Un amor corrompido
Comentario: Hola, hace mucho tiempo no subía nada, este fic es un regalo para mi amiga @shironame que le encanta el Licoivlis y bueno no me gusta mucho esta pareja pero al yaoi regalado no se le miran los ... ok me dejo de tonterías, pensaba escribirlo en un one shot pero me costará un mundo escribir la parte yandere ;w; asi que les dejo el adelanto, eso, byebye.
---------------------------------------------------------------------
El mundo flama es un lugar donde habitan los demonios flama en comunidad, este lugar queda justo abajo del mundo de los soles, en el inframundo para ser más exacto, no es tan hermoso como el mundo anteriormente mencionado, pero en sí tiene su propio encanto característico, tal como sus ríos de lava, su tierra rojiza, su enorme bola de fuego roja que iluminaba el día y la noche, sus volcanes, sus animales muy propios, etc., todo ese lugar era bastante calmado, lleno de demonios muy bien entrenados, devotos a su rey el mayor de todos los demonios, el diablo, un ser serio, alto el cual creaba fuego desde cualquier parte de su cuerpo, capaz de soportar altas temperaturas, este ser quien fue obra y creación del ser más poderoso de ese mundo, nada más y nada menos que Siralos el dios de los soles, quien le dio vida desde su propio fuego solar y de nombre Ivlis, y sí, este personaje vivía en ese mismo lugar, en un castillo en la lejanía del pueblo, allí tenía su trono y regía su mandato, con él vivían sus subordinados, el que más destacaba entre ellos era Emalf, un joven demonio flama de vestimenta punk, que solía usar lentes de sol en todas partes y era bastante cobarde, generalmente se le veía junto a la hija del diablo, la otra subordinada que vive en el castillo es Rieta quien por causales pasadas se encuentra en estos momentos sellada dentro de una lámpara de genio y está extraviada en algún lugar. De los tres hijos del diablo de este inframundo solo dos de ellos viven con él, los dos menores, su hijo mayor llamado Adauchi hizo abandono del hogar a muy temprana edad por causales desconocidas, aunque a pesar de estar en malos términos con su padre, el sigue conservando una bella amistad con Emalf y su hermanita Poemi, por otro lado por esta misma razón no conoce a su hermano menor. La siguiente en la lista es Poemi, la hija consentida del diablo, ella es una niña pequeña, traviesa y entusiasta, la cual suele pronunciar mal las palabras y puede llegar a ser muy sádica en algunas ocasiones, ama a su padre por sobre todas las cosas; y por ultimo está el hijo menor del diablo de quien trata este escrito, su nombre es Licorice, tiene una apariencia aproximadamente de siete años, es un demonio pequeño de un carácter serio, sin embargo a pesar de su escasa edad oculta un gran poder en su interior ya que por sus venas corre sangre directa de dos diablos y un dios, a diferencia de los otros hijos del diablo flama este niño es su hijo totalmente biológico por lo que siente un gran apego hacia éste, y ahora ustedes se preguntaran ¿por qué los otros dos hijos no son biológicos? es fácil de explicar, Adauchi y Poemi fueron creaciones del diablo a partir de sus flamas, por ende no tienen parentesco directo con Ivlis.
¿Por qué entonces Licorice es distinto? ¿Qué fue lo que sucedió para que éste diablo de duro corazón, semblante serio y gran poder decidiera tener un hijo de su sangre? Es una trágica historia para contar en estos momentos, sin embargo se puede resumir con el nombre de Satanick, sí, este individuo es el culpable del nacimiento de Licorice y por ende un gran karma caerá ante él. Todo comenzó cuando este diablo del mundo Pitch Black descubrió el mundo flama, al ser un tipo tan curioso y aventurero comenzó a averiguar de ese mundo, fue cuando encontró a su diablo y lo observo desde lejos, era un ser muy hermoso digno de ser una creación de un dios, esperó entonces el momento adecuado para atacarlo, si han averiguado un poco sabrán que este diablo es extremadamente pervertido por lo que sus intenciones al atacarlo no fueron para obtener algún poder o algo por el estilo, el solo quería diversión y placer y como podrán entender el momento más adecuado para atacar a Ivlis fue cuando este perdió completamente sus poderes por cosas del destino. Satanick se encargó de humillarlo, de torturarlo y violarlo durante años, divirtiéndose con él, destrozándole el ego, borrando su sonrisa triunfante de siempre por una cara llena de terror y miedo, que mejor que humillar y sodomizar a un diablo lleno de esperanzas y sueños, eso le daría un nivel por sobre los demás diablos pensaba Satanick en ese entonces quien con un ego muy grande jamás se llegó a imaginar que las vueltas del destino son muy grandes y que el karma puede ser más severo de lo que uno cree.
