De enemigos a papás.
✩ Género: Romance/ Post canon/ Omegaverse/ Slow burn.
✩ Ship: WongLung y AshEiji.
✩ Advertencias: Contiene algunos spoilers del anime y del manga, las advertencias que son intrinsecas a la serie y que siempre se tocan, lea bajo su propio riesgo.
✩ Notas del autor: Si alguna vez me tuvieron respeto como escritora salgan de este OS, que ya no sé lo que escribo, pero lo hago con mucho amor. Basicamente la trama es un Yut-Lung que sigue siendo chernobil y piensa que sino puede ser feliz nadie puede serlo, así que secuestra a cierto crío que le traerá varios problemas y a la vez, le hará de cupido. Esta es mi versión de confort en donde todos están vivos y son felices y omegaverse porque era necesario.
✩ Dedicatoria: Meel, feliz cumpleaños. Ya vamos siendo esposas, amigas, almas gemelas, llamalo como quieras pero por muchos años y no puedo estar más agradecida de seguir acá contigo. Este año nos tocaron cosas horriblemente dificiles a las dos y en serio, me siento muy afortunada de tener a alguien incondicional a mi lado, te admiro, te doy cuerda y estoy acá por miles de razones. Te amo, en resumen. Ahora, quería escribirte un OS decente, tome un poco de lo que tú me dijiste, yo dije y de alguna manera quedó muy largo y lento al inicio y muy tonto al final, perdón, pero cada año te hago algo un poquito más decente, está hecho con mucho amor homosexual para ti.
—Wu. —El nombre vibra a través del salón principal de la mansión Lee, su voz es gélida igual que un témpano de hielo no obstante nada se compara a la indiferencia que muestran las pupilas purpúreas.
Frías. Impasibles. Solitarias.
Vacías.
—Señorito Lee. —Su sirviente se afloja la corbata, se encuentra arrodillado con la pierna derecha en el piso mientras la izquierda lo ayuda a mantener el equilibrio igual que un siervo lo haría por el amo o un pagano rogándole a Dios, sonríe con el pensamiento y su desmesurada humildad, más se enfoca en lo que tiene enfrente. Una ofrenda maldita. Un sacrilegio—. Le he traído lo que usted me requirió.
—No, eso no es lo que pedí.
—Claro que lo es.
—Eso. —Yut-Lung apunta deliberadamente al lado de Wu—. Esa cosa no es lo que quería.
—No es una cosa, es una persona. —Insiste.
—Pues no me sirve.
—Pues usted me pidió que trajera la debilidad de Ash Lynx. —La mera mención lo incita a descorchar la botella de vino y beberla de un trago ¿realmente creyó que podía terminar e irse a Japón así como si nada? Que no lo joda.
—Lo hice. —Su mirada se arrastra por la mansión—. ¿Y por qué me trajiste a un mocoso? Yo esperaba recibir al insoportable de Okumura, no a una fotocopia bebé.
—No es un bebé, es un niño genio.
—¡Lo que sea! —Gimotea—. ¿Por qué diablos hay un niño en mi sala de estar?
Y como la vida deliberadamente lo odia, no es cualquier niño, sino que es una copia en versión enana de su némesis, su cabello tiene un corte principesco y feo casi como si se lo hubieran realizado contra un tazón de sopa y lo imagina perfectamente gracias a la "genialidad" de Okumura, su flequillo pende encima de sus pestañas y sus cejas tensas, sus ojos verdes lo fulminan igual que un depredador haría con una carroña, el parentesco inclusive es de carácter y debe admitir que si no fuera por sus prendas tan desaliñadas y horrorosas fácilmente lo habría confundido con Aslan, de hecho hasta se ha parado para poderlo ver más cerca. Un cachorro de lince. Duro. Tosco. Arisco. Y aun así hay bondad ardiendo en sus pupilas y ahí aprecia el parentesco con Okumura.
¿Así te veías cuándo todavía no perdías tu inocencia?
¿Esto eras antes de Dino?
Qué envidia.
—¿Qué se supone que haga contigo? —El mocoso está amordazado y atado de palmas y pies, apenas Yut-Lung se inclina para levantarle la barbilla gruñe y amenaza con morderlo a través de la cinta, Dios esto no era lo que necesitaba, acaba de adoptar a un gato malhumorado.
—¿Qué quiere que haga con él?
—Trátalo igual que un huésped. —Dicta—. Que descanse en una de nuestras habitaciones hasta que te dé otra orden ¿entendido?
—Entendido.
Wu se retira con el niño.
Yut-Lung necesita otra botella de vino.
Okey, su plan no está saliendo como se imaginó que saldría puesto que cuando le ordenó a su equipo que le trajeran la debilidad de Ash Lynx esperaba tener otro encuentro con el terco de Okumura pero no, al parecer acabó convirtiéndose en un secuestrador de mocosos, ugh, la mera idea provoca unas náuseas desmesuradas porque definitivamente tiene un tema con los niños y los traumas de infancia no obstante el vino luce más entretenido que la terapia así que sí. Vuelca una sexta copa para beberla y eso que todavía es de mañana.
—Si sigues bebiendo pronto el alcohol no te hará nada.
—Cállate. —Gruñe—. Lo necesito, mira lo que pasó.
—Te dije que era una mala idea volver a meterse con Ash, pero tú nunca me escuchas. —Sing tararea.
—Te crees muy listo ¿no es así?
—Pues ahora que lo mencionas soy estudiante destacado en Nueva York y un hombre de negocios.
—Tch.
—No te desquites conmigo, yo no soy quién tendrá que hacer de niñero.
—¡Cállate! —Grita y avienta la copa contra la pared.
—¡Ah! Qué histérico. —Pero el hijo de puta solo se ríe—. Eres inteligente, Yue.
—Claro que lo soy.
—Si tanto te preocupa el retorno de Golzine deberías charlar con Ash para hacer una alianza en lugar de convertirlo en tu enemigo otra vez, han pasado años desde que se fue.
—Exacto. —Yut-Lung aprieta los puños con tanta fuerza que sus nudillos se blanquean y cinco marcas le quedan en cada palma—. Han pasado años desde que huyó a Japón para tener una vida felizmente gay junto a Okumura, dejándonos en la mierda ¿cómo se atreve? Y para el colmo tuvo un hijo con el omega incluso cuando juró renegar de sus instintos.
—Son dos.
—¿Qué?
—Son gemelos, Jade y Dawn. —Un tic nervioso se pronuncia en su párpado—. Aunque supongo que solo pudieron traer a Jade.
—¿Qué diablos me importa a mí?
—Porque tú lo secuestraste.
—¡Qué yo quería a Okumura, no a la fotocopia bebé! —Chilla—. No me meto con niños bajo ninguna circunstancia.
—Entonces devuélvelo.
—Si lo devuelvo será como admitir mi rendición y no haré eso. —Sing rueda los ojos, no se ha movido del costado de la pared, tiene sus manos contra la nuca y sus piernas flojas en la cerámica.
—Sería mucho más inteligente pedirle ayuda, el tema del banana fish les concierne a los dos, además podrían acabar con Dino en un abrir y cerrar de ojos si juntaran las pruebas.
—Te has vuelto insolente ahora que creciste.
—Y no se te olvide increíblemente galante. —Sing traza una sonrisa de comemierda tan egocéntrica que tiene que contener las ganas de vomitar con el dorso de la palma, sin duda copió lo más grotesco tanto de la personalidad de Ash como de Shorter, vaya maravilla—. Solo devuelve a Jade y Ash no te asesinará, lo prometo, todavía mantengo contacto con él y puedo ayudarte.
—¿Quién te has creído? —Yut-Lung se para enfrente con las manos sobre la cintura y la mirada arriba de manera inescrutable—. No eres nadie para aconsejarme.
—Soy tu amigo.
¿Su amigo?
