? Todo el dolor y sufrimiento que el Clan de Changbin había causado, ¿se habría esfumado? Él tenía razones para huir de ellos, y a pesar de que se arrepentía ahora, sabía que lo mejor era arreglar eso justo en el mismo momento, en vez de pensar qué hubiera pasado en otra situación.

—Está bien, luchemos. —La multitud aulló, dispuestos a ver aquel espectáculo de violencia. Changbin se sacó la chamarra de cuero de sus hombros, tirándosela a Seungmin, quién suspiró fuerte, previniendo lo que venía.

—En 3... —Changbin tomó posición de ataque, ahora, ambos parecían listos para luchar. —2... —Tal vez, Seungmin si estaba preocupado por él, pero el chico confiaba en que esto era lo mejor para todos. —1.

Una vez anunciado el último número del conteo, ambos hombres se movilizaron del ring, tratando de asestar golpes en el contrario, algunos con más éxito que otros. Era increíble de ver, no solo por lo hábiles que ambos parecían en la lucha cuerpo a cuerpo, sino por la evidencia de músculos en toda su estructura.

Uno de los golpes de Changbin fue esquivado por el contrario, y para su desgracia, un golpe de Bang Chan logró darle cerca del corazón, dejando que suelte un suspiro de evidente dolor aún en aquella lucha.

Por su parte, Hyunjin aprovechaba la euforia del momento, corriendo de silla en silla detrás del ring, tratando de soltar las cuerdas de cada uno de sus compañeros. Al otro lado, la chica pelinegra hacía lo mismo con sus compañeras, si había alguna infinita posibilidad de cambiar las cosas para mejor, era justo en ese momento.

Los gritos fueron eufóricos cuando el mayor de los contrincantes logró asestarle un golpe en el rostro al contrario, quien dió dos pasos atrás al sentirse mareado, limpiándose la sangre de la nariz antes de volver a atacar. Ambos, por extraño que parezca, estaban decididos con aquella pelea que definiría el destino de tanta gente.

A pesar de los buenos golpes que el mayor había recibido de parte del contrario, quién poseía buenos músculos bien formados, su agilidad era mucho mayor, logrando que el total de puntos esté a su ventaja. No solo eso, sino que después de tanto, Changbin lucía mareado, los golpes estratégicos en su rostro no parecían sentarle bien. 

—¡Deténganse! —La multitud abucheó la respuesta de Seungmin, quién subió al escenario, solo para comprobar el estado de Changbin. 

Asintió en dirección a Bang Chan, y a pesar de que el más bajo parecía molesto con tener las manos del menor sobre su rostro, fue inevitable el veredicto que el chico había tomado.

—Chan será el nuevo líder, Changbin. —Susurró, muy bajo para que el público lo oyera, el contrario negó, limpiando la sangre de su nariz, incluso dispuesto a seguir con la pelea hasta el final. —Tal vez sea lo mejor para todos, Bin. —El chico trató de quitarse las manos del menor de encima, evidentemente enojado por el tono de voz dulce que usaba con él, sabía que no podía resistirse si hacía eso. —Has estado tan estresado últimamente, si te calmas, te daré un premio.

El menor le sonrió, guiñándole un ojo, sorprendentemente logrando tranquilizar al más bajo, quién solo bufó con molestia, dirigiéndose hasta el mayor de todos.

—Hablaré contigo después. —Apuntó con un dedo, a modo de regaño, pero el mayor se limitó a sonreír, evidenciando que, a pesar de todo, estarían en buenos términos.

Antes de que Changbin pudiera salir de escena, desde el segundo piso, IN bajó las escaleras corriendo, ágilmente acercándose hacia el ring. El más bajo paró en seco, viendo cómo el menor pasaba a su lado sin mirar, y corría hasta el ring.

