♡《𝑫𝒖𝒅𝒂𝒔 𝒚 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐𝒔》♡
El aire fresco de la noche envolvía el parque, y las luces de la ciudad se veían a lo lejos, titilando como pequeñas estrellas. Después de ese beso, que fue tan inesperado como natural, Luis y Miguel estaban allí, uno frente al otro, sin saber muy bien qué hacer ni qué decir. Había una quietud en el aire, como si ambos se estuvieran dando espacio para procesar lo que acababa de pasar.
Miguel, aún con el corazón latiendo a toda velocidad, miraba el suelo, sin atreverse a levantar la mirada. Luis, por otro lado, parecía estar tan pensativo como él, pero no dejaba de robarle miradas furtivas, como si quisiera estar seguro de que todo estaba bien.
El silencio comenzó a volverse pesado, y Miguel no soportó más. Dio un paso atrás y cruzó los brazos, mirando a Luis con cierta incomodidad.
-Miguel (intentando mantener la calma, pero con la voz algo tensa)-
"Esto... no sé. No sé qué hacer con esto, Luis."
Luis, al oír las palabras de Miguel, sintió un nudo en el estómago. Había algo en su mirada que le decía que él también estaba confundido. Tomó aire, sin dejar de observarlo.
-Luis (en voz baja, casi como si estuviera pensando en voz alta)-
"No sé si... si esto cambia las cosas entre nosotros, ¿sabes?"
Miguel miró a Luis por fin, sus ojos reflejaban una mezcla de dudas y preocupaciones. Sabía que había algo más allá de su amistad, pero no sabía cómo lidiar con eso.
-Miguel (frunciendo el ceño, pero de manera suave)-
"¿Y qué pasa si sí cambia? ¿Qué pasa si... si nos estamos metiendo en algo que no deberíamos?"
Luis sintió cómo su pecho se tensaba ante la pregunta. No quería que las cosas entre ellos se volvieran raras. Pero la realidad era que el beso había cambiado algo. Algo que ninguno de los dos podía ignorar.
-Luis (mirando al suelo, pensativo)-
"Yo... no quiero que esto sea un error. No sé, Miguel. Tal vez nuestra amistad... tal vez era mejor antes. Pero luego... luego pasó eso."
Miguel sintió un malestar en su estómago, como si cada palabra de Luis estuviera acentuando sus propias dudas. Pensaba en todo lo que había sucedido: el beso, la flor, las risas. Pero todo eso le hacía preguntarse si las cosas realmente eran tan simples como parecían.
-Miguel (tratando de aligerar el ambiente con una sonrisa, pero sin mucha convicción)-
"Bueno, somos amigos, ¿no? No pasa nada. Simplemente... fue un beso. Pero tal vez... tal vez fue solo un impulso. Algo raro, que ya se va a pasar."
Luis no podía evitar mirarlo con una ligera tristeza. No quería que lo que había compartido con Miguel fuera solo un impulso. Había algo más, algo que sentía que estaba comenzando a florecer entre ellos.
-Luis (más sincero, con un toque de inseguridad)-
"¿Pero qué pasa si no se pasa, Miguel? ¿Y si... y si realmente esto cambia las cosas entre nosotros?"
Miguel, al escuchar esas palabras, sintió una punzada en el pecho. Sabía que Luis estaba siendo honesto. Pero también se sentía atrapado en su propia confusión.
-Miguel (con tono más bajo, pensativo)-
"Yo... no sé, Luis. No quiero que nuestra amistad se acabe por esto. Pero tampoco quiero que esto se quede sin aclararse."
Hubo un momento de silencio en el que ambos se miraron, las palabras que no se decían flotando entre ellos. Los dos sabían que estaban caminando por un terreno desconocido, y ninguno de los dos quería dar el siguiente paso sin saber si realmente era lo que querían.
Finalmente, Luis dio un paso adelante, sus ojos llenos de sinceridad.
-Luis (en voz baja, con una sonrisa tímida)-
"Lo único que sé es que, sea lo que sea, no quiero perder lo que tenemos. Si esto se convierte en algo más, que sea porque realmente lo queremos. Pero... pero también no quiero que nos hagamos daño, ¿sabes?"
Miguel, al escuchar esas palabras, sintió una mezcla de alivio y angustia. Algo en su interior le decía que todo esto era más complicado de lo que parecía, pero también algo le decía que Luis tenía razón.
-Miguel (asintiendo lentamente, con una mirada más suave)-
"Sí... lo sé. Pero creo que debemos dejarlo ser. No tenemos que forzarlo, solo ver hacia dónde nos lleva. Y si algo tiene que cambiar, que cambie. Pero sin presiones."
Luis asintió también, una ligera sonrisa en su rostro. A pesar de las dudas, a pesar de las preguntas sin respuesta, sentía que, por alguna razón, todo esto tenía que suceder. El beso, la flor, las palabras no dichas, todo era parte de algo más grande.
Se quedaron en silencio unos segundos más, pero esta vez no era incómodo. Era el tipo de silencio que surgía cuando dos personas finalmente se entendían sin tener que decir todo en voz alta. Ambos sabían que su amistad, aunque tambaleante en ese momento, seguiría adelante. Tal vez de una manera diferente, tal vez más complicada, pero con la misma base de cariño y respeto que siempre había estado ahí.
Y aunque el futuro seguía siendo incierto, Miguel y Luis sabían que, por ahora, tenían tiempo. Y con ese tiempo, podrían decidir hacia dónde llevarían lo que había comenzado con una simple flor y un beso no planeado.
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