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22. Casa... o al menos lo más cercano

Hyunjin no se había apartado de Felix durante todo el viaje, y tampoco lo hizo cuando la camioneta fue estacionada. No se movió de allí dentro por nada del mundo, estaba en una especie de limbo mental en donde lo único que necesitaba era la suave respiración de Felix chocando con su ropa, y su pequeño cuerpo comenzando a ganar calor a base del suyo propio. Tampoco había dejado de mirarlo, absorto en su rostro sucio pero finalmente tranquilo, su belleza florecía incluso con la poca luz de la luna y el estado en el que estaba.

Chaeryeong le abrió la puerta, después de ver que Hyunjin no se movió al mismo tiempo que ellas salieron.

—Ya llegamos, Hyunjin. —La mención de su nombre lo sacó de su trance, mirando al rededor y dándose cuenta que estaban detrás de la casa de las chicas, finalmente a salvo. Respiró hondo, sintiendo el mismo alivio que aquella vez que Yeji apareció viva y en una sola pieza frente a él en aquella casa.

Cargó con él de nuevo, y entró a la casa aún con el sigilo de creer que alguien se lo quitaría, dentro ya lo esperaban todas las demás chicas. Yeji preocupada en el sillón de la sala, a su lado Ryujin, que habían venido a causa de la indicación de Yuna por el Walkie Talkie.

Tomó asiento en otro sillón, acomodándose con Felix en brazos. Lia entró por la puerta de la sala, con una caja en manos, cuando ella estuvo cerca de él, hizo que se tense y retenga al menor lejos de ella.

—Lia era estudiante de medicina, Hyunjin. —Yeji le dedicó una mirada comprensiva, miró a Lia, y ella tenía una expresión preocupada, esta vez parecía ser sincera.

—Recuéstalo en el mueble, por favor.

A regañadientes, Hyunjin hizo lo que ella le pedía, no sin antes tomar asiento justo frente a él, al lado de ella. Ella en silencio comenzó a sacar instrumentos de la caja, observó alcohol y vendas. Y luego la chica le dió una mirada feroz.

—Tengo que limpiarle las piernas.

Él le gruñó, sacándole un suspiro derrotado a la chica.

—Lo haré yo. —Mencionó, pero ella se negó inmediatamente.

—Necesitas hacerlo con mucho cuidado, y tú eres un bruto. —Hyunjin oyó a Ryujin soltar una risita después de eso, pero no pudo objetar, porque si lo hacía, había tres chicas que amenazaban con llevárselo para que Lia lo tratara sola, y él definitivamente no dejaría que eso pase.

Al final accedió, y la chica comenzó a sacar un líquido de un bote pequeño, esparcirlo por una gasa y luego limpiar partes pequeñas poco a poco de las piernas de Felix. Los minutos fueron pasando, Ryujin y Yuna incluso se habían ido a dormir y las otras dos estaban dormitando en el mueble, pero Lia siguió con su trabajo, acostumbrada a la labor de un médico, luego tomando una pomada de un tubo para esparcirla sobre las heridas, y al final dejar ambas de sus piernas vendadas.

Felix parecía seguir inconsciente, pero su expresión ahora era tranquila, muy lejos de la imagen que tuvo de él dentro de una jaula. Ahora que lo recordaba, el rubio parecía traumatizado de ser tocado, le hervía la cabeza en rabia pensando en qué le habían hecho allí.

Lia lo miró fijamente, ella estaba pensando en decirle algo. Entonces apuntó al estómago de Felix.

—Necesito comprobar el resto de su cuerpo.

Él entendía a qué se refería ella, tendría que ver su cuerpo y su piel expuesta, pero él no quería, no quería que nadie más vuelva a tocarlo y en ese momento el sentimiento de posesión lo estaba matando. Ella lo miraba, con preocupación hacía Felix pero acusándolo a él por ser jodidamente posesivo.

—Hazlo rápido.

Para mal de su pesar, ella asintió, no estaba dispuesta a recibir una orden de Hyunjin pero era lo único que podía hacer en ese momento. Ella llevó las manos hasta la orilla de la camisa de Felix, antes blanca y ahora manchada de suciedad y sangre, y fue corriéndola con suavidad. Ella ahogó un gemido lastimero cuando pudo ver el pecho expuesto del chico, Hyunjin se tensó ante la imagen, su vientre y costillas estaban llenos de moretones hasta casi llegar al pecho.

—Por Dios. ¿Quién le hizo tanto daño a esta criatura? —Lia resopló enfadada, tomó un spray y comenzó a echarlo, para rápidamente volver a cubrirlo con la tela de su ropa, ella parecía afectada por lo que había visto.

