El comienzo de una nueva ¿vida?
Comentario: omg, como empezar... bueno primero que todo disculpas por estos casi 5 meses de no actualizar este fanfic, la verdad me costaba demasiado el tan solo pensar en esto, me lastima escribir cosas crueles, en sí las cosas yanderes no son lo mio, me gusta escribir este fic ya que es un desafió que me propuse a mi misma y bueno por que hago feliz a mi amiga @shironame así que el proyecto sigue en pie, solo pido paciencia porque soy muy sensible y lastimar a los demás no es para nada algo fuerte en mi, al contrario, sufro mas yo cuando le hago el mas mínimo daño a alguien U_U asi es mi naturaleza, por lo que ven aun no soy capaz de iniciar la tortura en sí... pero ya no puedo aplazarla mas, el próximo capitulo se viene fuerte. Si habrán visto el fic que actualicé ayer (una realidad mucho mejor) y si leyeron el comentario al final del escrito se habrán dado cuenta que deje una fecha de actualización, en este caso dudo poder dejar una por el motivo que les menciono, así que por favor esperen a que pueda terminar el fic U_U gracias por su comprensión y por seguir este fic a pesar de la demora...
Pd: estaba haciendo un dibujo para esta parte, pero emm nunca lo terminé, asi que vuela alto dibujo.
Imagen by -> pandyradrw
---------------------------------------------------
Licorice se acercó a Ivlis lentamente convirtiéndose en adulto de apoco mientras su cara tornaba una cara espeluznante, Ivlis tenía miedo, lo único que atinó a hacer fue a cubrir su cuerpo desnudo con la sabana que estaba cubierta de la morada sangre de Satanick – aléjate Licorice... me... me asustas de esa forma-
-Madre yo solo quiero demostrarte mi amor ¿no has pensado que sin ese bastardo los dos seriamos mucho más feliz?, madre yo siempre te he amado – dicho esto tomó entre sus manos el rostro del diablo flama estirando la piel logrando que éste mantuviese los ojos bien abiertos – mírame solo a mí, solo a mí, solo a mí- mantenía diciendo bajando cada vez el volumen de su voz, acercándose a los labios de Ivlis quien tiritaba de nervios, tenía miedo de ver de tal forma a su querido hijo, sin embargo seguro esto era solo una pataleta por su atención así que como pudo movió la cara hacia un lado y apartó los brazos del menor para escapar hacia un lado de la cama, sin embargo fue atrapado por una mano de Licorice quien lo arrastró a la fuerza, sujetándole de los brazos y acostándolo en la cama de manera violenta, se posicionó arriba del de cabello más claro – madre no huyas de mí, solo quiero expresar mi amor hacia ti madre, que solo eres mío- el mayor de los dos abrió los ojos grande y quedó petrificado, esas palabras le aterraban en lo profundo, no era capaz de hacer nada, de cierto modo recordó la primera vez que Satanick lo atacó a la fuerza, sus brazos comenzaron a tiritar – así es madre, desde ahora solo seremos los dos, no necesitamos a la mierda de mi padre para nada, por favor acéptame madre- dicho esto lo besó, el de cuernos rojos intentaba no corresponder moviendo la cara para distintos lados, mantenía cerrada la boca, por más que el menor la buscara no podía encontrarla, por lo que sonrió expresando un rostro de felicidad, fue cuando el primer acto de violencia en concreto pasó, levantó su mano y de una fuerte cachetada dejó la cara de Ivlis inmóvil hacia un solo lado –lo siento madre, madre, madre lo siento, yo no quiero lastimarte, pero tú me rechazas, así no hay progreso, si solo cooperaras conmigo podríamos ser muy felices, madre, madre, madre, madre- sujetó la cara de su progenitor manteniendo un dedo dentro de los labios de Ivlis para que no volviera a cerrar la boca, no contó con la mordida en su dedo, sin embargo la soportó muy bien solo para poder cumplir su objetivo de besar a su amada madre, sonrió victorioso justo antes de tener los labios a centímetros de los que quería besar, sacó lentamente su pulgar de la boca del otro quien lloraba y forcejeaba con su mano libre para alejar la cara del menor quien lo aplastaba- no quiero... Licorice... no quiero... suéltame... aléjate...- lloraba desesperado tratando de evitar que su hijo lo besara, cerró los ojos para no ser testigo de su inevitable destino, sin embargo nada pasó, de repente un estruendoso ruido sonó, era Satanick quien se había repuesto del ataqué y había pateado lejos a Licorice alejándolo de Ivlis – ¿estás bien amor? ¿Qué mierda te sucede Licorice? ¿Por qué atacas a tu madre?