25. Cuando todo esto termine
Lo primero que Felix sintió al abrir los ojos fue que algo andaba mal, lo siguiente que sintió fue un vacío a su lado en el colchón y luego la desesperación lo invadió al darse cuenta que Hyunjin no estaba a su lado.
Debido a los zombies y a recientes sucesos, se había acondicionado a sí mismo a dormir alerta de cualquier peligro, entonces su instinto le exigió levantarse como un muerto del colchón e ir a buscar a Hyunjin. Se levantó tan rápido que las heridas en sus piernas ardieron, pero no le importó porque al ver la oficina vacía lo único en lo que podía pensar era en encontrar al mayor.
—¿Hyunjin? —Llamó una vez que salió de la oficina, pero no hubo respuesta, así que caminó hasta la puerta del baño. —¿Hyunjin? —Incluso tocó la puerta, pero no hubo respuesta alguna y él comenzaba a desesperarse.
Calma, Felix. Se dijo a sí mismo.
Después de tantas cosas que habían pasado, algo tan simple como despertar y no encontrarlo a su lado lo hacía sentir tan ansioso, así que rebuscó en cada rincón de la tienda.
Nada, Hyunjin no estaba.
Estaba pensando en las tantas horribles posibilidades hasta que escuchó un ruido provenir de los pasillos del interior de la tienda, y con miedo y sigilo caminó hasta intentar averiguar qué era lo que producía ese sonido. Respiró hondo cuando notó que venían de la escalera que daba al techo y luego las piernas de Hyunjin aparecieron por su campo de vista, colgando de la escotilla.
—¿Hyunjin? —Llamó de nuevo, esta vez el rostro del mayor asomó por el hueco, logrando que se tranquilice. Este probablemente sintió la intranquilidad del tono de Felix, así que bajó de prisa para llegar hasta él.
—¿Qué estabas haciendo allí arriba? Son como las 4 de la madrugada. —El mayor quedó mudo, sin saber qué responderle.
—Quería ver el amanecer. —Se excusó, de la forma más tonta que pudo. Felix pareció pensarlo, analizando, Hyunjin sentía como si él supiera que estaba mintiendo, pero al final el menor asintió y de nuevo volvió a tomarlo de la manga de su sudadera para llevarlo hacia la oficina.
Hyunjin se había quedado pensando en la forma en la que Felix había protestado al verlo bajar del techo, y después había formulado un puchero enojado. El menor de vez en cuando actuaba como un niño pequeño a su lado, cada vez había más y más cosas que descubría de su personalidad. Parecía una persona nueva, como si la nueva confianza que le tenía hiciera que su verdadero yo salga, solo con él.
Porque si, su angelito era como un niño pequeño, adorable y lindo solo con él, y eso le gustaba mucho.
Felix paró frente al colchón y luego se volteó hacia él. —Acuéstate primero. —Ordenó, y como Hyunjin era un esclavo de las exigencias de su ángel, siguió la orden, quedando boca arriba en el colchón.
Vio a Felix sentarse con esfuerzo por el dolor de sus piernas, pero no importa cuanto lo hayan obligado a hacer reposo, él fue obstinado, y por eso mismo dejó que él solo llegue hasta el colchón, sin embargo lo que lo dejó en shock en su lugar fue que al llegar hasta él, el menor pasó una pierna por encima de su cuerpo, y se acomodó justo arriba, con las piernas a cada lado de su cintura, para luego juntar sus pechos y usar al propio Hyunjin como colchón.
El mayor tenía los músculos tensos, tenía a Felix tan cerca, y a pesar de haberlo tenido cerca en numerosas veces anteriores, esta vez se sentía tan diferente, porque sus preciosas piernas estaban rodeando su cintura. Hyunjin trató de respirar, quería ignorar la cercanía que lo ponía tan nervioso, había tenido encuentros más íntimos con mucha gente pero nada había hecho que su corazón bombée con tanta fuerza como en ese momento, tal vez el menor ya había escuchado su corazón al tope.
—Felix, estás muy cerca. —Admitió, ganando como respuesta que el cuerpo del menor se mueva encima de él.
—¿Te molesta? —Le respondió, Felix le dedicó una sonrisa de lado, que le hizo saber que definitivamente sabía a lo que estaba jugando.
Negó, por supuesto que no le molestaba, se sentía tan bien, pero era abrumador. Y aún así, lo siguiente que Felix hizo fue tomar sus manos y llevarlas hasta su cintura.
—Abrázame. —Ordenó, y de nuevo, aunque Hyunjin se estaba muriendo por dentro, lo hizo, rodeando la cintura de Felix entre sus brazos con firmeza. El menor hundió la cabeza en su pecho, era tan cálido, tan reconfortante, incluso si era demasiado abrumador aquel nuevo sentimiento para él, no lo cambiaría por nada del mundo.