Luego revisó sus brazos, aparentemente solo tenían mínimos moretones, pareciendo que solo se habían desquitado con ciertas partes de su cuerpo. Ella se paró después de volver a acomodar todo en su caja, llevándose las gasas sucias en una bolsa plástica.

—Le daremos un cuarto, cárgalo y sígueme. —Con sumo cuidado y facilidad, logró levantarlo, tratando de no toparle las vendas de las piernas al sujetarlo.

Lo dejó en una suave cama matrimonial del cuarto que le habían dado, al menos hasta ahora, Hyunjin agradecía el trato que había recibido de ellas, no el suyo particular, sino el trato hacia Felix, y él estaba contento con ello, porque podía dormir sobre cajas si sabía que el menor dormía tranquilamente entre suaves colchas.

Tomó una silla, y la llevó hasta el costado de la cama, la chica lo miró confundida hasta que entendió que él se estaba preparando para pasar la noche en vela a su lado, así que no dijo nada y salió de la habitación.



Yeji estaba cortando algunas manzanas tranquilamente, las chicas se habían empezado a rotar los tiempos de vigilancia desde que la falta de sueño empezó a afectarle a Hyunjin, pero a regañadientes de la menor, su gemelo estaba durmiendo con la cabeza pegada al colchón de la cama y los brazos al rededor, era una posición muy incómoda pero al menos estaba durmiendo un poco.

Había pasado día y medio desde que regresaron con Felix, y el chico no despertaba. Lia dijo que sería normal después de lo que había vivido, así que incluso Ryujin se paseaba de vez en cuando para observar al rubio. Y todas en la casa ayudaban a monitorearlo constantemente, incluso de noche, asegurándose de que él permanezca vivo pese a estar inconsciente.

Yeji escuchó un gemido grave, seguido de la sensación de la cama moviéndose, su mirada fue hacia Felix y encontró sus dulces ojos cafés abriéndose poco a poco y brillando hermosamente gracias a la luz del sol que se filtraba por la ventana.

—Hyunjin. —Llamó, pero su hermano pareció ni siquiera haberla escuchado. —Hyunjin. —Esta vez repitió más fuerte, pero nada, él estaba tan cansado que probablemente se hallaba profundamente dormido.

Se paró y estiró la mano hasta dar con la cabellera de su gemelo, tomándola fuerte y sacudiéndola con fuerza hasta que el chico despertó asustado.

—Felix despertó. —A Hyunjin ni siquiera le dio tiempo de reaccionar correctamente. Su mirada apaniqueada cayó en Felix, desinteresado totalmente del daño que su hermana le hizo.

Felix intentó levantarse una vez que despertó mejor, entonces Hyunjin posicionó ambas manos cerca de él por si necesitaba un lugar para agarrarse.

—¿Dónde estoy? —Parpadeó confundido un par de veces, inconsciente tomó una de las manos de Hyunjin aún cuando no necesitaba sostenerse de nada, solo quería tocarlo y saber que era real y ya estaba a salvo.

—En la casa de Lia, el mismo lugar donde estuvimos aquella vez.

Hyunjin le sonrió y Felix imitó el gesto, cada vez la distancia entre ellos parecía reducir, y dándose cuenta de esto, la menor dijo:

—Iré a buscar más manzanas para Felix.

Y huyó, dejándolos a los dos solos. Ella había estado creyendo que ellos dos ya eran algo, en realidad el Clan entero colectivamente lo creía, y tampoco era algo que Hyunjin negaría a menos que Felix quiera negarlo.

—¿Te sientes mejor? —Era lo único que pudo decir, tal vez era incorrecto, pero Felix asintió.

El menor se sentó más al borde, dejando las piernas colgando de la cama, dándose cuenta por primera vez que estaban rodeadas completamente de vendas, y no solo eso, sino que él tenía encima una sudadera grande que evidentemente no era suya. Felix conocía esa sensación y ese olor, ahora era tan reconfortante para él.

Rió para sus adentros. —Gracias por no olvidar nuestra promesa, Hyunjin.

Él parpadeó dos veces, había estado mirando las vendas en las piernas de Felix, tan inmerso la idea de vengarse que aquello vino como un cubetazo de agua fría que logró calmar sus nervios.

Sabía que cuando Felix alzó el meñique al aire no había sido una alucinación suya, y ahora agradecía haber ido a buscarlo para traerlo de vuelta, su pequeño angelito seguramente había sufrido mucho allá, porque ahora lucía apagado de alguna forma, pero ciertamente tranquilo a pesar de todo.

Hyunjin estiró su mano, intentando alcanzar la de Felix, por alguna razón sentía que eso era lo que ambos necesitaban, y de forma casi inmediata a su toque, el menor profundizó el agarre. Pero él necesitaba más, porque sus sentimientos posesivos aún no lo habían abandonado. Entonces se paró de la silla donde había estado durmiendo y caminó hasta llegar a donde Felix, el menor lo miró confundido, pero no le importó cuando rodeó su cintura con sus brazos y lo pegó a su cuerpo, buscando sentirlo directamente.

