♡《𝑺𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐》♡
La tarde caía lentamente sobre la ciudad. El cielo comenzaba a teñirse de tonos rojizos y anaranjados, y el aire tenía esa frescura melancólica que anunciaba el final de la jornada. Miguel caminaba por las calles semi desiertas rumbo a su casa, con las manos en los bolsillos y su música resonando en sus auriculares.
Trataba de distraerse con las canciones, pero su mente volvía una y otra vez a la interacción del día con Luis.
No podía negar que había algo extrañamente satisfactorio en ver cómo Luis dejaba de ser el chico perfecto y sacaba a relucir su lado más humano. Aunque nunca lo admitiría en voz alta, las pequeñas discusiones con él se sentían menos como una molestia y más como una especie de desafío.
Pero su tranquilidad fue interrumpida cuando sintió que alguien lo seguía. A pesar de la música, estaba seguro de que había pasos sincronizados con los suyos. Fingiendo normalidad, apagó la música y giró ligeramente la cabeza, lo suficiente para captar una figura que mantenía una distancia prudente.
Era Yasmin Ashbourne.
Al principio pensó que era coincidencia, pero pronto quedó claro que no lo era. Yasmin lo estaba siguiendo.
-Miguel-
Se giró por completo, frustrado.
"¿Qué quieres, Ashbourne? Si me estás siguiendo para darme otro sermón sobre la imagen del instituto, estás perdiendo el tiempo."
Yasmin lo miró, su rostro iluminado por la tenue luz del atardecer. Había algo extraño en su expresión: una mezcla de determinación, rabia contenida y algo que Miguel no pudo identificar de inmediato.
-Yasmin-
"Necesito hablar contigo. Es importante."
-Miguel-
"¿Y no puedes hacerlo aquí? Estoy cansado y quiero irme a casa."
-Yasmin-
"No aquí. Ven conmigo."
Antes de que Miguel pudiera negarse, Yasmin lo tomó del brazo y lo guió hacia un callejón estrecho y oscuro. Él trató de zafarse, pero la fuerza de Yasmin lo sorprendió.
-Miguel-
"¡Oye, oye! ¿Qué demonios te pasa? Si esto es una broma, no tiene gracia."
-Yasmin-
"No es una broma, Miguel. Escúchame."
El tono de Yasmin era bajo, casi un susurro, pero cargado de una intensidad que hizo que Miguel se callara. La oscuridad del callejón hacía que la situación se sintiera más amenazante de lo que probablemente era.
-Yasmin-
"Quiero que te mantengas alejado de Luis."
-Miguel-
"¿Qué? ¿De qué estás hablando? No es como si fuera mi mejor amigo o algo así. Es él quien está atrapado conmigo por órdenes del consejo."
-Yasmin-
"Eso no importa. No quiero que te acerques más a él. No sabes nada sobre lo que realmente está en juego."
Miguel frunció el ceño. Había algo en la manera en que Yasmin hablaba que lo inquietaba.
-Miguel-
"¿Qué quieres decir con 'lo que está en juego'? ¿Qué es lo que tanto te molesta?"
-Yasmin-
"¡Él es especial, Miguel! No puedes arrastrarlo contigo. No puedes arruinarlo."
-Miguel-
"¿Arruinarlo? Mira, Ashbourne, no soy un santo, pero tampoco soy un maldito villano. Si tienes algo que decir, dilo claro y de frente."
Yasmin dio un paso hacia él, invadiendo su espacio personal. Su rostro estaba peligrosamente cerca del de Miguel, y sus ojos brillaban con una mezcla de furia y... algo más. Algo que Miguel no podía identificar.
-Yasmin-
"Escucha bien, Ellington. Luis merece estar rodeado de personas que lo eleven, no de alguien como tú. Si no me haces caso, me encargaré personalmente de que te arrepientas."
-Miguel-
"¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer? ¿Ponerme un reporte disciplinario? ¿O algo peor?"
La sonrisa de Yasmin fue escalofriante, más un reflejo de su obsesión que de cualquier amenaza real.
-Yasmin-
"Te sorprenderías de lo que soy capaz."
Miguel retrocedió un paso, pero no desvió la mirada. No quería mostrarle que, por dentro, empezaba a sentirse incómodo. Decidió cambiar el tema para intentar desviar la tensión.
-Miguel-
"Y dime, Ashbourne, ¿esto es porque te gusta Somerset? ¿Es eso lo que realmente te molesta?"
El rostro de Yasmin cambió por un instante, y Miguel pudo ver que había tocado un nervio sensible.
-Yasmin-
"Eso no es asunto tuyo."
-Miguel-
"Bueno, estás haciendo que lo sea, arrastrándome a callejones y actuando como si fueras la protagonista de un thriller psicológico. Y te lo dejo en claro, no soy gay, y si lo fuera, no me gustaría alguien como Luis... Eso sonó raro..."
Yasmin apretó los puños, pero no respondió. En lugar de eso, dio un paso atrás y lo miró con frialdad.
-Yasmin-
"Solo recuerda lo que te dije, Miguel. Mantente lejos de Luis. Por tu propio bien."
Antes de que Miguel pudiera responder, Yasmin se dio la vuelta y desapareció en la penumbra, dejando a Miguel solo en el callejón.
Durante unos segundos, se quedó inmóvil, tratando de procesar lo que acababa de pasar. La amenaza de Yasmin parecía exagerada, casi ridícula, pero algo en su mirada le dijo que no debía tomársela a la ligera.
-Pensamiento de Miguel-
"Esa chica está loca... Esto está empezando a ser demasiado raro."
Miguel salió del callejón y retomó su camino, con el corazón latiendo rápido y la sensación de que Yasmin no era la única pieza del rompecabezas que comenzaba a formarse.
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