—Creí que debías quitarte los pantalones para dormir. —Hyunjin recordó de repente lo que Lia le había dicho, sus heridas debían recibir de vez en cuando el aire, y no estar debajo de tanta ropa.
—¿Estás pidiendo que me desnude? ¿Así? ¿Sin juego previo? Vaya, Hyunjin, eres malísimo coqueteando.
Hyunjin abrió los ojos con sorpresa, incluso el sueño se le había ido con las palabras de Felix. ¿Había dicho algo malo? ¿Había dicho algo que pudiera incomodar a Felix? Volvió a revisar sus palabras, sintiendo vergüenza de tal vez haberla cagado de nuevo, tal vez merecía esas cajas otra vez...
—No... yo me refería a que... —Trató de excusarse. —Lia dijo que...
—Era broma. —Interrumpió, viendo al mayor apaniquearse. —Quería bromear contigo, pero creo que me pasé un poco. —Suspiró, volviendo a acomodar su cabeza en el pecho de Hyunjin.
—Me tomaste por sorpresa, nunca esperé algo así viniendo de ti.
Felix se despegó de su pecho, sentándose completamente encima de él. —Supongo que es porque ya te tengo más confianza. —Y después, tomó la orilla de su sudadera, comenzando a quitársela, y quedándose con la camisa blanca y fresca debajo, dormir con Hyunjin era como dormir con un calentador eléctrico.
Hyunjin no pudo evitar recordar la primera vez que había visto al menor quitarse la sudadera de encima, aquella vez donde le había pedido que no lo mirara, y luego, se había sentido un completo imbécil al saber las razones y el por qué se había visto tan incómodo. Pero ahora, Felix se había sacado la sudadera con completa confianza, frente a él, y sin importarle si algunas partes de su piel eran visibles mientras lo hacía. También estaba consciente de la diferencia entre su reacción propia, ahora estaba simplemente embelesado por él, aún si hacía algo tan simple como sacarse la sudadera.
Las manos del menor fueron a parar a la orilla de la sudadera del Hyunjin luego de arrojar la suya, este lo miró confundido mientras se Felix trataba de levantar la tela.
—¿Por qué te quitas la ropa y luego me quitas la mía? —Entrecerró los ojos. —Eso sí se puede considerar juego previo, Felix.
Escuchó a Felix reír por lo bajo, y luego sonrió él mismo, era cierto, el menor ahora estaba más cómodo con él al punto de hacer bromas de ese tipo. Tener confianza con él, haber logrado ese punto de la amistad que tanto había deseado, ahora le gustaba, porque a pesar de haber pasado por tanto antes, se sentía bien saber que ambos se tenían a sí mismos ahora, juntos y que podían confiar entre sí.
—Hace calor. —Hyunjin asintió, confirmando lo que había dicho, y dejando que su sudadera sea retirada, moviéndose para facilitarle la tarea al contrario.
Felix se quedó pensando una vez que ambos estuvieron de esa forma, sacó las piernas de encima de Hyunjin y luego se volteó para quitarse los pantalones, poniendo especial cuidado en no llevarse las vendas o no rozarlas.
—No tengo sueño, Hyunjin. ¿Quieres ayudarme a retirar las vendas?
El mayor asintió, saliendo de la cama para llegar salir a buscar lo que Lia les había indicado de la farmacia de la tienda, volviendo en tiempo record. Felix ahora estaba sentado en la silla frente al escritorio, sus delicadas manos abrían las vendas suavemente, dejándolas todas encima del escritorio.
Le dolía mucho ver sus cicatrices, y Felix parecía odiarlas, además, cada vez que se levantaba o caminaba, podía ver la incomodidad que le causaban las heridas, pero se sorprendía de lo fuerte que era él, si Hyunjin estuviera en su situación, estaría todo el día en cama con la excusa de estar "inválido", pero Felix no lo hacía, sino todo lo contrario, luchaba en contra de la corriente y se volvía su ejemplo a seguir y su razón para ser mejor persona.
Después de dejar las cosas sobre el escritorio, fue a buscar un poco de agua, regresando para sentarse encima del colchón, justo frente a Felix que estaba en la silla. Hyunjin tenía plena visión de sus piernas, de lo delgadas y hermosas que eran a pesar de sus heridas, su yo del pasado hubiera pensado en lo jodidamente caliente que era la situación, pero él ya no podía hacer eso, ahora tenía más consciencia del respeto, y ahora quería protegerlo tanto que no podía pensar siquiera en dañarlo.
—¿Puedo hacerlo yo? —Preguntó tímidamente, aquello incluía tocar sus piernas, y no sabía si Felix estaría cómodo con eso, pero el menor asintió, comenzando a abrir las cajas de cremas sin mayor problema.
Tomó las gasas y respiró hondo antes de agarrar una de las piernas de Felix, su piel era suave y sus rodillas tan pequeñas que embonaban en sus manos perfectamente. Trató de replicar lo que había visto que Lia hacía, pero por momentos la pierna de Felix se apartaba y él hacía un sonido de dolor.
—Está bien. —Le dijo el menor cuando vió su mirada de preocupación.
—Tendré más cuidado. —Hyunjin siguió con la tarea.
Comparado a cuando la chica lo hacía, Felix podía sentir que ahora era diferente con Hyunjin. Tenía la mirada de él fijamente sobre sus piernas desnudas, pero no se sentía incómodo, sino reconfortado al ver el cuidado que el mayor intentaba poner en ello, y era adorable que a pesar de lucir tan concentrado, lograba arruinarlo de momento, y dolía, pero podía soportarlo con tal de verlo tan inmerso en su tarea.
Después de mucho tiempo, logró limpiar ambas piernas, Felix se había quejado un poco, pero le había dicho que no tenía ningún problema con ello. Luego tomó la crema, y con sus dedos fue esparciéndola justo encima de las heridas.
A Felix le parecía gracioso, que comparado a la chica que hacía el proceso de manera casi robótica y perfecta, Hyunjin de vez en cuando topaba las heridas con sus manos, manchando de crema sus manos y otras zonas de piel, haciendo un pequeño desastre, pero no importaba, se sentía más íntimo cuando él lo hacía.
—Listo. —Hyunjin alzó las manos, sonriendo victorioso una vez que terminó. Luego tomó gasas para limpiarse los dedos.
Pero antes que él pueda levantarse, Felix puso los pies encima de las rodillas de Hyunjin, gesto que tomó desprevenido al mayor.
—Hay algo que quiero hablar contigo, Hyunjin.
El tono que Felix había usado logró asustarlo, de repente se había vuelto muy serio.
—¿Qué... quieres hablar conmigo? —Felix notó el nerviosismo en el mayor, tomando un respiro hondo, era difícil porque él también se estaba poniendo nervioso.
—El otro día... —Pausó. —Tal vez escuché algo que no debí haber escuchado. —Hyunjin no entendía a qué se refería, así que simplemente le hizo un gesto para que prosiga. —Estaba despierto, y te escuché hablando con Yeji... sobre mí.
Hyunjin se tensó completamente, sintiendo como si su alma abandonara su cuerpo, quedando completamente pálido y febril.
—¿C-cuánto escuchaste? —Hyunjin tenía la esperanza de que no haya escuchado nada comprometedor, pero sus esperanzas murieron con la respuesta de Felix.
—Todo.
Entonces como si el tiempo se detuviera, no supo qué responder. Felix claramente lo había escuchado, y ahora se sentía como un adolescente que había sido atrapada dejando una carta de amor en el casillero de su crush.
—Olvida eso, Felix. —Apartó la mirada, intentando evadir el tema. —Le dije eso para quitarla del camino. —Hyunjin jugó nerviosamente con las gasas. —Sabes que ella insiste en creer que somos algo y decidí complacerla.
A pesar de que apartaba la vista, Felix llevó su mano a su mejilla y delicadamente hizo que lo mirara, la expresión del menor era fuerte y decidida, sentía como si pudiera ver sus sentimientos a través de sus ojos.
—No es necesario que mientras. —Sintió como si su energía se drenara de su cuerpo ante la voz grave y firme pero extremadamente suave. —Has estado coqueteando descaradamente conmigo desde el principio, ¿y ahora lo niegas?
—Olvídalo, Felix.
Pero menor negó.
—También me gustas Hyunjin, no podemos simplemente ignorarlo.
—¿Qué? —La mente de Hyunjin falló en ese momento, encontrándose fuera de sí, se volvió en una especie de limbo ansioso y desesperado, así que creyó haber oído mal. Pero en lugar de eso, Felix acuñó su rostro con sus pequeñas y suaves manos, sonriéndole hermosamente.
—Me gustas desde la primera vez que te vi.
Hyunjin parpadeó una, dos veces, luego una tercera. Sentía que a su cerebro no le llegaban las coordenadas, solo se limitaba a repasar lo que Felix había dicho, pero no lograba entenderlo, las palabras eran tan ajenas a él como si nunca las hubiera escuchado antes.
¿Cuánto fue la última vez que se emocionó por una confesión? Ni siquiera lo recuerda, era adolescente y algo como recibir halagos de una chica se sentía tan especial.
Pero ahora era un adulto, y de nuevo estaba recibiendo una confesión, una como muchas otras que había escuchado en su vida, pero ahora era diferente, demasiado. Porque ni siquiera podía respirar bien de la felicidad, la euforia de haber escuchado aquello era tal que se sentía mareado.