Años pasaron, las cosas cambiaron de una manera repentina, su corazón se llenó de sentimientos de amor y dolor, se había enamorado y no podía cambiar lo que sentía, dicen que el amor enceguece, sin embargo este no era el caso, Ivlis era un ser quien había aprendido su lección, que hacer daño a los demás no estaba bien y tras el nacimiento de su hijo debido a las constantes violaciones por parte de Satanick decidió menguar su comportamiento y dedicarse a simplemente vivir, su único soporte en todo su mundo eran sus dos hijos pequeños y lucharía por su bienestar, jamás pensó que Satanick llegaría a ser importante en su vida y así fue, este tipo fue cambiando de apoco su comportamiento hacia él, ya no le hacía daño, las interminables torturas fueron erradicadas, ya no corría sangre en sus encuentros, solo había amor y bellas palabras, el realmente no quería caer en su juego, porque... ¿esto es un juego verdad? es imposible que ese tipo quien lo ha torturado por tanto tiempo realmente se haya enamorado de él, para empezar, ¿ese tipo realmente tiene sentimientos? Pensaba el diablo flama tras toda esta situación, no obstante el tiempo pasó y este diablo le fue demostrando día tras día con constante esfuerzo e insistencia que realmente lo amaba, uno que otro detalle cada día, una palabra de amor, un abrazo, una caricia, hicieron que Ivlis lo mirara diferente y así llegamos a los días actuales, pero, ¿por qué toda esta explicación para dar a conocer el por qué Licorice nació? Bueno esto comienza así, Licorice nació producto de la violación a su madre, fue criado en un hogar con constante abusos a su madre, golpes y tortura psicológica, cada día veía llorar a su madre aterrado por lo que hacía su padre con él, por lo que fue adquiriendo un odio irrefutable hacia su progenitor Satanick, era tanto que no era capaz de verlo sin pensar que todo sería mejor si estuviese muerto, por otro lado con Ivlis era lo contrario, lo único que quería era verlo feliz, que su madre gozara de una vida plena, que fuese feliz con alguien que lo quisiera, que lo amara y que lo protegiera tal y como se lo merecía, de este tan profundo deseo surgió su fuerza y su habilidad y también su incondicional amor hacia su madre. Está bien, esta historia es un drama común ¿verdad? Pero ¿qué pasa si les digo que ese pequeño niño está totalmente enamorado de su madre? Ustedes dirán es solo un niño pequeño quien no quiere ser alejado de su mamá, es algo normal a su edad estar enamorado de la madre, en este caso no es así, su amor llega a ser enfermizo e incestuoso y de esto va a tratar este relato.
Licorice el pequeño demonio solía observar en todo momento a su madre, cuando trabajaba él estaba ahí observándolo, cuando comía, cuando dormía, cuando se cepilla los dientes, hiciera lo que hiciera él estaba ahí, no le quitaba el ojo de encima, menos ahora que veía que la situación con su padre estaba mejorando, se veía irritado todo el tiempo a causa de esto y se notaba bastante, un día su madre habló con él no entendía el porqué de su molestia –Licorice ven aquí, necesito hablar contigo- el niño se acercó rápido donde estaba el diablo y lo quedó mirando con sus grandes ojos – algo sucede contigo, estas actuando extraño últimamente, te veo irritado y malhumorado ¿hay algo que te tiene en ese estado?- preguntó de una forma seria el mayor al menor quien solo desvió la mirada y la llevó al piso – la verdad mami es que... yo... a... a mí me molesta verte cerca de papá, no sé por qué, pero no me gusta que él se te acerque y últimamente está viniendo mucho a verte- Ivlis solo miró al menor y sonrió – no puedo hacer nada por evitar que venga a verme, además también viene a verte a ti... aunque no significa que me gusten sus visitas- para sí pensó que últimamente sus visitas no eran tan terribles como hace unos años, el diablo de Pitch Black había cambiado desde que se le confesó hace unos tres años atrás y él realmente lo había notado, no pudo evitar que su corazón se agitara cuando pensaba en todo lo que había ocurrido desde que ese estúpido y degenerado diablo le había dicho que lo amaba, suspiró pesado y le acarició un poco la cabeza a su hijo menor quien aun parecía afligido- mamá te quiero- dijo el niño con sus mejillas coloradas mientras temblaba en su puesto, el diablo no pudo evitar sonreír enternecido y tomar al menor en brazos sentándolo en su pierna, no era muy expresivo en estas cosas, sin embargo con el tiempo su corazón se había ido ablandando – también hijo –dijo entre cortado y con la cara roja como un tomate, Licorice abrió los ojos grandes y sonrió, la persona que amaba le había correspondido en sentimientos, este sería el día más feliz de su vida, aunque jamás pensó que Ivlis se lo decía con amor de madre, por el contrario Ivlis jamás pensó que su hijo se lo decía de forma amorosa.
Una semana pasó desde aquel acontecimiento, Licorice se veía muy feliz, pero todo cambió cuando se levantó una noche a tomar agua y vió una luz encendida a altas horas de la noche, caminó hasta ella y los encontró bailando muy apretados en la sala de trono, Satanick sostenía a Ivlis por la cintura mientras que su otra mano entrelazaba con la del otro diablo, ambas cabezas descansaban sobre el hombro del otro mientras la música sonaba lenta y ambos diablos parecían disfrutar del ritmo de esta con los ojos cerrados moviendo sus piernas al sonar de la melodía, se veían en armonía como si solo existiera el uno para el otro en aquel lugar, fue la primera vez que se le rompió el corazón al pequeño Licorice, su madre jamás había bailado de esa manera tan especial y llena de sentimientos con él, era mucho el dolor que sentía por lo que resignado simplemente volvió a su cuarto, mientras ambos diablos seguían disfrutando de sus encuentros románticos nocturnos –cada vez bailas mejor cucarachita – le susurró al oído con una voz suave y relajada, mientras el otro abría de apoco los ojos para buscar los labios del mayor respirando sobre estos por unos segundos que pareciesen que eran eternos esperando que el oji purpura iniciara la acción, este no dudó en complacer a su pareja en secreto en ningún momento, por lo que se besaron despacio mientras seguían moviéndose al son de la música, sin embargo el beso era demasiada distracción por lo que ambos pararon en ese mismo lugar y profundizaron mas metiendo la lengua dentro del otro y moviéndose intensamente respirando entre cortado abrazándose para reducir ese espacio ínfimo que los separaba, el beso había sido intenso y esas manos grandes de Satanick habían recorrido ya toda la espalda de Ivlis mientras que con la otra sujetaba su nuca para evitar que el otro escapara, aunque claro está, el diablo flama no tenía intención de hacerlo, menos ahora que había descubierto que ese diablo quien había hecho su vida un infierno irónicamente lo había salvado de este y actualmente todo su mundo se reducía a él, y me refiero al mundo amoroso, no podía imaginarse una vida sin Satanick, sin sus berrinches, sin sus perversiones, sin su estúpida risa, sin su desnudes contante, sin su doble sentido, sin sus constantes regalos, sin sus besos, sin sus caricias, sin esos bellos ojos color violeta, sin esa galantería, sin sus destrozos de ventanas y puertas, sin sus flores creciendo en sus cuernos y por sobre todo sin su amor, ya no había caso, se había enamorado de este diablo sin saber cómo, se sentía estúpido por amar a este individuo que tanto mal le hizo, pero ya estaba así y no lo podía cambiar, tampoco quería. Pronto el beso terminó y ambos se miraron a los ojos sin decir una sola palabra ya que ambos corazones yacían conectados el uno con el otro, ese día hicieron el amor como últimamente solían hacerlo cada noche que se encontraban a escondidas de sus familias para que esto fuese un secreto hasta cuando Ivlis estuviese listo de aceptar lo que estaba pasando, después de todo tenían toda una infinidad de años para demostrar al público cuanto se amaban, por ahora esperar era la mejor opción para Satanick.
