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Ippi ♥🐶♥

—Jimin —habló el hombre, del otro lado de la línea, dejando que su voz cargada de autoridad escapara —. No sé lo que pase por tu cabeza, pero mi trabajo no es un juego.

—¡Pero appa! —chilló el menor, dando vueltas en la cama —. Yoongi hyung está cada día más deprimido. Quiero hacer algo por él y...

—Y molestas a tu padre por un perro —bufó el mayor —. Solo compra uno igual en la veterinaria.

—¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡¿Acaso tienes corazón?! —se horrorizó el rubio y el hombre rio del otro lado del teléfono, dejando que ahora un suspiro se le escapara.

—Bien, tú ganas, malcriado. Pondré a mis contactos a trabajar para que encuentren el estúpido perro de tu novio. Pero como castigo, tendrán que ir una vez a la semana a visitarnos. Tu madre te extraña.

Jimin chilló de emoción y pataleó al aire, confiando en que los subordinados de su padre podrían encontrar a Holly, sea donde sea o estuviera con quien estuviera.

Afirmó a cada cosa que dijo su padre y le agradeció otras tantas, para luego cortar la llamada y enviarle rápidamente una fotografía de Holly.


Jiminnie malcriado 😋:

Él es nuestro hijo perdido ;-;


Papá 💸:

Parece un perro de felpa. ¿Seguro no está en la lavadora?


Jiminnie malcriado 😋: 

¡Appa! >:c 

Solo... encuéntralo, por favor.


Papá 💸:

Lo haré, lo haré. Te llamaré cuando tenga noticias.

Adiós, bebé.


Jimminnie malcriado 😋:

¡Adiós! Y gracias🤗



Listo, por ahora una de las piezas fundamentales para el día perfecto, estaba hecha. Confiaba en su padre y se lamentaba el haber sido tan tonto de no pensar en él antes para pedirle ayuda. Aunque también dudaba un poco de que lo ayudara si no supiera del estado en el que poco a poco su pareja se dejaba caer.

Holly era prácticamente un hijo para Yoongi, casi se podía decir que llevaban la misma sangre, de lo parecidos que eran. Y justo por eso, el mayor no podía evitar entristecer cada vez que realizaba movimientos típicos como querer alimentar a su perro mientras almuerzan, llamarlo para sacarlo a pasear o colgar su mano de la cama, esperando a que el canino color chocolate, viniera a lamer sus dedos. Y en todas esas ocasiones, Holly ya no estaba allí.

Jimin suspiró y saltó de la cama, dispuesto a preparar la mejor comida para su hombre. Y debía aprovechar ahora que Yoongi estaba en la ducha.

Una hora después, su mejor vajilla decoraba la mesa junto con un lindo ramo de tulipanes. La comida favorita del mayor, humeaba en el centro de la mesa viéndose realmente sabrosa y apetecible. Jimin sonrió orgulloso y corrió hasta el cuarto que compartía con su hyung para llamarlo a comer. Al meter apenas su cabeza, tras abrir la puerta, vio al mayor sentado en el marco de la ventana, observando la avenida transitada.

Sonrió dulcemente y se acercó en silencio, abrazando al mayor por los hombros, cuando llegó hasta él.

—Hola

—Hola —musitó Yoongi, girándose para abrazarlo.

—Preparé tu comida favorita para ti.

—¿Por?

—¿Porque te amo? —Jimin río —Y porque este año yo mimaré a mi guapo novio en San Valentín.

—Oh —murmuró Yoongi y lo miró con ojos tristes —. Lo siento, bebé. Tú querías salir hoy y yo...

Jimin negó.

—No importa. Tener una cita en casa es mejor— sonrió con su eyes smile y tomó la mano de su novio, tirando de él hasta la cocina-comedor.

Yoongi se sorprendió al ver semejante presentación y la aún humeante lasaña, esperándolo en el centro de la mesa.

—Minnie, te pasaste.

El menor burbujeó de alegría y besó sonoramente la mejilla del pelinegro antes de alejar la silla de la mesa para que éste se sentara.

—Caballero...

Yoongi río.

—Gracias Jaime —soltó volviendo a reír al oír la dulce risa del otro.

Entre risas, caricias y miradas cómplices, ambos pudieron disfrutar de un almuerzo bastante agradable, a pesar de las circunstancias. A Yoongi le dolía no encontrar a su perro, pero al menos hoy quería intentar poner de su parte, después de que su lindo chico lo sorprendiera con tan espléndida comida.

—Todo estuvo exquisito Minnie —agradeció.

—¿Más que yo? —bromeó el menor, ofendiéndose de cuando el mayor asintió.

—¡Oye! —puchereó, terminando por reír junto al otro.

Fue ahí cuando Jimin encontró a Yoongi lo suficientemente relajado como para darle su regalo. Sin duda, unas copas de vino habías aportado mucho en ello.