Ja.
Bien supone que tienen una amistad de larga data considerando que lo conoció a los 14 años, cuando estaba el fragor del banana fish en medio de una lucha de pandillas, con Dino extendiéndole la mano para hacer un trato y él siendo lo suficientemente estúpido para rechazarlo. Dentro de todo entiende que comparte una relación especial con Sing, fue el primer vínculo en dónde no lo abusaron o usaron como el clan le creyó hacer que era normal y en retribución a dicha bondad Yut-Lung adoptó el papel de hermano mayor que nunca tuvo siendo quién creyó en el chico del principio, tratándolo igual que un jefe aun si a veces era condescendiente, vio que Sing se tendía a comparar con otros líderes: Ash, Cain y sobre todo Shorter. Por eso le dio su apoyo incondicional.
El cariño y el respeto es mutuo, por supuesto, Sing nunca lo ha juzgado por sus debilidades o por sus impulsos suicidas destructivos, ambos están atrapados a su manera y se apoyan en esa comprensión.
—No pelees con Ash. —Es el último consejo que le da.
—¿De qué lado estás? —Siempre lo resintió por seguir en contacto con el fotógrafo porque Okumura ha sido todo un tema para él, al principio Yut-Lung tenía intenciones de luchar al lado de Aslan contra Golzine, no obstante, la llegada de ese omega lo cambió todo.
—De ninguno. —Aprieta la quijada—. Ellos también son mis amigos y tal como a ti les debo fidelidad con la diferencia de que tú además de ser mi amigo eres la cabeza de los Lee y mi jefe, por lo que se consideraría traición si te detengo con mis propias manos y solo puedo esperar que entres en razón.
—Al menos te funciona el cerebro todavía.
—¿Por qué tanto afán con Ash?
—Porque no es justo que él se haya ido a Japón a hacer una vida normal ¿quién se cree? No tiene el derecho de olvidar quién es y lo miserable que Dino lo hizo, está hecho para ser un depredador, ¿qué diablos hace jugando a la casita con Okumura? —La mirada de Sing está repleta de sentimientos que le son incomprensibles a estas alturas de la vida, tampoco los quiere comprender.
—Todos han cambiado con estos años, Yue.
—Yo no.
—Exacto. —Sonríe—. Tú no has cambiado.
—Eso...
—Ni siquiera con la muerte de todos tus hermanos. —La verdad le cae como una piedra al estómago.
—No sabes nada.
—¿Sabes qué creo? Que en el fondo ni siquiera quieres que Ash te ayude con Dino, lo que buscas es que Ash acabe con tu vida y sea el verdugo ya que eres demasiado cobarde como para morir por tus propias manos. —Una risa seca sale de su garganta, Yut-Lung baja la cabeza clavando su atención en los fragmentos de la copa esparcidos sobre la alfombra.
—Te has vuelto cruel, Sing.
—Te parezco cruel porque sabes que es verdad ¿cuándo dejarás ir tu odio por Eiji? No, ni siquiera lo odias, lo que tienes es envidia de que Ash haya podido rehacer su vida con quienes ama mientras tú sigues estancado, acá, justo dónde él te dejó.
—¿Crees que estoy estancado?
—Creo que sigues siendo el mismo mocoso de 16 años que conocí.
Bastardo.
¿Tenerle envidia? ¡Qué no lo joda! Jamás le tendría envidia a alguien tan patético, solía ser una bestia indomable ¿qué le pasó? Da vergüenza ajena que ahora sea un gato fofo, mimoso y doméstico.
Pero tal vez, Ash nunca fue un demonio indomable. Tal vez, Ash siempre ansió tener una vida normal.
Tal vez Ash es valiente por subirse al maldito avión y tener las pelotas para formar una familia a pesar de los traumas que carga, tal vez Yut-Lung no está celoso de Ash ni odia a Eiji. Tal vez, solo está celoso de su relación ya que en el fondo anhela que alguien sea lo suficientemente fuerte como para amarlo y saltar cada una de sus barreras y no solo eso, sino que acoger sus heridas. Pero sabe que esas cosas no le pasan, no a él, porque si le hubieran pasado su madre no estaría muerta ni estaría lidiando con tantos traumas ¿cierto? Pero helo acá, intentando vencer a la mafia con apenas veinte años, sin duda la vida ha sido una perra. No le importa.
Le da exactamente igual.
—Deberías irte. —No es un consejo—. Tengo cosas importantes que hacer y no anhelo lidiar contigo.
—No seas así.
—Déjame formularlo de otra manera. —Chasquea cabreado—. Tengo paciencia solo para un mocoso en vez de dos.
—Si fuera tú tendría cuidado con Jade. —Entonces Sing canturrea regresando a su espantoso sentido del humor basal—. Tiene el carácter de Ash.
—¿Tiene algo de Okumura?
—¿Algo?
—Ya sabes, su debilidad o su estupidez por ejemplo.
—Su terquedad. —Yut-Lung ahoga un chillido entre dientes—. Es todo un conejo terco igual que Eiji.
—Claro que lo es. —El karma es una perra.
—Señorito Lee. —No alcanza a decir más cuando Wu entra corriendo al salón, hay sudor empapando su traje y una expresión histérica quemada en sus ojos—. ¡Tenemos un problema!
Y debería darle risa este maldito dejá vu.
Porque cuando corre hacia el segundo piso se encuentra con su habitación totalmente destruida por lo que impresiona ser un berrinche, qué bonito, Yut-Lung se masajea la sien en busca de paciencia y es que esto le recuerda demasiado a esa vez que secuestró a Okumura y no solo le dejó hecho mierda su preciado cuarto, sino que lo amenazó con un vidrio en el cuello. De tal palo tal astilla. Por supuesto que este mocoso no lo amenaza con un vidrio ni nada, tiene un poco más de ¿siete años? La violencia no debe dársele por mucho que su papá sea Ash.
—¿No tienes libros interesantes en este lugar? —Entonces le arroja una mirada maliciosa junto a esa sonrisa felina que conoce a la perfección—. Porque todo apesta, anciano.
—¡¿Cómo me llamaste?!
—Anciano. —Canturrea, Yut-Lung ya lo odia—. Es que estoy buscando algo de Hemingway o Salinger.
—Niño, estás secuestrado.
—Pero supongo que eres demasiado inculto para conocerlos, está bien. —El crío se deja caer encima de la cama como sino acabara de destrozar un cuarto por unos libros.
—Creo que no entiendes tu situación.
—No. —El cachorro sonríe—. Creo que tú no sabes con quién te estás metiendo, viejo.
—Conozco a tu papá.
—No hablaba de mi papá.
¿En qué diablos se metió?
La respuesta no tarda en manifestarse a través de un alfa atrevido en su puerta, no debería estar acá si tienen un trato que cuidan sagradamente porque apenas Yut-Lung desglosó lo que era banana fish o cómo Golzine pretendía usarlo en Shorter y secuestrar a Eiji con tal de destruir a Aslan, él tuvo que salir del panorama y hacer algo impropio de sí mismo: ayudar a líder de Chinatown, fue estrategia o al menos eso se dice, pero a cambio de salvarle la vida y extender su protección al resto de los Wongs este alfa no debería volverlo a contactar por el resto de su vida, por eso los trámites se realizan dadas las intervenciones de Sing. Por ende no posee sentido que esté aquí. Su cultura valora genuinamente las promesas y las deudas. Shorter tiene ambas.
—Vengo por el hijo de Ash. —Yut-Lung agarra el marco de la puerta y desliza sus dedos con gracilidad acariciando las asperezas alrededor del pomo, es delicado y suave, los ojos se encuentran incluso en contra del cristal reflectante de los lentes, eso lo pone nervioso, lo ve, le gusta—. Por favor.
—Si lo pides tan amablemente. —Le da un portazo en la cara.