—¡Channie! —Todos miraron estupefactos el momento en el que IN se tiró en brazos del chico que ahora sería el nuevo líder del clan, apresándolo desde el cuello y obligándolo a cargar con su peso. Incluso la voz adorable que él había usado logró sorprenderlos a todos, incapaces de creer que él, el chico más temido del clan, quien se rumoreaba ser extremadamente sanguinario, abrazaba adorablemente a aquel desconocido. 

—Te extrañé tanto, muñeco. —El menor se separó de él un poco, para luego, sorprender a todos cuando sus labios se unieron en un fogoso beso, inadvertidos del público que los miraba. 

—¡Maldita sea, IN! ¿Puedes explicarme esto? —El menor estalló en risas cuando Changbin exigió, risas puramente adorables, aun siendo apresado en brazos de Bang Chan. La imagen que el chico había transmitido durante todo el tiempo se contrariaba con la que parecía surgir de él en ese momento, era como mirar a alguien totalmente diferente.

—Vaya, creo que no me presenté bien, soy Bang Chan, novio de Jeongin. —El mayor extendió la mano en forma de saludo, el menor en sus brazos de nuevo rió adorablemente cuando la mandíbula de Changbin cayó, incrédulo.

Seungmin carraspeó, de nuevo tomando el micrófono. —El evento se suspende, todos regresen a sus dormitorios, les daremos el día libre. —Los chicos detrás de las rejas bullaron, haciéndolo suspirar.

Jeongin tomó el micrófono de sus manos. —A sus dormitorios, o todos los que se queden tendrán trabajo extra por dos semanas.

Ante su tono serio de voz, y la amenaza que provenía del chico más temido del clan, todos parecieron olvidarse de la faceta que habían visto en él minutos antes, y trazaron su camino con velocidad hasta salir del lugar, dejando todo vacío.

A excepción de...

—¡Suéltenme! —Aun siendo sostenida por una cuerda en el aire, la pelirroja gritó para llamar su atención, los hombres que cargaban con ella aún se hallaban confundidos en el segundo piso del centro comercial.

—Teniente, ¿qué hacemos con ella?

—Suéltenla. —Ante sus palabras, la cuerda de la chica fue desatada, pero contrario a lo que los demás esperaban, ella comenzó a colgar peligrosamente cerca de los zombies debajo.

Sus gritos empezaron a sonar desesperados, y a pesar de que las chicas y los demás intentaron correr por las escaleras para socorrerla con pánico, la cuerda que sostenía su cuerpo resbaló a propósito para tenerla gritando junto a los zombies.

Su cuerpo llegó al piso, y mientras todos se fijaban entre lo que pasaba con ella o intentar ayudarla, maldiciendo el no tener armas. La chica gateó gasta que su espalda chocó contra la red metálica, los zombies frente a ella siseaban con desespero, pero aún así, ellos no parecían atacarla, dejando sorprendidos a todos.

Jeongin miró a Seungmin, quién asintió. —Tu teoría era cierta. 

—¿Qué te parece eso, Changbin? —Melosamente, Seungmin pasó los brazos alrededor de los hombros de Changbin.

—Lo que sea, me largo de aquí. Bang, te quedas con este desastre, arréglalo. —El chico volteó, en dirección a las escaleras del lugar, dispuesto a salir de allí, pero a medio camino, una voz lo detuvo. 

—¡Changbin! —Al voltear, se había encontrado directamente con un nervioso Felix caminando en dirección a él, sin embargo, su sensor de peligro no se activó al momento correcto para esquivar un rápido puñetazo que llegó de la mano del rubio, quien en su momento había creído indefenso.

No retrocedió, pero la fuerza fue suficiente para hacerle voltear el rostro, maldiciendo internamente por las heridas que el mayor le había hecho, doliéndole aún más el golpe del rubio.

Dió un paso adelante, viendo al rubio retroceder con miedo, incapaz de asimilar lo que había hecho, y aun así, lo suficientemente orgulloso de sí mismo. Pero antes de intentar devolverlo, Chan y Jeongin se interpusieron ambos en su camino, evidentemente evadiendo que él llegue a Felix, protegiéndolo por alguna razón.

Bufó, no tenía caso, Chan era malditamente fuerte, su cara lo había comprobado, y Jeongin también lo era, incluso si ambos trataban de defender a Felix, no tenía caso arriesgarse solo por una puta como él.

—¡Oye, Changbin! —Escuchó detrás de él, reconociendo esa no tan familiar voz.

Minho trató de detener al chico, percibiendo sus intenciones y lo que trataría de hacer, pero antes de lograrlo, el alto ya había dado los suficientes pasos para acercarse peligrosamente al mayor y gritar su nombre, Minho maldijo internamente, y mucho más cuando, después de que Hyunjin alzara el puño para intentar lo mismo que su novio, el mayor volteo ágilmente, logrando esquivar su puño, y en su defensa, dedicándole uno al alto.

Minho estiró los brazos, atrapando su cuerpo cuando el golpe directo a su rostro logró desestabilizarlo y hacerlo caer, maldiciendo el hecho de que su bonita cara ahora corría riesgo, el bonito rubio que él tenía como novio había maldecido en voz alta, tomando sus brazos para tratar de ayudarlo a caminar fuera de allí.

—Tengo que hablar con todos ustedes. —La suave voz del mayor se dirigió a todos, una vez que Changbin y Seungmin habían desaparecido de escena.

Tomó un cuchillo dentro de las bolsas de sus pantalones, caminando hasta donde la pelirroja se mantenía refugiada de los zombies, aún si estos caminaban cerca de ella como si no pudieran verla, y luego, con este se encargó de acabar con ellos, extendiendo la mano para ayudar a la chica a reincorporarse con el tobillo dañado.

—¿Por qué no la atacaron? —Ryujin corrió hasta a ella, seguida de todas las chicas, abrazándola cálidamente mientras ella lloraba asustada en el abrazo grupal.

—Seungmin tenía la teoría de que no atacan a heridos o enfermos. —Las miradas de odio y sigilo captaron a Jeongin, quien parecía mantener una actitud calmada entre ellos, como si ninguno supiera acerca de las barbaries que había cometido. 

—Oye Bang, olvidaremos tu teatrito peligroso y tus muestras de afecto con el adorable psicópata asesino si nos dejas irnos de aquí. —Minho, quien en esos momentos parecía el más valeroso del grupo al decir eso, obtuvo a los demás refugiados detrás de él, a todos incluyendo a las 5 chicas y a los otros 3 chicos. Para ese momento, a pesar de recién conocerlos, Han y Minho se sentían añadidos a esa pequeña familia.

—Aún no, tengo que hablar con todos ustedes.

—No confío en ti. —Acusó Felix, Minho y Hyunjin miraron al pequeño, entendiendo lo mucho que significaba para él lo que había dicho, sabiendo que él y Chan se conocían desde sus tiempos en Australia. —Estás relacionado con Changbin y con Jeongin, ¿algo más a la lista de peligros?

—No estoy relacionado con Changbin. —Alzó los brazos a cada lado de su cara, demostrando inocencia.

—Dijiste que no pertenecías a un clan.

—Y no te mentí, Minho. Cuando me lo preguntaste no pertenecía a ninguno, te dije que deseaba crear uno, pero en su lugar, me adueñé de este. 

—Eres un maldito mentiroso, Bang. Solo hace falta ver la pulsera de tu mano para notarlo. —Todos miraron en dirección a donde había apuntado, logrando un suspiro en el mayor.

—Solo, quisiera hablar con todos en privado.



(2/4)

Confieso que me emociono mucho leyendo lo que escribí hace casi un año 

Las escenas del ring estuvieron vívidamente en mi mente desde que estaba escribiendo los inicios de la historia. Básicamente ya está por terminar, así que toca decir, incluso si no les gusta el final, yo así lo pensé desde el inicio, no había otra forma para mí

Nos seguimos leyendo~

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