Unico
Skylar había cumplido los cinco años, la edad de la curiosidad. Y la famosa pregunta no tardó en aparecer en la mente de la niña porque todo niño quiere saber de dónde vienen los bebés y Skylar no era la excepción precisamente. Una mañana se levantó con la seguridad de que hoy era el día en el cual lo preguntaría directamente a sus padres.
Se peino su hermoso cabello azabache para luego vestirse con su habitual vestido rosa, bajo por las escaleras suavemente, cuando llego al último escalón lo saltó como siempre hacía. Caminó hasta el gran salón dónde su padre el gran Jayden Shiba tomaba un café y leía el periódico con concentración. Ella sin más le dio un beso y se sentó esperando que la otra dama de la casa apareciera con su dulce desayuno la que no tardó en parecer.
"Skylar, cariño ¿Ya estás despierta?" – Mia miró el reloj – "Es temprano sólo son las diez de la mañana."
"Es que quería preguntaros algo" – susurró.
"¿Qué cosa?"
Toda la sala se quedo en silenció, Skylar peleaba en su interior ¿Decirlo o no decirlo? Inspiro y expiro unas cuantas veces para tranquilizarse.
"Mamá, papá ¿De dónde vienen los bebés?" – la pregunta había salido de su boca con mucha rapidez pero aún así los señores Shiba lo habían oído.
Cuando aquella pregunta llego a sus oídos Mia no pudo más que tirar la bandeja que llevaba en sus manos y Jayden escupió todo el café que se había introducido en la boca anteriormente a la pregunta. Los dos se paralizaron y miraron a la niña los cuales su hermosos ojos brillaban por la curiosidad.
"Pues, verás..." – Skylar sonrió al fin sus duda iba a ser contestada – "Tengo que ir a ver que sucede con los macarrones, que te lo explique tu padre."
La niña se giró para así mirar fijamente a su padre.
"¿Papá?"
Jayden Shiba por primera vez en su vida estaba entre la espada y la pared, ¿qué debía decirle? ¡Ya lo tenía!
"Los niños vienen de París" – sonrió por su estrategia –" Los trae la cigüeña" – aclaró aún con la sonrisa de autosuficiencia.
"¡Va, enserio, dime la verdad!" – Gritó la pequeña mirándolo con enojo.
¡Maldición! No le había creído.
"¿Por qué no me crees?" – preguntó con una ceja levantada.
" Tío Mike me dijo que esa historieta no era cierta que debía preguntaros a ustedes" – explicó la niña con voz soñadora.
¡Tenía que haber sido él! ¡Maldito Mike! Se lo cobraría cuando pudiera y sabía que sería pronto.
"Pues... Verás... Los niños..."
El timbre de la puerta sonó ¡Al fin! Se había salvado, agradeció al timbre mientras que la niña miraba de mala gana la puerta. Se levantó y fue abrir para saber quien era la persona o personas que habían tocado.
"¡Hermano!" – Saludó alguien al cual reconocieron como Tyler.
"Ya hemos llegado" – saludó una pequeña voz cantarina.
Jayden bufó y abrió.
"Ya los habíamos oído"
"Lo siento tío, no sabíamos que estabas en plena faena" – sonrió el grandullón "Perdónanos"
"Tyler" – gritó Shelby " No ves que está presente la pequeña. ¡Eres un maleducado" – le criticó.
Todos pasaron para dentro del hogar del matrimonio Shiba, dónde la niña aún estaba sentada pero esta vez con los mofletes hinchados y con cara de enfado. Emma y Shelby fueron las primeras en acercársele..
"Cariño ¿Qué te sucede?" – preguntó Emma con su típica sonrisa.
La niña le giró la cara.
"Va cuéntanos, a lo mejor podemos ayudarte" – pidió Shelby.
Skylar sonrió malvadamente para si misma, miró las caras de sus tías que la miraban con preocupación así que hizo una expresión triste y empezó la actuación ¡Cámaras, luz y acción!
"Ni papá ni mamá me quieren responder a una pregunta" – Una lágrima cayó de su ojo derecho. Claro que era una lágrima falsa pero lo tenía que hacer si quería llegar al punto.
"Dime cariño ¿Qué esa pregunta que tanto te interesa?" – la niña sonrió con astucia había heredado la inteligencia de su madre y la belleza de su padre.
"Tía Shel, Tía Emma ¿De dónde vienen los bebés?"
La sala se paralizó. Troy fue el único que con tranquilidad se acercó a la niña.
"¿Por qué la pregunta?"
"Curiosidad, supongo" – subió los hombros y lo bajó lentamente – "Me van a dar una respuesta ¿O no?"
Tyler fue el primero en reaccionar.
"Los niños vienen de ..."
"¿París?" – interrumpió la pequeña, podía tener cinco años pero no era tonta – "No me creo la mentira"
Tyler cayó en el frío suelo mientras que él, arrastrando se fue a una esquina a dando círculos con el dedo en el suelo. Todos lo miraron raro.