- dijo en forma agresiva el diablo de Pitch Black quien por primera vez no dudó de atacar a su propio hijo –¿no te das cuenta que está embarazado? – gritó furioso el de cuernos encorvados protegiendo a Ivlis quien miraba con terror la escena, solo lograba ver como su hijo sonreía de una forma espeluznante mientras la cara le sangraba y se levantaba lentamente resbalándose por la pared, riendo de una forma poco usual en él ¿qué había pasado con su tierno hijo?, su corazón latía rápido por el agobio que sentía- jajaja – se reía el más joven de los pelinegros, sosteniendo parte de su cara con una mano cubriendo su palma con sangre, rápidamente apareció al lado de Satanick y de un fuerte golpe lo mandó a volar contra la pared contraria, el ojipurpura recibió de lleno el golpe, sin embargo tenía mucha más experiencia luchando que su hijo, lo malo de esto es que tampoco quería herir a Licorice, después de todo era hijo de él y de su amado Ivlis- ya paren- decía casi inaudible el diablo flama quien se volvió a tapar con la sabana y se encontraba arrinconado en una esquina de la cama – ya deténganse-
Satanick respiraba agitado contra la pared, chasqueó sus dedos y una muda de ropa apareció en su cuerpo para cubrirlo, vió que su hijo se acercaba amenazante, por lo que actuó rápido y lo tomó de los brazos para forcejear, ambos hombres se empujaban el uno con el otro equiparando sus fuerzas, sin embargo era difícil saber si el diablo de Pitch Black realmente estaba actuando al cien por ciento, algo en su corazón se rompía por hacer esto, pronto un cabezazo rompió parte de su cabeza y lo hizo caer, se sentía muy mareado y más cuando una lanza le atravesó repetidas veces, sentía que perdía la conciencia, mientras tocia sangre – siempre te quise ver así escoria, siempre de esta manera –dijo con una voz profunda y seria, mirando desde arriba a su padre quien se estaba desangrando - suplica por tu vida escoria- tras unos cuantos golpeas más Licorice volvió a hablar - mírate, eres patético, que repugnante, madre estará feliz, madre está feliz por que haga esto, si yo puedo hacer feliz a madre, te podría matar en este preciso momento – su voz era tétrica, sin embargo una sonrisa podía asomarse tras esa cara seria - estos son tus verdaderos deseos, ¿cierto madre? - seguía enterrando la lanza una y otra vez en distintas partes del cuerpo de su padre manchándose de un color morado por todas las áreas, Satanick pareciera que lloraba mientras era atacado, su vista se iba nublando cada vez más, sin embargo no moriría, no podía morir sin saber que Ivlis se encontraría bien, sin dedicarle sus últimas palabras a él, pronto una flor salió de sus cuernos, una flor la cual casi no alcanzaba a tener un color más que un gris opaco, después de todo era lo mejor que pudo hacer con el lamentable estado en que se encontraba, como pudo levantó su mano, tomó la flor y justo antes de desmayarse dijo – es para ti Ivlis, no la pierdas... - tras esto, Licorice se puso de pie y le aplastó la mano destrozando aquel último gesto de su padre – mi madre no necesita esas basuras, hubieses ahorrado tu energía para vivir un poco más, maldita mierda- miró a su madre quien estaba horrorizado observando la escena, sus lágrimas fluían de sus ojos sin parar, luego volvió a mirar a Satanick - por fin ya no nos estorbas, ahora solo somos mi madre y yo-
-¿Pe... Pero que hiciste Licorice? yo... yo realmente lo amaba- al decir esto Licorice se volvió hacia el diablo flama y volvió a cachetearlo, Ivlis solo lloraba desconsolado no solo por el dolor del golpe, sino por que todo lo que él pensó que lo hacía feliz, todo aquello que lo motivaba a seguir vivo hasta el momento había sido destrozado en solo unos minutos ¿de que servía haber tenido años de sufrimiento si el destino no lo había compensado? –Siralos, ¿realmente me odias para haberme destinado de esta forma a seguir una vida tan miserable?- lloraba apretando las sabanas y escondiendo su cara en la cama –Sa... Satanick... no... no te mueras...- gritaba desesperado, mientras su hijo lo observaba con un brillo de felicidad en sus ojos y una cara seria -no llores por esa basura madre, no vale la pena- se limpió un poco la sangre de sus manos con el cobertor de la cama- desde hoy tu y yo tendremos la vida que siempre soñamos ¿recuerdas? –mientras hablaba, se sentaba al lado de su progenitor colocando una mano en su espalda y cruzaba las piernas.
-Soñábamos juntos el día que destrozaríamos a Satanick, el día donde la paz reinara en el mundo flama, donde nadie se interpusiera en nuestra vida y donde todos fuésemos felices- le acaricio la espalda -déjalo todo en mis manos, yo y nadie más que yo me encargaré de cumplir que nuestra felicidad no se acabe, nadie más te molestará, golpeará o violará, a cambio de eso tú debes prometer amarme solo a mi madre, solo a mi ¿entendiste? –
-Sa... Nick... ¿por qué?.... –
-Tsk... madre ya no pienses en él, míralo, está muerto, no te va a responder-
-¡NO!, él no puede estar muerto, el prometió que sería un buen padre... el prometió que me amaría, que cambiaría por mí, que no me dejaría solo-
-Es una mierda como siempre, nada de lo que prometió nunca fue cierto... ¿crees que acaso el alguna vez te amó? Acéptalo madre, eso nunca pasó, no pasa y no pasará –hubo una pausa donde Ivlis lloraba fuerte y sus manos tiritaban apretando la sabana que lo cubría, su hijo solo lo miraba y sin articular una palabra, pronto se puso de pie, odiaba que su preciada madre se preocupara por esa basura – ¿sabes por qué nunca pasará? Observa bien esto – tomó del pelo a su padre para mostrarle la cara de Satanick a Ivlis - porque está muerto, y si no estás seguro que lo está, simplemente es cosa de verificar, lo hare por ti madre– dicho esto comenzó a patear a Satanick mientras un montón de sangre chorreaba por el suelo, Ivlis ya no fue capaz de seguir viendo la escena y sintió como su mente se nublaba y poco a poco perdía el conocimiento, mientras mantenía su mano estirada tratando de alcanzar al diablo que yacía en el suelo totalmente ensangrentado, mas no pudo hacerlo, perdió la conciencia al ver tal cruel escena ante sus ojos.
Algunas horas habían pasado y el diablo flama estaba despertando, pestañaba lentamente intentando juntar las imágenes en sus ojos, le dolía bastante la cabeza y todo giraba a su alrededor, una vez logró centrar la imagen miró a los lados, estaba en una habitación que conocía bastante bien, un lugar totalmente blanco con una cama en medio, una mesa a lo lejos, no necesitaba que la luz estuviese encendida, puesto que ya sabía cómo era ese lugar, se encontraba justo debajo de su castillo, era donde solía llevar a los rehenes y torturarlos, aunque en sí, hace mucho tiempo que no la usaba para eso, es más, Satanick la había usado en más de una ocasión para agredirlo ¿qué se supone que estaba haciendo en ese lugar? Miró nuevamente y lo vió, una silueta que parecía moverse, al parecer estaba durmiendo sobre un escritorio, era su hijo menor Licorice, ¿estaría bien hablarle? ¿Se habría calmado? ¿Habría vuelto a ser su dulce y tierno niño? Al menos eso quería creer, Intentó moverse pero sus extremidades estaban encadenadas a la mesa de torturas que tantas veces usó Satanick en el ¿qué se suponía que hacia ahí de nuevo? Volvió a mirar a Licorice y sudor frio corrió por su espalda ¿sería posible que su hijo lo tenga amarrado? No, era imposible que Licorice lo lastimara, él era su madre, Licorice no sería de lastimarlo a él, pero si no era así ¿entonces quien lo tenía encadenado a la mesa? Un poco de frio recorrió su cuerpo, en eso notó que estaba aún desnudo ¿cuánto tiempo habrá pasado desde que se desmayó? ¿cuánto tiempo habrá pasado desde que?... esperen... ¿qué pasó con Satanick? se preguntaba el diablo flama mirando con horror –no puede ser- dijo en voz baja mientras lagrimas recorrían sus ojos – lo mataste- dijo triste mirando a Licorice con un nudo apretado en la garganta – lo mataste... lo mataste Licorice...- sus ojos se nublaban y solo podía sentir como la cálida agua de sus ojos recorría sus mejillas, hace mucho tiempo que no sentía tanto dolor como éste, su corazón bombeaba fuerte, era un dolor colosal el que sentía oprimiendo su pecho, ya no se contuvo más y lloró con fuerza despertando a su hijo –así que despertaste querida madre- dijo contento hasta que notó que el otro lloraba –no, no, no llores, no me gusta verte triste mami – se acercó al encadenado quien seguía llorando fuerte – aléjate, tú lo mataste... tu...-
-Vamos mamá, está bien, todo ya está bien, esto pasó para mejor, era necesario sacrificar a ese idiota y ahora los dos podemos vivir en paz –le secaba las lágrimas cariñosamente con sus pulgares mientras sostenía su rostro con sus dedos y le besaba la frente – no sacas nada con botar lagrimas por ese imbécil, te aseguro que él ahora está en un mejor lugar, lejos de ti y de mí, nos dejó el camino libre, ves, yo siempre cumplo lo que prometo, y ahora los dos seremos felices- Ivlis miró con tristeza a Licorice y luego desvió la mirada- pero... lo mataste... yo... no quería que lo mataras...-
-Madre, está en un mejor lugar-
-Lo mataste Licorice, eres un asesino-
-¡Se lo merecía por maltratarte!-
-¡Yo lo amaba!-
-Cállate... ¡cállate!- dicho esto azotó la cabeza de Ivlis contra la mesa y le pegó una cachetada, el que se encontraba desnudo quedó sin habla tras esto, solo quedó mirando hacia el otro lado sin emitir sonido, sin emitir llanto, con la vista perdida y con el corazón destrozado – no vuelvas a decir esas sucias palabras delante de mí, madre, al único que debes amar es a mi... pero discúlpame yo... yo no quería golpearte de esa forma, es solo que tu dijiste palabras que no debías, madre, yo realmente te amo, discúlpame soy un tonto, no te volveré a lastimar de esa forma madre – Ivlis seguía sin reaccionar ante el golpe, de cierta forma estaba acostumbrado a este tipo de maltrato, pasó tantos años siendo maltratado que en ya no le importa mucho, lo que lo lastimó fue que fuese Licorice el que lo golpeara, Licorice, su pequeño hijo quien tanta felicidad le había traído al nacer, ahora se la arrancaba toda, toda aquella alegría que había podido conseguir después de tanta lucha, su corazón estaba agónico.
El joven demonio observó a su madre y bajó la cabeza –está bien, te dejaré un momento a solas, quizás debas pensar en todo lo que está pasando, quizás todos estos cambios te están afectando, además no quiero hacerle daño al bebé que llevas dentro– rodó los ojos dejando una sonrisa ladeada, para luego tapar a su madre con una manta y antes de cerrar la puerta dijo un suave "te amo" sonriendo con una cara bastante perturbadora, lo más siniestro para Ivlis en ese momento fue ver como la puerta se cerró lentamente oscureciendo el lugar mientras unos ojos amarillos lo observaban como si deseasen comerlo –esto tiene que ser una broma, esto no está pasando- dijo traspirando frio el diablo flama, nuevamente intentó sacarse las cadenas que lo ataban, miraba cualquier cosa que se encontrara a su alrededor y estiraba lo más que pudiese la cola para tratar de alcanzarlo, la frazada se calló por todos esos intentos, tragó saliva, prendió una flama en su mano para ver si podía derretir el aceró que lo ataba, sin embargo necesitaba de demasiado calor para poder fundirlo, lagrimas comenzaron a correr por su rostro otra vez, no quería vivir todo esto nuevamente no de esa manera, debía escapar como pudiese, tomar a Poemi y huir lo más lejos de Licorice, no quería dejar que jugaran con él de nuevo como lo habían hecho antes, pero ¿cómo podría hacerlo?. Estuvo forcejeando largo rato, sin embargo no había caso, no podía salir, sus manos sangraban por tanto esfuerzo, sus tobillos también, ya pronto el sueño le ganó y se quedó dormido, un extraño sueño tuvo esa noche, uno donde veía a Satanick cerca de él, le tomaba la mano para besarla, sonreírle con amor como solía hacer siempre y luego le decía al oído, discúlpame, no quería dejarte solo, pero tienes ese bebé en el vientre que es tuyo y mío, piensa en mí, dicho esto se marchaba y se mezclaba entre la bruma que comenzaba a salir del lugar, Ivlis intentaba seguirlo, pero unas manos lo sujetaban de los tobillos, por lo que calló a un suelo lleno de barro que le impedía el movimiento, pronto ese barro se convertía en Licorice quien reía sádico y fue cuando comenzó a gritar
-¡Satanick! ¡Satanick! ... ¡no me dejes Satanick!- gritaba desesperado en el sueño, despertando pronto lleno de lágrimas en los ojos, agitado, con ganas de morir por la tristeza y forcejeando nuevamente, más los intentos volvieron a ser inútiles, nada lo sacaría de esa prisión en la que estaba, siguió gritando por unos diez minutos más, su garganta dolía, pero tenía la esperanza que su voz llegase a alguien, no le importaba quien fuese, solo que alguien viniese en su ayuda. Mientras tanto en una habitación secreta que se encontraba al lado de la que estaba Ivlis, estaba Licorice riéndose de una manera tétrica y silenciosa, sentado en una silla viendo a su padre sufrir, sin manos ni pies, amarrado a la pared de un lugar el cual tenía una barrera de energía la cual le impedía usar magia dentro de esta –te ves patético llorando de esa forma ¿acaso lloras porque mi madre grita tu nombre? ¿O lloras porque piensa que estás muerto? - Satanick gritó desde adentro, mas su voz no se escuchaba desde afuera de la barrera – tranquilo, le llevaré tus manos de regalo a mi madre, le diré que fue todo lo que quedó de ti, sea como sea haré que te olvide, el será mío como siempre debió serlo y tú no puedes impedirlo, te pudrirás en esa celda como la basura y escoria que siempre has sido-
�9؛%r�
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro