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36. Juego [Parte 2]

Felix sintió que de nuevo, su cuerpo era cargado con increíble facilidad y movilizado durante mucho tiempo, lo peor de todo es que conocía aquél familiar y traumático toque, tosco y agresivo. De nuevo fue tratado con violencia, ni siquiera podía poner resistencia, estaba aterrado, sintiéndose más como una muñeca de trapo, incapaz de hacer algo para detenerlo.

Su espalda chocó contra algo duro y luego, la venda sobre sus ojos fue retirada con violencia, encarando al que junto a Changbin y Seungmin, había sido dueño de sus horribles pesadillas del pasado, aquel que tanto había intentado olvidar.

—Nos vemos de nuevo, precioso. —Él sonrió, como si fuera un demonio a punto de comerse su alma. Su cabello intensamente negro caía sobre su rostro afilado, facciones hermosas que adornaban su blanca piel de porcelana.

Bellamente mortal, esa era la forma de describir a Jeongin.

No hacía falta más que tener dos ojos de frente para percibir la belleza del chico, su piel perfecta que contrastaba con una intensa cabellera oscura, incluso su hermosa voz, suave y angelical, pero nadie más que él conocía la coartada que encubría el horrible ser que él era por dentro.

No pudo contestar, no solo por la cinta cubriendo su boca, sino porque de su garganta no salía ruido alguno. Entonces el pelinegro acercó su rostro al suyo y Felix apretó los ojos para tratar de aguantar de nuevo, le traía recuerdos horribles estar frente a él, tanto que sus piernas perdían fuerza y de nuevo sentía que lloraría, pero esta vez, trató de ser fuerte, contrario al asustadizo chico que ellos se habían encargado de arruinar. 

Sintió el aliento de Jeongin en su cuello, y se retorcía como si le quemara la piel, estaba tan cerca de él, que sus manos fácilmente se escabuía a través de su cuerpo, tocando donde nadie más que Hyunjin tenía permiso de tocar.

Se sentía tan sucio, gimió con horror cuando él empezó a repartir besos por su cuello, alzando su camisa para tocar su piel. Se había sentido tan arruinado desde lo que pasó antes, y ahora, después de lo difícil que fue para él no sentirse corrompido, la sensación de impureza volvía. Tal vez, no era más que su mera obsesión por parecer un ángel bello e inmaculado, pero las marcas en su piel aún le traían inseguridad, y le aterrorizaba pensar que de nuevo, su cuerpo sería marcado por uno de ellos.

—Teniente, estamos cortos de tiempo. —Comentó otro de los tipos que estaban en la camioneta cerca, Felix recién la notaba.

Pudo sentir al pelinegro tensarse de pies a cabeza, y luego con molestia y ojos inyectados en ira, volteó para encararlos, haciendo que todos en la camioneta dieran un paso atrás con miedo. No solo él estaba aterrado, sus compañeros también lo estaban, y eso no era buena señal.

Entonces a Jeongin no le importó, regresó su lasciva mirada hacia él y con poca delicadeza, retiró la cinta de su boca pero no la de sus muñecas. De nuevo, respiró cerca de sus mejillas, haciendo que poco a poco, se sentía tan indefenso cada vez que él lo tocaba.

—Teniente... —Esta vez susurró nerviosamente otro de los tipos, Jeongin ni siquiera volteó, hasta que prosiguió. —El Jefe Changbin se enojará si toca al chico.

Esa fue la gota que colmó el vaso, porque Jeongin se separó de su cuerpo, volteando para encarar al tipo que había mencionado aquello y en un rápido movimiento de su guadaña, su cuello fue herido y de él comenzó a brotar sangre a montones, a pesar de que sus rostros estaban cubiertos, Felix juraba que al igual que él, todos se habían recluido con miedo una vez que el tipo cayó al piso, con la garganta haciendo ruidos ahogados de sufrimiento.

—¿Alguien más quiere objetar? —Todos los tipos negaron en unísono, haciendo que sin más, Jeongin voltee para regresar hacia donde Felix estaba, ellos se acercaron sigilosamente al cuerpo, desesperados viéndolo ahogarse con su propia sangre.

Por la falta de fuerza en sus piernas, su trasero ahora estaba en el piso, y su espalda chocaba con la pared, como si esta misma le ofreciera protección. Pero no era así, porque Jeongin le tomó del pelo y él liberó un gemido de dolor, esta vez, una lágrima de dolor corrió por sus pestañas y el pelinegro parecía feliz de verlo llorar.

Con los ojos fuertemente cerrados, sintió dedos escaburrirse dentro de su boca, el cuero duro de sus guantes tenía un gusto horrible, abriéndola con facilidad y entrando tan profundo que comenzó a sentir comezón al fondo de la garganta y las naturales ganas de vomitar.

—Eso es, abre grande esa boquita. —Escuchó un cierre abriéndose, trató de soltarse de él, luchar en contra esta vez, pero Jeongin era mucho más fuerte que él, logrando inmovilizarlo de nuevo.

Quiso alejarse, tratando de morder sus dedos, pero los guantes de cuero del pelinegro hacían que fuera un intento en vano, no lo soltaba a pesar de cuanto tratase y tampoco sentía arrepentimiento por más que trate de luchar.

Sentía que de a poco, su respiración comenzaba a volverse pesada, se repetía no llores Felix, antes de volverse indefenso como siempre sucedía, y a pesar de todo, sentía que esta vez no podría salvarse como antes. Cuando había perdido casi toda esperanza, a lo lejos se escuchó una clara explosión que detuvo todo movimiento de los presentes.

Abrió los ojos de forma insegura cuando no escuchó nada más provenir de Jeongin, topándose con el rostro duro y enojado de este cuya mirada se hallaba fija a la distancia. Luego se escuchó otra explosión, los dedos salieron de su boca, el pelinegro lo miró con un gesto difícil de entender, entre enojo y diversión.

—Debes ser la puta con más suerte del mundo. —Rió con sorna, volviendo a cerrar sus pantalones, Felix pudo respirar de nuevo tranquilo, esperanzado al verlo pararse, pero aquella esperanza no le duraría mucho. —Tu asqueroso novio también es el más suertudo del mundo. —Felix palideció ante la mención de Hyunjin, cosa que Jeongin notó, y luego torció la boca en una sonrisa con sorna. —Dime, ¿el rubio tonto te folla bien, Yongbok?

No supo qué decir, sus ojos brillaban a la expectativa, esperando cualquiera que sea la información que vaya a surgir de la boca de Jeongin, pero este solo llevó su mano a su cuello y luego lo apretó, con más delicadeza de la que esperaba, no era un apretón hecho para ahogarlo, sino con una intención diferente.

Absorto en los movimientos de Jeongin sobre su cuello, no notó la falta de distancia que había entre sus rostros hasta que finalmente, su propia boca fue invadida por la presencia de la otra. No supo cómo reaccionar, el estado de shock no le permitió rechazar la lengua de Jeongin que se metía dentro de su boca, moviéndose y chupando todo al mismo tiempo.

Luego, cuando por fin reaccionó e intentó separarse, Jeongin tomó su mentón para abrir su boca, impidiendo que los cerrara, tampoco pudo apartarse por la mano apretando su cuello. La falta de aire y el bajo flujo sanguíneo hacían que sus sentidos de repente no existan, cada vez cedía más a la invasión, cada vez su resistencia dudaba más, dejando que el contrario haga de él lo que le plazca.

Regresó en sí cuando Jeongin mordió su labio inferior con fuerza, sacándole un gemido de dolor, y luego pataleando para soltarse, lo cuál no tardó en pasar, pero ya era demasiado tarde para poner resistencia.

Jeongin le sonrió de lado, con un tono carmesí brillante adornando sus rosados labios, Felix sintió el gusto metálico en su boca, sabiendo que la mordida lo había hecho sangrar. Ahora miraba al pelinegro tanto enojado como aterrorizado, más aún cuando el agarre de su cuello empeoró.

Jeongin rió, burlándose de él, pero el chico lo seguía mirando de esa misma forma, con adoración y a la vez, como si sus fantasías fueran más allá que ese simple beso.

—Changbin tenía razón, eres una muñeca perfecta para follar. —Jeongin rió de nuevo en su cara, hasta que otra vez, una tercera explosión se oiga, ahora el pelinegro rodó los ojos. —Iré directo al grano: estás dentro de un jodido juego que servirá como entretenimiento para Changbin, la ciudad está infestada de zombies y tienes que sobrevivir y blah blah. —Jeongin se acercó a su rostro con rapidez y lamió la sangre de sus labios. —Y como te dejaste besar como la jodida puta fácil que eres, tengo que decirte que tu rubiecito tonto también está aquí, pero ni te preocupes por él, porque morirá en menos de una hora, Changbin se aseguró de llevarlo a la zona más infestada de la ciudad.

