♡《𝑪𝒆𝒓𝒄𝒂, 𝑴𝒖𝒚 𝑪𝒆𝒓𝒄𝒂》♡
El sol de la mañana brillaba suavemente sobre el parque, y una brisa fresca acariciaba las hojas de los árboles cercanos. Miguel había llegado temprano, como siempre, buscando un lugar tranquilo donde pudiera evitar cualquier tipo de conversación innecesaria. Sin embargo, poco después, escuchó el sonido de pasos acercándose.
Luis apareció primero, con su mochila colgando desordenadamente sobre su hombro. A su lado, Hikaru caminaba con su habitual energía, mirando todo con esa expresión de entusiasmo que parecía no desaparecer nunca.
-Luis-
"Vaya, Ellington. ¿Eres de los que llegan demasiado temprano solo para hacer tiempo?"
Miguel levantó la vista de su teléfono y lo miró, apenas esbozando una sonrisa sarcástica.
-Miguel-
"¿Y tú, siempre tan puntual o solo me querías impresionar?"
Luis se dejó caer en el césped, justo frente a Miguel, con una sonrisa de suficiencia. Hikaru, siempre tan entusiasta, se tumbó en el césped a un lado, sacando su cuaderno de notas.
-Hikaru-
"¡Bien! ¡Listos para hacer magia!"
Miguel soltó un suspiro y se acomodó junto a ellos en el césped, cruzándose de brazos.
-Miguel-
"No sé de qué magia hablas, Hikaru. Pero si esto va a ser épico como dices, mejor vamos rápido."
Luis se recostó también en el césped, mirando a Miguel de reojo. Sus miradas se cruzaron por un segundo, y por una razón inexplicable, Miguel sintió un estremecimiento. No fue el tipo de incomodidad que usualmente sentía con Luis; era diferente. Algo en la forma en que Luis lo miraba lo hacía sentirse observado, como si estuviera buscando algo en él.
-Luis-
"¿Tienes algo en la cara o qué? Estás raro hoy."
Miguel desvió la mirada rápidamente, tomando su cuaderno y comenzando a repasar las notas, aunque su mente seguía ocupada por la mirada de Luis.
-Miguel-
"No estoy raro. Solo quiero terminar esto lo antes posible."
Pero a pesar de sus palabras, no podía ignorar cómo Luis no dejaba de lanzarle miradas furtivas, como si cada gesto suyo fuera una invitación a provocarlo. Cada vez que Miguel levantaba la vista, ahí estaba, Luis, observándolo con esa sonrisa provocadora.
Hikaru, ajeno a la tensión, comenzó a hablar sobre el proyecto y sus ideas descabelladas. Sin embargo, tanto Luis como Miguel estaban demasiado concentrados en el otro para ponerle atención a lo que decía.
-Hikaru-
"¿No les parece que sería épico si incluimos un toque de drama, un poco de batalla épica con poderes...?"
Luis se giró lentamente hacia Hikaru, pero al mismo tiempo, sus ojos encontraron nuevamente los de Miguel. Fue como un juego silencioso entre ellos, algo no dicho pero claramente presente. Miguel sintió una ligera molestia al notar que no podía escapar de su mirada.
-Luis-
"Sí, un toque de batalla... no estaría mal. Pero ¿qué tal si le damos un giro más... realista?"
Miguel no dijo nada. Simplemente mantuvo la mirada fija en el cuaderno, aunque sus pensamientos parecían ir en otra dirección. ¿Qué era esto? ¿Por qué se sentía como si estuviera siendo estudiado? Estaba claro que había algo más entre ellos, algo que no podía definir.
Sin embargo, Luis no paraba de mirar, y por cada mirada furtiva, Miguel sentía que el ambiente se cargaba un poco más. La tensión era palpable, pero ninguno de los dos lo mencionó. Aún cuando Hikaru interrumpió varias veces con sus ideas sobre batallas épicas, ninguno de los dos se apartó del otro.
-Hikaru-
"¡Este trabajo va a ser lo más! ¡Una batalla entre héroes y villanos, el final es épico! ¡Será un éxito!"
Luis sonrió, pero esta vez de forma más significativa.
-Luis-
"Seguro, Hikaru. Lo haremos a nuestra manera."
Miguel levantó la vista de golpe, encontrando a Luis justo frente a él, una sonrisa en los labios. Algo en esa sonrisa le provocó un escalofrío que no pudo entender.
-Miguel-
"¿Qué miras?"
Luis lo observó por un momento, sin perder esa expresión juguetona.
-Luis-
"Solo pensaba que eres más interesante de lo que pareces, Ellington."
El roce de sus palabras hizo que Miguel sintiera el corazón latir más rápido. No estaba seguro de si le molestaba o si, de alguna manera, le agradaba. Todo lo que sabía era que aquella mirada, aquella sonrisa, cambiaban el ritmo de las cosas.
Ambos se quedaron en silencio por un largo momento, como si se estuvieran desafiando sin palabras. Hikaru seguía hablando de sus ideas, pero los dos estaban demasiado concentrados en el otro para escuchar.
Al final, aunque no lo admitieran, tanto Miguel como Luis sabían que algo había cambiado en esa reunión en el parque. Algo que ya no podrían ignorar.
*Actualiza por si no amanece viva*
APENAS VOY POR EL TEMA 3 WAAAAAA
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