Luego de recoger ambos la mesa, Yoongi se desplomó en el sillón de la sala, pensando que su novio querría ver alguna película romántica, pero terminó por extrañarse cuando el rubio no apareció por ningún lado.

—¿Jimin?

—¡Estoy en el cuarto, hyung!

—¡¿Y qué haces allí?! —preguntó divertido, elevando su voz igual que el menor.

—¡Es una sorpresa~! —canturreó. Entonces el mayor prefirió dejarlo y mientras tanto, ver un poco de televisión.

Media hora después, el menor canturreó en su oído.

—Yoo-Gi-hyung~

Los labios del mayor se curvaron hacia arriba y estiró su mano, esperando que su novio la tomará, para atraerlo a sus brazos. Sin embargo, cuando lo vio, fueron sus cejas las que se fruncieron, escaneando a su pareja de pies a cabeza.

—Jimin...

—¿Te gusta, hyung?

—Pff —quiso reír —, Jimin, ¿qué rayos traes puesto? —preguntó, ahora viendo a su novio menear su cola frente a él.

Una larga, suave y peluda cola de perro.

—¿No te gusta? —preguntó el rubio, mientras modelaba aquel disfraz para el mayor.

—Se ve suave —murmuró Yoongi y lo acercó a él para poder acariciar el falso peluche del traje, que representaba la cola del cachorro.

—¡Uhm!

—¡Pero ¿qué...?!

Ambos se sonrojaron intensamente.

—No la toques tanto, hyung.

—Ay, por la santa mierda, ¡Jimin! ¡No me digas que tienes esa cosa enterrada en el-!

—Uhm... pues no te lo diré si no quieres... —susurró el menor, avergonzándose más.

—En serio, quieres matarme ¿no? —murmuró Yoongi, atrayendo por completo al menor, haciendo que se sentara en sus piernas —¿Este es mi regalo?

Jimin asintió, apretando sus labios al sentir sus mejillas, calentarse un poco más.

—Pensé que serían chocolates. Tenía ganas de comer algo dulce —susurró el pelinegro, moviendo un poco el traje para acariciar la tersa piel de su cuello. Acto que solo logró que el rubio se estremeciera hasta los huesos.

—Ippi es dulce —respondió, sonrojado.

—¿Quién? —Yoongi rio, apreciando sus tiernas mejillas.

Jimin sonrió de forma encantadora y se bajó de sus piernas, sentándose sobre la alfombra.

—Soy Ippi. Y quiero jugar con hyung~

El mayor sonrió de forma ladina y acarició el mentón de su chico, hasta llegar a esos rellenos belfos, delineándolos con su pulgar. Un gruñido luchó por escapar de sus labios cuando el menor atrapó su dedo, lamiéndolo de forma sugestiva.

—Creo que Ippi es algo ansioso...

—Ippi quiere jugar con su amo~

—Ay, Jimin, por favor—soltó el pelinegro, antes de echarse hacia atrás, rompiéndose en carcajadas.

—¡Yoongi! No arruines la atmósfera. No puedo llamarte daddy si estoy vestido como perro —puchereó —. Solo sígueme el juego.

—Ya, ya —el mayor no pudo evitar reír de nuevo —. Entonces, ¿qué quiere hacer Ippi?

Jimin sonrió y gateó hasta él, acariciando sus muslos.

—Ippi quiere lo que su amo tiene allí —señaló su entrepierna y Yoongi sonrió pícaro.

—Tierno Ippi, lo siento, pero no me va la zoofilia.

—¡Hyung! —chilló el menor molesto, tomando un almohadón para darle de lleno en la cara al otro.

Tremendo silencio reinó en ese momento.

Jimin se estremeció por completo cuando el mayor lo miró con esos intensos ojos oscuros. Supo que se había pasado cuando Yoongi se puso de pie y lo levantó con él, luego de sujetarle las muñecas.

—Creo que alguien se ha ganado un castigo por pasarse de listo con su amo.

Jimin no hizo más que jadear y asentir frenéticamente.

El mayor no necesitó decir más después de soltar sus manos. Tan pronto como eso pasó, el rubio ya se encontraba de rodillas frente a él, dándole la espalda.

Yoongi sonrió de forma maliciosa y también imitó su postura, acariciando apenas su espalda, hasta presionar un poco al llegar a su nuca, indicándole que se inclinara hacia adelante.

Sin protestar, el menor obedeció y tragó grueso cuando el otro comenzó a bajar la cremallera del traje, comenzando primero por descubrir sus hombros, dejando algunos besos y mordidas. Siguiendo por hacerle quitar sus manos mientras acariciaba su estómago y pellizcaba sus pezones. Terminando por hacerlo elevar sus rodillas, para acabar por desnudarlo. Dejándole aquel tierno gorrito, y la peluda cola, como lo único que representaba a "Ippi".

—¡Ah! —Jimin se sorprendió cuando la primera nalgada llegó y mordió sus labios cuando poco a poco su entrepierna comenzó a palpitar, una vez que las mejillas de su trasero recibieron otro, otro y otro azote más.

—Ah~ Yoongi~ —otra más fuerte resonó y el rubio terminó por lloriquear cuando el mayor jugó con su suave cola.

—Eso debe sentirse bien allí dentro ¿no? —murmuró en su oído, haciéndolo apretar sus piernas cuando tiró apenas del dildo, para luego volverlo a meter.

Jimin no aguantó y comenzó a tocarse cuando su pene palpitó con violencia. Sin embargo, el mayor no le iba a permitir que se corriera, hasta que rogara por piedad.

Tomándolo por los hombros, hizo que se girara y él subió al sillón para encontrarse más cómodo.

—Chupa.

No necesitó decir más para que el menor obedeciera.

Entre dedos temblorosos, Jimin logró abrir el cierre de su pantalón para liberar aquella paleta de la que no había disfrutado en mucho tiempo.

La primera lamida, hizo al mayor tirar su cabeza hacia atrás, dejando que el aire apenas escapara de entre sus labios. Otra más y esta vez gruñó, tomando al menor por sus rubias hebras.

—Dije, chupa.

Jimin lo miró con un brillo particular en los ojos y obedeció, esta vez, logrando que el otro soltara un ronco gemido.

El menor sonrió y se acomodó mejor para poder tragarse por completo el pene de su pareja. Yoongi se sintió morir cuando las mejillas del rubio se ahuecaron para apretarlo y su lengua lo delineaba a la par que sus dientes apretaban para provocarle aquel placer que tanto le encantaba.

Jimin comenzó a masajear los testículos de su novio cuando éste prácticamente comenzó a follarle la boca. Gruesas lágrimas caían por las mejillas del menor, pero él para nada se apartó. Al igual que el otro, lo disfrutaba. Disfrutaba locamente de ver a su hyung casi delirar y gemir sin importarle quien oyera. Amaba que él se dejara hacer y amaba que fuera rudo, como ahora.

En un rápido movimiento, Yoongi terminó por apartarlo, tomando su cintura para arrastrarlo debajo de su cuerpo y hacer que acomodara sus piernas sobre sus hombros.

—Te voy a follar tan duro que te haré olvidar si eres perro o humano.

Más que reír, Jimin solo pudo jadear, temiendo por el futuro de su culo.

Un obsceno "pop" se escuchó cuando Yoongi arrancó el dildo de un tirón y lo sustituyó por su falo. Frotándose en el trasero de su pareja, simulando duras embestidas solo para hacerlo rogar.

—Yoon...

—Dilo.

—Por favor...

—Dile a tu amo lo que quieres, Ippi —susurró, deteniéndose por un momento.

—¡Quiero que hyung me parta el culo!

—Oh, tus deseos son ordenes, mi querido Ippi —le susurró y lo besó de forma hambrienta.

Y tras decir eso, Jimin soltó un agudo gemido, al mismo tiempo que el otro se hundía tan profundo, dentro suyo. Pocos segundos después, Yoongi comenzó con un certero vaivén que hizo al otro contonear sus caderas para seguirle el ritmo. Al menos hasta el momento en que el mayor entró más, encontrando su dulce lugar favorito.

Jimin en ese instante se convirtió en un genuino mar de gemidos y lloriqueos mientras Yoongi embestía una y otra vez contra su próstata, a la par que mordisqueaba su cuello y clavículas, marcándolo como hace tiempo no lo hacía.

Ahora se preguntaba, como había dejado abandonado por tanto tiempo a esa dulce criatura del pecado.

Un grito más rasgó la garganta del rubio cuando el otro envolvió su necesitado pene con una de sus palmas, mientras aún lo embestía con fuerza y constancia.

—Más... más daddy, más.

—¿Qué... no era tu... amo? —bromeó el mayor entre jadeos, recibiendo una mordida de su novio en su labio inferior mientras sus caderas se movían frenéticamente, ahora ayudándose de su mano libre para separar las nalgas del menor.

—¡Ah! ¡Sí! ¡Dios, sí, no pares! —suplicó Jimin, lloriqueando al mismo tiempo que un fuerte cosquilleo comenzaba a alojarse en su vientre.

—Maldición —masculló el otro cuando vio aquel rostro bañado en sudor y lujuria —No te quejes... si mañana no puedes caminar —susurró y pronto su rostro fue atrapado por el menor, para comerle la boca con una voracidad desmedida.

Una, dos, tres embestidas más y ambos gimieron en alto, compartiendo el orgasmo más increíble de sus vidas. Algunos segundos después, sus cuerpos aún seguían temblando mientras ellos reían sonrojados, acariciándose y besándose, aún uno dentro del otro.

—Te amo. Y lo siento por no prestarte mucha atención en este tiempo.

Jimin negó y acarició las mejillas del hombre al que más amaba en el mundo.

—Es comprensible, hyung.

Yoongi sonrió y lo besó una vez más, antes de intentar pedirle otra ronda. Pero el celular del menor le ganó de antemano.

Jimin estiró su mano y tomó el aparato que se encontraba sobre la mesita junto al sillón y contestó sin pensarlo al ver que se trataba de su padre.

—¿Appa?

—Hola bebé. ¿Ya acabaron de revolcarse en la sala?

—¡¿Qué?! —las mejillas de Jimin ardieron en un rosa intenso y miró horrorizado al mayor, aún sin decir una palabra.

—Estoy afuera hace media hora. Iba a tocar, pero te oí pidiéndole más a tu daddy, así que preferí esperar —el hombre suspiró —. ¿Puedes abrir? Pero por favor, vístanse antes. No quiero tener pesadillas luego —y cortó.

Jimin soltó el teléfono y enterró su rostro en el cuello del mayor antes de chillar avergonzado. Yoongi casi imita su acto cuando le cuenta sobre la llamada, pero prefiere salir lentamente del interior del rubio y comenzar a vestirse, teniendo las mejillas igual de sonrojadas que el otro.

Unos minutos después, tras acomodar todo un poco, Jimin abre la puerta y ambos se asoman con la mirada gacha y las mejillas ardiendo en pena. Ninguno de los dos es capaz de sostenerle la mirada a uno de los hombres más poderosos de toda Corea de Sur.

—Ahora entiendo por qué Holly escapó. Quizás quiso salir a pedir ayuda, pensando que su padre quería matar a su pareja.

—¡Appa! —Jimin chilló a punto de llorar. Sin embargo, cuando ambos levantaron la vista, toda vergüenza fue reemplazada por el asombro y una fuerte opresión en sus pechos.

—Ya, tómalo niño —habló el señor Park, sonriendo, tendiéndole el cachorro que meneaba la cola, contento.

—Ho-Holly —susurró Yoongi, importándole poco romper en llanto frente a los otro, al momento de tener a su niño adorado en brazos. —Perro tonto, ¿por qué le hiciste eso a tu padre? Solo me causas disgustos —lo regañó, sin estar verdaderamente molesto, recibiendo como respuesta unos tiernos lametones en su rostro.

Ambos compañeros de vida estaban igual de contentos de volverse a ver.

—¿Cómo es que...? —quiso saber el mayor.

—Appa mandó a sus hombres a que lo buscaran por mar, cielo y tierra —respondió el rubio, orgulloso.

—¡¿Le pediste al jefe de la mafia coreana que buscara a mi perro?! —gritó el otro, sorprendido.

—Ahm... ¿Sí? —respondió el menor con duda y el hombre rio.

—No fue problema —habló el señor Park, sacudiendo la mano en despedida mientras caminaba a su auto —. Haría cualquier cosa por mantener contento a mi bebé. Aunque creo que tú me llevas la delantera en eso, Yoon.

Tras oír eso, ambos jóvenes se sonrojaron de nuevo, pensando en retocar las paredes con aislantes de sonido. Sin embargo, la pena duró poco cuando el mayor se acercó a su pareja, abrazándolo, cuidando de no aplastar al cachorro entre ellos.

—¿Ya te dije que te amo?

—No sé~ —canturreó el menor, recibiendo un dulce beso en sus labios.

—Te amo, Jimin. Te amo con locura y jamás dejaré de repetirlo. Gracias por lograr que Holly esté de vuelta.

El rubio sonrió con ternura, acariciando el camino de lágrimas que aún estaba grabado en las mejillas contrarias.

—Literalmente, no hice mucho —rio —Pero de nada. Haría cualquier cosa por siempre verte feliz.

—Hoy ya hiciste demasiado —soltó el mayor, con una sincera sonrisa —Sin dudas, el mejor San Valentín de mi vida —murmuró, reposando su frente en el hombro ajeno.

—Ni que lo digas —susurró el menor, besarlo por última vez antes de que los ladridos juguetones de Holly los separara. 


........................

┬┴┬┴┤( ͡° ͜ʖ├┬┴┬┴ Pecadoras~

Ahora sí, me despido con éste especial. Espero que lo hayan disfrutando y hayan pasado un lindo día, porque no solo hay que celebrarlo con una pareja, sino también con amigos y familia. Más que el día de los enamorados, es el día del amor, así que no se olviden de repartir mucho, mucho amor \( ̄▽ ̄)/♡ 

Ya, alguien deme un limón >:'v 

Los quiero y gracias por leer mis historias ♥

(PD/Done una estrella para la caridad :'v)

Nina Glastor ❣

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