Felix abrió los ojos, sintiendo como si su mundo de repente perdiera sentido. Él más que nadie sabía lo aterrorizado que Hyunjin estaba de los zombies, y ahora, si lo que Jeongin decía era cierto, estaba corriendo un grave peligro, debía encontrarlo, protegerlo, asegurarse de que esas cosas no lo dañen, pero justo cuando unas excesivas ganas de correr a salvarlo aparecían, la sonrisa malévola de Jeongin tomaba su atención de nuevo.

—Mira tu rostro, estás tan asustado, ¿de verdad tu noviecito es tan inútil como dicen? —Jeongin rió, haciendo que cada vez más perdiera la cordura, el pelinegro de nuevo decía algo nuevo que lo golpeaba, poco a poco haciendo que su moral se quiebre. —Oh, ¿de verdad te folla tan bien? Debes amarlo tanto, porque estás tan preocupado por él. —Jeongin hizo un puchero. —Ojalá se muera, así tendremos paso libre para tomarte.. ¿sabes, Yongbok?, si no tuviera un precioso novio esperándome, te follaría justo en este momento frente a todos, para que ellos puedan ver lo mucho que te gusta gritar.

Otra explosión, Jeongin gruñó, cada una de las explosiones lograban ponerlo de peor humor, Felix podía notar cómo cada vez estaba más tenso. ¿Qué estaba pasando?

—Pirómano de mierda... —Le oyó susurrar. Volviendo su mirada a él, visiblemente más molesto, esta vez soltó su cuello y Felix por fin pudo respirar sin sentirse mareado, la misma mano llegó con sorprendente delicadeza hasta su rostro y sus labios, delinéandolos. Felix sabía que estaba temblando ante el toque, pero a Jeongin no parecía molestarle en lo más mínimo, y luego, su mirada se tornó un tanto triste. —Quisiera pasar más tiempo contigo, muñequita, pero tengo cosas que hacer.

Lo soltó, y luego Jeongin se paró para llegar a la camioneta y de esta sacar familiar un bate con púas y tirarlo justo frente a él, el pelinegro le dedicó una mirada final.

—Una última regla más: el único lugar seguro es la iglesia central, tienes que llegar allí antes de dos días o estás eliminado.

Jeongin soltó una risita, tal vez en otro contexto, el chico le hubiera resultado inusualmente atractivo, pero ahora conocía todo aquello que esa belleza albergaba y en vez de caer enamorado, estaba aterrorizado.

El pelinegro se subió a la camioneta, al igual que los tipos uniformados, estos últimos le preguntaron con nerviosismo lo que harían con el cadáver en el piso, y Jeongin simplemente bufó antes de exclamar: —Déjenlo allí, el olor atraerá zombies.

De nuevo otra explosión, y con esta, el chico amenazó a los tipos con matarlos a todos si la camioneta no se movía rápido y así, arrancó a increíble velocidad desapareciendo rápido por la calle. Pero Felix aún estaba temblando en el suelo, no por estar en una ciudad infestada en un maldito juego estúpido para diversión de Changbin, y tal vez, desgraciadamente, tampoco por la idea que Hyunjin la estaría pasando peor que él, debía salvarlo pero ahora, había una única cosa que invadía su mente.

Jeongin lo había besado, lo había tocado, y el gusto metálico aún manchaba sus labios. Se sentía tan sucio y sin embargo, ¿por qué el calor en sus mejillas aún persistía? Aún sentía el suave tacto apresando sus labios como si hubiera dejado una marca permanente en él.

Iba a llorar, y se sentía tan culpable, era su culpa por permitirlo, y le había hecho daño a Hyunjin a sus espaldas, Hyunjin no merecía alguien tan horrible como él, un chico que no pone mínima resistencia a ser tocado o besado por otros.

Tenía que poner en orden sus sentimientos, pero, justo en ese momento, sus sentimientos eran lo que menos importaba, y debía sepultar ese recuerdo hasta que se hubiera librado de la situación.



K:

Perdón por hacerlas sufrir, pero les juro juradamente que esto termina muy bien.

Fuera de eso, la bella EisDame y yo hemos publicado cada quien un especial de Halloween, y además como cada quién está cerca de los 800-900 seguidores, quién sabe, tal vez haya más sorpresas 👀


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