2-. Luces en el cielo
Extiendo mis brazos y siento la brisa del pasto resbalarse por mi piel, respiro hondo y miro el cielo, es un cielo estrellado, hacía meses que no vislumbraba el firmamento tan despejado, hacía meses que la contaminación no dejaba ver nada más que bruma.
También es porque hay menos luces encendidas, ahora que lo pienso, nunca había visto un cielo así, no en la ciudad.
Pienso en todo lo que hemos perdido desde que vi esas luces en el cielo casi un año atrás, y también pienso en las pequeñas cosas que hemos recuperado.
Ese día, miraba las estrellas, igual que hoy, trataba de hallar el verdadero significado del amor, aquel que en algún momento extravié, pensaba que una canción triste y nada de compañía me ayudarían, hasta que los ví, unos pequeños destellos amarillentos.
Parpadearon dos veces, eran tres esferas. Desaparecieron. Cerré y abrí los ojos, pensando que había sido una mala pasada de mi imaginación, pero no. Porque momentos después las luces volvieron a aparecer, y no solo eso, sino que se hicieron más grandes y más grandes. Y pronto comprendí que no eran fantasías, que aquello que mirábamos como ciencia ficción, no lo era.
¿Venían a sentenciarnos?, ¿O a salvarnos de nuestra inminente autodestrucción?, ¿Venían para rescatar a uno de los suyos?, ¿O para advertirnos de una amenaza mayor?
Lo que siguió no fue como en las películas o los libros. No hubo una guerra, no hubo paz, solo una serie de instrucciones a seguir.
Cómo implementar por completo energías sustentables, cómo avanzar tecnológicamente lo que nos llevaría otro milenio, cómo conservar los ecosistemas y proteger las especies en peligro de extinción, cómo erradicar ciertas enfermedades sin aparente cura, cómo acabar con las islas de plástico y el deshielo de los polos, cómo finalizar la vida de todos los que cometieron un delito por mínimo que fuera, cómo derrocar a los gobiernos infames, cómo acabar con cada conflicto bélico y cómo instaurar una nueva moneda que sirviera en todo el mundo.
Pero nada es gratuito, siempre hay un precio a pagar.
Era la extensión de la vida, unas horas compradas para la humanidad, un ciento de generaciones que podrían vivir en paz. Los fatalistas piensan que tarde o temprano regresaremos al estado anterior, que lo arruinaremos todo en algún momento.
Sea como sea, hubo una votación y el mundo decidió, se aceptarían estás recetas mágicas a cambio de voluntarios. Vida por vida.
Pero tenía que ser vida que quisiera ir más allá, que no tuviera miedo a perder todas sus creencias.
Al parecer ellos están librando una guerra crucial para más de un "paralelo" como les dicen ellos, (son los espejos de cada de una de las galaxias, cada versión existente) y están perdiendo, por eso recurrieron a esto... Salvar planetas primitivos a cambio de soldados...
Hombres o mujeres, les da igual.
Nos dieron un año. Porque su tiempo es diferente al nuestro. En un año deberíamos de cubrir la cantidad de personas que pidieron, nos hacen un favor, dicen, otra forma de acabar con la sobrepoblación.
Hace tres meses comenzaron a llevarse a los primeros.
Creí que nadie se ofrecería pero al parecer hay gente más demente de lo que esperaba.
Y se han estado cubriendo bien las cifras, quizás es debido a los primeros en irse; no importaba en qué forma estuvieran, ni que edad tuvieran o si padecían o carecían de algo... Solo necesitaban tomar ese líquido una vez, una sola vez y bastaba para que alcanzarán su máximo potencial, los jóvenes maduraban lo suficiente, los viejos rejuvenecían, gracias a las redes sociales pudimos ver en transmisiones en vivo como las personas se volvían más bellas, más fuertes y más inteligentes en tan solo segundos, después subieron para nunca volverlos a ver.
Eso convenció a la gran mayoría, esa que espera morir en una lucha de la que poco entiende pero que siente debe conocer.
Hoy fue mi último día en la Tierra y por eso salí a mirar las estrellas, hoy no busco saber cómo curar mi propio corazón roto, sino entender mis propias razones para irme, aún no las comprendo en su totalidad, solo sé que nunca me sentí parte de este lugar, nunca me imaginé terminando una carrera, consiguiendo un trabajo y teniendo una familia y aunque hace un par de años no hubiera imaginado nada de lo que ha pasado, siempre supe que había algo más y ese algo más llegó. No sé que vaya a ocurrirme o si estoy tomando la decisión correcta, pero sé que es mi destino y pienso seguirlo.
Pienso seguir esas luces en el cielo.
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