-¡Alessandra! -grita su madre desde el comedor. Alessandra sale del baño después de haberse lavado las manos.

-¡¿Si?! -se dirige al comedor y se sienta.

-¿Ya están hechas las maletas? -le pregunta seria. Alessandra duda si decirle la verdad o no. Abre mucho sus grandes ojos y dice: No.

-¿Qué? ¿Y a qué hora piensas hacerlo? ¿Mañana antes del ir al aeropuerto? -dice mientras introduce un raviol con salsa de tomate a su boca.

-Yo creo que si, así es más emocionante, ¿no crees? -bromea Alessandra.

Cuando madre e hija terminan de cenar, empiezan a seleccionar la ropa y zapatos que utilizará y preparar todos los utensilios necesarios de belleza y cuidado. Alessandra decidió utilizar una mochila de 70 litros en vez de una maleta con rueditas. Siempre ha sido su sueño utilizar una de esas. 

Seleccionan los outfits de verano y se toman una fotografía para recordar las prendas. Trata de combinar mismas prendas y zapatos en diferentes outfits y de utilizar prendas livianas y frescas. Italia en verano es muy caluroso.

Para ahorrar espacio en la mochila, enrolla las prendas. Guarda utensilios necesarios como toallas sanitarias, desmaquillante, tónico, jabón de cara, etc. También guarda accesorios como aretes, brazaletes, collares, etc.

Seleccionar y guardar no ha sido fácil. Es la 1:00am y el vuelo sale a las 3:00pm. Será mejor descansar porque sabe que no podrá dormir durante los vuelos.

-Alessandra... -la voz de su madre susurra. -Despierta.

Alessandra no hace más que emitir el gruñido matutino. Su madre le tiene preparado su desayuno favorito en un azafate.

-Tengo tu desayuno aquí.

Alejandra con oír la palabra "desayuno", abre el ojo azul y más tarde el ojo marrón oscuro.

-Te hice huecos revueltos de codornices, un batido de fresa y mora y fui a comprar a "Delicia" una tartaleta de frutas. Tu desayuno favorito. -dice sosteniendo el azafate con una sonrisa.

Alessandra sonríe y de inmediato se incorpora haciéndole un espacio a su mamá para que se acueste con ella.

-Que rico, gracias. Ven y desayuna conmigo. -alcanza el control de su televisión, la enciende y coloca Netflix.

-Está bien, en un momento traigo mi desayuno.

Mientras desayunan en la cama de Alessandra, observan la serie favorita de la familia: "Grey's Anatomy". O al menos lo es para Alessandra.

Luego del desayuno, Alessandra se dirige al gimnasio a unas calles de su casa. En las escaleras de la entrada se encuentra esperando su mejor amiga, Katherine.

-Creí que no llegarías. -se saludan de un beso en la mejilla y empujan la puerta de vidrio para entrar.

-Me retrasé un poco. Ya sabes, hoy es el  comienzo. -dice Alessandra con tono de misterio.

-Todo irá bien. Tranquila. ¿Llevas todo en la mochila?

-Si. La terminé hoy a la 1:00am. Llevo todo lo necesario.

-Eso espero. Y también espero que no te destroces la espalda con semejante mochila. Tienes que estar bien para los entrenamientos en Columbia.

-Estaré bien, sabes que puedo soportar presión en la espalda. Además, no voy a caminar largas distancias con ello, se quedará en el autobús. Llevo una mochila pequeña extra. 

-Más te vale, sabes que hay espacio para una armadora y ese podría ser tuyo.

En el equipo de voleibol en Columbia buscan una nueva armadora. Alessandra lo fue en la secundaria y gracias a ello consiguió la beca. Esta es una nueva oportunidad que puede abrir a otras oportunidades, hasta podría ganarse una beca en el extranjero.

-Yo quiero ser la nueva Líbero -dice Katherine con una sonrisa de suficiencia.

-Y lo serás -asegura Alessandra.

Katherine siempre fue la mejor líbero en la secundaria. Su estatura la hizo ideal para el trabajo ya que no es alta como Alessandra.

Mientras charlan, dejan la mochila deportiva dentro de sus respectivos lockers y se dirigen a las máquinas. 

Durante 2 horas, estas chicas se sacan el jugo como siempre lo saben hacer. No faltaron unas cuantas miradas de los hombres pero ya están algo acostumbradas. 

Luego del intenso entrenamiento, se dirigen a tomar un smoothie y a almorzar sushi, la comida favorita de Katherine. 

-Alessandra... -dicen Katherine mirando el reloj del teléfono. 

-¿Mmmm? -Alessandra está absorta y ocupada comiendo un rollito california. 

-Ya es la 1:15pm. ¡¡Tienes que estar ya de camino al aeropuerto!! -Katherine se alarma y Alessandra abre muchos sus ojos del gran susto. Tiene la boca llena de sushi y le cuesta articular palabras. -¡Vamos! -Katherine no la deja hablar y se levanta de su lugar. Alessandra la imita y ambas toman sus cosas y el sushi y salen del restaurante. Menos mal que pagaron la cuenta antes. 

Ambas caminan rápido sin correr. En cinco minutos se encontraban en la entrada de la casa de Alessandra. Al entrar, Alessandra encontró a su mamá algo molesta. 

-¡Te llamé 5 veces Alessandra! ¿Ya ves la hora que es? El aeropuerto debe estar congestionado, estamos lejos del aeropuerto y tu vuelo es en una hora y media. 

-Mami, lo siento, no me dí cuenta de la hora que es. -dice tomando sus hombros y luego sale corriendo a su cuarto. 

-Hola Victoria, lo siento. La llevé a comer sushi y no nos dimos cuenta de la hora que es. Alessandra no estuvo pendiente de su teléfono. -Katherine le dice y le da un abrazo de saludo.

-Alessandra es algo despistada, no quiero que nada malo le pase en Italia.

Alessandra toma un baño de 5 minutos y se viste cómodamente para los largos viajes en avión. Se medio seca el pelo y toma sus maletas y sus gafas de sol. Duda en dejarlos, tiene que cumplir la promesa de su papá pero piensa en la gente que la mirará y se los lleva. 

-Ya estoy, vamos. 

-¿Pasaporte y boletos? -dice su mamá. 

-¡En mano! 

Suben al carro  y las tres se dirigen al aeropuerto Internacional John F. Kennedy.