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Helado



Las manos del sevillano fueron a parar a la nuca del mayor acariciando dicha parte mientras que el canario bajo las manos a la diminuta cintura de su contrario. La unión de sus labios es suave, como el roce de la lluvia, se encuentran con timidez, pero se abrió intenso y el fuego comenzaba a arder. Pedri aprieta con fuerza su cintura entre sus manos mientras muerde ligeramente su labio inferior con pasión y deseo. Gavi jadeó, perplejo pero se dejó llevar abriendo ligeramente la boca causando que sus lenguas se encuentren en una batalla infernal eterna llena de lujuria. Se apresan hasta con los cuerpos, buscando fundirse uno en el otro. Ambos sintieron que algo estallaba en sus pechos y que un extraño hormigueo les recorría por todo el cuerpo.

Las manos de mayor fueron a parar a los mulsos del menor cogiéndolos con fuerza dando un apretón impulsándolo a levantar los pies del suelo y enroscar las piernas en su cintura, lo sostuvo del culo amasándolo a su gusto. Pablo gimió contra los labios contrarios al sentir el frío de una de las taquillas en la espalda, enredo las manos en el cabello azabache del canario, que comenzó a descender los labios desde su boca, y mandíbula para terminar dejando besos húmedos junto pequeños mordiscos en su cuello, cansándole escalofríos.   

— Jo-joder...—gimió el menor ladeando la cabeza dándole más acceso a su piel sensible del cuello.

— Me encantas...— el mayor gruño contra su piel dejando un mordisco fuerte en dicha parte.

—A...saber...que...íbamos...a...terminar...así...tendríamos...que...discutir...más...seguido...—susurro con la respiración entrecortada  tirando la cabeza hacia atrás apoyándola en la taquilla.

  — Hablas...mucho...sabías —logró articular repartiendo besos en su cuello haciéndose camino nuevamente hacía su boca la cual ataco sin piedad.

El calor comenzaba a abrazarlos...

El sonido de la puerta abriéndose nuevamente los saco de aquella burbuja llena de pasión, se separaron de golpe aunque Pedri lo dejó en el suelo nuevamente de forma suave, ambos eran un desastre en todo su esplendor el cabello alborotado, con su ropa totalmente desarreglada y sus labios hinchados rojizos con rastros de saliva, se miraron, rápidamente se acomodaron la ropa y el cabello, limpiándose la saliva, antes de que las pisadas se oyeran más cernas el menor dejó un pico en los labios contrarios robandole una sonrisa tímida.

— ¿Chicos? —las siluetas de Ansu y Ferran se hicieron paso en su campo de visión.

Los otros dos le regalaron una sonrisita a los recién llegados.

—¡Joder, seguid vivos! —comentó el moreno divertido.

— Pues claro —respondió con un deje de sarcasmo el menor.

— ¡No los oímos hablar más y creímos que os habíais matado! —exclamo el valenciano exageradamente —¿Decidnos que lo habeis arreglado?

Se dieron una mirada cómplice.

— Claro —sonrío el canario encogiéndose de hombros.

— ¿Entonces todo bien?

— De puta madre.

Ferran le lanzó al azabache una mirada que gritaba hablamos después que fue correspondida con un disimulado asentimiento de cabeza.


...


Cuando llegaron al comedor para el almuerzo sus compañeros de equipo los vitorearon con mucha felicidad al enterarse de que ya habían "arreglado" las cosas, ambos se sentaron en la misma mesa con todo el equipo aunque Pedri fue con Ferran sentándose un poco alejados de Gavi que se sentó en medio de Fermín y Pablo Torre.

— ¿Así qué os habéis arreglado ya? —inquirió Sergi alternando la mirada entre los menores.

— Si ya lo hemos arreglado —respondió por los dos el canario.

— ¡Apa que ya era hora! —comentó divertido Araújo.

— ¡Es verdad ya nos teníais hasta los cojones! —le sigió Marcos Alonso.

— ¡Tampoco estábamos tan mal! —se excuso el canario.

Gavi tenía la vista fija en su plato de comida como si fuera lo más interesante del planeta.

—¡Casi os matáis en el entreno! —señalo Lewandowski.

Y así continúo el almuerzo entre risas y charlas sin sentido, pero era algo notable la ausencia de Gavira.

— Eh...guapete —Fermín lo pellizco tratando de llamar su atención hablándole bajito.

— ¿Si...? —susurro disimuladamente.

— ¿Estás bien? Te noto ido...

— Si. Sólo estaba pensando en algo.

— ¿En qué?

— Te lo diré, si me prometes quedarte callao —el rubio asintió y el menor se acerco hasta quedarse cerca de su oído para susurrarle — Pedri y yo nos hemos besado.

— ¡¿QUÉ?! 

El grito del rubio enmudeció al comedor e hizo que todos se giraran bastante confundidos a ver a ambos menores.

— ¿Todo bien? —pregunto preocupado el polaco levantando una ceja.

Gavi con las mejillas coloradas se levanto de golpe de la mesa causando un ruido molesto a los oídos.

— ¡Si! —exclamo con fuerza tras recibir las miradas con ceños fruncidos sonrío tímidamente  — ¡Fermín y yo ya nos íbamos! 

Sin esperar respuesta de alguno de los presentes de la mesa cogio con fuerza al rubio y lo arrastro fuera del comedor. El camino a la habitación de Fermín fue silencioso, ninguno hablaba ni siquiera un misero ruido, pero no estaban incómodos. Una vez dentro Gavi comenzó a andar en círculos por toda la habitación bajo la atenta mirada de Fermín que se encontraba sentado en el borde de su cama.

— ¿Entonces...? —pregunto con cuidado, el menor detuvo su andar y le propino una colleja en el cuello al rubio —¡Oye! —se quejó sobándose la parte afectada.

 — ¡Te dije que te quedarás callao! —le reclamo sentándose frente al mayor en el piso con las piernas extendidas. 

— ¡Lo lamento fue la emoción! —se excuso.

Le lanzó una mirada que probablemente lo insultaba en todos los idiomas posibles.

— ¿Y...? —sonrió pícaro —¡¿Ya son novios?! ¡¿Se van a casar?! ¡¿Voy a ser el padrino?! ¡Obvio que voy a ser el padrino!  —soltó un chillido al estilo fangirl — ¡Ihgg! 

Probablemente Fermín estaba más feliz que Gavi y eso era obvio.

— Una pregunta a la vez ¿Vale? —pidió con los mofletes muy colorados.

— Ya. Perdón. Es que ¡Esto es emocionante! —sonrio feliz — ¡Cuéntamelo todo!

 — ¿En serio quieres saber todo?

— Obviamente —antes de que Gavira pudiera abrir la boca el interrumpió  —¡Espera! Falta lo primordial.

— ¿Que...? —el rubio había cogido dos potes junto con dos cucharas del mini refrigerador de la habitación y ahora tomaba asiento frente al menor extendiéndole un pote y una cuchara —¿Helado?

— Sipi.

— ¿De dónde has cogido helado?

— Lari me lo ha traído  —explico con simpleza abriendo el pote e introduciendo la cuchara — También te ha traído a ti —una sonrisa de enamorado decoro su rostro — ¡A que tengo la mejor la novia! —se llevo feliz la cuchara con helado de pie de limón a la boca.

— Jo. ¿Lari ha venido? ¿Y no me has dicho? — fingió indignarse.

— Si. Llegó hace unos días para ver el partido, pero como tú has estado de pesao no te lo dije —se encogió de hombros.

— ¿Sabes que si Xavi se entera nos mata? 

— Por eso no se lo vamos a decir, mi vide —toco la punta de la nariz del menor con la cuchara — ¡Ahora cuéntamelo toditito! ¡Jo que emoción!  —chilló nuevamente.

— ¿No se lo vas a decir a nadie?

— Obvi que no —se coloco una mano en el pecho ofendido —¿Por quién me tomas?

Gavi no pudo evitar reír.

— A veces parces más gay que yo —se burló comiendo el helado de chocolate explosión.

 — Lo sé —hizo una pose extraña — ¡Soy divina! —fingió voz aguda

— Si llegó a hablar así —lo apunto con la cuchara — Me lanzas un pelotazo.









A veces siento que somos Fermín y yo contra el mundo.

Fermín el más team Gadri.

Los leo.

Lai <3

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