Cuando pudo entenderlo, se levantó del colchón, tratando de buscar aire, su cerebro no reaccionaba, ni siquiera podía responder su nombre. Pero Felix lo tomó de la muñeca, parándose a su lado para impedir que salga de la oficina.
—No me evadas así, Hyunjin.
Él tomó uno de los hombros de Felix con fuerza. —Joder Felix, acabo de recibir la confesión de un precioso rubio que luce como un ángel. Necesito tomarme una Monster o voy a desmayarme.
Y con eso, abrió la puerta de la oficina, no para huir de sus sentimientos, sino para encontrar una forma de calmarse a sí mismo. Corrió hasta llegar a rastras a la nevera que si estaba prendida, cayendo de rodillas hasta rebuscar al fondo y dar con una lata de cerveza, no era una Monster pero ayudaría igual o mejor.
La abrió, y jura haberse tragado todo de un sorbo, para luego aplastar la lata entre sus manos y aventarla violentamente al bote de basura. Su mirada periférica dió con Felix, que estaba pegando al marco de la puerta, con un puchero triste en el rostro.
¡Joder, era un idiota! Había hecho sentir mal a Felix.
Llegó a zancadas hacía él, sin decir nada, y luego de haberse tragado una lata de cerveza de un sorbo, tomó a Felix por la cintura, luego acuñó su rostro delicadamente con su mano y juntó sus labios con los del menor, tomándolo por sorpresa.
Felix tardó en reaccionar, dándose cuenta que tenía los labios de Hyunjin moviéndose con los suyos, y con trabajo empezó a intentar seguirle el ritmo, pero no podía, era tan inexperto besando y el contrario era tan diestro con ello.
Hyunjin apresó más su cuerpo, logrando que su espalda pegue contra la pared, las piernas de Felix se sentían como gelatina, teniendo al más perfecto hombre que había visto en su vida, un digno príncipe de cuento de hadas, besándolo tan suave y de forma exigente. Lo único que pudo hacer fue intentar aferrarse a los brazos del mayor, y después de unos segundos se separó buscando respirar.
Hyunjin no estaba en sí, se sentía tan feliz como nunca en la vida se había sentido, tan poderoso, capaz de cualquier cosa. Y luego estaba Felix, con las mejillas rojas y las piernas temblando, incapaz de creer lo que acababa de suceder.
Hyunjin pegó su frente a la suya. —¿Estoy soñando? —Su aliento se mezcló con el suyo. —Dímelo de nuevo, Felix.
—Me gustas. —Susurró, con las mejillas aún más rojas, sintiendo cómo Hyunjin sonreía con los labios muy pegados a los suyos.
El mayor tomó su cintura y lo levantó en el aire, girando con su cuerpo. —Me haces el hombre más feliz del mundo.
—¡Hyunjin, bájame! —Protestó el chico, empezando a marearse mientras Hyunjin giraba con su cuerpo.
Cuando lo bajó, casi perdió la estabilidad, pero Hyunjin lo sostuvo, el mayor aún estaba demasiado feliz para importarle.
—¿Eso significa que es oficial? ¿Ahora es oficial? —Hyunjin parecía un cachorrito emocionado preguntando, pero Felix aún se sentía tímido, asintió ante su pregunta, haciendo que el mayor le dedique una sonrisa aún más grande. —Tengo que decirle a Yeji, por fin tengo algo serio ahora, ¡Joder, debí haber apostado! —El menor soltó una risa, era gracioso verlo tan emocionado. Luego Hyunjin tomó su mano. —Hay que celebrar, Lix. Yo pongo el ramen y las cervezas, tú pones tu presencia. ¡Joder! Me gustaría darte algo más que ramen de paquete. Prometo darte todo lo que yo pueda cuando todo esto termine.
¿Cuando todo esto termine? ¿Qué harán una vez que todo termine? Ninguno lo sabía, lo único que sabían era que querían permanecer juntos para siempre.
K:
25 capítulos. Eso es lo que tardó en unirse el Hyunlix de este fic. ¿Y saben? En realidad amo mucho que sea así, todo lo anterior fueron sucesos que desencadenaron en esto, haciendo real el desenlace.
Ahora es cuando les digo, vuelvan a leerse el fic. Estoy segura que notarán muchas cosas al darle una nueva leída, y tal vez, solo tal vez, sepan qué es lo que se viene en los capítulos siguientes.
Porque escondí muchas cosas, y por los comentarios, me he dado cuenta que muchas hacen sus teorías y algunas tienen teorías muy acertadas, pero no les diré quienes, ustedes ya lo sabrán cuando pase. Lo mismo para las que se dieron cuenta que desde el principio se gustaban, fue amor a primera vista pero cada uno tenía sus luchas internas T.T
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