—¡Yue! —Claro que Sing chilla porque es un simp—. ¡No puedes hacerle eso a Shorter!
—Ah, ya lo hice.
—Shorter merece respeto, es genial.
—Si es tan genial ¿por qué una puerta le pegó en la cara?
—¡Hablo en serio! —El mocoso corre para abrirle la puerta y al parecer solo le golpeó la nariz puesto que se ve hinchada, pero es una lástima que no le haya roto un diente o algo—. ¿Estás bien, Shorter?
—Lo estoy. —Wong tiene el ceño tenso y los anteojos desacomodados—. Como te dije vengo por el hijo de Ash.
—Qué venga Ash por su propio hijo. —Sonríe—. Claro, debe pensar que Dino lo secuestró ya que no dejamos pista alguna así que se demorará un poco.
—Bastardo.
—Ah. —Yut-Lung se pasea enfrente del alfa, sus dedos se deslizan debajo de su mentón, es una pena que un rostro tan galante se haya desperdiciado así—. Me debes la vida, odio las faltas de respeto y más cuando vienen de mis deudores ¿o acaso no lo recuerdas?
—Lo recuerdo.
—Entonces apégate a nuestros términos.
—Pero Ash es mi mejor amigo y no dejaré a su hijo expuesto.
—No tengo intenciones de hacerle daño.
—No te molestará que me quede en ese caso.
—¿Qué? —Palidece—. No, no te quiero cerca, tu peste de alfa me perturba.
—Y tu peste de omega tampoco es una maravilla. —Yut-Lung se agarra el torso casi como si estuviera sufriendo de un paro cardiaco, las piernas le fallan, Sing tiene que atraparlo para que no se desmaye.
—¿Cómo me llamaste? —La sangre le hierve—. ¿Acaso te atreviste a decirme apestoso?, ¿a mí? Que me gasto una millonada en jabones florales y mascarillas dulces, ¿realmente nos vas a comparar? Tú tienes pinta de que no te has duchado en una semana.
—La vida de pandilla es dura. —Yut-Lung quiere llorar, no, definitivamente no compartirá su preciada mansión con este mugriento alfa que llegó de la nada a invadir su espacio personal.
—Largo o llamaré a seguridad. —Amenaza.
—Si estoy con Jade, Ash estará más calmado.
—¿Y eso a mí qué?
—Qué no te matará cuando venga, no es seguro para que viaje todavía, no puede exponer a su niñita ni a Eiji, por eso me contactó sospechando de ti. —Sing eleva una ceja con una sonrisa de satisfacción y es casi como si le dijera: ¿qué acaso no te iba a encontrar?—. Además es mi sobrino, me adora.
—¿Puedes hacer que se porte bien?
—Puedo intentarlo. —Qué desesperanzador.
—Es un trato. —Acepta con fastidio y no porque necesite su ayuda, es Yut-Lung después de todo, sin embargo, le hará un favor a esa alma en desgracia e iluminará su vida con su compañía, vaya, debería profesarse afortunado—. Pero a la primera que me aburras, te largas.
—Es un trato.
¿El problema?
—Quiero que me prepares natto.
Shorter es un terrible niñero.
Yut-Lung suspira, llevan conviviendo una semana con este mocoso y no ha sido más que un dolor de culo, es gracioso cómo a veces le evoca un aura tan Ash Lynx y otras veces simplemente es un fastidio como Okumura, es una combinación extraña entre un gato arisco y un conejo chillón que patea todos los restos de su cordura con preguntas estúpidas y exigencias que son insufribles. Primero fueron los libros. Luego exigió unas converse. Luego le pidió que le comprara plaza sésamo. Ayer tuvo que darle la orden a los sirvientes para que cocinaran ensalada de aguacates con camarones y ahora esto ¡alto!
Así que solo lo ignorará, sip, tiene cosas mucho más importantes que hacer a lidiar con los berrinches de un mocoso que ni siquiera es suyo y de hecho, es de las dos personas que más odia, por ende, va a seguir saboteando al gobierno chino con este informe.
—¿Hola? —Pero el mocoso le está picoteando la mejilla—. ¿Me escuchas o te quedaste sordo, viejo?
—En primer lugar, tengo un poco más de veinte años.
—Una momia total. —El tic en su ojo se intensifica—. Quiero natto.
—Ve a pedirle a Shorter que te haga natto.
—Está viendo doramas de gays. —Dios, no me pagan lo suficiente para eso—. Y tengo hambre ahora.
—Pídele a Wu que te haga algo.
—Quiero que tú me ayudes a hacer natto.
—Estoy ocupado. —Manos se acomodan a la orilla de su notebook para cerrarlo de golpe borrándole todo el progreso de la mañana al no haberlo guardado, Yue abre los ojos de golpe, iracundo—. ¡Tú...!
—Ya no estás ocupado.
—Pero...
—Vamos a hacer natto.
Cabrón.
Pero bien, va a darle en el gusto ¿qué tan difícil puede ser cocinar la porquería? Yut-Lung se considera a sí mismo diestro en absolutamente todo lo que toca, especialmente en humildad y si bien, es cierto que tiene una serie de chefs profesionales a su disposición aprendió a cocinar con su mamá, en dicho sentido cree que ambos eran niños. Una sonrisa inconsciente se esconde entre sus labios a causa de la memoria, mamá, hace mucho no piensa en ella y la sonrisa se esfuma. No. Acá no está con ella ni es un niño creyendo que está dentro de una familia normal, acá está con la aberración entre un lince y un conejo quién además heredó lo peor de ambos. La personalidad mierdosa de Lynx y...
—Está listo.
—¿Qué diablos es esto? Apesta.
—Así debe ser. —Y el gusto mierdoso de Okumura, vaya son los padres del año por querer envenenar a sus hijos—. Tienes que echarle salsa de soja, mostaza y puerro. —Lo hace, sin embargo, la situación impresiona aún peor puesto que el arroz está respirando debajo de la plasta pegajosa.
—Ugh, huele peor que Shorter.
—¡El tío Shorter es genial! —Por poco no se desmaya dado el aliento del mocoso y de hecho, necesita sentarse frente a su elegante isla de granita para no desvanecerse, duda que el crío lo atrape—. Aun viviendo acá me iba a visitar cuando podía, mis padres lo quieren mucho.
—No me importa realmente. —El niño frunce las cejas, infla las mejillas y patea el piso, el gesto llama su atención—. ¿Acaso estás haciendo un berrinche?
—Trágate el natto.
—¿Realmente se come?
—Eres desconfiado.
—Debo desconfiar del mocoso que me está haciendo la vida imposible.
—Tú fuiste quién me secuestró.
—Touché.
Se prepara para lo peor, hace la mezcla (qué por cierto, rompió la cuchara por su espesor) y se aprieta la nariz para poderlo tragar, Dios sabe que tragó cosas peores cuando Sing se obsesionó con ser igual que Shorter deslumbrado por su admiración. Pero eso. El omega corre al baño volcando inclusive las tripas en aquella arcada, ¡esto es lo peor que ha comido en su vida! Joder ¿para qué diablos Okumura rompió la ventana y lo amenazó? Con un poco de esto lo habría podido matar, ugh, qué asco, es muy asqueroso, ni debería importarle, aguantó cosas mucho más repugnantes cuando sus hermanos aún vivían. Pero no quiere repasar la triste historia de su infancia. Así que pasado pisado y ahora necesita una botella de vino para disociarse bien y con suerte asesinar a las papilas gustativas que ruegan por clemencia.
—¿Te gustó, tío Yue? —¿Yue? ¿Quién diablos le permitió darle ese apodo?
—Te odio. —Chilla derrotado en la taza del baño—. Eres un demonio.
—Es mi placer.
Desearía decir que los días se pusieron mejor con Jade, no obstante, solo empeoraron y empeoraron.
El mocoso es malvado, finalmente llegó a esa conclusión.
Sí.
No sería tanto si tuviera que lidiar solo con Jade, no obstante, la presencia de Shorter en vez de darle un apoyo para descansar se ha convertido en un dolor de culo puesto que aparentemente tiene igual la edad mental de un crío, si le sumamos a Sing a la ecuación eso lo ha llevado a considerar si debería mandarle de regreso a toda la molesta familia en una maleta a Izumo y si no lo ha hecho es por mero talento autodestructivo y devoción al odio. No lo dejará libre. Él no ha sido libre. ¿Por qué Lynx posee el derecho de irse a Japón y engendrar toda una camada mientras él lidia con Dino, el gobierno chino y la soltería en paralelo? Bien, ha sido por elección propia, pero ese no es el punto.
El rencor es su motor de vida y eso lo ha llevado a aguantar la peste del natto y las patas de pollo del alfa, el uso de su tecnología de punta para ver doramas coreanos, las cariñositas que aparecen en la mansión para ver a Shorter, el uso de su cuenta para comprar libros de cadáveres de leopardos (¿qué diablos con la paternidad de Lynx?), el uso de suéteres con pajarracos horribles. Valdrá la pena, sabe.
Paciencia, paciencia, paciencia.
Puedes hacerlo.
Solo respira.
—¿Qué estás haciendo? —Yut-Lung llora internamente cuando el mocoso lo va a molestar a su pieza.
—Skincare. —Está usando una mascarilla puesto que gracias a cierto cachorro le apareció una arruga y no, eso sí que no lo tolerará.
—¿Puedo usar una?
—No.
—Voy a usar una de todas maneras. —Y como si estuviera en su casa el crío rebusca entre sus cajones hasta encontrar su colección de mascarillas, no tarda en abrir una y recostarse a su lado.
—Tú realmente no entiendes la situación. —Gruñe, no puede hablar o se le caerá la mascarilla.
—Sí la entiendo.
—Lynx ni siquiera se ha comunicado conmigo, no te quieren devuelta.
—El tío Shorter ya me dijo que habló con él y tienen un plan.
—Hijos de puta.
—¿Sabes? No das tanto miedo como crees, hasta un niño como yo lo ve.
—Por supuesto que tenías que heredar el carácter de Lynx, no podías ser suave como Okumura, ugh.
—Otōsan no es suave, es quién tiene los pantalones en la relación.
—¿Eh? —Eso lo sorprende de sobremanera—. ¿Okumura lo domesticó?
—Sí y castiga a papá con natto cuando se porta mal.
—El natto debería estar prohibido, no puede haber ser humano que lo ame.
—Yo lo amo. —Yut-Lung se rinde dejándose caer contra la cama con el crío al lado—. ¿Qué te ocurre? ¿Acaso te llegó la menopausia?
—Dicen que Dios le da sus mejores batallas a sus mejores guerreros, pero estoy agobiado de ser su mejor guerrero y tener que lidiar contigo.
—¡Ah! —Jade le da una mueca absolutamente indignada que le gusta—. ¡Eres un pesado, retráctate!
—¿Qué hacen acá?
—¡Tío Shorter! ¡Ven a ponerte mascarillas! —Ni le sorprende que le robe otra y acomode al alfa igual que lo haría el dueño de casa ¿siquiera conoce el concepto de respeto?
—¿Qué haces en mi cuarto?
—Me sentía solo. —Shorter se acomoda al otro extremo de la cama, la mascarilla está encima de los lentes de sol, es un desperdicio de dinero y tela, pero el omega se rehúsa a regañarlo más y envejecer de manera prematura gracias a ellos, todavía no consuma su venganza ni ha destruido a Golzine (aun si no tiene nada "personal" como Ash)—. ¿Te incomoda que esté acá?
—¿Te importa? —Yut-Lung se da vueltas hacia su dirección, no mucho, Jade está en medio y tampoco quiere que se le desacomode la mascarilla.
—Me importa. —No le gusta la suavidad en su voz—. Siento que me estás evitando.
—¿Evitando? ¡Ja! No te creas la gran cosa.
—Lo siento, mi error.
Pero de hecho sí lo está evitando y odia que haya visto con semejante claridad a través de su fachada.
Es que sus sentimientos por Shorter son... complicados.
Aun sino convivieron mucho cuando fingió ser el hijo de Dawson sí pudo observar algunas cosas que removieron sentimientos incómodos: en primer lugar la fidelidad que vio hacia Ash, aunque eran de pandillas diferentes Shorter siempre se mostró dispuesto a anteponer a su mejor amigo, quería creer que era por el vínculo de años que compartían pero no, porque aun si recién conocía a Eiji, Wong se mostró extremadamente protector con el omega, lo manifestó en bromas cariñosas, miradas tiernas o en la manera que Shorter habría estado dispuesto a morir por Eiji antes que traicionarlo si hubiera seguido con el plan de sus hermanos. Es una persona entrañable y querible, es su antítesis, cree que por eso no pudo chantajearlo con hacerle daño a su hermana y tuvo que darle una salida, tal vez Yue quería proteger todo eso que no era aun si fuera de esta manera.
—Hey. —Así que sí, lo ha estado evitando por muy difícil que sea evitarlo estando dentro de la misma mansión.
—¿Qué le dijiste a Lynx para que no caiga en mi chantaje?
—Que yo estoy con Jade y que si las cosas van bien, podría ganar un aliado importante.
—Un aliado. —La palabra se tensa y destensa en su boca—. ¿Y acaso se podría saber quién sería ese aliado hipotético?
—Tú, por supuesto.
—Ja. —Yut-Lung se da vueltas, acaba de terminar una reunión y no está de humor para soportar esta clase de tonterías y menos viendo a dónde va el gobierno—. ¿Por qué lo haría? No me interesa tener ninguna clase de alianza con alguien tan débil.
—Ash no es débil. —Shorter está al otro extremo del salón y no desea que se acerque—. Eligió sanar, se necesita coraje para eso, es más fácil quedarse estancado siempre.
—¿Estás tratando de insinuar algo? —Esto se ha vuelto personal, Yut-Lung no cederá y mucho menos ante un alfa de cuarta, así que va a encararlo, enrollando sus palmas alrededor de su camisa sin bajar jamás el mentón, sosteniendo el contacto visual incluso a través de los lentes.
—Tú me salvaste la vida años atrás. —Shorter tampoco cede—. Estoy tratando de devolverte el favor.
—¿Saboteando mi plan?
—¡Arreglando tu plan!
—¡¿Arreglándolo cómo?
—Tú y Ash incluso ahora serían imparables juntos, solo piénsalo, si se juntan en una alianza vencerán a Dino en un abrir y cerrar de ojos.
—¡No! —Sus puños se tensan—. Prefiero morir antes que someterme a mierdas inventadas, el poder del amor no va a salvarme, no es real y no estoy dispuesto a tolerar a quien piense lo contrario. —El alfa tensa su boca y oscurece la mirada, el ambiente se enfría, lo nota por el cambio en su palpitar a la forma en que sus lentes se caen y develan sus ojos. Son ojos de niño, piensa. Son ingenuos y dulces y de cierta manera le duelen—. ¿Qué? Solo escúpelo.
—Dices eso aunque nunca has sido amado.
—Vaya. —Yut-Lung lo suelta—. Eres igual que Sing en ese sentido, ninguno tiene idea de lo que pasé.
—No quise decir eso. —Shorter intenta tomarlo de la muñeca para detenerlo—. Lo siento, no trataba de lastimarte.
—Y aun así. —El omega la quita antes de que la toque—. Lo hiciste.
Y me dolió.
Yut-Lung es una persona racional, por ende, comprende que lo más inteligente es renunciar a su idea de venganza, devolverle al mocoso y unirse contra Dino y aun así...
Ash no dudaría en mancharse las manos de sangre por ti. No es justo ¿verdad? No es para nada justo ¿por qué tú?
No lo entenderías. ¡Nunca lo entenderás!
Es mucho menos cruel anticiparse con el rol de villano y ser tratado como tal a ser rechazado estando vulnerable, sino hay nada real que lastimar entonces no dolerá, si se esconde tras una máscara posee el derecho de aborrecer dicha máscara, si es defensivo incluso puede volverse adicto a la destrucción propia, pero si se muestra transparente, si va con el corazón abierto como Eiji y poco a poco entendió que Ash lo hacía y aun así es rechazado. Por quién es. Por quién verdaderamente es, ¿cómo se podrá levantar de eso? Por eso odia a Shorter por lo que dijo, efectivamente no sabe nada de amor, porque si es el primero en odiarse por quién es, cree que el resto no punzará tanto.
Pero no quiero que tú me odies.
—Te peleaste con Shorter. —Jade no se lo está preguntando, lo arrastró al invernadero con la excusa de querer plantar girasoles para enviárselos a Okumura porque sorpresa, se hacen videollamadas en las tardes antes de irse a dormir y al parecer esos bastardos lo ven como vacaciones—. ¿No es cierto?
—¿Por qué te importa?
—Esa no es la pregunta que me quieres hacer. —El mocoso le da una sonrisa de comemierda con las manos enfundadas en unos guantes de látex y ambos arrodillados en la tierra, embarrados, sucios y apestando a plantas, esto debe ser el infierno—. Anda, pregúntame lo que quieres saber.
—¿Cómo lo supiste?
—Porque el tío anda con cara de perro pateado.
—Esa es su cara habitual.
—¡No lo es! —El crío tiene la osadía de arrojarle una bola de barro a la cara y la estupefacción es tan grande que considera cometer un crimen de odio—. El tío es sensible cuando se trata de ti.
—¿De mí? —Alza una ceja, sus manos permanecen estáticas sobre el montón de semillas porque no han plantado nada todavía—. ¿Por qué le importaría?
—Porque le salvaste la vida.
—¿Y?
—¡¿Cómo qué "y"?! —Otra bola de barro le golpea la nariz y esta vez chilla ya que el polvo se le coló hasta la garganta—. Shorter siempre pone una expresión rara cuando habla de ti.
—Así que han hablado de mí.
—¿Por qué crees que no me asustas? Obviamente han hablado de ti, tienes un lado blando si dejaste que se fuera en ese entonces.
—Sabes mucho para ser un niño. —El omega lo fulmina con la mirada.
—Tengo 200 puntos de IQ, muchas gracias.
—Claro que los tienes.
—Y por eso traje al tío para que nos ayudara a plantar flores.
—¡¿Qué?!
—Sí, así pueden arreglárselas para ya saben... —Jade le guiñe un ojo con coquetería—. "Charlar".
—Si te vas te asesinaré.
—Yo tengo que ir al baño. —Yut-Lung entra en pánico cuando ve al alfa acercarse y a Jade levantarse, nunca pensó en caer tan bajo, sin embargo, lo agarra de la manga para que se quede y aun así el crío los abandona a solas en el invernadero—. Suerte con la "charla", tortolitos.
—¡Hijo de Ash tenías que ser!
El ambiente es sofocante cuando el alfa se arrodilla a su lado, no le habla ni lo mira, de hecho, retoma las labores en la tierra que el niño dejó a medias, el omega suspira, intentando enfocarse en las flores que quedan por plantar o en las semillas, no obstante, las feromonas de este hombre se deslizan por su nariz y odia lo mucho que su interior ronronea al sentirse protegido y acunado, también odia estar tan consciente de cómo sus brazos casi se rozan al plantar o cómo su respiración exuda calma cuando Yut-Lung aprecia a su corazón a punto de estallar ¿qué carajos es esto? No le gusta esa sensación de vulnerabilidad y desnudez que le genera.
¿Con qué derecho se atreve a hablarle de amor? ¿Con qué derecho se atreve a hablarle de él cuando ni siquiera lo conoce? Él lo quiso así por supuesto, mantener a Shorter cerca implicaría esa sensación.
Dulce. Primeriza. Bonita.
Inocente.
Y la inocencia aún duele.
—Estás apretándola muy fuerte. —Y le da miedo—. Yut-Lung.
—¿Ah?
—Te estás haciendo daño. —El omega sonríe con amargura, ni siquiera se percató de que empezó a apretar con fuerza las rosas, llegando a clavarse con sus espinas.
—Estoy acostumbrado, no pasa nada.
—Sí pasa. —La mirada del alfa transmite tanta preocupación, no lo entiende ¿qué le importa si acaba herido? Es autodestructivo y está acostumbrado—. ¿Puedo ver?
—¿Qué? —Hay calor en sus mejillas—. No.
—Por favor. —Pero algo en su tono, algo en sus ojos repletos de calidez pese a todo lo que ha pasado, algo en lo que no es dicho abiertamente, le hace extenderle la mano, es raro, hay un cosquilleo entre sus dedos cuando lo toca con semejante gentileza—. ¿Qué? —Sus miradas se conectan, Yut-Lung de manera usual la apartaría, ni siquiera él puede negar lo débil que se aprecia en estos instantes, ni lo puede disimular, está hambriento por ternura y amor. No me rompas.
—Nunca nadie me había tocado de esa forma. —Oh—. No te dije nada. —Su cara arde y la ira escalda entre sus venas ¿acaso es estúpido? No debe dejar salir nada personal o le destrozarán el corazón y sí, puede que le queden pocos pedazos luego del clan, pero siguen habiendo, por eso debe cuidarlos.
—Lamento todo lo que has pasado.
—No entiendo. —No tiene sentido.
—Pareces haber tenido una vida muy dura gracias al clan Lee y lo lamento.
—¿Por qué lo lamentarías? No tienes nada que ver, no hiciste nada para lastimarme.
—Porque me importas y ya.
Su garganta se cierra en un nudo, los ojos escuecen como si fueran a llorar, no, no, no puede permitir que su corazón duela de esta manera luego de criticar tanto a Lynx, sin embargo, Shorter lo dice con sinceridad y con tanta sinceridad que lo mata. Yut-Lung es duro con él mismo, la única emoción ante la que se permite conectar es el odio y la autodestrucción, en el fondo es verdad, sí, espera que Ash venga y lo mate porque no tiene las pelotas para morir por su propia mano. Por esto, lo deja perplejo que un desconocido haya logrado empatizar, sin saber nada, sin conocerlo, sin tener que decirlo, sin tener obligación de ningún tipo de por medio. Lo dijo porque le nació y ya. Es todo.
—Lo siento, ¿te estoy apretando muy fuerte? —No me mires con esos ojos repletos de preocupación.
—No. —No te acerques con tanta gentileza—. No es eso.
—Es que estás poniendo una expresión realmente dolorosa. —Shorter se inclina, no suelta su palma en ningún momento, más, usa la otra para acomodarle un mechón de cabello detrás de la oreja y lo hace con una delicadeza que lo deja sin palabras, el alfa lo toca como si fuera normal o casi esperable tratarlo con semejante ternura cuando lo han usado más veces de las que puede recordar—. ¿Duele todavía?
—Sí. —Su boca tiembla—. A veces duele mucho. —Ambos saben que no están hablando de la espina incrustada y ninguno aterriza el tema—. Pero está bien, estoy acostumbrado a que duela.
—No está bien. —Shorter lo acoge—. Si sigues ignorándolo algún día te matará.
—¿Sería tan malo que esto me mate? No es como que tenga familia o amigos a quienes les afecte y es lo que he cultivado yo mismo, es lo que elegí y me hago responsable.
—A mí me afectaría.
—Tienes más... —¿Qué diablos son ellos?—. ¿Enemigos? ¿Amigos? —Ni idea.
—Es cierto, los tengo. —Sin embargo, Shorter sonríe—. Pero tengo un solo Yut-Lung ¿verdad?
Mierda.
Mierda. Mierda. ¡Mierda!
—Así que ¿te parece si vamos a desinfectar tu herida? Creo que tenemos trabajo que hacer pero te prometo que si me dejas desinfectarla me quedaré ahí, contigo.
—¿Por qué? —Su voz escapa débil y trémula, nunca se ha sentido más patético en su vida—. No me debes nada y de hecho, me robé al mocoso de Lynx.
—Convencí a Ash, te lo dije. —Se lo dice con confianza—. Y no pretendo usar eso en tu contra, deseo quedarme sin ningún motivo oculto ¿puedes creerme?, ¿puedes aceptar que solo me quiero quedar para conocerte mejor?
—No sé.
—Eso también está bien. —El alfa se para—. Ahora vamos.
—Más vale que la sanes bien. —Y aunque comprende que es un error y que más tarde le dolerá esta pérdida—. Vamos. —Toma su mano.
Porque nunca se ha sentido más patético y más humano en su vida.
Odia admitirlo (nunca lo admitirá en voz alta) más, es natural caer ante los encantos del alfa, primero tuvieron que acordar algunas reglas, para Jade dejar la tortura implícita, para Shorter dejar de meter cariñositas a la mansión y para Yut-Lung intentar ser menos Yut-Lung (¿qué diablos?) aunque resultó complejo adaptarse a un inicio, pronto los tres se encontraron atrapados en una rutina, incluso cedió a hablar con los padres del mocoso y fue extraño verlos haciéndolo tan...bien y felices.
Sí. Ash luce genuinamente feliz con su familia y Jade lo calmó refiriéndole que se está divirtiendo en sus vacaciones. Eiji es un fotógrafo reconocido. La pequeña es adorable. Todos han crecido y sanado.
Todos menos Yut-Lung.
—¿Valdría la pena?
—¿Qué cosa? —Están recostados los tres en el sillón viendo la caricatura de Nori Nori cuando aquel pensamiento se mete de golpe en su mente y su boca, Jade está dormido sobre su regazo y tal como un gato mimoso le demanda por cariño entre sueños, por ende pasea sus dedos entre sus mechones dorados.
—Solo me impactó ver el cambio de esos dos, recordaba a Ash mucho más miserable, fue dramático eso de irse a dormir a la biblioteca y esperar para desangrarse ¿sabes? Y creí que anhelaba la muerte así como yo, pero se ve bien, se ve terapiado y no como un inestable emocionalmente, se ve normal.
—¿Deseas la muerte? —Mierda, dejó salir un pensamiento suicida.
—No. —Miente—. Mi vida es fabulosa ¿por qué haría eso?
—Porque tu vida impresiona ser un poco solitaria.
—Tengo a Sing y a Wu.
—Sing y Wu trabajan para ti.
—Pero Sing es mi amigo. —Y un pésimo amigo sino le advirtió del carácter del dúo, por cierto—. No creo que pueda pedir más que eso, una persona es más de lo que esperaba del comienzo.
—Si no te empeñaras en que los demás te odien te aseguro que tendrías más amigos a tu alrededor.
—¿Por qué no me odiaste del principio?
—Sabía que eras más de lo que mostrabas.
—¿Cómo?
—Tu olor te delata. —Ambos se ponen rojos ante tan inesperada respuesta—. ¡Tus feromonas! Me refiero a que tus feromonas huelen delicioso, no es que tú apestes, hueles rico también, se nota que te bañas todos los días, apuesto que hasta tu sudor huele exquisito o incluso tus pies.
—¿Qué diablos? —Ahora es el omega quién contiene una carcajada contra el dorso de su palma por semejante idiotez—. ¿Acaso te estás escuchando? ¿Eres un fetichista?
—Solo un poco masoquista pero... —El alfa enrojece aún más—. ¡Ese no es el punto!
—¿Cuál es el punto? —Yut-Lung tiene que morderse el labio para no carcajear y despertar al crío en el proceso.
—Que tus feromonas delatan cómo en verdad te sientes y sí, soy un alfa débil y pienso con la cabeza de abajo a veces así que no logro evitar que me gusten tus feromonas, tu sudor, tu piel, hueles rico.
—Oh. —La vergüenza se comparte—. ¿Te gustan mis feromonas?
—Y tu aroma en general, incluso tu sudor.
—Ya para con el sudor, haces que suene animal.
—Nos volvimos furros de golpe.
—¿Qué?
—¡Ah! Esto me hace acordarme de un meme ¡mira! Te lo mostraré. —Entonces Wong saca su celular para revelarle una imagen de un lobo mirando a la luna con una frase en medio.
—¿Un lobo siempre cuida a su loba?
—Y tú eres la loba, ¿entiendes? Eres mi loba y yo siempre te tengo que cuidar.
—No entiendo, ni quiero entenderlo.
—Te mostré la desnudez de mi alma a través de memes pero te burlaste de mí. —¿Y por qué se está poniendo cada vez peor la conversación?—. ¿Cómo expresarme? Quiero que seas mi omega panzón.
—¿Se supone que están coqueteando? —El mocoso abre un ojo con disimulo—. Creo que yo lo haría mejor que ustedes dos, solo bésense o algo.
—¡Tú...! —Yut-Lung se aprieta el corazón como si sufriera de un infarto—. Esto no es apto para críos.
—¿Por qué? —Jade pestañea con falsa inocencia—. ¿Acaso iban a hacer algo de adultos?
—Si las cosas salían bien planeábamos hacer cachorritos.
—¿Cómo se hacen los cachorritos?
—Como abejitas y flores, cuando un alfa ansía mucho a un omega entonces saca su aguijón para así descargarle todo su amor y tener semillitas.
—Shorter. —Su voz es de ultratumba.
—¿Sí?
—Te voy a acusar con Lynx.
—¡No! —El chino entra en pánico—. Dirá que soy una mala influencia.
—¡Todos son una mala influencia para este niño! Su padre le lee libros de cadáveres y le enseña que debe llamar a los adultos con apodos como "vejete" o "anciano" Okumura le da comida envenenada y lo ridiculiza con su ropa, el único decente en su vida soy yo y soy su secuestrador, es todo, adoptaré al mocoso y lo criaré bajo mis leyes.
—Aww, sabía que estabas encariñado con él.
—No, lo odio. —Jade lo mira con ojos de cachorro pateado—. Pero nadie se merece tanto odio como para tener unos padres tan negligentes y unos tíos de dudosa higiene.
—Pues yo te escuché ronronear con mis feromonas en la mañana, así que ni tan dudosa mi higiene.
—¡Cállate! —Y le estampa un cojín para asegurarse de que así sea—. Los odio.
El problema es que no los odia e incluso ha llegado a disfrutar sinceramente de su compañía, es rara la manera en que cuidar de Jade evoca recuerdos y carencias de su propia infancia, aun si aprecia la diferencia de la situación en cierta medida le resulta reparador acogerlo y escucharlo, el mocoso sin duda es amado y ¿quién lo diría? No tiene tan malos papás, fuera de los traumas literarios, crímenes contra la moda en el mal gusto a través de estos suéteres vomitivos, la comida apestosa y el maltrato a los ancianos podrían considerarse hasta decentes.
¿A quién engaña? Ha sido lindo escuchar que Ash lo está haciendo mejor y pudo superarse aun entre sus traumas, Okumura igual. Es ambivalente: por un lado aprecia a la envidia ramificarse por doquier como le es de costumbre pero por otro está pasando algo nuevo, hay un sentimiento de "yo también quiero lograr eso", "codicio sanar", "anhelo ser amado y cambiar" que lo aterroriza de sobremanera.
—¿En qué te quedaste pensando? —Porque vamos, toda su vida fue una herramienta e incluso para el gobierno chino en la actualidad, lo más cercano que conoce a un amor sincero son Sing y Wu y es cierto que ambos se encuentran inherentemente atados por trabajo ¿quién lo querría sin obligación de por medio? Nadie—. ¿Yue?
—No estoy pensando en nada. —Así que aprovecha este tiempo robado para acurrucarse con Wong en el sillón, Jade está durmiendo al medio como le es de costumbre y a estas alturas es ridículo creer que lo hace por un secuestro—. Solo que la residencia se siente más animada con ustedes.
—Antes estaba Sing. —Sonríe.
—Es cierto, pero el mocoso tiene que ir a la universidad todavía.
—Si tiene tan buenas notas es gracias a Ash. —Rueda los ojos por inercia—. ¿Nunca pensaste en ir?
—¿A hacer qué? No creo que la carrera de prostitución sea válida.
—Yo no... —La incomodidad es latente en el ambiente.
—Perdón. —Se calma—. No sé por qué dije eso, es la costumbre, sé a lo que te referías. —El moreno tensa su entrecejo sin encontrar las palabras correctas para consolarlo, más, no las necesita, le basta con deslizar sus palmas sobre su espalda y atraerlo hacia su pecho, no mucho ni muy invasivo, no es lo suficiente para aplastar a Jade pero sí lo suficiente para descongelarle el corazón.
—Creo que habrías sido genial en lo que hubieras elegido estudiar. —Esa mirada es tan transparente y abierta que acaba con las mejillas hirviendo y el pulso disparado—. Eres la persona más inteligente que conozco.
—Puff, lo dices por decir. —Chilla—. ¿Más que Lynx?
—Más que Ash. —Y se acurruca satisfecho sobre el pecho del alfa—. Eres como un niño berrinchudo.
—No me compares con este mocoso.
—¿Lo vas a devolver?
—Sí. —Suspira—. Odio admitirlo y no es porque tú me lo hayas dicho.
—Ajá.
—Pero creo que es buena idea hacer una alianza con Lynx y solo deshacernos del viejo. —Casi le da una úlcera por admitirlo porque ¿hola? Yut-Lung siempre tiene la razón incluso cuando no la posee pero tal vez por esta ocasión le ceda la victoria a Shorter.
Sí.
Shorter ha estado causando muchas excepciones y es raro.
—¿Tú nunca pensaste en estudiar? —Entonces Shorter tensa aún más el entrecejo para enfocar una mirada risueña en el ventanal, lindo, es su primer pensamiento.
—Cocina como mi hermana. —Empieza—. Pero no creo que yo sirva para la universidad porque soy un poco cabeza dura.
—No te lo discuto.
—Y ese no es mi verdadero sueño.
—Oh. —El omega pestañea con curiosidad—. ¿Qué te gustaría? —Y hace una pregunta personal sin desglosar de dónde viene la osadía.
—Soy un alfa, me gustaría tener una familia con cachorritos y todo.
Su sonrisa muere.
Porque mira la manera en que Shorter los abraza a él y a Jade, siente a sus feromonas envolverlo en una sensación de pleno confort y seguridad, siente a su omega interior suplicar hambriento por más de sus toques y sabe que Shorter será un maravilloso alfa y padre algún día. El pensamiento consigue que aparezca una dolorosa presión en su pecho, como si algo lo clavara desde dentro pero no puede frenar el hilo de la intrusión y catástrofe. Ja. Es que Shorter es genial, es leal, carismático y admirable, si bien, tiene un horrendo sentido de la moda y el autocuidado de imagen lo compensa con su humor mierdoso repleto de memes, dramas coreanos y su cocina que es sorprendentemente buena, es fiel a su familia, astuto y confiable, no es de extrañar que sea el mejor amigo de Ash porque Yue también le confiaría su vida.
Shorter es Shorter.
Y eso lo hace tan genial.
Sus sudaderas amarillas y chillonas, su cresta de gallina morada, su nariz de botón que se sonrosa al primer atisbo de vergüenza, su vello corporal que en secreto le parece atractivo, sus músculos tibios que lo envuelven y le dan una sensación de solidez, su personalidad protectora y fiera y podría seguir más y más. Mierda. De verdad le dan ganas de llorar imaginarlo con una mujer y entonces se percata.
Está un poco enamorado de Shorter.
(Muy enamorado).
—Cuando Jade se vaya tampoco tendrás razones para venir. —El omega se aparta, no quiere que lo toque, porque mientras más tiempo pasen juntos más difícil será reagruparse.
—Podría venir.
—No, no tiene sentido que vengas, yo... —No entiende sus sentimientos, son nuevos, difusos, hacen que le punce hasta el alma—. No creo que sea conveniente, tenemos un trato, salvé tu vida para no volverte a ver. —Porque incluso antes ya sentía esto, pero era fácil ignorarlo.
—¿Realmente quieres seguir con eso?
—Sí, tú quieres ser papá y necesitas conseguir una omega ¿no?
—Sí pero...
—Y tú amas a las cariñositas además, tienes toda una fachada de fuckboy ¿por qué querría ser amigo de un fuckboy heterosexual? ¿acaso tengo cara de algo de eso?
—¿Qué? —Sus cejas se tensan y él se levanta sin despertar a Jade—. Oye, yo no soy un fuckboy, soy un fuckstay.
—No lo digas. —Le ruega anticipando la idiotez.
—Porque follo y me quedo.
—Ah. —Pero qué horrendas frases para ligar—. Como en wattpad.
—Además hay alguien de quién llevo enamorado un tiempo.
—Qué bueno.
—Sí, salvó mi vida hace muchos años pero nunca tuve la chance de agradecerle o de confesarme.
—Entonces estás enamorado de Lynx. —Sospecha—. Siempre me diste una vibra gay con él.
—¡No! —Y Shorter francamente se ve asqueado—. No es Ash, él es mi bro.
—¡Entonces es Okumura! —Infiere—. ¿Quieres dejar sin mamá al pobre Jade? ¡No pensé que fueras el tipo gata rompehogares!
—No es Eiji. —Hay un tic en el ojo del alfa y francamente no lo entiende.
—¿Lao?
—Okey, ahora te estás poniendo pesado a propósito. —El omega contiene su carcajada con el dorso de su palma.
—Quizás.
—Bastardo. —El alfa resopla—. La persona que me gusta es autodestructiva, histérica y más chillona de lo que parece, está obsesionado con esa mierda del skincare, tiene un carácter venenoso aunque es mera fachada para proteger su fragilidad, no es honesto con lo que piensa y cuando sí es honesto da cuenta de todo eso que ha perdido, es alguien hermoso, es realmente hermoso y no solo por esa cara de ángel que tiene, sino por lo que esconde y protege a costa de su vida.
—A-Ah. —Sus mejillas arden.
—Es alguien muy importante para mí. —El alfa se inclina—. Es especial.
—Sabía que estabas enamorado de Ash.
—Y es un hijo de puta la mayor parte del tiempo. —Pero Shorter no lo está escuchando más—. Y es la loba que quiero proteger, mi futuro omega panzón.
Entonces se aprecia una carcajada grosera de lengua suelta entre ellos, el mocoso se haya hecho un ovillo con las manos alrededor del estómago, los párpados cerrados, lágrimas corriendo por el borde de sus mejillas mientras un tonito estruendoso y sumamente molesto inunda la mansión.
—En serio los adultos aman complicarse la vida por nada. —Se ríe—. Ambos se gustan, sean felices.
—¿Qué? —Pero claro que Yut-Lung atenta contra la idea de ser feliz—. ¿Quién dice que ese remedo de alfa me gusta?
—Te quedas mirándolo cuando está sin camisa.
—Soy gay, pero un gay con gusto.
—Y balbuceas enamorado cuando crees que nadie te escucha, cielos, pareces Helga de "Hey Arnold" con tu crush.
—Pensé que solo conocías caricaturas con pájaros deformes.
—Y yo pensé que estas eran unas vacaciones pero bueno. —La pareja se mira—. ¿Pueden ahorrarme el dolor de cabeza y empezar a salir de una vez?
—¡No!
—Vamos. —Shorter pestañea con un puchero de perrito—. Por favor, te llevaras una buena sorpresa conmigo.
—Más vale que tu apodo no haga alusión a lo que tienes ahí abajo, más corto. —Pero el alfa le sonríe con suma coquetería y picardía.
—¿Quieres comprobarlo tú mismo? Porque abajo me dicen más largo.
—¡Acá no! Hay niños.
¿En qué se metió?
Aunque es agradable esta vida falsa familiar, hablando cara a cara con Lynx para coordinar la semana en que su cría se irá se descubre a sí mismo incluso encariñado con sus enemigos ¿quién lo diría? Ni siquiera está agresivo con Okumura, de hecho, han podido sostener conversaciones decentes, le han dicho que hasta podría visitarlos en Izumo y es bienvenido con Shorter su no-novio (no oficial), asusta que su vida vaya tan bien, las cosas buenas nunca le pasan.
—Jade, no te distraigas. —Así que cuesta aceptar que estén en un paseo por el centro de la ciudad, sabe que son un trío llamativo, sin embargo, sospecha que lo son por las razones correctas.
—¿Pueden comprarme dulces?
—No, luego te duele la panza.
—Pero los quiero, especialmente si son de calabazas.
—Ese apodo suena lindo. —Shorter lo mira con coquetería—. Deberíamos pasar a los apodos dulces para ponernos más serios, calabacita.
—Dime así otra vez y te corto las pelotas.
—Entendido, seguiré buscando, bebé.
—¡Vamos! —El mocoso es convincente—. Muero de hambre.
—No es no.
—Shorter. —Pero claro, basta que el mocoso agite sus pestañitas rubias para convencerlo—. Por fis.
—Regreso enseguida.
Va a comprarle los dulces.
El crío le saca la lengua.
Ja.
Es curioso como Yut-Lung se ha encontrado a sí mismo queriendo cosas como familia o amigos o un novio considerando su trasfondo autodestructivo, no obstante, algo en el cambio de quienes perjuró de enemigos lo hizo motivarse para seguir la misma senda, si le preguntan dirá que lo hará por mera competencia, que será el más terapiado, el más trabajado y el con más cachorros cuando en el fondo es una manera de escamotear lo inspirado que se siente por estos dos, no lo dirá, prefiere meter su nariz en la axila de Shorter antes de soltar una cursilería de semejante índole, pero le da risa cambiar cuando creía todo perdido. Sing se sentirá orgulloso y se lo sacará en cara, ya casi lo ve.
—Te extrañaré cuando regrese a casa. —Y sin duda las palabras de Jade lo dejan perplejo—. Ha sido muy divertido estar con ustedes ¿sabes?
—No debía ser divertido, debía ser un secuestro.
—Y aun así... —El crío esboza una sonrisa felina—. Me adoptaste como tuyo.
—Ugh. —Rueda los ojos, mordiéndose la lengua para no darle la razón.
—Pero está bien, también te adopté como mío, supongo que eso nos hace familia.
—¿Quién dice que quiero ser tu familia?
—Mientras seas novio de Shorter, eres parte de mi familia.
—Yo no...
Pero Yut-Lung no alcanza a terminar la oración cuando pasa.
¿En qué momento bajó tanto la guardia? No es propio de él confiar y al contrario, vive en hiperalerta esperando siempre lo peor. ¿Fue un hombre de Dino? ¿O fue la mafia china tratando de deshacerlo? ¿Fue un enemigo del pasado? ¿O solo un incidente desafortunado? No sabe, más si sabe que apenas escucha el retumbar de un disparo en medio de la calle su instinto salta antes que su razón y se halla cubriendo a Jade con su propio cuerpo igual que un escudo humano. Ja. De tanto criticar a Lynx al haber bajado la guardia y morir desangrado es irónico compartir el mismo destino.
—¡Yue!
Gritan un nombre.
Hay ojos tristes mirándolo. Son verdes. Están llenos de lágrimas. ¿Por qué llora? Ah. Hay sangre ante sus manos. ¿Será su sangre? Eso espera, espera que el mocoso no se haya hecho daño. Juzgando en la punzada que siente en su vientre el disparo le llegó al omega. Qué alivio. Qué bueno. No se puede parar. De repente está mareado. Muy mareado. Shorter. Shorter está acá, tiene una mueca de tanto pánico, esa expresión no le queda y ansía decírselo. La voz no le sale. Solo hay gritos. No impresionan ser humanos. Parecen de animalito herido. Quiere extender la mano y calmarlo pero ni siquiera...no puede apretársela de vuelta.
¿Así morirá?
Porque se siente cansado y muy cansado y no cree mantenerse despierto por mucho más.
—¡Yue! No cierres los ojos, quédate conmigo.
Pero al menos fue amado y amó.
Así que está bien.
—¡Yue!
Se desvanece.
Y cree que habría estado bien morir así, es mejor que tener un solo panel de su muerte en un manga, sin embargo, por alguna razón no lo dejan consumar el drama y despierta en una habitación.
El aroma a antiséptico lo incita a arrugar la nariz y lo marea, más, las feromonas de su no-novio no tardan en transmitirle confort y un amor desmesurado, es ahí cuando se percata de dos bultos sobre su cama con sus miradas preocupadas y sus expresiones de cachorro pateado. Ash y Eiji deben estar por llegar y estos tipos perdiendo el tiempo en el hospital, gruñe para sí mismo.
—¡Yue! —Los dos lo asfixian sin darle la chance de reclamar.
—Sí, sí, es bueno estar vivo. —Lo dice con sarcasmo cuando lo piensa en serio, por primera vez cree que puede generar un cambio real y despierta con ganas de hacerlo.
—Tú me quieres. —Jade impresiona perplejo—. Salvaste mi vida.
—Estás exagerando.
—¡Eres un héroe! —Su rostro arde.
—¡No! No lo soy, soy un villano.
—No te hagas, no funciona más. —Y el mocoso le gana.
—¿Tus papás no deben estar por llegar?
—Sí, pero les conté lo pasado y vienen en camino.
—Yei, reunión con los enemigos.
—Yue. —Shorter lo abraza por los hombros, el toque es calmo y grácil y lo derrite en cuestión de un segundo—. ¿Por qué no admites que quieres ser parte de la familia?
—Porque eso implicaría abandonar mi orgullo y eso no lo hago.
—Creo que sé una forma de hacerte dejarlo. —Su voz es pícara y coqueta, el omega le sigue el juego enrollando sus brazos alrededor de su cuello, deslizando sus dedos como si fueran terciopelo por su piel y sintiendo vello por vello erizarse.
—Muéstrame. —Le da permiso—. Muéstrame cómo, alfa.
Entonces Shorter lo besa y se siente como un primer beso real, es suave, torpe y está lleno de nervios pese al atrevimiento previo o a las porras del mocoso, hay risas entre medio y latidos revoloteando, hay párpados cerrados y una curiosidad inocente, puro, lindo, es tonto pero lo hace sentir limpio de cierta manera, como si tuviera más pedazos o nunca se hubiera perdido. Ja. Supone que incluso ante su pesimismo sabía que caería por los encantos del alfa y por eso le pidió alejarse años atrás, supone que incluso con todas sus gigantescas defensas esto era inevitable.
Se pregunta si es cuestión de atracción, si fue amor a primera vista, si es pasión o si son destinados.
Pero prefiere llegar a la conclusión de que son solo Shorter y Yut-Lung.
Sí.
Y eso es suficiente.
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