"Tyler, levántate" – le ordenó Shelby "Sé un hombre"
Los demás rieron ante tal actuación.
"¿Por qué mamá está tan gorda?" – preguntó "Papá me dijo que dentro vivía un bebé"
Los mayores volvieron otra vez la mirada a la niña ¿Qué debían contarle?
"A eso es porque nuestra Mia la torpe se comió una pepita de algún que otro trozo de sandía" – Tyler el ocurrente volvía a las andadas – "Por eso esta así de gorda, por que una sandía le creció dentro de la barriga" – explicó intentando parecer ocurrente – "Por eso es malo comer pepitas de sandía."
"Cállate ya, eso confunde a nuestra pequeña princesita" – regañó Troy a Tyler – Podrías pensar algo más coherente y parar de decir idioteces.
"¿Entonces mamá tiene una sandía en la panza?" – preguntó la pequeña Skylar.
"Sí" – respondió Tyler, pero al recibir miradas matadoras por parte de todos los de su familia rectifico - "Digo no" – musito "Tu madre lleva dentro a tu hermanito como tu estuviste antes de que vinieras a este mundo"
"¿Quién me metió ahí dentro?"
"Tú papá, Jayden" – respondió Emma con una sonrisilla maliciosa.
"¿Papá tu me metiste?! – lo miró "¿Cómo fue?"
Mia salió de la cocina, siendo ajena a la conversación.
"La comida estará lista dentro de unos minutos" – informó sonriente.
Skylar estaba harta nadie le respondía a la pregunta y ya se estaba cansando. Después de estar unos minutos pensando la bombilla se le encendió ¡Su abuelo y abuela! Ellos si debían saberlo, Tommy su abuelo era medico mientras que Kim era mujer. ¡Ellos debían tener la respuesta al acertijo!
Se acercó al teléfono y marcó en número deseado.
"¿Quien? - dijo alguien desde la otra línea
"¿Abuela eres tu?"
"Skylar, pequeña ¿Eres tu?"
"Si, abuela" – sonrió ahora era el momento "Quería preguntarte una cosa"
"Dime de que se trata y yo intentaré librarte de esa duda" - le respondió dulcemente Kim.
" Abuela, ¿De dónde provienen los bebés?" – otra vez.
Silencio sepulcral.
"¿Abuela te encuentras ahí? ¿Estás bien?"
"Perdóname pequeña pero es que Tommy me llama para la comida" – se estaba intentado escapar del tema.
"Abuela yo no he oído nada" – arqueó la ceja.
"Adiós pequeña" –se despidió.
¿Por qué no le querían explicar? ¿Tan difícil era hacerlo?
"¡Quiero saber de donde vienen los bebés!" – chilló mientras hacía un berrinche.
Todos miraron con tristeza a la pequeña, sabían que era muy madura para su edad aunque también tenía sus momentos de impotencia y ese claramente era uno de ellos.
Mía la cogió en brazos – "Cuando un papá y una mamá se aman" – todos miraron Mia como si estuviera mal de la cabeza "Mandan una carta" – nadie se creía lo que estaban escuchando.
"¿A quien?" – preguntó la pequeña Skylar.
"Al dios de los bebés" – señaló Jayden siguiendo la historia marcada por su encantadora y dulce esposa.
"¿Dios... de los bebés?" – preguntó indecisa.
"Si es un Dios muy poderoso que concede a los bebés y se lo entrega a su familia pero antes de que el bebé nazca, tiene que pasar un periodo de tiempo en la barriga de la madre para saber si lo aman" – explicó Mia con gran autoridad y confianza.
La niña la miró no muy convencida pero aún así la consintió.
"¿Cómo sacan al bebé?" – otra más en la lista de las preguntas de Skylar.
Tanta curiosidad y tanto parloteo estaba cansando a los presentes sobretodo a sus padres pero aunque no lo quisieran admitir se estaban divirtiendo.
"Eso ya te lo contaran cuando llegué la hora, ¿de acuerdo?" – Mia si que sabía escabullir un tema.
"De acuerdo mamá" – la niña se había rendido.
"Ves a jugar mientras pongo la comida" – ordenó Mia cansada por su estado y por el estrés.
La niña fue hacia la puerta pero una última pregunta apareció en su prestigiosa mente.
" Una última pregunta" – todos los presentes la miraron con curiosidad - " Hay una palabra que he escuchado mucho últimamente en la televisión" – Se puso en una posición muy infantil y adorable – "¿Que es el sexo?"
Nadie abrió la boca, todos estaban paralizados ¿Cómo funciona la mente de la pequeña? En esos momentos nadie se digno ni a respirar.
¿Como responderían a lo último?
Esta historia se me ocurrió gracias a la escuela es que estudio filosofía y es cierto que los filósofos son como niños de 5 años y se me ocurrió es divertido porque yo también lo hice jaja
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