Licorice volvía a tener una cara extraña durante un tiempo, se le veía triste, ¿cómo era posible que su adorada madre prefiriera estar con su mierda de padre antes que con él y más cuando le había dicho que lo quería a él? caminó decidido para hablar con su madre de este asunto que tanta tristeza le daba – mamá debo hablar contigo – dijo mientras le tomaba del brazo – yo ... yo te amo- dijo con determinación mirando a su progenitor a los ojos, este estaba confundido, ¿por qué su hijo lo miraba de esa manera? Parecía tener odio contra el mundo, en lo que lo miraba Satanick apareció y el rostro de Ivlis se iluminaba al verlo, el pequeño pudo notar de inmediato eso y soltó brusco el brazo del diablo para luego salir corriendo, no podía soportar esto, realmente le dolía, verlo tan feliz por otro hería su delicado corazón.
Las cosas iban mal, cada vez que los veía juntos, cuando su madre mostraba esa hermosa sonrisa, cuando los veía tomados de la mano, cuando su padre tomaba en brazos a su madre, cuando comían juntos, cuando salían, cuando en las noches los escuchaba hacer el amor, todo era un completo tormento para Licorice, todo se le revolvía en la cabeza atormentando su mente haciendo latir rápido su corazón logrando que este se fuese endureciendo día tras día que los veía en esas situaciones, al menos contaba con la palabra de su madre, el siempre recordaba el día que su amada madre le dijo que jamás podría llegar a decir un te amo a alguien que no amara de verdad y que por lo tanto su padre nunca llegaría a escuchar esas palabras salir de su boca, el tan solo recordar tal evento menguaba su dolor aunque fuese un poco, en estos años que esos dos se estaban llevando mejor jamás les había escuchado decirse el uno al otro alguna palabra de amor más que su estúpido padre que a cada rato le decía a su querida madre que lo amaba, que estaba enamorado de él, entre otras declaraciones, sin embargo nunca escuchó la respuesta de Ivlis a Satanick.
La paciencia de Licorice era muy grande, sin embargo el dolor dentro de su corazón era demasiado, todo se empezó a salir de control aquel día cuando fueron de picnic en familia, es decir, su madre, su hermana mayor Poemi, Emalf que era parte de su familia también, y el estúpido de su padre, todos ellos habían ido a pasear a un parque que hace poco habían construido en el mundo flama, Poemi se veía muy feliz, ella realmente adoraba que su papi Ivlis fuese feliz y actualmente se le veía muy contento por lo que independiente que estuviese saliendo con ese diablo que tanto daño le hizo ella estaba muy alegre de verlos juntos, Emalf por su parte en un principio no sabía cómo tomar esa relación, sin embargo ahora ya le era normal ver a su señor junto a ese otro ser que daba miedo, en fin, el menor de todos no podía apartar la mirada de la peste de padre que tenía, odiaba cada ínfima partícula que componía su cuerpo y más cuando se le acercaba a su madre besándolo, acariciándolo y este no hacía nada por impedirlo, en ese momento pudo notar como el más alto de todos sentaba en sus piernas al diablo flama y le acariciaba suavemente su barbilla logrando que el de cuernos rojos se colorara y ladeara la cara- ¿qué estás haciendo Satanick? – dijo en tono juguetón el menor de los diablos sin saber las intenciones del otro, ya no sabía que esperar del más alto, a veces era muy juguetón y salía con cualquier cosa, sin embargo esta vez solo quería besar al más pequeño quien abrió los ojos grandes cuando lo tomaron por sorpresa, sin embargo no alegó ni alejó a Satanick de él, simplemente sonrió feliz con las mejillas sonrojadas – tonto –dijo después colocándose de pie para sentarse al lado del diablo de Pitch Black, Licorice al notar esto se puso de pie y le pegó una patada a su padre – te odio, juro que algún día te voy a destruir- dijo con furia y después de eso quedó mirando a Ivlis con el corazón roto y lleno de resentimiento, posteriormente salió corriendo para algún lugar desconocido–Llicorice espera, ¿qué pasó?... oye – dijo el diablo flama tratando de alcanzar al niño mientras Satanick se sentía algo frustrado por como lo había pateado su hijo menor, él pensaba que estaba haciendo un buen trabajo en tratar de unirse a la familia.
-Hey, Licorice ¿qué pasó? ¿Por qué hiciste eso?-
-Porque odio a esa mierda –
-Es tu papá, y está intentando llevarse bien con nosotros-
-No te entiendo mami, tu también solías odiarlo ¿no recuerdas todo lo que te ha hecho? –el mayor se agachó a su altura para poner una mano arriba del hombro del de cuernos morados – eso fue hace mucho tiempo, Satanick ha cambiado- el niño se alteró al escuchar esto y miró enojado a su madre –¿qué ha cambiado? ¿Acaso tú le crees a esa mierda? Es una escoria madre, tipos como él no cambiaran jamás –
-...- Ivlis solo lo miró algo angustiado, el solía ser muy crédulo, a veces no sabía si había tomado una buena decisión en creerle a Satanick, el niño vio meditando a su madre y se puso de pie – mamá, contéstame algo, ¿tú, me quieres? ¿Tú, me amas?- Ivlis tragó saliva y miró al niño serio y con los pómulos rojos, obviamente quería mucho a su hijo, pero era tan torpe en dar señales de cariño que solo pudo mantener silencio mientras colocaba una mano en su cabeza y le hacía cariño mientras sonreía, el niño lo miró con enojo y una opresión en su corazón, era obvio que el amor de madre no era lo que quería, apretó sus manos en forma de puños y con rabia golpeo el brazo de su progenitor para sacarlo de su cabeza, avanzó unos cuantos pasos en dirección contraria a la que estaba Ivlis, luego volteo y le gritó con lágrimas en los ojos – ¡no quiero que me ames como tu hijo, no quiero ese tipo de amor!- dicho esto corrió lejos donde Ivlis no lo pudiese encontrar, el diablo flama quedó muy confundido por la situación, todo era tan extraño en el comportamiento de Licorice, no podía entender nada, pronto llegó al lugar del picnic con lágrimas en los ojos, se hincó al lado de Satanick, todos se dieron cuenta de lo triste que venía – ¿papi que pasó? ¿Por qué lloras? ¿Qué le pasó a mi hermanito?-
-¿Pasó algo con Licorice?- preguntó Satanick mientras Emalf se colocaba de pie – ¿quiere que vaya por él señor Ivlis?- el diablo flama negó con la cabeza mientras limpiaba sus ojos – no pasa nada, es solo que Licorice se está comportando muy extraño últimamente, es como que me odiara, aunque suele decirme que me ama, no logro entender su comportamiento, acaba de golpear mi brazo para apartarme de él – dijo triste mientras suspiraba y miraba el suelo, el de cuernos en forma de raiz no entendía muy bien que estaba pasando sin embargo al ver que el otro estaba tan triste no dudó en abrazarlo escondiendo la cara del desalado en su cuello, Poemi no dudó tampoco en acercarse para abrazar a su padre – tranquilo papi, Licorice jamásh te abandonará como lo hizo mi hermano mayor, Licorice realmente te quiere mucho – Emalf tragó saliva, se sentía realmente incomodo en este momento familiar, pareciera que no tuviese nada que hacer ahí así que solo se sentó en el suelo y trató de mirar hacia cualquier otra dirección mientras escuchaba a su señor llorar en los brazos de ese diablo, en fin ese día de picnic fue un total fracaso.
Ese mismo día pero de noche, menor de la familia se encontraba encerrado en su cuarto, como le había dolido que su madre no fuese capaz de darle una simple respuesta, ¿por qué le costaba tanto decir que lo amaba, o es que acaso no lo hacía? Al menos se reconfortaba en la idea en que nunca lo había escuchado dar palabras de amor a nadie, ni siquiera a Poemi que él siempre ha notado que la quiere y mima mucho, era el único consuelo que tenía, por ese momento decidió calmarse y esperar la oportunidad correcta para revelar sus verdaderos sentimientos a su madre, sabía que esto no era correcto, sabía que no era natural, pero, ¿que había de natural en un demonio? ¿Acaso era un pecado amar a su madre? Y si lo era que más daba, no es como que no viviera en un infierno como para irse a un peor lugar –madre te amo, te amo tanto- dijo apretando su pecho con fuerza ya que dolía, dolía tanto que sufría por este sentimiento, esa noche fue larga, no pudo quedarse dormido, lo único que quería era que su madre correspondiera sus sentimientos y miraba la gran bola de fuego que iluminaba la noche suspirando a cada instante, tenía tantas dudas en su interior ¿estaría siguiendo un buen camino? ¿Estaría bien interponerse ante la felicidad que vivía su madre? ¿Quién era el para interponerse en el camino que había elegido su mamá? volvía a suspirar mientras lagrimas corrían por su mejilla, lo correcto sería alejarse un tiempo, no ver más a su gran amor, quizás así lo podría olvidar de una vez por todas, pero ¿dónde? ¿Dónde se podía marchar?, suspiró una tercera vez y se volvió grande, escribió una carta para sus familiares y desapareció llevándose algunas de sus pertenencias, debía hacerlo ya, por su bienestar y por el de su madre, no podía verlo como sufría por estar distantes.
Por meses nadie supo de él, Ivlis estaba desesperado, lloraba todos los días, se sentía miserable y culpable por la huida de su hijo menor, todo era su culpa por no entenderlo, después de todo si era un pésimo padre y madre, era el segundo hijo que se iba de su lado, por lo que no quería apartarse en ningún momento de Poemi, le preguntaba a cada instante si lo odiaba también, su actitud se volvió débil y frágil, Satanick ordenó a todos sus sirvientes, Envi, Yagui, Roc, entre otros para que asistieran la búsqueda de su hijo menor, tenían la orden de buscarlo en donde sea, en cualquier mundo y lo trajeran sano y salvo al mundo flama, Emalf también había buscado incesantemente al niño, sin embargo no había rastro de él.
Ivlis estaba muy cansado y alterado, Satanick se había unido tanto a él estos meses que ya su relación parecía mucho más seria que antes, ambos diablos estaban muy afligidos por la desaparición de Licorice, habían pasado ya seis meses desde que el pequeño había dejado la casa – ya nada es lo mismo sin Licorice, aun no sé qué hice mal, Satanick dime que hice mal – el diablo de Pitch Black temía que el de cuernos rojos hiciera una estupidez por tanta pena que sentía, ya casi no estaba comiendo ni dormía, por lo que el serviría de soporte para Ivlis durante su dolor, había tenido que ser maduro todo este tiempo para ayudar al diablo que amaba y que a pesar de todo el daño que le había hecho este lo había perdonado, era increíble como había cambiado en todo este tiempo –para nada Ivlis, tú no has hecho nada malo, eres un gran padre y la mejor madre que uno de mis hijos podría tener –dicho esto le besó los labios y abrazó con todas sus fuerzas – no te entristezcas más, Licorice es fuerte, seguro debe estar bien donde quiera que esté, ahora solo descansa cucarachita, vamos, acompaña al magnifico de Satanick a dormir, ya tus ojeras desgastan tu hermoso rostro lindo- Ivlis sonrió cansado y le acarició el rostro al mayor- está bien dormiré con su magnificencia –
Esa misma noche Envi traía buenas noticias, había encontrado al pequeño Licorice durmiendo en un bosque por lo que sin clemencia simplemente lo noqueó, sabía que ese niño era bastante fuerte por lo que debía aprovechar que lo encontró durmiendo para darle un golpe y posteriormente sedarlo con cloroformo y llevárselo a su diablo, una vez en el castillo del mundo flama la cabra hizo entrega del niño a su señor – señor Satanick, encontré a su hijo - apareció el sirviente del diablo de Pitch Black en la oscuridad de la noche junto a la cama del diablo flama, Satanick despertó de inmediato y movió fuertemente a Ivlis quien de por sí tenía un sueño muy pesado y más ahora que no había logrado dormir bien en tantos meses por la ausencia de su hijo de pequeño – Ivlis... Ivlis despierta, Licorice, Licorice está aquí, Envi lo encontró – el diablo de cuernos rojos despertó lentamente mirando de forma aturdida a Satanick quien lo meneaba y lo miraba con los ojos algo llorosos, fue cuando entendió sus palabras y de inmediato los suyos se llenaron de lágrimas, se puso de pie rápido y tomó en sus brazos al pequeño niño quien dormía profundamente por la acción del cloroformo –¡Licorice! !Licorice!- gritaba el diablo llorando de alegría por volver a ver a su niño, Satanick sonrió feliz y le agradeció a Envi por lo que había hecho por los dos, la cabra solo hizo una reverencia y desapareció, esa noche Ivlis durmió abrazando a Licorice y le pidió a Satanick que los dejara solos ya que el niño tenía problemas con él, el mayor resignado aceptó y se fue, entendía perfectamente que su hijo lo odiaba a pesar de todos sus intentos por acercarse, sería bueno que despertara junto a su madre quien tanto ama.