Felix respiró pesadamente, nervioso por la cercanía, pero sus manos subieron hasta los hombros de Hyunjin, correspondiendo el abrazo.

—Te extrañé mucho, Hyunjin.

El corazón del mayor dió un vuelco, estaba eufóricamente feliz por lo que Felix había dicho. El también lo sentía así, él también lo había extrañado, lo había necesitado tanto a su lado que ahora parecía irreal creer que estaba allí, y que además estaba correspondiendo su abrazo, no estaba rechazándose a la cercanía como antes, y apretar su pequeño cuerpo junto al suyo sabiendo que se sentían de la misma manera era tan reconfortante.

—Yo también, creí que moriría si no estabas. Ni siquiera pude dormir, Yeji tuvo que obligarme. —Felix rió, recordando lo de hace unos minutos.

Y como si la hubieran invocado, la puerta fue tocada, y antes de que Hyunjin responda, se abrió, mostrando a las 5 chicas interesadas en ver al menor ya despierto, incluso Ryujin. Hyunjin se separó de Felix, no por temor a que los vieran, sino porque no estaba seguro de que el menor quiera ser visto abrazado a él, aunque no había ayudado mucho, porque las chicas habían visto su nerviosismo al separarse de él.

Yeji acercó un plato con fruta picada hacia él. —¿Tienes hambre, Felix?

El chico se volteó hacia Hyunjin, confuso por los tratos que ahora estaba recibiendo y recordando la última vez que estuvo en aquella casa, pero luego por cortesía asintió hacia la chica y acercó más el plato hacia él, la fruta se veía deliciosa y él no había comido apropiadamente en días.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó la pelirroja, con su característica voz suave y tranquila.

—Mucho mejor que antes, eso es seguro.

—¿Eso es bueno? —Continuó ella.

Felix le sonrió y asintió. —Lo es.

Un suspiro de alivió salió en unísono de las chicas, era gracioso para Felix verlas a todas rodeándo la cama y estando al pendiente de él, la última vez había recibido un trato muy diferente.

—¿No quieres tomar una ducha? —Esta vez fue Hyunjin, así que volteó hacia él. —Aquí hay agua caliente y bombas de baño para la tina.

—No puede mojar las vendas. —Añadió Lia. —Tendríamos que buscar otra forma.

—No tengo ropa para cambiarme. —Intentó protestar, pero Yeji fue quien respondió.

—Te trajimos ropa.

¿Su ropa? ¿Revisaron su ropa? Felix volteó la cara evitando la mirada de ellas, sus mejillas se colorearon de rosa ante la idea de que Yeji haya visto su ropa, más específicamente su ropa interior.

Lo había descubierto, y él ya no podría mirarla a la cara después de eso.

—Creo que es hora de que se vayan. —Hyunjin no sabía por qué de un momento a otro Felix se había puesto así, pero sintió una urgencia por sacarlas a ellas.

Ellas escucharon su tono de voz, y una a una fueron poniendo excusas para irse del cuarto, Lia dijo que iría por su botiquín, Yeji prepararía la ducha y el resto inventaron excusas tontas similares.

Felix acercó el plato de fruta, llevándose algo de manzana a la boca. Hyunjin volvió a tomar lugar en la silla casi frente a él, observando las piernas vendadas del menor moverse de adelante hacia atrás.

—¿Por qué son tan atentas conmigo?

—Ellas me ayudaron a encontrarte, supongo que solo están muy preocupadas después de ver cómo estabas cuando llegaste.

Felix suspiró. —Mis piernas... ¿quién las vendó?

—Lia, también se ocupó de los moretones de tu abdomen, ella era estudiante de medicina.

Volvió a sentirse avergonzado, ante la idea de que la chica hubiera visto y tocado su cuerpo, pero suponía que era necesario, y que después de todo ella debía de ser una profesional. Felix comenzó a jugar con el borde de la sudadera de Hyunjin, alzándola un poco para encontrarse con la tela sucia de su camisa, el short que tenía estaba en similares condiciones, se sentía sucio, no solo físicamente sino también mentalmente. Y entonces, como si Hyunjin le leyera la mente, le repitió:

—¿No quieres tomar una ducha?



K:

Yo sé que lo esperaron tanto, pero les aseguro que la larga espera en este fic vale la pena. Siento que si los personajes se hubieran unido mágicamente no se sentiría tan reconfortante como lo es ahora, saber que tienen verdaderas razones para unirse hace real la historia.

En fin, los capítulos que siguen son literalmente de mis favoritos, ¡es hora de aprovecharlos!

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