Y así fue, despertó por la mañana abrazado por Ivlis quien dormía con una sonrisa y con los ojos hinchados de tanto llorar –mamá- dijo asombrado por verle la cara, en todos estos meses no se lo había podido despegar de la mente, lo amaba tanto, amaba tanto a su madre que no entendía como había sido tan tonto de alejarse de él por tanto tiempo, lloró por unos cuantos minutos acercándose a su ser especial para besarle los labios y decir – te amo madre, te amo demasiado – Ivlis no parecía despertar –esta vez no me alejaré de ti y lucharé por tu amor, madre-
Tres días pasaron, Licorice solía ser muy caballeroso, si bien en un comienzo le hicieron miles de preguntas de porqué se había ido no fue capaz de contestarlas no obstante prometió que no volvería a huir, Ivlis sentía que había algo más en todo esto, sin embargo prefirió no presionar a su hijo, el niño pidió no ver a su padre por un tiempo como condición para quedarse, por lo que Ivlis aceptó y le pidió a Satanick alejarse unos meses, a este se le rompió el corazón por la petición, sin embargo si era por el bienestar del que amaba lo haría y se alejó, su mundo se vio atormentado por una lluvia incesable por un periodo de tiempo. Licorice por su parte había cambiado bastante, se levantaba temprano para darle los buenos días a su madre, le corría la silla antes que se sentara a la mesa, lo acompañaba como fiel compañero para todas partes, generalmente pasaba la mayoría del tiempo en su forma adulta y esto ya estaba atormentando a Ivlis, era como si lo trataran de seducir caballerosamente y esto no le gustaba, además que cada vez que veía a Licorice en su forma adulta de cierta forma recordaba a Satanick y se sentía mal, tenían rasgos muy parecidos, después de todos eran padre e hijo– Licorice ya deja el juego y vuelve a tu forma normal –
-¿No te gusto de esta manera madre?-
-No es eso, es solo que es raro verte así de alto sabiendo que eres muy pequeño –
-Pensé que te gustaban altos-
-¿Ah?-
-Madre yo te amo, haré lo que sea por complacerte, si quieres que sea pequeño lo haré-
-¿Por qué me hablas de esa manera Licorice? estas extraño-
-No estoy extraño, yo... yo solo demuestro mi amor por ti ¿eso está mal?-
-C...Claro que no está mal, es solo que –
-Madre dime ¿de que forma te puedo expresar mi amor? ¿De qué forma no te incomodaría? Madre-
-...-
-¿Tú también me amas? madre-
-Licorice... yo... -suspiró y colocándose rojo desvió la mirada- eres mi hijo y sabes que me cuesta decir ese tipo de palabras-
-... Lo sé madre, pero yo te amo incondicionalmente, madre, madre yo...- se acercó de una manera bastante peligrosa acorralando al diablo contra el estante de su oficina – madre- gimió en el cuello del mayor bastante agitado, Ivlis sudaba frio, no entendía que estaba pasando, quizás realmente necesitaba palabras de confortamiento, quizás debía ser más amoroso con el niño, así que lo abrazó y le dio unas cuantas palmadas en la espalda para luego darle un beso en la frente, el corazón de Licorice se aceleró, el tan solo sentir las caricias de su adorada madre le ponía muy feliz, se sentía amado, quizás si tenga oportunidad esta vez –madre yo... te amo – miró al mayor directo a los ojos penetrándolo con la mirada, acercándose peligrosamente a sus labios sin embargo no pudo lograr su cometido ya que Emalf tocaba la puerta, al parecer Satanick ya no podía aguantar más sin verlo y había vuelto, después de todo habían pasado ya tres meses sin que ninguno de los diablos se contactara con el otro, ninguno de los dos sabía que esa noche sería la última en la que pudiesen estar juntos ya que el destino era cruel y el karma de Satanick venía a cobrar la cuenta.
-------------------------
comentario: han visto las actualizaciones de funamusea? omg me encantan, estoy que voy a Japón y le doy un hijo (?).
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro